domingo, 28 de octubre de 2007

¿Como conseguir el conocimiento verdadero? Cuarta Parte

¿Cómo Caminar en el Conocimiento por Revelación?
1 Pedro 2:2
2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.

Josué 1:8
8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

Santiago 1:21
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Solo hay una manera de caminar en el conocimiento por revelación, depositando la Palabra de Dios en nuestros corazones.

jueves, 25 de octubre de 2007

¿Como conseguir el conocimiento verdadero? Tercera Parte

Diferencias entre el Conocimiento por Revelación

Y el Conocimiento por los Sentidos


El conocimiento por los sentidos es carnal mientras que el conocimiento por revelación es espiritual.


El conocimiento por los sentidos se basa en las sensaciones físicas, mientras que el conocimiento por revelación se basa en la Palabra de Dios.


El conocimiento por los sentidos produce incredulidad, mientras que el conocimiento por revelación produce fe.


2 Corintios 4:13

13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos.


El conocimiento por los sentidos habla lo que ve o siente, mientras que el conocimiento por revelación habla lo que cree.


2 Corintios 5:7

7 (porque por fe andamos, no por vista).


El conocimiento por los sentidos camina por vista, el conocimiento por revelación camina por fe.

viernes, 19 de octubre de 2007

¿Como conseguir el conocimiento verdadero? Segunda Parte

Josué 1:8

8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.


Romanos 10:17

17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.


El conocimiento por revelación es la verdad que viene a nuestros corazones por el oír y el meditar la Palabra de Dios.


Es lo que le pasó a Pedro cuando Jesús le preguntó a sus discípulos quien era él.


Mateo 16:13-17

13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?

14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.

15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.


Pedro recibió el conocimiento por revelación, debido al tiempo que pasó con Jesús, se dio cuenta que era el Mesías prometido, que era el Hijo de Dios.


El mayor cambio que hubo en mi vida fue cuando pase dos años de mi vida estudiando la Palabra en el centro de Entrenamiento Bíblico “La Palabra de Fe”; fue tan intensivo el estudio que literalmente fui “mudado en otro hombre”.


Hebreos 5:14

14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.


El creyente maduro es aquel que basa su vida en el conocimiento por revelación. Es el creyente que camina en la verdad de la Palabra de Dios

miércoles, 17 de octubre de 2007

¿Como conseguir el conocimiento verdadero? Primera Parte

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.

- 1 Corintios 2:14-15


En este pasaje nos encontramos con dos hombres; el hombre natural y el hombre espiritual; cada uno de ellos tiene un estilo de vida diferente y camina con conocimiento distinto. El primero con un conocimiento basado en los sentidos y el segundo en un conocimiento por revelación.


El conocimiento por los sentidos es aquel que se basa en lo que dicen nuestros cinco sentidos físicos: el tacto, la vista, el oído, el gusto y el olfato. Es la verdad que se basa en nuestra propia experiencia. Es lo que muchos llaman “la voz de la experiencia”.


Cuando recibí a Jesús yo estaba en fuego por el Señor; predicaba por todos lados y siempre hablaba del Señor; cuando los hermanos con mas tiempo vieron mi entusiasmo me dijeron: “Estás en el primer amor, el próximo año, cuando se te pase, serás como nosotros.” Menos mal que no les hice caso, y más de veinte años después sigo en fuego por el Señor.


Estos hermanos mayores basaban su vida espiritual en la experiencia, y no les hizo ningún bien pues se convirtieron en “témpanos de hielo espirituales.”


1 Corintios 3:1-3

1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.

2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,

3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?


El creyente que camina en esta clase de conocimiento es llamado carnal. Un creyente carnal es aquel que su vida está gobernada o regida por los sentidos físicos.


El creyente que camina en este tipo de conocimiento trata de hacer las cosas a su manera y no a la manera de Dios.

martes, 16 de octubre de 2007

¿Cómo Puedo Resucitar Mi Fe? (Sexta Parte)

Una Pesca Milagrosa


Para terminar veremos la pesca mas grande de la vida de Pedro.


Lucas 5:1-7

1 Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.

2 Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.

3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.

4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.

5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.

6 Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.

7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.


Jesús iba a predicar ese día, y había una multitud de personas; y como buen ingeniero de sonido sabía que la mejor forma para que todas las personas pudiesen escucharlo era alejarse un poco de la orilla en una barca y hablar de ahí a la gente para que ondas sonoras chocasen con el mar y este le sirviese de amplificador. Así que le pidió a Pedro prestada su barca y empezó a predicar.


Cuando terminó de hacerlo, le dijo a Pedro: “Echa tus redes al mar.”


Ahora Pedro había estado trabajando toda la noche y no había pescado ni un zapato; el era pescador y sabía que no se podían echar las redes al mediodía pues los peces la verían; así que le dijo a Jesús: “Mira Jesús, tu eres predicador pero yo pescador, yo conozco mi negocio y tu él tuyo; pero ya que tu lo dices, voy a actuar en fe a tu palabra y tirar mis redes.”


Cuando Pedro tiro sus redes al mar en obediencia a la palabra de Jesús, los peces vieron la red y empezaron a decirse uno al otro: “Vamos corriendo a las redes de Pedro, porque está actuando en fe al obedecer a Jesús.” Y fueron se metieron en las redes y Pedro recibió la mayor pesca de su vida.”


Pedro recibió su milagro por actuar en la Palabra de Dios y tu recibirás el tuyo por hacerlo.


La fe actúa en la Palabra de Dios.

sábado, 13 de octubre de 2007

¿Cómo Puedo Resucitar Mi Fe? (Quinta Parte)

El Ciego de Nacimiento


Juan 9: 1-11

1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.

2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?

3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.

4 Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.

5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.

6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,

7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.

8 Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?

9 Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy.

10 Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?

11 Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista.


Aquí los discípulos están en medio de una discusión teológica: “¿Quien pecó, este hombre o sus padres?”

Muchas veces cuando vemos a una persona enferma lo único que pensamos es que la persona tuvo la culpa de estar enferma; pero la mayoría de veces ese no es el caso.

Jesús les dijo: “No fue culpa de él o sus padres. Sin embargo, como yo tengo que hacer las obras de Dios voy a sanarlo.”

Luego de hacer esto escupió en tierra, hizo barro, lo esparció en los ojos del ciego y lo mandó al estanque de Siloé para limpiarse.

El cojo pudo haberse molestado y decir: “No voy a ir después de que pusiste está cochinada en mis ojos.”

Pero vemos que no hizo eso sino que obedeció a Jesús fue al estanque y recibió su milagro. Es decir, el milagro llegó después de la acción de fe del ciego.

Cuando la gente que lo conocía le preguntó como había sanado, el daba testimonio de que había recibido su milagro luego de hacer lo que Jesús le había dicho.

La fe y las acciones son lo que nos trae los milagros.

miércoles, 10 de octubre de 2007

¿Cómo Puedo Resucitar Mi Fe? (Cuarta Parte)

La Sanidad del Hombre Enfermo en el Estanque de Betesda


Juan 5:1-11

1 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.

2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos.

3 En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.

4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.

5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.

6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?

7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.

8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.

9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.

10 Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho.

11 El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.


Veamos que es lo que pasó aquí.


Estamos en un estanque llamado Betesda; nombre que significa misericordia. Este estanque debe haber sido un poco grande pues habían cinco pórticos por donde entraba la gente; además había una multitud de enfermos.


En este estanque de misericordia cada cierto tiempo venía un ángel que movía las aguas, y el primero que descendía era sanado de la enfermedad que tuviese.

Para que hubiese una sanidad se necesitaba un acto de fe, el enfermo debía ir y descender al agua lo más rápido posible.


Smith Wigglesworth solía decir al principio de sus campañas: “La primera persona que llegue al púlpito será sanada de cualquier enfermedad que tenga.” E invariablemente la primera persona que llegaba era sanada de la enfermedad que tuviese, sea cáncer, apendicitis, asma, o cualquier otra.


Uno tenía que actuar para recibir su milagro.


Volviendo a nuestra historia, había un hombre que estaba enfermo hacía treinta y ocho años. No sabemos que enfermedad tenía, solo que no podía ir solo al estanque pues necesitaba la ayuda de otro.


Jesús le preguntó: ¿Quieres ser sano?” El hombre le empezó a contar su historia y su imposibilidad. Pero Jesús le dijo: “No pongas tus ojos en las cosas que no puedes hacer; haz un acto de fe, levántate, toma tu lecho y ve a tu casa.”


El hombre entonces se levantó, tomó su lecho y se fue a su casa. Él colocó acciones a su fe y recibió su milagro.


La gente religiosa le dijo: “¿Que haces llevando tu lecho en el día de reposo?” No les importaba que este hombre hubiese recibido un maravilloso milagro, lo único que querían era que cumplan con todas sus reglas y leyes.


El hombre sanado solo les dijo: “El que me sanó me dijo que tomase mi lecho y me fuese a casa; y yo como soy obediente le estoy obedeciendo.”


La acción de obediencia a la Palabra de Dios es lo que trae los milagros a nuestra vida.


martes, 2 de octubre de 2007

¿Cómo Puedo Resucitar Mi Fe? (Tercera Parte)

Las Bodas de Caná


Si vamos a los evangelios veremos que Jesús siempre motivo a la gente a actuar para recibir su milagro.


Juan 2:1-11

1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.

2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.

3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.

4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.

5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.

6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.

7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.

8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.

9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,

10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.

11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.


Este milagro es muy interesante. Aquí Jesús convirtió el agua en vino.


En esa fiesta habían seis tinajas de piedra para agua, cuya capacidad era alrededor de 100 litros por tinaja, así que estamos hablando de unos 600 litros


Jesús les dijo a los sirvientes que llenasen las tinajas de agua, ellos necesitaban vino, pero Jesús les pidió agua.


Los sirvientes fueron obedientes y llenaron las tinajas de agua hasta el tope. Fueron donde Jesús y aquí vino lo difícil, les dijo que fueran donde su jefe con el agua.


Meditemos un momento en esto; fue fácil llevar el agua a Jesús, no tenían nada que perder, pero el ir donde su jefe con el agua; eso era otro asunto, les podía costar el empleo o algo más.


Sin embargo, mientras ellos llevaban las tinajas de agua, algo sucedió, el agua se convirtió en vino; y en un vino de la más alta calidad.


La acción de obediencia produjo el milagro.