lunes, 23 de abril de 2018

La Fe, la Sanidad Divina y los Sentidos Físicos
















La Fe, la Sanidad y los Sentidos Físicos
Por Ricardo Botto

Hoy les quiero compartir el papel de la fe, la sanidad y los sentidos físicos.

Muchas veces cuando ministro sanidad divina le pregunto a la gente: "¿Cuando vas a creer que estas sano?" Y muchos me responden: "Cuando me sienta sano." Yo les vuelvo a preguntar: "Si ya te sientes sano que necesidad tienes de creer que ya los estás."

Esto no tiene ningún sentido lógico, una persona cree antes de ver.

Jesús dijo en Marcos 11:24: "Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas" (La Biblia de las Américas).

La Versión Amplificada de la Biblia lo pone así: "Por esta razón te digo, cualquier cosa que pidas en oración, cree (confía y ten confianza) que te es concedido, y lo será [lo tendrás]"

Kenyon dijo: "No deberíamos necesitar la evidencia de los sentidos. Descansemos en la Palabra. La fe se aferra a la confesión de la Palabra. El conocimiento de los sentidos se aferra a la confesión de la evidencia física. Si acepto evidencia física en contra de la Palabra de Dios, anulo la Palabra en lo que a mí respecta,"

Muchas veces ponemos nuestra confianza en lo que dice nuestro cuerpo, nuestros 5 sentidos físicos (el gusto, el tacto, el oído, la vista, el olfato), y lo convertimos en la realidad de nuestras vidas, al final no solo no tenemos el resultado deseado sino todo lo contrario.

Un ejemplo de poner los sentidos físicos como la prioridad en nuestras vidas lo encontramos en el lugar donde Tomás colocó su fe; veamos en el Evangelio de Juan:

Juan 20:24-29
24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 
25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 
26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 
27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 
28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 
29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. 

En este pasaje es bien obvio donde estaba la fe de Tomas. Los otros discípulos lle dijeron: "Hemos visto a Jesús." Y Tomás les dijo: "No voy a creer hasta que mis sentidos físicos me lo demuestren, sino lo veo y lo toco no voy a creer"

Tomás necesitaba "algo más" que el simple creer, necesitaba tener la evidencia de sus sentidos físicos.

Jesús se apareció y le dio en otras palabras: "¿Necesitas la evidencia de tus sentidos físicos para creer? Ven, mira y toca, y no seas incrédulo sino creyente."

Que fuerte lo que dio Jesús, el caminar por la evidencia de los sentidos físicos no es creer sino tener incredulidad.

Tanta gente me dice: "Yo tengo la fe de Tomás, debo ver para creer."

Bueno, en primer lugar Jesús dijo que eso no es fe sino incredulidad; y en segundo lugar si ya lo puedes ver, ya no tienes que creer sino saber que ya es tuyo.

Jesús terminó dando una bienaventuranza para los que creen antes de ver, fijo: "Bienaventurados los que no vieron y creyeron." ¿Por qué? Por lo que dice en Marcos 11:24 de que todo lo que oramos y pedimos debemos creer que ya se nos ha concedido y lo tendremos.

Esto es muy cierto en la sanidad divina.

F. F. Bosworth escribió:
En la medida en que basamos la fe en nuestra mejoría, o somos afectados por lo que vemos o sentimos, en lugar de por solo la Palabra de Dios, de esa manera mostramos que nuestra fe no es real. Estar ocupado en lo que vemos o sentimos es exactamente revertir la condición que Dios establece para que podamos seguir. "Todo aquel que lo mire vivirá", significa simplemente que todo aquel que, como Abraham, se ocupa de la promesa de Dios de que ya no está afectado por los síntomas, "se recuperará". Significa que la Palabra de Dios (no lo que vemos o sentimos) será la base de nuestra fe. Nuestro "mirar hacia la promesa de Dios" debe ser mantenido hasta que seamos sanados.
A diferencia de Tomás, Abraham colocó su fe en un lugar diferente, no en lo que sus sentidos físicos le decían sino en la Palabra de Dios. Veamos esto en el libro de Romanos:

Romanos 4:16.22
16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. 
17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes)  delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. 
18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. 
19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto  (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 
20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 
21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; 
22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.

Pablo dice que es por fe para que sea por gracia. ¿Está hablando de la fe de Tomás que se basa en los sentidos físicos o de una fe diferente?

Aquí nos habla de una fe diferente, de la fe que tuvo Abraham.

Si Abraham hubiera tenido la fe de Tomas hubiera visto su edad casi de 100 años, su cuerpo físico que ya estaba viejo y casi como muerto, que su esposa era estéril y tenia 90 años. Habría dicho que era imposible.

Pero el considero dos cosas, Dios da vida a los muertos y llama las cosas que no son como si fuesen.

En 2 Corintios hablando del contexto del espíritu de fe dice:

2 Corintios 4:13, 17-18
13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 
17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 

Es evidente que Abraham tenía el espíritu de fe; él no considero las circunstancias adversas, ni el hecho de que estaba en un lugar en el que no había esperanza, ni mucho menos la voz de sus sentidos físicos, él considero la promesa de Dios.

Lo que Dios le dijo fue la base para su correcto creer.

Andrew Murray habló de esto en cuanto a la sanidad y los sentidos físicos:
Considerar el cuerpo da lugar a las dudas, mientras que aferrarse a la promesa de Dios y estar ocupado sólo con Él da entrada al camino de la fe, el camino de la sanidad divina, que glorifica a Dios.
Cuando estamos pasando por enfermedad, el aferrarnos a lo que sentimos y lo que vemos nos alejará del camino de la sanidad, nuestros ojos deben estar puestos en lo que Dios nos dio en Su Palabra.

Lo que Dios dijo es el punto final de todo asunto.

Me acuerdo hace unos años, viendo, tocando, oliendo y oyendo a los doctores, acerca de una herida en la planta del pie.

Solo aferrándome a la realidad de la Palabra que en la cruz Jesús tomó mis enfermedades, sufrió mis dolores, llevó mis dolencias y que por su llaga fui curado (Isaías 53:4-5, Mateo 8:17 y 1 Pedro 2:24). Y ver el fruto de poner mis ojos en lo que Dios y Su Palabra decían, y recibiendo mi sanidad.

Consideremos las palabras de una gran ministra de sanidad divina acerca de los sentidos físicos y la sanidad divina, la evangelista Maria Woodworth-Etter:
En la búsqueda de la curación para nuestros cuerpos, somos tan aptos para mirar sensaciones, o síntomas; Y creemos que estamos curados justo en proporción a la cantidad que vemos y sentimos. Cuando en realidad estamos curados cuando creemos. "Las cosas que deseéis, cuando oréis, creed que las recibisteis, y las tendréis".
La obra fue terminada en el Calvario. En la cruz del Calvario se encuentra el remedio que sanará todas las enfermedades y dolencias del alma y del cuerpo... A veces se realiza al instante en el cuerpo, pero más a menudo es una liberación gradual, que nos obliga a salir en fe antes de ver cualquier signo de tenerlo.
La fe desvía la mirada de lo natural, de las cosas de los sentidos, y ve el cumplimiento de la promesa, a través de la obra completa de Cristo en el Calvario. Ve cada necesidad suministrada por medio de la expiación...
Debemos aferrarnos a las promesas de Jesús en vez de mirar nuestros sentimientos, o pasar por ellos, porque nuestros sentidos son un falso testimonio para nosotros cuando salimos en fe. Si estamos mirando y andando por nuestros sentimientos, estamos creyendo en ellos en vez de creerle a Dios.
Nuestra confianza no está en lo que nuestros sentidos físicos nos dicen, nuestra confianza está en esa palabra que Jesús dijo en la cruz: Tetelestai, todo está cumplido.

Así que saca tus ojos de lo que tus sentidos físicos te dicen, y ponlos en Jesús, el autor y consumador de la fe, y recibe hoy tu sanidad.





viernes, 20 de abril de 2018

DOS ENEMIGOS QUE FUERON VENCIDOS EN LA CRUZ

DOS ENEMIGOS QUE FUERON VENCIDOS EN LA CRUZ


Colosenses 2:14-15
14 Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 
15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Jesús anuló la ley que estaba contra nosotros y además nos era contraria. No solo ningún hombre podía cumplirla, sino que el que fallaba en un solo punto estaba bajo maldición.

Gálatas 3:10-12
10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.

La ley fue clavada en la cruz, ya no tiene poder sobre nosotros, la salvación ya no se consigue por el cumplimiento de una serie de decretos imposibles de cumplir sino por la sola fe en Jesucristo

El segundo enemigo fue Satanás y sus huestes. Jesús los venció en la cruz quitándoles todo poder y autoridad. Los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Ahora podemos acercarnos libremente a Dios, sin tener que cumplir una serie de requisitos para ser aceptados; tenemos libre acceso al trono de la gracia.

Y podemos caminar sin temor de Satanás y sus obras, el pecado, la enfermedad, la miseria y demás cosas malas, porque en Cristo tenemos la victoria.

Como dice en Romanos 8:37, somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.

Jesús ya venció por nosotros, caminemos en esa victoria.

miércoles, 4 de abril de 2018

Mi Cajita de Promesas

Mi Cajita de Promesas

Tenía 17 años y era recién convertido, todas los cosas eran nuevas para mi, todo consejo que me daban era bien recibido, y un día me dijeron que debía comprarme una cajita de promesas, para así cada mañana al despertarme sacase una promesa y empezara bien el día.

Así que como chico obediente que era fui a la librería cristiana y me compré mi cajita de promesas. Era una caja chiquita, que tenía dentro un montón de cartulinas de colores que tenían versículos de la Biblia.


Al día siguiente, y luego cada mañana siguiente, abría mi cajita y sacaba una galleta de la fortuna, perdón, sacaba la promesa del día al azar, para saber cual era mi destino para ese día (viéndolo hoy me suena un poco al horóscopo diario).

No importaba que decía, si era buena o mala, si correspondía a mis circunstancias o no, si estaba en contexto o no, lo que importaba es que yo estaba feliz, por que las estrellas, digo Dios, me habían revelado mi futuro para ese día.

Creo que todos hicimos tonterías así cuando recién conocimos al Señor, llenos de fuego y fervor todo lo que se oyese como Dios y Biblia ahí estábamos metidos.

Con el tiempo dejé mi querida cajita de promesas, nunca sabré que pasó con ella, solo se que me dejó de ser útil, aprendí un poco más de la Palabra y me di cuenta que era inútil.

Dejé de vivir de promesa en promesa y empecé a leer toda la Biblia.

Muchos creyentes siguen viviendo de promesa en promesa, inclusive hay una Biblia llamada "La Biblia de las Promesas", sacando un versículo por ahí y otro por allá, sin importar lo que dice delante y lo que dice detrás.

Toda clase de doctrina rara sale por vivir tan solo de las promesas, muchas veces viviendo solo del futuro, ya que por quedarse en las promesas no se dan cuenta que muchas de ellas ya fueron cumplidas en Cristo.

"Oh, yo se que Dios me sanará algún día, Él lo prometió en Su Palabra;" dicen llenos de esperanza y con lágrimas en los ojos.

Muchas veces les digo: "No, Dios no te va ha sanar."

"¿Qué?, pero si Él lo prometió en la Biblia."

"¿Sí? ¿Donde?"

"Aquí, en Éxodo 15:26."

Éxodo 15:26 
26 Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. 

"Muy bien, si lees el contexto esa promesa fue para Israel, para todo aquel que cumpliese la ley. ¿Tú estás bajo la ley?"

"¡No! ¡Yo no estoy bajo la ley sino bajo la gracia!"

"Entonces lamento decirte que esa promesa no funcionará para tí."

"¿Y ahora que hago?"

"Vayamos al contexto de las Escrituras; en Hebreos 8:6 dice que estamos en un mejor pacto establecido bajo mejores promesas."

"¿Y que dice en cuanto a la sanidad? ¿Habrá alguna promesa para mi cajita?"

"Olvídate de tu cajita, tienes algo mejor, la Biblia. Veamos lo que dice acerca de la sanidad divina. En Isaías 53:4-5. Mateo 8:17 y 1 Pedro 2:24 dice que Jesús tomó tus enfermedades, llevó tus dolencias y por sus llagas fuiste sanado."

"¿Si? ¿Y tengo que hacer algo para ser sanado?"

"Solamente creer y recibir, al ver todo el contexto de la Biblia te das cuenta que en el Nuevo Pacto Dios te da todas las cosas por gracia y las recibes por medio de la fe."

Cuando la persona ve el contexto de la Biblia y se da cuenta que su sanidad ya fue pagada en la cruz, es bien fácil que deje de esperar y empiece a creer y recibir.

Este es solo un ejemplo en cuanto a un tema que es la sanidad divina, pero es lo mismo en cada tema de la Palabra de Dios, no debemos sacar una promesa al azar, sino ver el contexto.

Por eso, es mejor si te deshaces de tu cajita de promesas y empiezas a leer todo la Biblia en su contexto.  

martes, 3 de abril de 2018

¿Cual es mi lugar en la iglesia local?

¿Cual es mi lugar en la iglesia local?



Romanos 12:3-8
3 La gracia que Dios me ha confiado en su bondad (como apóstol) me autoriza también a advertirles y exhortarles a todos y a cada uno de ustedes: que a nadie se le suban los humos a la cabeza y tenga un concepto más alto de sí que el que debe tener; pensando en sí mismo con moderación y estimándose con la medida justa sin ideas exageradas de su propia importancia, conforme al grado y la medida de fe que Dios le ha concedido a cada uno (y los dones y capacidades que Dios les ha repartido, distribuido y entregado).
4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen idéntico oficio, función o modo de actuar (sino que cada uno tiene su propósito específico).
5 De manera semejante, nosotros, siendo muchos de manera colectiva, formamos un solo cuerpo en Cristo, en el que cada miembro de manera individual y recíproca está unido, pertenece y está conectado al servicio de los demás.
6 Teniendo diversos y diferentes dones (aptitudes, capacidades y habilidades), que varían según la gracia que Dios nos ha concedido a cada uno de nosotros en su generoso amor (para realizar nuestra labor dentro del cuerpo); si el don que alguien ha recibido es el de profecía, que profetice en proporción y conforme a la medida de fe que le fue asignada.
7 Si la gracia que Dios le ha concedido es el diaconado, que es el don de servicio o ministración a otros, que use su don sirviendo y ministrando bien. Si la gracia que ha recibido es el don de maestro, use su don y cumpla su labor dedicándose a la enseñanza y a la doctrina.
8 Si la gracia que ha recibido es el don de exhortar y predicar, dedíquese a exhortar y animar a los demás; si la gracia que ha recibido es el don de repartir hágalo con generosidad y liberalidad. Si la gracia que ha recibido es el don de presidir, liderar y dirigir, cumpla su responsabilidad con diligencia y con todo esmero; si la gracia que ha recibido es el don de misericordia y de ayudar a los necesitados, hágalo con alegría.

Cada creyente tiene un lugar y una función dentro del Cuerpo de Cristo.

A todos nosotros Dios nos ha repartido, distribuido y entregado dones y capacidades específicas para su servicio.

No todos hemos recibido la misma función sino que cada uno tienen una asignación específica que cumplir dentro de su iglesia local.

Así que tenemos diversos y diferentes dones, que varían según la gracia que Dios nos ha concedido a cada uno de nosotros en su generoso amor para realizar nuestra labor dentro de la iglesia local a la cual pertenecemos.

Eso es lo que llamamos los dones de función o de servicio.

En estos dones hay tres categorías que hablan y cuatro categorías que hacen, y definitivamente te encuentras en alguna de ellas.

Los dones de función que hablan son el de profecía, el de enseñanza y el de exhortación.

Los dones de función que hacen son el de servicio, el de repartir, el de presidir y el de hacer misericordia.

En las próximas entradas los estaremos definiendo para ayudarte a encontrar tu lugar. 

lunes, 2 de abril de 2018

¿La fe es un don de Dios o algo que nosotros producimos?

¿La fe es un don de Dios o algo que nosotros producimos?



En mis conversaciones con mis amigos calvinistas y otros hermanos siempre sale la discusión acerca de donde sale la fe.

Ellos me dicen: "La fe es un don de Dios".

Yo les pregunto: "¿De dónde han sacado esa barbaridad?"

Pero bueno, vayamos a las Escrituras:

Efesios 2:8-9
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Al leer este versículo me dice: "Ya ves, ahí dice que la fe es don de Dios."

Yo les pregunto: "Ah sí, ¿en dónde?"

Ellos me dicen: "Mira ahí dice que la gracia, la salvación y la fe son don de Dios."

Yo les digo siempre: "Hay que aprender a leer bien."

Quiero tomar aquí la manera que lo explica el Dr. William Lane Craig en un video de su página "Fe Razonable":
"¿No has oído que en Efesios 2 dice que la fe es un don de Dios y nadie puede producirla?"
Vayamos otra vez a Efesios 2:8-9: 
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."
"¿No muestra esto que la fe es un don de Dios y no algo que puedas producir por ti mismo?"
Yo pienso que eso es incorrecto
Quiero que todos los que usan el software bíblico Logos me digan cual es el genero de fe que se usa en el versículo 8.
Y quiero decirle mencionar aquí que en el griego, como en nuestro lenguaje moderno, cada nombre tiene un género, que puede ser masculino, femenino o neutro.
¿Cuál es el género de la palabra PISTIS o fe?
FEMENINO
Así que es femenino el género de PISTIS o Fe.
¿Cual es el género en el pronombre en el versículo 8 ESTO?
NEUTRO
La palabra es TOUTO y es neutro; y como hemos visto este no es el género de FE, tendríamos que tener un pronombre femenino para referirnos a FE.
En vez de eso se refiere a toda la clausula anterior SALVACIÓN POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE, eso no es lo que tu haces sino que este es el don de Dios; esta es la manera que Dios eligió establecerlo; que es salvar por gracia a todos los que tienen fe en Cristo, que no es algo que tu hagas.
Pero lo que NO ENSEÑA es que la fe salvadora sea el don de Dios; eso es dramáticamente prohibido.
Pero aquí quiero decir algo que nuestro Reverendo Reformado dijo acerca de la fe. Para muchos de ellos si yo quiero ejercer fe en Cristo; si yo respondo a la gracia de Dios recibiéndola por fe eso sería como si yo estuviera haciendo méritos o ganando mi salvación, sería algo que yo hago, sería mi fe haciendo una obra meritoria, lo cual es excluido por Pablo porque la salvación es por gracia, no por obras meritorias.
Pero al decir todo esto muestran una completa malinterpretación de Pablo, cuando Pablo habla de la fe siempre lo hace como algo opuesto a las obras; porque para Pablo, la fe es la antítesis de las obras; él no piensa que poner la fe en Cristo es una obra, mucho menos una obra meritoria.
Pablo siempre contrasta la fe y las obras.
Así que al recibir a Cristo por fe, recibiendo la gracia de Dios, tú no estás haciendo nada meritorio para salvarte, solo te estás cediendo a la gracia para permitirle que haga su obra en ti, su obra salvadora, su obra justificadora en tu vida
Aquí les dejo el video para que lo vean, solo que está en inglés.