Romanos 14:1-3
1 Acepten y reciban comprensiva y
benevolentemente al que es débil en la fe, pero no para criticarlo
ni discutir con él ni tampoco para juzgar sus opiniones.
2 La fe de algunos les permite
creer y tener por lícito que se puede comer toda clase de alimentos;
otros, en cambio, siendo débiles, están limitados porque no tienen la fe
bastante formada, y sólo comen alimentos vegetales (verduras, legumbres,
hortalizas y frutos del campo).
3 Quien come de todo, no por eso debe menospreciar ni ridiculizar
a quien se abstiene de comer ciertas cosas; y quien se niega a comer ciertas
cosas, no tiene por qué censurar, criticar ni condenar al que come de todo. ¿No
han sido ambos igualmente aceptados y recibidos por Dios (como hijos)?
En la iglesia siempre habrán diferencias, en cuanto o a lo que comemos, en cuanto a lo que creemos, ¿cuál debe ser nuestra actitud?
Dejar de lado las discusiones y aprender a vivir en armonía y tolerancia el uno con el otro.
Tengamos en cuenta que hemos sido aceptados y recibidos por Dios como hijos, es decir, somos hermanos en Cristo.