Cuando mucha gente enseña acerca del ministerio del profeta, ellos se enfocan en su rol en el Antiguo Testamento. No, tú debes traer el ministerio del profeta a través de la cruz del Calvario. Entonces podrás examinarlo en una nueva luz. Así que siempre saca tus enseñanzas del Antiguo Testamento a través del Calvario. Te mantendrá doctrinalmente correcto.
En el Antiguo Testamento danzaron con todas sus fuerzas. No era el poder de Dios, era su poder. Hoy día, nosotros también, estamos tratando de hacer muchas cosas sin la unción. Pensamos que simplemente podemos hacer todo sin ella. Bueno, no podemos hacer nada sin ella. Solo podemos hacer lo que Jesús dijo que haría.
Estamos discutiendo acerca de diferentes unciones que Dios puso sobre diferentes ministerios. Mi meta es ayudar a que la gente vuelva al camino correcto. Yo me he salido antes, y si eres honesto y no le mientes al Espíritu Santo, también cada uno de ustedes tendrían que admitir que se han salido. Todos lo hemos hecho, debido a que somos humanos. Por eso es que es bueno para los jóvenes ministros que tienen los dones en operación que estén alrededor de ministros experimentados con su tipo de unción; ellos pueden desarrollar y madurar sus dones espirituales y sus llamados.
En Hechos 10:38 dice: “Cómo Dios ungió (o cubrió) con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo maldades a la gente para enseñarles cosas.” No, ¡eso no es lo que dice! ¿Para hacer que es que Dios ungió a Jesús? ¡Para ayudar a la gente! Esa es la razón por la que eres ungido: para ayudar a la gente, para hacer libre a la gente.
Tu Unción Es para Otros
La unción que viene sobre no es personalmente para ti; se supone que debes usarla para ayudar a otros. En realidad, es extremadamente difícil para la mayoría de ministros el apropiarse de la unción de sanidad para ellos mismos. Conozco ministros que tuvieron grandes ministerios de sanidades, y aún así se enfermaron y murieron con enfermedades y dolencias. ¿Por qué? ¡Porque ellos no se apropiaron por si mismos de su sanidad! Los predicadores deben vivir de la unción de adentro tal como todos los otros creyentes lo hacen.
Ha habido ocasiones en las que he sido atacado con enfermedad mientras estaba viajando. Puse mi mano derecha sobre mí mismo, tratando de que la unción obre para mí, pero no sucedió. Yo mismo “tuve que encender el interruptor de la fe,” tal como tú lo haces.
Los títulos parecen ser importantes en este mundo natural, carnal, pero nunca le pregunto a los predicadores que tipo de ministerio tienen. Cuando los observo ministrar por un rato, puedo ver que unción viene sobre ellos.
La unción vino sobre Jesús. Él fue por todos lados y le predicó a la gente. Él trajo la atención a la unción de sanidad que estaba sobre Su vida.
Una Nueva Mirada a una Vieja Historia
Miremos ahora la historia de la mujer con el flujo de sangre en Marcos 5.
Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,
y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.
Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
Marcos 5:25-28
Dicho de otro mudo, ¡su seguro médico había expirado! Eso nos sucede a veces. Gastamos todo lo que tenemos, y luego corremos a Dios con nuestro problema.
Otra traducción traduce la declaración de esta mujer de esta manera: “Si puedo tocar Su manto, seré sana.” Su comentario hace que para mí la historia sea mucho más clara, porque quiero mirar su historia de la manera que ella la miró.
El Ministerio del Profeta del Antiguo Testamento
En aquellos días, anteriores a la cruz, los judíos iban donde sus profetas para recibir dirección, sanidad, y cualquier otra cosa de naturaleza espiritual.
¿Por qué? Porque había una unción tangible en el manto del profeta; y en la mayoría de los profetas de hoy, bajo el Nuevo Testamento, es igual. Sin embargo, tú ya no tienes que ir más al profeta para tener dirección o sanidad.
De hecho, deberías ser muy cuidadoso de las enseñanzas extremas acerca de los profetas. Si no eres cuidadoso, ¡esas enseñanzas terminarán en pesadas doctrinas del tipo de sumisión donde tú irás al profeta para que te descubra todo! No necesitas hacer eso; ya tienes dentro de ti al Espíritu Santo para guiarte.
Si yo fuese a ir a tú iglesia y anuncias que el profeta que está viniendo a la ciudad te dirá acerca de tu futuro, estaría abarrotada de gente. Así es el mundo.
Si un verdadero profeta te da una palabra, él no te está dando todo tu futuro, porque de ese modo no estarías caminando por fe.
El mundo se está volteando hacia la adivinación. Millones de personas llaman los números 900 tarde en la noche donde los psíquicos les aconsejan acerca de su futuro, su vida personal, sus finanzas y demás. ¿Por qué hacen esto? Porque el mundo no quiere caminar por fe. Quieren que todo esté puesto para ellos.
Una Mujer que Caminó por Fe
La mujer con el flujo de sangre es un buen ejemplo de una persona que caminó por fe.
Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos (mi manto)?
Marcos 5:28-30
Alguien puso una demanda en Jesús. Alguien jaló de Su unción.
Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto.
Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
Marcos 5:31-34
¿Es eso lo que Jesús le dijo a ella? ¿Conoces tu Biblia? ¿Qué es lo que dice? Jesús le dijo: “Hija, tu fe te ha hecho salva. . . .” Su fe hizo una demanda de esa unción. Ella inclusive dijo: “Si lo toco. . . si lo hago.”
Por Fe la Mujer Profetizó Su Sanidad
Ella estaba profetizando su sanidad cuando lo dijo. Ella hizo una demanda de la unción de Jesús.
Tú no vienes para ver a un hombre, porque no puede sanarte.
Sin embargo, la unción que hay en su manto puede sanarte, y tú puedes hacer una demanda de ese manto de unción.
Si yo hago una demanda de el manto que cae sobre un hombre, eso no trae la atención en el hombre; esto trae la atención en Dios, porque Él es el operador de esas unciones. Él la puso en la Iglesia. Esa es la razón por la que pienso que no es equivocado darle atención a la unción; ¡simplemente no traigas la atención sobre ti mismo!
Muchos espíritus familiares están hoy andando sin rumbo fijo. Usualmente, si un espíritu familiar está operando en un hombre, siempre atraerá la atención sobre el hombre en vez de darle toda la gloria a Dios.
La Unción Corporal
Hablando corporalmente, hay una unción en toda la iglesia. En la Gran Comisión Jesús le instruyó a la Iglesia: “sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Marcos 16:18).
Dios unge a algunas personas para sanar, tal como Él unge a algunos para predicar y hacer otras cosas. Cuando el Cuerpo de Cristo empiece a discernir esas cosas, grandes bendiciones vendrán corporalmente.
También necesitamos el ministerio. El ministerio del profeta ha sido realmente suprimido. Yo mismo me he echado para atrás de expresarlo completamente por varias razones, pero no más. El Señor empezó a tratar fuertemente conmigo acerca de caminar plenamente en el ministerio del profeta, y yo lo escuché.
Levantando la Carne
Recuerda, tú no eres el que pone gente en la Iglesia, Dios lo hace. Hoy hay muchos casos de “gente poniendo gente,” como el grupo que estaba tratando de poner a la persona que conocía como apóstol. Aunque él ama a Dios, no es un apóstol. Es una lucha traerlo a la iglesia.
¿Sabes lo que realmente es un apóstol? Primero, demuestra todo el fruto del Espíritu en su vida tanto como dones sobresalientes del Espíritu en su vida. Personalmente creo que un apóstol tiene la habilidad de operar en la totalidad de los oficios del ministerio quíntuple. Dios le da esa habilidad cuando la necesidad se levanta. Esta habilidad está incluida en las unciones de su manto.
Me gusta observar y aprender, y me he dado cuenta de algo que sucede entre los jóvenes profetas. Un montón de ellos profetiza todo el tiempo; cuando ellos están sentados alrededor de mesas de lonche, y en cualquier otro lugar. Ellos solo lo encienden.
Ellos justifican su conducta diciendo: “Bueno, se nos ha dicho que debemos avivar el don.” Pero este consejo de Pablo en Segunda de Timoteo 1:6 se refiere al fuego de Dios en ti; no a la unción del profeta, porque los dones operan como el Espíritu quiere (1 Corintios 12:11).
Tú no puedes avivar el don de profecía; Dios tiene que avivarlo.
Usualmente la gente que profetiza todo el tiempo, profetizan las mismas cosas cuando están fuera del púlpito que las que profetizan cuando están en el púlpito, con una importante diferencia: La unción no está cuando están fuera del púlpito. ¡Están profetizando en la carne!
Hay tiempos, cuando el Espíritu quiere, cuando Dios me usa en el ministerio del profeta, y puedo profetizar sobre todos en un grupo. Pero es como el Espíritu quiere, no como yo quiero.
Por otro lado, debido al mal uso del don, hemos sido tentados a desistir completamente de las cosas de Dios. He estado preocupado por esto. Si, necesitamos ser cuidadosos de errar, pero tampoco debemos entrar en temor y desistir completamente.
Como Viene la Unción
La unción es el negocio de Dios como Operador y Director de la Iglesia. Esta es la manera en que opera: Dios dice: “Ahora, la gente está viniendo a la reunión esta noche, y yo voy a orquestarla. Esto es lo que quiero que se haga.” Él le dice a Jesús, el Administrador, y Jesús instruye al Espíritu Santo, Aquel que manifiesta la voluntad de Dios.
Nosotros los ministros debemos ser lo suficientemente sensibles para seguir al Espíritu de Dios, permitiéndole aparecer y manifestarse a través de nosotros. Es por eso que necesitamos ser encontrados delante del Señor y no socializar demasiado con la gente. Es por eso que no se nos ha dado el “servir a las mesas” (Hechos 6:2). Esa es la razón por la que Dios nos dio el ministerio de ayudas. Nosotros vamos delante del Señor en oración y meditación para poder caminar en la unción.
La Biblia nos habla de esperar en el Señor, o esperar en tu ministerio (Romanos 12:7). Inclusive una traducción habla acerca de estar “practicando delante del Señor.”
A menudo cuando estoy esperando en el Señor, obtengo cosas en el Espíritu. Dios empieza a mostrarme cosas. Él puede decirme: “Ahora, cuando esta noche vayas ahí, verás a una mujer con un vestido rojo. Ella tiene este problema, y yo quiero que hagas esto y aquello...” Nosotros debemos seguir adelante con lo que vemos.
Hay algo bendecido respecto a esperar en tu ministerio; esperando que la unción venga. A veces he tenido reuniones donde ministro a los ministros, y yo simplemente amo eso. Creo que Dios me ha llamado a ministrar ministros.
Con las Señales Siguiendo
“Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo” (Hechos 19:11). Milagros extraordinarios son milagros especiales; demostraciones inusuales de poder, milagros de una naturaleza inusual.
Aunque Dios va a levantar gente que tendrá milagros de una naturaleza inusual, yo no soy un perseguidor de milagros. Los milagros me seguirán cuando predique la Palabra de Dios. Realmente, ellos siguen la Palabra (Marcos 16:20). Si estás lleno de la Palabra, los milagros también te seguirán.
Para mi es interesante de que muchas iglesias dicen que predican la Palabra de Dios, ¡pero nunca tienen ningún milagro! Debes de ser cuidadoso de no estar predicando tus pequeñas doctrina favoritas en vez de la Palabra no comprometida de Dios.
La mujer del flujo de sangre dijo: “Si tan solo puedo tocar su manto. Si hago una demanda de la unción de su....”
Hazlo a la Manera de Dios
A veces nosotros los ministros debemos examinar nuestras vidas y regresar a lo que Dios nos dijo que hagamos. ¿Recuerdas cuando Dios te habló? ¿Te alejaste de lo que Dios te dijo que hagas? Es muy importante que hagas las cosas de la manera que Dios quiere.
Dios instruyó a un hombre que le escupa a la gente. Tremendos milagros ocurrieron en su ministerio cuando él hizo eso en sus filas de oración. Si otro ministro hubiera tratado de imitarlo en la carne, se habría metido en problemas o sido “abofeteado.”
¿Qué hubiera sucedido si hubiera sido criticado y nunca lo hubiese vuelto a hacer? La Iglesia no hubiera sacado provecho de su unción especial.
Hay muchas cosas de las que los ministros hemos desistido, y como resultado, la iglesia no ha sacado provecho de ellas. Yo mismo he desistido de hacer ciertas cosas que sabía que debería haber hecho en el Espíritu.
Como Vencer el Desaliento
Si te has desalentado en el ministerio, ¡deberías volver a las profecías y las otras palabras que él Señor te habló y usarlas contra el diablo!
Eso es exactamente lo que Pablo alentó a Timoteo cuando el joven se desanimó. En Segunda de Timoteo 1:6, Pablo alentó a Timoteo para que avive los dones que estaban en él, diciéndole: “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.”
Luego en Primera de Timoteo 1:18, Pablo le recordó: “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia.”
Esperando una Recarga
Necesitamos esperar en el Señor respecto a ciertas cosas. Sin embargo, algunas personas no creen en esperar en el Señor para ser recargados. Pero cuando el fuego del Espíritu Santo empieza a salir debido a la adversidad y la persecución, ¡tú debes obtener un toque fresco de Dios!
Eso es lo que Pablo está hablando aquí; avivando los dones, orando en el Espíritu Santo, pasando tiempo delante de Dios, ventilando el fuego y regresar nuevamente donde puedes volver a fluir en las cosas de Dios. ¡Demasiada gente se queda sin combustible y nunca vuelve a reaprovisionarse!
Hace varios años, estaba ministrando en Alemania. Había una fuerte unción en esa reunión, y yo estaba predicando en este sentido acerca de la unción de Dios.
Ore por una mujer que había estado toda su vida llena de enfermedades. La unción vino sobre ella cuando le puse las manos. Nunca me había sucedido esto antes, pero una espuma verde empezó a salir de su boca. Era un espíritu de enfermedades y dolencias que la tenía plagada.
“Habla Acerca de la Unción”
Fue en Alemania que Dios empezó a hablarme de mi unción. Él me dijo: “Quiero que hables acerca de la unción que hay en tu mano derecha.”
Le contesté: “Pero eso se verá como si yo tratase de llamar la atención hacia mí. Todos querrán que ponga mi mano sobre ellos.”
El me dijo: “No, tu tienes que aprender que debes llamar la atención a la unción.”
Como dice la Biblia, es la unción la que destruye el yugo, así que, ¿cómo puede beneficiar a alguien si no sabe de ella?
Sin embargo, hay una línea fina involucrada donde no debes llamar la atención hacia ti. Esa es la cosa que me molestaba.
Yo continué yendo de atrás para adelante con este asunto, pero el Señor me dijo: “no hay nada de malo en llamar la atención hacia el manto o la unción que hay sobre tu vida.”
Muchos ministros enfrentan este dilema. Ellos no quieren continuar diciendo como es que el Señor se les apareció. Lo que deben usar para enseñar a esa gente son las profecías que los precedieron.
Ustedes pastores, ¿recuerdan cuando Dios les habló y les dijo que fuesen a cierta ciudad? ¿Recuerdan las escrituras que les dio? Al compartir esas escrituras ustedes no están llamando la atención hacia ustedes mismos, ustedes le están dando la atención a la unción de la que Dios les dijo.
Cuando Jesús le dijo a la gente: “El Espíritu del Señor está sobre mí,” ¡esa fue la manera que la gente descubrió que estaba ungido!
Hay muchas unciones diferentes, así que echar mano de la unción no solo es una manera de recibir sanidad. Dios quiere tanto que seas sanado que ha puesto diferentes tipos de unciones de sanidad en la iglesia para suplirla a cada uno en su nivel.
Él se da cuenta de que no todos van a vivir en el ámbito más alto donde tú solo hablas y crees, actuando en la Palabra de Dios. Esa es la manera más alta de recibir sanidad.