lunes, 16 de noviembre de 2015

Reclamando nuestros derechos

Reclamando nuestros derechos


Muy ligado a este pasaje se encuentra Juan 14:13-14 que dice: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”

El único problema con este pasaje es que Reina y Valera añadieron la frase “al Padre” en este pasaje robándonos el significado real de este pasaje y colocándolo en el campo de la oración.

La gran mayoría de traducciones en español y todas las de inglés no contienen este añadido.

Queriéndonos ayudar a entender la Biblia nos confundieron.

Jesús no esta hablando aquí de la oración de petición (como si lo hace en Juan 16). Aquí dice: “Y todo cuanto pidiereis en Mi Nombre, YO LO HARÉ….Si pidiereis alguna cosa en Mi Nombre, YO LO HARE.”

Jesús está hablando acerca del uso del Nombre de Jesús contra el enemigo en nuestra vida diaria.

La palabra “pedir” usada aquí es el término griego aiteo que significa pedir o demandar, e incluso exigir..

No es a Dios a quien le demandamos o exigimos, Él no es quien nos ha robado nuestra salud o dinero, el que nos roba es el diablo y a él es a quien debemos exigirle que saque sus manos de nosotros y a todas las cosas que nos envíe.

Pedro y Juan sabían esto, como hemos estado viendo en el caso del cojo que se sentaba en la puerta del templo llamada la Hermosa.

Hechos 3:4-8
4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos.
5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo.
6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos;
8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando,  y saltando, y alabando a Dios.

Demandaron que la enfermedad se fuese del hombre y al momento se fue.

Kenneth Hagin cuenta que una vez, después de enseñar acerca de esto, se le acercó un profesor universitario de griego después del culto, diciéndole: “Hermano Hagin, nunca pensé en esto antes de escucharlo enseñar, pero luego de eso al leer mi Nuevo Testamento en Griego me di cuente que ese verso dice literalmente: ‘Todo cuanto exigiereis como vuestros derechos y privilegios, yo lo haré’”

La concordancia Strong resalta que el significado de la Palabra griega que aquí se traduce como “pedir” es en realidad “exigir algo que se nos debe”.

El problema es que no podemos exigir nuestros derechos y privilegios si no los conocemos.  

En el Nuevo Pacto tenemos muchos derechos y privilegios debido a la obra terminada de Cristo en la cruz; y uno de nuestros derechos y privilegios es que podemos usar el nombre de Jesús.

Para poder usar este derecho y privilegio vayamos a la Biblia y estudiemos lo que dice acerca del Nombre glorioso de Jesús.


lunes, 9 de noviembre de 2015

El Nombre de Jesús

El Nombre de Jesús

Conversaba con 6 amigos a la salida de un seminario cuando fuimos testigos de un accidente automovilístico, una camioneta 4x4 negra salió disparada en el aire hacia nosotros, solamente dijimos al unísono, “en el nombre de Jesús”, y la camioneta se detuvo en el aire y dio media vuelta regresando parada a la pista.

Como no vamos a valorar el poder que hay detrás de ese nombre.

Por ese motivo es de suma importancia que como creyentes sepamos acerca del poder que tiene ese maravilloso nombre y saber que relación tiene con nosotros.

E. W. Kenyon relata en su libro “El Maravilloso Nombre de Jesús”.

Una  tarde, mientras yo daba una introducción sobre “El Nombre de Jesús”, un abogado me interrumpió y me preguntó:

“¿Usted quiere decir que Jesús nos delegó un poder legal para usar Su Nombre?”  Le dije: “Hermano, usted es abogado y yo soy una persona común. Dígame ¿Jesús nos dio ese poder legal?”  

El me dijo: “Si el lenguaje significa algo, entonces Jesús le dio a la Iglesia un poder legal”     

Entonces, le pregunte: “¿Cuál es el valor de este Poder legal?”  

Él respondió: “Depende de cuanto hay por detrás de él, cuanta autoridad, cuanto poder representa este Nombre ”.

Esto me hace recordar cuando vivía mi abuela y ella le dio a mi padre un poder legal para poder cobrar su pensión..

Ellos fueron donde el notario y firmaron un documento mediante el cual mi padre representaba a mi abuela y con su firma podía hacer transacciones en su nombre.

Cada fin de mes iba al banco y cobraba la pensión de mi abuela.

Eso es lo que pasó con el nombre de Jesús; Todo poder y autoridad que Jesús tenía ha sido delegado a Su Nombre.

La Palabra de Dios nos enseña que tenemos el derecho legal de usar Su Nombre.  

Dice que podemos usar ese nombre para enfrentarnos con los demonios; dice que podemos usarlo para ministrar sanidad, dice que podemos usarlo en la oración.

Todo lo que está incluido y se le ha otorgado a este Nombre nos pertenece, porque Jesús nos dio el uso incondicional de Su Nombre.


El Nombre de Jesús en Oración

Jesús dice del uso de Su Nombre en la oración:

Juan 16:24 (RV1960)
24 Hasta ahora nada habéis pedido EN MI NOMBRE; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.

Hasta ahora quiere decir hasta el mismo momento que Jesús dijo estas palabras. En otras palabras, hasta ese mismo momento en que Jesús hablaba sus discípulos, nada habían pedido en Su Nombre.

Juan 16:24 (Nueva Versión Internacional)
24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.

Él les está hablando acerca de un “nuevo día” sobre la tierra, y está diciéndoles: Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría se cumpla.

Cuando pedimos en Su Nombre estamos pidiendo a favor de nosotros mismos. Nosotros somos los que necesitamos sanidad; somos los que necesitamos las cosas que nos faltan.

Aquí en Juan, Jesús no solamente nos está dando el uso de Su Nombre en la oración para el Nuevo Pacto.

Juan 16:23 (RV60)
23 En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

Juan 16:23 (Castilian)
 23 Cuando llegue ese día no tendréis necesidad de preguntarme nada, sino que directamente podréis dirigiros al Padre, y todo lo que le pidáis en mi nombre os lo concederá.

Mira lo que Jesús nos esta diciendo: “Si pides al Padre en Mi Nombre; yo  endosare (aprobaré, legalizaré) tu pedido; y el Padre te lo dará a ti.”

Hace un tiempo recibí un cheque del extranjero, como el banco no tenía oficinas en mi país, yo lo endosé a una institución que cobraba cheques en cualquier parte del mundo, al colocar mi firma (acompañada de mi nombre y número de mi documento de identidad) ellos pudieron cobrar ese dinero en mi nombre.

Eso es lo que hace Jesús, cada vez que presentamos una oración a Dios y usamos Su Nombre, Ese Nombre es el respaldo o la firma que endosa ante Dios la petición que le estamos haciendo.

El problema es cuando no entendemos lo que Jesús nos dice porque en vez de haber aprendido el Nuevo Testamento hemos aprendido tradiciones religiosas que se han convertido en vacas sagradas que han diluido las promesas de Dios. 

Añadimos cosas que Jesús nunca dijo, y por eso es que mucha gente dice: “Dios lo hará si es Su voluntad; pero, puede que no sea su voluntad”.

Esto no es algo que se encuentra en el Nuevo Testamento. Las personas se han conformado con que sus oraciones se queden sin respuestas, diciendo: “De cierto, no era Su voluntad, porque no lo hizo. Si hubiera sido su voluntad, Él lo habría hecho”.  

Jesús declaro la voluntad de Dios aquí en Juan 16:23,24.

Juan 16:23-24 (La Biblia de las Américas)
23 En aquel día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre, os lo dará en mi nombre.
24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.

Debemos aprender a orar la oración de fe y recibir lo que queremos de Dios.

Nadie puede, ni por la oración, ni por la fe, conseguir para otra persona algo que no quiera. Si pudiéramos, haríamos que todos fuesen salvos sin necesidad que ellos quieran. Cuando se trata de orar por otras personas, la voluntad de ellas está involucrada; y su duda puede anular los efectos de nuestra fe. La incredulidad de otras personas, por otro lado, no pueden afectar mis oraciones por mis necesidades.

Cuando hacemos una oración por nosotros mismos la respuesta de Dios siempre es “si”.

Algunas personas dicen: “Dios siempre responde las oraciones. A veces dice si y a veces dice no". Nunca encontrarás esto en la Biblia, es puro razonamiento humano.
        
Jesús no dijo: "Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, sin embardo, a veces Dios dirá: ¡No!  a veces dirá ¡Si!, y a veces dirá: espera un poco".  

Hemos  añadido cosas así a la Biblia para tratar de explicar a la gente el porque la oración no funciona para ellos.  Sin embardo, la razón por la que no les funciona es porque no hicieron funcionar la palabra. Si no funciona para mi, es porque no estoy en armonía con la Palabra.

Una persona puede ser un buen creyente, santificado, separado y santo y  aun así no tener respuesta a sus oraciones. 

Creemos que las personas deben de vivir una vida correcta, pero no podemos venir a orar alabándonos a nosotros mismos.
 
No podemos acercarnos al trono de la gracia diciéndole a Dios todo lo que hemos hecho, jactándonos en ello y obtener una respuesta.

Nosotros vamos al trono de la gracia llevando el Nombre de Jesús. Y la palabra de Dios funciona hoy,  tal como  funcionó en el pasado. Jesús dijo: “Pedid al Padre en mi Nombre; Yo endosare (aprobaré, legalizaré)  aquello y el Padre os lo dará.”

Esto le da a la oración una base completamente legal, porque Jesús nos dio el derecho legal de usar Su Nombre.

A medida en que tomamos nuestros privilegios y derechos en el Nuevo Pacto y oramos en el Nombre de Jesús, el asunto pasa de nuestras manos a las manos de Jesús, entonces; asume la responsabilidad de esa oración, y sabemos que Él siempre dice: “Padre gracias Te doy porque me oyes; Yo se que Tú siempre me oyes”.

En otras palabras, sabemos que el Padre siempre oye a Jesús, y cuando oramos en Nombre de Jesús, es como si el propio Jesús estuviese orando; Él toma nuestro lugar. Esto no solamente coloca a la oración en una base legal, más sino en una transacción practica.


Cuando oramos, nosotros tomamos aquí el lugar de Jesús para cumplir Su voluntad, y  El toma nuestro lugar delante del Padre.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Pasos Que te Ayudarán a Tener una Oración Efectiva

Pasos Que te Ayudarán a Tener una Oración Efectiva

           
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
1 Juan 5:14–15

La voluntad de Dios se encuentra en Mateo 7:7–8: “Pedid, y se os dará; buscad y hallareis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama se le abrirá.”  
La voluntad de Dios es siempre responder nuestras oraciones porque nos ama, así que veamos algunos pasos que te ayudarán a recibir respuesta a tus oraciones.

Primer Paso: Decide lo que Quieres Recibir

Santiago 1:6-8
6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

Una persona que no sabe lo que quiere es difícil que reciba algo de Dios.
La palabra que se usa para dudar es diakrino, que significa: “separar entre dos” u “oscilar”.
Cuando era niño, mis abuelos tenían un reloj de péndulo en la sala de su casa; yo veía que marcaba el tiempo yendo de izquierda a derecha una y otra vez, sin parar. Muchos creyentes hacen lo mismo, están de un lado a otro, sin saber lo que quieren.
El hombre de doble ánimo es como el niño al que se le lleva a la juguetería, quiere todos los juguetes que hay, no sabe por cual decidirse, y al final el padre es el que escoge por el niño.
Debemos aprender a decidirnos.

Juan 15:7
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Al momento de orar debemos saber lo que queremos. Notemos que el verso dice: querer y no necesitar.
Mucha gente piensa que Dios solo quiere darnos las cosas que necesitamos; pero este verso dice que podemos pedir lo que queremos y Dios no los dará.

Marcos 10:46-52
46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.
51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

Notemos que en la sanidad de Bartimeo, Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? Para poder recibir algo de Dios, Bartimeo necesitaba quererlo.
Mucha gente no recibe nada de Dios porque no quieren nada.
Dios te pregunta hoy: ¿Qué quieres que haga por ti? Así que decide lo que quieres y se determinado en ello.

Segundo Paso: Encuentra las Escrituras que Prometan lo que Quieres

Si ya sabes lo que quieres necesitas el respaldo de los versos que prometen lo que quieres recibir de Dios.

1 Juan 5:14-15
14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

Aquí encontramos la clave para la oración respondida, pedir de acuerdo a Su voluntad. Y, ¿dónde encontramos su voluntad? En Su Palabra.
Si queremos tener respuesta a nuestras oraciones siempre debemos orar basados en la Palabra de Dios.

Lucas 4:1-12
1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.
6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
10 porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;
11 y, En las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

Durante la tentación en el desierto Jesús usó tres veces la Palabra de Dios para derrotar al diablo.
La Palabra de Dios es lo que nos trae victoria en cualquier circunstancia en la que nos encontremos y nos da la respuesta deseada.

2 Pedro 1:3-4
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia

Todas las cosas que necesitamos y deseamos en esta vida ya han sido provistas por Dios. Así que nosotros podemos disfrutar de todas estas cosas.

Tercer Paso: Pídele a Dios las Cosas que Necesitas

Este paso es tan obvio que parece tonto darlo; pero la verdad es que muchos creyentes no le piden a Dios las cosas que desean. Dan por descontado que Dios les dará las cosas que no le piden lo que necesitan.
           
Mateo 7:7-11
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Aquí el énfasis está en que debemos pedir si es que queremos recibir.

Santiago 4:2
2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

Las personas no reciben las cosas que desean porque no las piden.
Es como una persona que va a un restaurante, se sienta en la mesa, lee el menú, se queda una hora y se va a su casa sin comer nada. ¿Por qué no comió nada? Porque no pidió nada.
 Si quieres algo debes ir y pedirle a Dios, que Él te responderá.

Cuarto Paso: Cree que Ya es Tuyo

Marcos 11:23-24
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

En este verso vemos que debemos creer antes de recibir.
El verso 24 en la Versión Amplificada dice: “Cuando ores, ten confianza y cree que se te ha concedido, y lo tendrás.”
Mucha gente está esperando ver la respuesta para empezar a creer; pero si ya lo tienes para que necesitas creer que lo tendrás.
Uno cree primero y después ve la respuesta.

Juan 20:24-29
24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

Aquí vemos a Tomás diciendo: “Ver para creer”.
Tomás es como mucha gente que está esperando ver primero para luego empezar a creer. Pero la fe no funciona así, tu primero crees que es tuyo lo que has pedido y luego lo verás.
Notemos que Jesús llamó incrédulo a Tomás por decir “ver para creer”; y dijo además: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron”.
¿Por qué? Porque él que cree antes de ver recibirá cualquier cosa que pida.

Quinto Paso: Rehúsa Dudar

Como dijo F. F. Bosworth: “Cree en tus creencias y duda de tus dudas”.
El problema es que la mayoría de los creyentes hacen las cosas al revés, creen en sus dudas y dudan de sus creencias.

Santiago 1:6-7
6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

Como vimos antes la palabra duda nos habla de oscilar.
El problema en la iglesia es que hay muchos “creyentes margaritas”. Son creyentes que hoy creen, mañana dudan, al día siguiente creen y luego vuelven a dudar. Están siempre a ambos lados del péndulo.
Son como el joven que deshojaba una margarita mientras pensaba en su novia y decía:  “Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere...”.
Así están muchos creyentes: “Creo que recibo, no creo que recibo, creo que recibo, no creo que recibo...”. Ese tipo de persona nunca recibirá de Dios.

Mateo 14:22-32
22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.

En este pasaje podemos ver un ejemplo de lo que es la duda.
Pedro estaba en la barco y cuando vio a Jesús le dijo: “Si eres tu manda que yo camine sobre las aguas”. Y Jesús le dijo: “Ven”.
Pedro salió de la barca y empezó a caminar sobre el agua. Mientras el camino sobre las palabras de Jesús, siguió caminando por encima de las aguas; pero cuando puso sus ojos en el mar, las olas y el viento empezó a hundirse.
La duda es sacar los ojos de la Palabra de Dios y ponerlos en las circunstancias.

Marcos 11:23
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.

Siempre habrán circunstancias que se levanten en contra de lo que estamos creyendo; pero nosotros debemos rehusar dudar y ordenarle a ese monte de circunstancias adversas que se mueva.

Sexto Paso: Recuerda Sus Promesas

Josué 1:8
8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

La clave para el éxito en nuestra vida cristiana es la meditación de la Palabra de Dios.
La palabra hebrea para meditar es hagah que significa: gemir, refunfuñar, proferir, hablar, decir, meditar, reflexionar, ponderar, murmurar.
El meditar no es poner la mente en blanco repitiendo un sonido como hacen las religiones orientales, sino mas bien colocando algo en ella.
           
Proverbios 4:20-22
20 Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.
21 No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón;
22 Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.

El meditar la Palabra de Dios es ponerla delante de nuestros ojos. Es decir, vernos en posesión de las cosas que le hemos pedido a Dios; y hacer planes como que ya son una realidad en nuestra vida.

Marcos 5:25-29
25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,
26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.
28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.

En el verso 27 vemos que la mujer decía; no dice que dijo; si no que decía, esto nos habla de una continuidad en el decir; ella decía una y otra vez: “Si tan solo toco el manto de Jesús seré sana, si tan solo toco el manto de Jesús seré sana, si tan solo toco el manto de Jesús seré sana....”; y fue tocó el manto de Jesús y fue sana.
Al decir estás palabras ella estaba meditando la Palabra; se estaba viendo sana, y al hacerlo ella fue y recibió su sanidad.
Un hermano dijo: “Si lo puedes ver, lo puedes tener.”
Eso es lo que debes hacer, debes ir una y otra vez a las promesas de la Palabra que te prometen lo que quieres recibir de Dios, hasta que se hagan una realidad en tu vida.

2 Corintios 4:13
13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos

Debemos estar recordando las promesas que nos muestran lo que Dios ya nos proveyó.

Sétimo Paso: Alaba a Dios por la Respuesta

Alguien dijo que la alabanza es el nivel mas alto de fe; y yo lo creo, porque tu estás dando gracias a Dios por la respuesta aunque todavía no hayas visto nada.

Romanos 4:20-22
20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;
22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.

Eso fue lo que hizo Abraham; dio gracias de antemano, aún no había nacido Isaac, sin embargo, él daba gracias a Dios porque estaba plenamente convencido de que era capaz de hacer todo lo que había prometido.
Debemos mantenernos firmes alabando y dando gracias a Dios por respondernos aunque aun no se haya manifestado físicamente nuestra respuesta.

Filipenses 4:6
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

De nada nos sirve afanarnos y orar una y otra vez la misma oración; pues al orar por segunda vez le estás diciendo a Dios que no te escuchó la primera vez.
Cambia el afán por la alabanza, dándole gloria a Dios porque Él es poderoso para hacer todo lo que ha prometido.
Dale las gracias porque ya respondió tu oración.


Conclusión


Estos pasos te ayudarán a la hora de presentar tu petición al Señor.