Clases de
Apóstoles
Existen cuatro
clases o rangos de apóstoles en la Biblia; y en cada una de estas clases o
rangos, los apóstoles pueden tener diferentes grados o medidas de unción.
Veamos cada una
de ellas:
Primera Clase: Jesucristo
Jesús está
colocado a la cabeza de la lista de cada uno de los Dones del Ministerio Quíntuple.
En Hebreos la
Biblia llama a Jesús apóstol.
Hebreos 3:1
1
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de
nuestra profesión, Cristo Jesús.
La palabra
griega traducida como “apóstol”
también significa un mensajero, alguien enviado, o comisionado.
Jesús fue
comisionado, Él está colocado a la Cabeza de la lista de los que han sido
enviados. El es llamado un Apóstol debido a que en Su Ministerio terrenal El fue un Enviado, un Mensajero,
Alguien Comisionado para traer las buenas nuevas de salvación al mundo.
Ya hemos visto
en la lección anterior acerca no solo de Su llamado sino de cómo el operó en
los otros 4 oficios del ministerio quíntuple.
Jesús por Sí
Mismo está en una clase especial en cada don del Ministerio. Nadie podrá estar
colocado en una clase tan alta, debido a que Jesús tenía el Espíritu sin
medida. Pero cada creyente solo tiene una medida del Espíritu conforme a su
función, tal como vimos en Romanos 12:3.
Jesús tenía un
grado de unción sobre Él en Su Ministerio
en la tierra que nadie más tendrá.
Los creyentes
tienen una medida de esa misma unción sobre ellos debido a que tienen el Espíritu
Santo. Y el Cuerpo de Cristo en su totalidad tiene la misma medida de unción
que Jesús tenía sobre El cuando estaba sobre la tierra. Pero ningún otro
individuo ha estado o estará al mismo grado o en la misma medida que Jesús lo
estuvo.
Esto no tiene
que ser confundido con la deidad de Dios. Como Persona Misma, Jesús es el
eterno Hijo de Dios, el Segundo miembro de la Trinidad. El fue Dios el Hijo,
manifestado en la carne. Pero cuando vino a esta tierra, como dice en
Filipenses, se despojó a Sí Mismo de todo privilegio divino y ministró como un hombre.
Filipenses 2:5-8
5
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús,
6
el cual, siendo en forma de
Dios, no estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse,
7
sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres;
8
y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz.
Al tomar una
naturaleza humana, Jesús decidió libremente despojarse de Sus poderes divinos.
En ningún momento Jesús dejó de ser Dios, pero actuó como un hombre ungido por
el Espíritu Santo.
Cuando Jesús nació
en Belén, fue Emanuel, que significa “Dios con nosotros.” Fue Dios manifestado
en la carne. Nunca dejó de ser Dios, ni perdió Su divinidad. Solo puso de lado
ciertos privilegios de la Deidad y se restringió a Sí mismo a ciertas
limitaciones humanas.
Aunque Jesús es
divino y sin pecado, no operó como alguien que es omnisciente. Más bien, creció
en sabiduría.
Lucas 2:52
52 Y Jesús crecía en sabiduría y en
estatura, y en gracia para con Dios y
los hombres.
No actuó como un
ser omnipotente; sino que dijo que no podía hacer nada por Sí Mismo.
Juan 5:19, 30
19
Respondió entonces Jesús, y les
dijo: De cierto, de cierto os digo: No
puede el Hijo hacer nada por sí mismo,
sino lo que ve hacer al Padre;
porque todo lo que el Padre hace,
también lo hace el Hijo igualmente.
30
No puedo yo hacer nada por mí mismo;
según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
No actuó como un
ser omnipresente, sino que estuvo limitado a un cuerpo humano el cual fue
posteriormente clavado en la Cruz y resucitado gloriosamente en cumplimiento
del plan redentor de Dios.
Entonces, Jesús
nunca dejó de ser Dios, sino escogió venir a la tierra como Hombre, y ministró
bajo el poder y unción del Espíritu Santo.
Juan 3:34
34
Porque el que Dios envió, las
palabras de Dios habla; pues Dios no da
el Espíritu por medida.
Juan 3:34 (Biblia al Día)
34 El enviado de Dios comunica el
mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción.
Juan 3:34 (Biblia en Lenguaje Actual)
34 Aquel que Dios ha enviado habla las
palabras de Dios, y Dios le da el Espíritu sin medida.
Como Jesús tenía
el Espíritu sin restricción y sin medida, está colocado en un lugar especial en
cada uno de los cinco Dones del Ministerio, incluyendo el oficio de apóstol.
Segunda Clase: Los Apóstoles del
Cordero
Los doce
Apóstoles del Cordero son la segunda clase de apóstoles. Nadie más podrá estar
en esa clase, porque no hay más Apóstoles del Cordero.
Apocalipsis 21:14
14 Y el muro de la ciudad tenía doce
cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
¿Quiénes son
estos doce Apóstoles del Cordero?
Solo los doce
apóstoles que acompañaron a Jesús están en esa segunda clase de apóstoles.
Nadie más puede estar en esta segunda clase porque los Apóstoles del Cordero
fueron enviados para un tiempo y propósito específico.
Ellos fueron
enviados como testigos oculares de la vida, ministerio terrenal y resurrección
de Jesús.
¿Cuáles fueron
los requisitos para ser considerado un Apóstol del Cordero?
Hechos 1:15-22
15
En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en
número), y dijo:
16
Varones hermanos, era necesario
que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de
David acerca de Judas, que fue guía de
los que prendieron a Jesús,
17
y era contado con nosotros, y
tenía parte en este ministerio.
18
Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un
campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.
19
Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su
propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre.
20
Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su
habitación, y no haya quien more en ella;
y: Tome otro su oficio.
21
Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos
con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros,
22
comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre
nosotros fue recibido arriba, uno sea
hecho testigo con nosotros, de su
resurrección.
La primera
característica de los Apóstoles del Cordero es que debían ser ministros del
evangelio. Esto significa que ellos fueron primero y por encima de todo predicadores
y maestros de la Palabra.
La segunda, nos
la dice el versículo 21, tenían que haber sido testigos oculares del ministerio
terrenal de Jesús.
La tercera, como
vemos en el versículo 22, era tenían que ser enviados con el propósito de ser
testigos oculares de la resurrección de Jesús.
Resumiendo, los
Apóstoles del Cordero tenían que ser hombres que estuvieron con Jesús durante
Su Ministerio terrenal y que fueron
testigos de Su resurrección. Es por eso que los Doce Apóstoles están en una
clase diferente a las demás.
Cuando Judas
traicionó a Jesús, los apóstoles tuvieron que seleccionar a otro hombre para
que tomara su lugar. Ese hombre debía ser alguien que hubiera estado entre
ellos y que también hubiera sido testigo del ministerio y la resurrección de Jesús. Matías fue el escogido
para tomar el lugar de Judas.
Algunas personas
dicen que cuando los apóstoles escogieron a Matías para tomar el lugar de
Judas, cometieron un error porque Pablo debió haber sido escogido e incluido
como un Apóstol del Cordero. Pero el problema es que Pablo no podía calificar
como Apóstol del Cordero porque no fue testigo ocular del ministerio de Jesús, ni tampoco fue testigo ocular de la
resurrección de Jesús.
Muchos creyentes
piensan que sólo hubo doce apóstoles y que el oficio apostólico cesó con esos
doce apóstoles. En otras palabras, dicen que los Apóstoles del Cordero son los únicos
apóstoles que habrá en el Cuerpo de Cristo. Pero como vimos antes hay por lo
menos 25 apóstoles nombrados en el Nuevo Testamento; por eso, podemos afirmar
que el oficio del apóstol no cesó con los Apóstoles del Cordero.
Tercera Clase: Los Apóstoles
Fundacionales
Pablo pertenece
a esta tercera clase de apóstoles fundacionales del Nuevo Testamento. Una
característica de los apóstoles en esta clase es que ayudaron a colocar el
fundamento doctrinal del Nuevo Testamento.
Los apóstoles
Fundacionales se encuentran en la segunda y tercera clase de apóstoles. Los
apóstoles de ese rango o nivel fueron ungidos para establecer la doctrina del
Nuevo Testamento.
Los apóstoles y profetas
de la segunda y tercera clase deben ser considerados apóstoles fundacionales
debido a que el evangelio del Nuevo Testamento fue revelado a ellos.
Por ejemplo,
Pablo escribió una gran porción del Nuevo Testamento, y no recibió enseñanza de
la revelación del misterio de Cristo por hombre; sino del Espíritu Santo.
Efesios 3:4-5
4
leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio
de Cristo,
5
misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de
los hombres, como ahora es revelado a
sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu
Pablo predicó la
revelación del evangelio a los santos del Nuevo Testamento, de manera que
nosotros no tenemos que establecer ningún otro fundamento. Nosotros sólo
necesitamos edificar sobre el fundamento que ya ha sido colocado para nosotros
en el Nuevo Testamento.
Efesios 2: 19-20
19
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
20
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo
La Iglesia; el
Cuerpo de Cristo, está edificada sobre el fundamento que los apóstoles y
Profetas ya han colocado para nosotros en el Nuevo Testamento. Ahora nosotros
tenemos que edificar sobre ese fundamento.
1 Corintios 3:10
10 Conforme a la gracia de Dios que me
ha sido dada, yo como perito arquitecto
puse el fundamento, y otro edifica
encima; pero cada uno mire cómo
sobreedifica.
Nadie en la
actualidad puede recibir revelación adicional que añada algo al fundamento del
evangelio, debido a que ya tenemos la revelación del Nuevo Testamento.
Como dijo Pablo en
Gálatas 1:8: “Mas si aun nosotros, o un ángel
del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado,
sea anatema.”
No hay más
fundamento que colocar, no hay nuevas revelaciones que añadan a lo que ya está escrito.
Los apóstoles
fundacionales ya colocaron el fundamento.
Cuarta Clase: Los Apóstoles No
Fundacionales
En la actualidad
hay apóstoles no fundacionales. Estos no tienen el mismo nivel, ni la misma
autoridad, ni el mismo rango, ni el mismo grado de unción que los apóstoles de
la Iglesia en sus inicios. No hay nadie en la Iglesia de hoy que esté en la
segunda o tercera clase.
Estos apóstoles
ya no colocan el fundamento, ya que los apóstoles iníciales lo hicieron.
Su labor es otra
totalmente diferente; siendo el apóstol “uno
que es enviado”, dios lo enviará a algún lugar particular, o con un mensaje
específico para la iglesia.
Veamos lo que
pasó con Pablo y Bernabé:
Hechps 13:1-4
1
Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé,
Simón el que se llamaba Niger,
Lucio de Cirene, Manaén el que se
había criado junto con Herodes el tetrarca,
y Saulo.
2
Ministrando éstos al Señor, y
ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a
que los he llamado.
3
Entonces, habiendo ayunado y
orado, les impusieron las manos y los
despidieron.
4
Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.
Vemos aquí que
tanto Pablo como Bernabé fueron enviados por el Espíritu Santo con un propósito
específico; el cual podemos ver muy claramente en el libro de Hechos, que era
el predicar a los pueblos gentiles el evangelio, y vimos como se levantaron
muchas iglesias por medio de su ministerio.
La labor del
apóstol es ir enviado por Dios a lugares donde no se ha predicado el Evangelio,
como decía Pablo:
Romanos 15:18-23
18
Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí
para la obediencia de los gentiles, con
la palabra y con las obras,
19
con potencia de señales y prodigios,
en el poder del Espíritu de Dios;
de manera que desde Jerusalén, y
por los alrededores hasta Ilírico, todo
lo he llenado del evangelio de Cristo.
20
Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido
nombrado, para no edificar sobre
fundamento ajeno,
21
sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado
acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.
22
Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros.
23
Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde
hace muchos años ir a vosotros,
24
cuando vaya a España, iré a
vosotros; porque espero veros al
pasar, y ser encaminado allá por
vosotros, una vez que haya gozado con
vosotros.
Esto es lo que
hace un apóstol, va a lugares donde nunca antes se predicó el Evangelio,
conforme es enviado por el Espíritu Santo, y llegando ahí hace principalmente
tres cosas:
En primer lugar hará obra de Evangelista,
es decir, se dedicará a predicar la Palabra y ganar gente para Jesús.
En segundo lugar hará obra de Maestro, es
decir, se encargará de enseñar la Palabra de Dios y afirmar a los nuevos
creyentes.
En tercer lugar
hará la obra de Pastor, pastoreará las almas por un tiempo limitado, hasta que
Dios levante un pastor.
Luego, siendo un
ministerio pionero irá donde Dios lo envíe.