viernes, 29 de abril de 2016

¡Quítate la Levadura!


Gálatas 5:9
9  Un poco de levadura leuda toda la masa.

La levadura es esa pequeña porción de masa fermentada que se introduce en el pedazo fresco de masa, y transmite ligereza a toda la masa.

En el proceso de crear pan y tortas es muy importante para que crezca la masa y no tengamos panes y tortas achatadas.

Tanto Jesús como Pablo enseñaron acerca de la levadura, en el sentido negativo de ella.

Mateo 16:5-12
5  Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado de traer pan. 
6  Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos. 
7  Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan. 
8  Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? 
9  ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis? 
10  ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? 
11  ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? 
12  Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.

Aquí están Jesús y los discípulos después de haber cruzado el mar de Galilea y llegado a la ciudad de Dalmanuta que estaba al norte. Evidentemente estaban con hambre y se encontraron que se habían olvidado de traer pan.

Jesús les dijo que se cuidaran de la levadura de los fariseos y saduceos; y ellos pensaron que los estaba reprendiendo por olvidarse del pan, pero Jesús tenía otro propósito en mente, enseñarles que debían tener cuidado de la doctrina que escuchaban.

La doctrina de los fariseos principalmente consistía en la auto justificación del hombre, lo cual se puede ver claramente en la parábola del fariseo y el publicano:

Lucas 18:9-14
9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 
10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 
11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 
12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 
13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 
14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

Esta doctrina como veremos más adelante se basaba en la idea de que el hombre solo puede justificarse (ser declarado inocente y hecho justo) por el cumplimiento estricto de la ley de Moisés.

La doctrina de los saduceos consistía en negar la resurrección y todo lo sobrenatural de Dios. Pablo se aprovechó de esto cuando estuvo ante el concilio en Jerusalén.

Hechos 23:6-9
6 Al darse cuenta Pablo de que algunos del pueblo eran saduceos y otros fariseos, levantó la voz en la asamblea, diciendo: ¡Varones hermanos míos!, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y soy juzgado por causa de la esperanza de la resurrección de los muertos. 
7 Y habiendo dicho esto, los fariseos y los saduceos se pusieron unos contra otros, y el pueblo se dividió, 
8 porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritu, pero los fariseos afirman todo esto. 
9 Entonces hubo un gran vocerío, y levantándose algunos escribas que estaban a favor de los fariseos, disputaban contra ellos, diciendo: No encontramos mal alguno en este varón, porque ¿qué hay si algún espíritu o algún ángel le ha hablado?

Jesús les dice: “Cuídense de los que les enseñan a tratar de justificarse ante Dios por sus buenas obras y de los que niegan lo sobrenatural del Evangelio y mi obra por ustedes.”

martes, 5 de abril de 2016

¿Existe un día especial para adorar a Dios?

Mucha gente hace un gran asunto de este tema; como si fuera una cuestión de estado el día que se debe adorar a Dios.

Los mesiánicos dicen que debemos guardar el shabbat y celebrar las festividades judías. Los adventistas dicen que debemos guardar el sábado pues es el sello de Dios.

Pero que nos dice la Biblia:

Romanos 14:5 (Biblia Expandida de Fe)
5 Igualmente, algunos juzgan que ciertos días son sagrados y tienen una importancia y significado especial, mientras que otros consideran y estiman que todos los días son iguales. Proceda cada uno plenamente convencido de lo que cree, conforme a su propia opinión y al dictamen de su propia conciencia.

Veamos este pasaje en otras versiones de la Biblia:

Para unos hay días buenos y días malos, mientras que para otros todos los días son iguales. Que cada uno, pues, siga su propio parecer (Biblia Latinoamericana).

Hay quienes consideran necesario observar las fiestas judías como días especiales de adoración; y hay quienes dicen que todos los días son iguales porque todos los días pertenecen al Señor. En tales cosas, cada uno debe estar plenamente persuadido de que es bueno lo que hace (Biblia Castillian).

O, por ejemplo, una persona piensa que algunos días debían reservarse como santos y otro piensa que cada día es casi como cualquier otro. Hay buenas razones de cualquier manera. Por lo tanto, cada persona es libre de seguir las convicciones de su conciencia (The Message).

MacArthur escribió: "Hace diferencia entre días. A pesar de que ya no era necesario para Dios, el creyente judío débil se veía obligado a observar el sábado y otros días especiales asociados con el judaísmo (cf. Ga 4: 9-10). Por otro lado, los gentiles débiles querían separarse de los días especiales de las festividades relacionadas con su antiguo paganismo debido a su inmoralidad y la idolatría."

Vemos que dos tipos de personas hacían diferencia entre los días: los creyentes judíos débiles y los creyentes gentiles débiles.

El judío débil no podía disfrutar de su libertad en Cristo porque estaba atado a su religión judaica. Es por eso que no solo colocaban énfasis en el sábado, sino en las fiestas, la circuncisión y la ley. Ese mismo espíritu están hoy día los mesiánicos y también iglesias como la adventista.

Ellos colocan el sábado con una dimensión que no tiene y presionan a los creyentes para hacer lo mismo.

El otro grupo de personas son los débiles en la fe, que se horrorizan cuando los cristianos celebran la llamada semana santa o la navidad. O los que dicen que está mal reunirse en domingo pues esa es el día de la iglesia católica.

No se dan cuenta que esos días no son nada, no tienen ningún valor espiritual.

Finalmente, Dios no nos condena si guardamos el sábado o el domingo, como termina el pasaje: "Proceda cada uno plenamente convencido de lo que cree, conforme a su propia opinión y al dictamen de su propia conciencia."

Como dice la primera parte del siguiente verso: "El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace."

Si sabemos que estamos haciendo las cosas para el Señor, no importa el día que lo adoremos, lo importante es que nuestra conciencia esté limpia, sabiendo que lo hago para Él.

Por eso, mi conciencia me muestra claramente que no importa el día que adore al Señor porque todos mis días son para Él y lo puedo adorar en cualquier momento.