jueves, 29 de marzo de 2018

¿Todo lo puedo en Cristo que me fortalece?

¿Todo lo puedo en Cristo que me fortalece?


Desde que me convertí este ha sido uno de los versículos que más he escuchado, la gente decía una y otra vez: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."

Decían:

"Voy a dar un buen examen porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece."

"La comida me saldrá bien porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece."

"Voy a ganar el partido porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece."

"Voy a bajar de peso porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece."

Por años y años he repetido esa muletilla mágica, inclusive en los que piensan que la confesión de la Palabra de Dios es del diablo.

Cuando reprobaban el examen, perdían el partido, se les quemaba la comida o subían de peso, se preguntaban ¿que había fallado?

Les voy a decir que fue lo que pasó, estaban creyendo en un versículo sacado de su contexto.

Veamos los versículo anteriores y posteriores para ver de que estaba hablando.

Filipenses 4:10-14
10 En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
14 Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. 

Pablo está en la cárcel en ese momento, y acaba de recibir la ofrenda que le enviaron los filipenses por manos de Epafrodito.

El les empieza a agradecer por la abundante ofrenda, luego les empieza a decir que no tenía escasez porque él había aprendido a tener contentamiento cualquiera sea su situación.

Después en el versículo anterior les dice: "Se vivir en abundancia se vivir en escasez... Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."

Y al final vuelve en su agradecimiento: "Bien hicieron en acordarse de mi en medio de mi tribulación."

Entonces, el "todo lo puedo en Cristo que me fortalece", nos habla de algo totalmente diferente a lo que lo hemos aplicado por años, debemos aprender a contentarnos en la situación que estemos. Ni somos más por tener abundancia ni menos por tener escasez, pero podemos pasar esa situación porque todo lo podemos en Cristo que me fortalece.

¿Contentamiento significa abandonarnos en las situaciones de la vida? No, en absoluto, sino que estamos contentos porque sabemos que tenemos la victoria en Cristo.

Así que la próxima vez que usemos este pasaje, y todos los demás en la Biblia, veamos su contexto para saber que es lo que realmente dice.

martes, 27 de marzo de 2018

LA CRUCIFIXIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA MÉDICO

LA CRUCIFIXIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA MÉDICO

(Dr. C. Truman Davis)


Hace algunos años me interese en los aspectos físicos de la pasión o sufrimiento de Jesucristo cuando leí un relato de la crucifixión en el libro de Jim Bishop "El día en que murió Cristo".

De pronto comprendí que había tomado la crucifixión mas o menos por sentado todos estos años -que me había endurecido al horror, al familiarizarme muy livianamente con los tétricos detalles.

Finalmente se me ocurrió que como medico, ni siquiera sabia en verdad la causa inmediata de la muerte de Cristo.

Los escritores del evangelio nos son de mucha ayuda en este sentido.

Como la crucifixión y los azotes eran tan comunes en los tiempos en que ellos vivían, sin duda consideraban que una descripción detallada era innecesaria.

Por ese motivo solo tenemos las breves palabras de los evangelistas.

"Pilatos...entrego a Jesús después de azotarle, para que fuese crucificado." (Marcos 15:15)

A pesar del silencio del relato del evangelio sobre los detalles de la crucifixión de Cristo, muchos han examinado este tema en el pasado.

En mi estudio personal del hecho desde el punto de vista medico, estoy en deuda especialmente con el Dr. Pierre Barbet, cirujano francés que hizo investigaciones históricas y experimentales y escribió extensamente sobre el tema.

El intento de examinar el infinito sufrimiento físico y espiritual del Hijo de Dios encarnado al efectuar la redención por los pecados del hombre caído, esta mas allá del alcance de este articulo.

Sin embargo, los aspectos fisiológicos y anatómicos de la pasión del Señor se pueden examinar con cierto detalle.

¿Que fue lo que el cuerpo de Jesús de Nazaret en verdad soporto durante esas horas de tortura ?


EL MÉTODO DE LA CRUCIFIXIÓN

Aparentemente el primer uso que se conoce de la crucifixión fue entre los persas. Alejandro y sus generales introdujeron la practica al mundo mediterráneo, a Egipto y a Cartago. Los romanos evidentemente aprendieron la técnica de los cartaginenses y, como ocurrió con casi todo lo que los romanos hicieron, rápidamente desarrollaron un alto grado de eficiencia y habilidad en ejecutarlo.

En la literatura antigua se describen varias innovaciones y modificaciones. Solo unas pocas tienen alguna importancia aquí. La porción vertical de la cruz, o "stipes", podía tener el travesaño o "patíbulo" colocado dos o tres pies debajo de la parte superior . Esta es la que consideramos hoy como el formato típico de la cruz, llamada cruz latina.

La forma común usada en tiempos de Jesús era la cruz "tau", con forma de "T". En esta cruz el patíbulo se ubicaba en una ranura en lo alto del madero vertical. Hay excelente evidencia arqueológica de que fue en este tipo de cruz que crucificaron a Jesús.

El madero vertical generalmente permanecía enterrado en el lugar de ejecución. El condenado era obligado a cargar el patíbulo, que aparentemente pesaba 50 Kg., desde la prisión hasta el lugar de ejecución. Sin tener ninguna prueba histórica o bíblica, sin embargo, los pintores del medioevo y del renacimiento nos han dado una imagen de Cristo cargando toda la cruz. Muchos pintores y escultores de crucifijos también cometen el error de mostrar los clavos atravesándole las palmas de las manos.

Los relatos históricos de los romanos y el trabajo experimental han demostrado que los clavos eran clavados entre los pequeños huesos de las muñecas. Los clavos a través de la palma de la mano cortarían y se safarian entre los dedos, al sostener el peso de un cuerpo humano. Esta mala interpretación pudo haber venido de un error de comprensión en las palabras de Jesús a Tomas: "Mira mis manos".

Los anatomistas antiguos y modernos, sin embargo, siempre han considerado que la muñeca es parte de la mano.


GETSEMANI

De los diversos aspectos del sufrimiento inicial, el que es de particular interés fisiológico es el sudor de sangre. Es interesante notar que el medico -San Lucas- es el único evangelista que menciona este acontecimiento. Dice: "Y estando en agonía, oraba mas intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caian hasta la tierra." (22:44)

Aunque es muy raro, el fenómeno de la hematidrosis o sudor de sangre, esta bien documentado.

Bajo una gran tensión emocional los frágiles capilares de las glándulas sudoríparas se rompen mezclándose así el sudor con la sangre. Este proceso de por si podría haber producido marcada debilidad y posiblemente una conmoción.

Aunque la traición y arresto de Jesús son porciones importantes de la historia de la pasión, el próximo suceso en la narración, que es significativo desde una perspectiva medica es su juicio ante el sanedrín y Caifas, el Sumo Sacerdote. aquí se le infligió el primer trauma físico: un soldado le propino una bofetada por permanecer en silencio cuando Caifas lo interrogaba.

Ddespués, los guardias del palacio le colocaron una venda en los ojos y burlonamente lo provocaron con palabras groseras a que los identificara al pasar cada uno delante de el, lo escupieron y le dieron golpes en el rostro.


ANTE PILATO

Temprano por la mañana, magullado y amoratado, deshidratado y exhausto por una noche en vela, llevaron a Jesús de un lado al otro de Jerusalén, al pretorio, que estaba en el fuerte Antonia -el asiento del gobierno del Procurador de Judea- Poncio Pilato.

Estamos familiarizados con la decisión de Pilato de tratar de pasarle la responsabilidad a Herodes Antipas, el Tetrarca de Judea. Aparentemente Jesús no sufrió ningún maltrato físico a manos de Herodes y fue devuelto a Pilato, quien, en respuesta al clamor de la plebe, da la orden de que Barrabas fuera soltado y condeno a Jesús a ser azotado y crucificado.

Los judíos tenían una antigua ley que prohibía mas de 40 azotes. Los fariseos, que siempre se aseguraban que la ley fuese estrictamente observada, insistían en que se administraran solo 39 azotes; en la eventualidad de un error en recuento, se aseguraban permanecer dentro de la ley.

El prisionero era despojado de sus ropas y sus manos atadas a un poste por encima de la cabeza. El legionario romano se adelantaba con el "flagelo" en su mano. Este era un látigo corto con varias lonjas de cuero con dos bolitas de plomo cerca del final cada una. El pesado látigo se descargo con toda la fuerza una y otra vez sobre los hombros, espalda y piernas de Jesús.

Al principio las lonjas con peso adicional solo le cortaban la piel.

Luego, al continuar los golpes, cortaban mas profundamente dentro del tejido subcutáneo, produciendo primero una herida sangrante de los capilares y venas de la piel y finalmente la sangre brotaba abundantemente de arterias de las capas musculares más profundas.

Las bolitas de plomo primero le produjeron grandes y profundos hematomas o marcas que cos los siguientes azotes se abrieron.

Finalmente la piel de la espalda colgaba en largas lonjas y toda el área era una masa irreconocible de tejido desgarrado que sangraba.

Cuando el centurión que estaba a cargo determinaba que el prisionero estaba casi muerto, detenía los azotes.


BURLA

El desfalleciente Jesús fue luego desatado y dejado caer como un fardo en el empedrado mojado con su propia sangre. Los soldados vieron a este judío provinciano que pretendía ser rey como un hazmerreír.

Le arrojaron un manto sobre los hombros y le pusieron una vara en la mano por cetro. Aun necesitaban una corona para hacer su parodia completa.

Utilizaron ramitas flexibles llenas de largas espinas y las trenzaron formando una tosca corona. La colocaron a presión en su cuero cabelludo y nuevamente sangro abundantemente, cuando las púas perforaron el propio tejido vascular.

Después de burlarse de Él y abofetearle, los soldados le arrebataros la vara de la mano y le golpearon en la cabeza incrustando las púas mas profundamente en su cuero cabelludo.

Finalmente se cansaron de su diversión sadistica y le quitaron con violencia el manto de la espalda.

El manto ya se había adherido a los coágulos de sangre y suero de las heridas y al ser quitado como cuando un vendaje quirúrgico se quita al descuido, le causo un dolor insoportable y las heridas comenzaron a sangrar otra vez.


GÓLGOTA

El pesado patíbulo de la cruz fue atado sobre sus hombros.

La procesión del condenado Cristo, dos malhechores y el piquete de ejecución de soldados romanos encabezados por un centurión comenzó su lenta marcha por la ruta que hoy conocemos como "La Vía Dolorosa".

A pesar de los esfuerzos de Jesús para caminar erguido, el peso del madero junto con el espasmo producido por la perdida de sangre era demasiado.

Tropezó y cayo clavándosele el tosco madero en la piel lacerada y músculos del hombro. Trato de levantarse pero los músculos humanos habían sido llevados mas allá de su tolerancia.

El centurión, ansioso de proseguir con la crucifixión, eligió a un fornido africano del norte que miraba -Simón de Cirene- para llevar la cruz.

Jesús lo seguia sangrando aun y transpirando el frió y pegajoso sudor del espasmo.

La marcha de unos 600 metros desde el Fuerte Antonia al Gólgota fue finalmente completada y el prisionero volvió a ser desnudado excepto por el taparrabo que se les permitía a los judíos.

Comenzó la crucifixión: se le ofreció a Jesús vino mezclado con mirra, una suave mezcla analgésica para aliviar el dolor. Rehusó la bebida.

A Simón se le ordeno dejar el patíbulo en el suelo y derribaron a Jesús de espaldas con sus hombros contra la viga.

El legionario le palpo la hendidura por delate de la muñeca y perforo con un pesado clavo cuadrado de hierro forjado la muñeca clavándolo en la madera.

Se paso rápidamente al otro lado y repitió la operación, cuidando de no extender demasiado el brazo permitiéndole cierta flexión y movimiento.

El patíbulo era luego alzado y calzado al tope del madero vertical y el "titulo" donde se leía "Jesús de Nazaret, Rey de los judíos", fue clavado en su lugar.

El pie izquierdo era presionado hacia atrás contra el derecho.

Con ambos pies extendidos con los pies hacia abajo, se clavaba un clavo a través de ambos arcos dejando las rodillas flexionadas moderadamente.

La victima estaba ahora crucificada.


EN LA CRUZ

Cuando Jesús lentamente se deslizo hacia abajo hasta colgar, con el mayor peso depositado en los clavos de las muñecas, un dolor ardiente agudísimo se disparo a lo largo de los dedos y hacia arriba por los brazos hasta explotar en el cerebro.

Los clavos de las muñecas presionaban los nervios medios que son fibras nerviosas troncales que atraviesan el centro de la muñeca y de la mano.

Al empujarse hacia arriba para evitar este tormento por estiramiento, colocaba todo su peso sobre el clavo que atravesaba los pies.

Nuevamente se producía una agonía de dolor ardiente al desgarrar el clavo los nervios entre los huesos metatarcicos de los pies.

A este punto se producía otro fenómeno: al fatigarsele los brazos grandes oleadas de calambres le pasaban por los músculos engarrotandolos en profundo dolor punzante que no cedia.

Con estos calambres se producía la incapacidad de impulsarse hacia arriba.

Al colgar de los brazos los músculos pectorales, grandes músculos del pecho, se paralizaban y los músculos intercostales, pequeños músculos entre las costillas, no podían actuar.

Se podía inhalar aire a los pulmones pero no se podía exhalar. Jesús luchaba por elevarse para tener al menos un pequeño respiro.

Finalmente el nivel de dióxido de carbono de los pulmones y del torrente sanguíneo aumentaba y los calambres se atenuaban parcialmente.

En forma espasmódica Jesús podía elevarse hacia arriba para exhalar e inhalar oxigeno vivificante.

Fue sin duda en estas ocasiones que pronuncio las siete breves oraciones que fueron registradas.

La primera mirando a los soldados romanos jugándose su manto de una sola pieza a los dados:

"Padre perdónalos porque no saben lo que hacen"

La segunda al malhechor penitente:

"Hoy estarás conmigo en el paraíso"

La tercera, mirando a Maria su madre dijo:

"Mujer, he ahí tu hijo"

Y luego, vuelto hacia el aterrorizado adolescente Juan, traspasado de dolor-el amado apóstol Juan- dijo:

"He ahí tu madre"

El cuarto clamor es el comienzo del Salmo 22:

"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"

Sufrió horas de dolor ilimitado, ciclos de calambre que producían desgarradoras torceduras, asfixia parcial intermitente y dolor ardiente al desgarrársele tejido de su espalda lacerada debido a su movimiento hacia arriba y hacia abajo contra el rugoso madero de la cruz.

Después empezó otra agonía: un dolor profundo como si se le hundiera el pecho, mientras el pericardio -la bolsa que rodea el corazón-, lentamente se llenaba de suero y comenzaba a comprimir el corazón.

La profecía del Salmo 22: 14 se estaba cumpliendo:

"Soy derramado como agua y todos mis huesos están descoyuntados; mi corazón es como cera; se derrite en medio de mis vísceras."


MUERTE

Todos estamos familiarizados con los detalles finales de la ejecución de Jesús. 

Para que no se profanase el sábado, los judíos solicitaron que se diera fin a los condenados y fueran sacados de las cruces. 

El método común de terminar una crucifixión era por "crurifragio" (cruris: piernas y fragere: romper) o sea la fractura de los huesos de las piernas. 

Esto le impedía a la victima empujarse hacia arriba y la tensión de los músculos del pecho no se podía aliviar: la asfixia sobrevenia con rapidez. 

Las piernas de los dos malhechores fueron fracturadas, pero cuando los soldados se acercaron a Jesús vieron que esto era innecesario.

Aparentemente para asegurarse doblemente de que estaba muerto, el legionario le clavo la lanza entre las costillas hacia arriba a través del pericardio llegando al corazón. 

Juan 19: 34 dice: "Inmediatamente brotaron sangre y agua". 

De modo que se produjo un escape del fluido acuoso de la bolsa que rodea el corazón y la sangre del interior del corazón. 

Esta es una evidencia post-mortem bastante concluyente de que Jesús murió, no de la muerte común de crucifixión -por asfixia- sino de falla cardiaca, debido al espasmo y compresión del corazón por el liquido acumulado en el pericardio.


RESURRECCIÓN

En estos hechos hemos dado un vistazo al colmo de la maldad que el hombre puede exhibir contra su prójimo y hacia Dios. 

Esta es una horrible visión y probablemente nos deje desanimados y deprimidos.

Pero la crucifixión no fue el fin de la historia. 

Cuan agradecidos podemos estar de que tenemos una continuidad -un vistazo a la infinita misericordia de Dios para con el hombre- el don de la redención, el milagro de la resurrección y la expectativa de la mañana de Pascua.

EL ANTIGUO PACTO VS. EL NUEVO PACTO

EL ANTIGUO PACTO 
VS. EL NUEVO PACTO

En esta enseñanza veremos la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto.

1. El Antiguo Pacto era regido por la ley del pecado y de la muerte, el Nuevo pacto es regido por la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús.
Romanos 8:2
2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
2. El Antiguo Pacto era de esclavitud, el Nuevo pacto es de libertad.
Gálatas 4:21-31
21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
22 Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.
23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.
24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.
25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.
27 Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido.
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
29 Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
30 Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Gálatas 5:1
5  Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
3. El Antiguo Pacto se basaba en sangre de animales, el Nuevo se basa en la sangre de Cristo.
Hebreos 9:12
12 Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
4. El Antiguo Pacto no puede dar salvación, el Nuevo si puede.
2 Corintios 5:18-20
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
5. El Antiguo Pacto produce muertos espirituales, el Nuevo produce vivos espirituales.
1 Corintios 15:22
22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
6. El Antiguo Pacto nos pone bajo la ley, el Nuevo nos pone bajo la gracia.
Romanos 6:14
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
7. El Antiguo Pacto nos hace seguir en la carne, el Nuevo nos hace seguir en el espíritu.
Romanos 8:1
1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
8. El Antiguo Pacto hace que nuestra mente esté gobernada por los sentidos, el Nuevo hace que nuestra mente esté gobernada por el espíritu.
Romanos 8:5
5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
9. El Antiguo Pacto nos conforma al mundo, el Nuevo nos conforma a la imagen de Cristo.
Romanos 8:29
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.