Capítulo 3
El Equipamiento Para el Ministerio
Una gran verdad en cuanto al llamado
es que Dios al que llama equipa; Dios no te llama sin darte el equipamiento
apropiado para cumplir con tu ministerio.
Hemos visto que los dones del
ministerio son personas que son llamadas por Dios, cada uno con una función y
encargo específico; es por eso que cada uno de ellos necesita del equipo
específico para cumplir con su labor en el cuerpo de Cristo.
1 Corintios 3:5-10
5 ¿Qué, pues,
es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis
creído; y eso según lo que a cada uno
concedió el Señor.
6 Yo planté, Apolos regó;
pero el crecimiento lo ha dado Dios.
7 Así que ni el que planta es
algo, ni el que riega, sino Dios,
que da el crecimiento.
8 Y el que planta y el que riega son
una misma cosa; aunque cada uno recibirá
su recompensa conforme a su labor.
9 Porque
nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios,
edificio de Dios.
10 Conforme a la gracia de Dios que
me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro
edifica encima; pero cada uno mire cómo
sobreedifica.
En este pasaje vemos que la iglesia
de Corinto estaba en una lucha de poderes para ver qué grupo era superior al
otro. Unos decían que eran de Pablo y otro de Apolos, pero Pablo aprovecha para
explicarle que eran dos ministros que trabajaban juntos para la edificación de
la iglesia. Cada uno con un equipo diferente.
Pablo era un apóstol llamado para
colocar el fundamento, mientras que Apolos era un maestro llamado para edificar
por encima del fundamento puesto.
Cada ministro tiene un equipo
especial para cumplir con el ministerio al cual Dios le ha llamado.
Podemos ver esto en los dones de
función de Romanos 12:
Romanos 12:3-8
3 Digo, pues,
por la gracia que me es dada, a
cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió
a cada uno.
4 Porque de la manera que en un
cuerpo tenemos muchos miembros, pero no
todos los miembros tienen la misma función,
5 así nosotros,
siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los
otros.
6
De manera que, teniendo
diferentes dones, según la gracia que
nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
7
o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
8
el que exhorta, en la
exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
Los dones de función son gracias que
Dios coloca en los diversos creyentes para cumplir con efectividad el
ministerio al cual Dios los ha llamado a cumplir dentro de la iglesia local.
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