domingo, 30 de abril de 2017

Traducción del libro de E W Kenyon "Estudios Avanzados de la Biblia" - Parte 14

En esta clase Kenyon viene con una gran interrogante, por qué un creyente no debe orar por fe.


Capítulo 14
POR QUE NO ORAMOS POR FE

Una oración por la fe sería una oración de incredulidad, y una oración de incredulidad no tiene base para una respuesta. Las personas que oran por la fe siempre viven en el reino de la incredulidad.
Si te pidiera que me dieras fe en ti y te conociera por años, te parecería un insulto. Por lo tanto, la oración del creyente por fe es un insulto a Cristo y al Padre.
Pero tú dirás: "Los discípulos dijeron: Señor, aumenta nuestra fe", y el hombre que trajo a su hijo al Maestro dijo: "Señor, ayuda mi incredulidad". No creo que nuestra incredulidad necesite alguna ayuda especial. El diablo es nuestro único ayudante en ese sentido.

Un creyente
Jesús dijo: "Todas las cosas son posibles para el que cree." La palabra griega para creer significa "creyente". Entonces todas las cosas son posibles para el creyente. Los judíos no eran creyentes. No había creyentes reales, como entendemos el término, hasta después del Día de Pentecostés. Los discípulos fueron llamados creyentes. Jesús instó a los judíos a creer en Él porque ellos eran el Pueblo del Pacto de Dios. Habían vivido en duda durante generaciones.
Ustedes entienden Juan 6:47 donde Jesús dice, "De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna". El creyente la tiene; el que duda no. El creyente es un poseedor, un dueño. Nosotros somos creyentes.
En Mateo 17:19-20 dice: "Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible." Marcos 11:23-24, da el mismo mensaje. Jesús dijo: "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá." Esta escritura no es para un creyente, un hijo de Dios, sino un Mensaje para el Pueblo del Pacto de Dios. Pero, dirás: "¿Por qué? ¿No es un mensaje para nosotros?"

Ya bendecido
Debido a Efesios 1:3: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los cielos en Cristo".
Nota que Él nos ha bendecido con toda bendición espiritual, que somos bendecidos. Él no dice que seremos bendecidos si creemos. Somos bendecidos porque somos creyentes. En 2 Corintios 9:8-11 dice: "Y Dios es poderoso para darte una medida desbordante de todos los buenos dones, para que todas tus necesidades de todo tipo sean suministradas en todo tiempo, y puedas dar de tu abundancia a toda buena obra. Como está escrito: El hombre bueno ha esparcido, ha dado a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que provee semilla al que siembra, y pan para el alimento del hombre, te proveerá abundante provisión de semilla, y bendecirá vuestra justicia con frutos de crecimiento; siendo enriquecido con todas las cosas buenas.”

Frutos de Justicia
Jesús dio frutos de justicia. Si supieras que fuiste lo que la Palabra dice que eres, ¡qué frutos llevarías por Él! Aquí el Espíritu está revelando las riquezas de los hijos de Dios. Esta es la traducción de Conybeare. El Creyente está enriquecido con toda bendición. La problema es que no lo hemos sabido. La mayor parte de nuestra oración es por cosas que ya poseemos. Puedes asustarte si te digo que no necesitas orar por tu curación, pero la gente enferma pasa la mayor parte de su tiempo orando por su curación. ¿Por qué no debemos orar por ella? Debido a que Isaías 53:4-5 nos dice que ya tenemos la sanidad: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados".
Y en el décimo versículo leemos: "Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento". Si Él soportó nuestras enfermedades y las guardó, Dios declara que "por sus llagas fuimos sanados". Entonces, ¿qué debemos hacer? No debemos orar por nuestra sanidad porque Él nos respondería: "Ya te he sanado, he puesto tu enfermedad en Mi Hijo. ¿No te das cuenta de lo que he hecho por ti?" Tú puedes entender que Él realmente puso esa enfermedad en Su propio Hijo, y que ese Hijo se llevó esa enfermedad lejos. Ahora nos pide que levantemos la mirada y le agradezcamos por ello.
No es en absoluto un problema de fe. El único problema que enfrentas es el de la integridad de esa Palabra.

La Revelación de la Palabra
Jeremías 1:12, "Yo apresuro mi Palabra para ponerla por obra". Isaías 55:10-11 dice: "Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié". También está en Lucas 1:37 El ángel hablándole a María acerca de la Encarnación, acerca del niño Jesús, y él le dice: "Porque ninguna palabra de Dios es vacía de poder" (American Standard Version). ¿Y qué dice María? “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”
Como ves, bajo el antiguo pacto, Dios no podía hablar con los judíos como nos habla a nosotros a través de nuestros espíritus, así que un ángel fue enviado. Pero hoy tenemos Su Palabra viva.
En Juan 6:63 dice: "Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida." Entiendes que somos recreados a través de esta Palabra, que la Palabra es el alimento con el cual nuestros espíritus recreados se alimentan. Así como ves, el creyente es un poseedor, y es un hombre del Nuevo Pacto, este hombre recreado (2 Corintios 5:17), ha sido invitado a entrar en la misma presencia del Padre.

Nuestra Posición
En Hebreos 4:16 dice: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." Como ves, tienes perfecto derecho de estar en la presencia del Padre. Has sido invitado a la Sala del Trono: Allí puedes estar cara a cara con tu Padre, hacer conocer tus peticiones y recibir una respuesta para tu oración. El creyente ha recibido un derecho legal al uso del Nombre de Jesús. Tiene el poder legal. (Lee nuestro libro, El maravilloso Nombre de Jesús). La dificultad es que no hemos conocido nuestros derechos. El creyente promedio no tiene mayores nociones de la obra terminada de Cristo de las que tiene de la sangre de los toros y machos cabríos del Primer Pacto. En Romanos 3:21 dice: "Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas".
¿Qué quiere decir? Que por esta justicia tienes el derecho de estar en la presencia del Padre sin ningún sentido de culpabilidad, de inferioridad o  de conciencia de pecado. El creyente es una Nueva Creación. Ya no está bajo el dominio de Satanás ni de condenación. Ha recibido la misma naturaleza y vida de Dios (1 Juan 5:12-13). Esa naturaleza lo convierte en una rama de la Vid. Él y Jesús son uno.
Son tan hechos uno que cuando Jesús se encontró con Saulo en el camino a Damasco en Hechos 9:1-9, le dijo dice: "Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
Saulo estaba persiguiendo a los cristianos, pero el cristiano y Jesús son uno. "Yo soy la vid, ustedes son las ramas" (Juan 15: 5). Cuando persiguen a la rama, persiguen a la vid; así que el creyente y Jesús son uno. Eso significa que puedes entrar en la presencia del Padre con la misma libertad que Jesús lo hizo cuando caminó por la tierra. No necesitas fe. Todo lo que necesitas saber son tus derechos en Cristo. ¿Cómo lo consigues? Estudia la Palabra. (Lee cuidadosamente nuestro libro: El Padre y Su Familia) Toma 1 Juan 5:1: "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios", con 1 Juan 3:2: "Amados, ahora somos hijos de Dios".
Lee Romanos 8: 14-17. "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo". Puedes ver, el Espíritu da testimonio con nuestros espíritus a través de la Palabra. Esta Palabra que estás leyendo ahora es el mensaje del Espíritu a tu espíritu, y Él te está diciendo que eres un hijo; y si un hijo, entonces tienes el lugar de un hijo y los derechos de un hijo, así como la responsabilidad de un hijo.
Gálatas 3:26 dice: "Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús". Como pecador tendrías que tener fe en Cristo; pero ahora, habiendo entrado en la familia, todas las cosas son tuyas.

Todas las cosas son tuyas
En 1 Corintios 3:21-22 dice: "Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro: sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro". Él te ha revelado sus derechos y privilegios en Cristo.
El Salmo 23:1-3 dice: "El Señor es mi pastor, nada me faltará”. Esa palabra, Señor, es Jehová; y Jehová es una palabra de tres tiempos: pasado, presente y futuro. Es Jesús, como Hijo, en Hebreos 13:8. Es el Jesús de hoy, el Jesús de ayer, y el Jesús de mañana; y es ese Jesús que es mi pastor, mi cuidador, mi protector, mi portador de la carga y mi amante. En Gálatas 2:20 dice: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí".
Él me amó y se entregó a sí mismo por mí, así que ahora ya no soy yo el que vivo, sino que esta Nueva Vida de Cristo me está convirtiendo en una rama de la Vid.
La oración para tener fe es un absurdo cuando tienes todas las cosas, cuando eres un hijo de Dios. ¿Qué habrías pensado de Jesús pidiéndole al Padre que aumentara su fe? No, amados, ahora somos los mismos hijos de Dios.

Establecido en la fe
En Colosenses 2:6-7 dice: "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe". Como ves, el cristianismo es llamado "la fe". Ahora debes ser edificado en la fe. ¿Cómo? Al ser edificados en Cristo a través de la Palabra. Observe el tercer versículo de Colosenses 2: "En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento". Por lo tanto, debes estudiar la Palabra, ver la Palabra, alimentarte de la Palabra, actuar en la Palabra hasta que la Palabra se construya en ti y se convierta en parte de tu vida de oración. Entonces ya no será un ejercicio de orar por la fe, sino una comunión con el Padre.
Colosenses 1: 9-12. Debes leerlo cuidadosamente. Tome esta traducción: "Para que seáis llenos del conocimiento exacto (o perfecto) de Su voluntad en toda sabiduría espiritual y entendimiento". ¿Cuál es el objeto? "Para que podáis andar dignos de Jehová en todo agradándole, dando fruto en toda buena obra". Eso es porque tú eres una rama de la Vid, y es la rama la que lleva el fruto.
Disfrutando de Nuestra Parte de la Herencia
"E incrementando en este conocimiento exacto (o perfecto) de Dios, y fortalecido con toda la habilidad de Dios según el poder de su gloria para toda firmeza y longanimidad con gozo”. Ahora lee esto: "Dando gracias al Padre, que nos ha dado la capacidad de disfrutar de nuestra parte de la herencia de los santos en la luz" (Colosenses 1:12).
Me gusta esta traducción. Esto arroja mucha luz sobre él. Nota los siguientes dos versos. "El cual me libró de la autoridad de las tinieblas y me transfirió al reino del hijo de su amor, en quien tengo mi redención, el perdón de mis pecados". Reconoces que has sido liberado del dominio de Satanás. Reconoces que has sido trasladado al reino del Hijo de Su amor.  Estás en la familia del Padre. Ahora tienes un derecho perfecto para entrar en la Sala del Trono, y has visto que cada pecado que has cometido ha sido borrado como si nunca lo hubiera sido. Estás completo en Él.

Preguntas
1. ¿Por qué no tenemos que orar por la fe?
2. Explica por qué Marcos 11:23-24 no está escrito para el creyente.
3. Explica 2 Corintios 9:8.
4. Sabiendo lo que la Palabra dice que somos, ¿cuáles son los frutos que podemos llevar?
5. Di cuál es la relación entre Jeremías 1:12 e Isaías 55:10-11, y lo que significa para nosotros.
6. ¿Qué posición te da en tu vida de oración Hebreos 4:16?
7. ¿Qué nos dice el Espíritu a través de la Palabra?
8. Di cómo Jesús es el mismo hoy que como lo fue cuando caminó sobre la tierra.
9. Di cómo podemos disfrutar de nuestra parte de la herencia.

10. Di cómo Jesús se manifiesta en ti.

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