El Aspecto Legal y el Aspecto Vital de la Palabra de Dios
2 Pedro 1:3-4
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la
piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de
aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y
grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa
de la concupiscencia.
2 Pedro 1:3-4 (Nueva Versión Internacional)
3 Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que
nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que
necesitamos para vivir como Dios manda.
4 Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas
promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el
mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina.
Dios nos ha dado todas las
cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, todo lo necesario para vivir como
Él manda, y todo ello lo encerró en su Palabra.
Esto significa que al pasar
tiempo en su Palabra alcanzaremos el conocimiento para caminar en las bendiciones que Dios ya nos dio.
Efesios 1:3
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo.
Este verso nos dice que todas
las promesas y bendiciones de Dios son legalmente nuestras.
Hay dos aspectos de la Palabra
de Dios en nuestras vidas: El aspecto legal, y el aspecto vital
El aspecto legal nos dice que todas las bendiciones y promesas de
Dios son legalmente nuestras.
El aspecto vital nos habla de poder experimentar en nuestras vidas lo
que legalmente nos pertenece.
El hecho de que las promesas de
la Palabra nos pertenezcan legalmente no significa que las experimentemos en
nuestras vidas.
Como vimos en Hechos 20:32: “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y
a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros
herencia con todos los santificados.” Es decir, la Palabra tiene poder para
sobreedificarnos pero somos nosotros los que debemos hacer algo.
Para poder experimentar las
promesas de Dios en nuestras vidas debemos entender que confiabilidad, respaldo
y autoridad tiene la Palabra.
Lo primero que debemos entender es que Jesús y su Palabra son uno.
Juan 1:1,14
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros
(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad.
En este pasaje la palabra verbo
es logos que significa: palabra.
La Palabra hecha carne es un
titulo del Hijo de Dios, el cumplimiento del título logos, es la manifestación
personal de toda la deidad, no solo una parte de la naturaleza divina.
1 Juan 1:1
1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo
que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon
nuestras manos tocante al Verbo de vida.
Aquí Jesús es llamado el logos
de vida.
Entonces podemos ver que Jesús
es la Palabra de Dios. Por eso, el lugar que le damos a la Palabra de Dios en
nuestras vidas es el lugar que le damos a Dios en nuestras vidas.
Lo segundo que debemos entender es que el poder de Dios está
encerrado en su Palabra.
Hebreos 1:1-3
1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras
en otro tiempo a los padres por los profetas,
2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a
quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen
misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí
mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Aquí palabra es rhema, que se define: “El significado de rhema a diferencia
de logos esta ejemplificado en la orden de “tomar la espada del espíritu que es
la Palabra de Dios,” que está en Efesios 6:17, la referencia aquí no es a toda
la Biblia en conjunto (como en logos), sino a las porciones individuales de la
Escritura que el Espíritu nos hace recordar en tiempo de necesidad, siendo el
requisito previo el almacenar regularmente la Escritura en nuestra mente.”
Logos nos muestra lo que la Palabra
es en esencia, rhema lo que la
Palabra puede hacer por nosotros.
El poder que hay en la Palabra
se desata a través del rhema.
Lo tercero que debemos entender es que la Palabra es verdad.
Juan 17:17
17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
El logos de Dios es la verdad
de Dios.
Números 23:19
19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre
para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?
Si Dios dijo algo en Su
Palabra, es un hecho que va ha suceder.
Lo cuarto que debemos entender es que la Palabra de Dios no
cambia.
En Mateo 24:35, Marcos 13:31 y
Lucas 21:33 dicen lo mismo:
Mateo 24:35
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán.
El logos de Dios nunca cambia.
Santiago 1:16-17
16 Amados hermanos míos, no erréis.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo
alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de
variación.
Dios no cambia, ni varía ni se
muda, Él siempre es el mismo.
Hebreos 13:8
8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
Jesucristo, la Palabra viva, no
ha cambiado, por tanto la Palabra de Dios sigue vigente hoy.
Lo quinto que debemos entender es que la Palabra trae las cosas de
Dios al mundo natural.
Hebreos 11:3
3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo
por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se
veía.
Hebreos 11:3 (Biblia del Pueblo de Dios)
3 Por la fe, comprendemos que la Palabra de Dios formó el
mundo, de manera que lo visible proviene de lo invisible.
Hebreos 11:3 (Biblia Castilian 2003)
3 Por la fe sabemos que los mundos y los tiempos fueron
organizados por la palabra de Dios, de suerte que de lo invisible surgiera lo
visible.
Hebreos 11:3 (The Message)
3 Por la fe podemos ver que el mundo fue llamado a
existencia por la palabra de Dios, lo que vemos fue creado por lo que no vemos.
Este verso que vemos es bien
claro, el mundo y todo lo que conocemos fue formado por la Palabra de Dios,
creando las cosas que se ven de las que no se veían.
Dios llamó al mundo a la
existencia con sus palabras tal como vemos en Génesis.
Génesis 1:1-3
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios se movía
sobre la faz de las aguas.
3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Si vemos todo el capítulo 1 de
Génesis veremos que Dios habló 7 veces para hacer su creación y cada vez que Él
habló fue formado algo.
Su Palabra tiene poder creador.
Lo sexto que debemos entender es que la Palabra de Dios tiene
poder para reproducirse en nosotros.
La parábola del sembrador es
una muestra clara de cómo la Palabra de Dios puede llegar a reproducirse en
nosotros.
Lucas 8:11
11 Esta es,
pues, la parábola: La semilla es
la palabra de Dios.
Mateo 13:19
19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la
entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.
Veamos ahora como es que esa
semilla de la Palabra crece en nuestro corazón.
Marcos 4:26-29
26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la
tierra;
27 y duerme y se levanta,
de noche y de día, y la semilla
brota y crece sin que él sepa cómo.
28 Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga,
después grano lleno en la espiga;
29 y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
La Palabra tiene poder para
reproducirse en nosotros y dar fruto.
Le sétimo que debemos entender es que para que la Palabra se
vuelva real en nosotros debemos vivirla.
Nosotros no podemos llegar a
vivirla si es que no la conocemos.
Juan 8:31-32
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en
él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Para poder ser verdaderos
discípulos de Jesús debemos conocer y permanecer en Su Palabra.
Santiago 1:21-25
21 Por lo cual,
desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra
implantada, la cual puede salvar
vuestras almas.
22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no
hacedor de ella, éste es semejante al
hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24 Porque él se considera a sí mismo, y se va,
y luego olvida cómo era.
25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Este pasaje es bien claro; no
solo debemos recibir la Palabra sino que debemos convertirnos en hacedores de
ella; debemos vivirla para que se vuelva una realidad en nosotros.
Josué 1:7-9
7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, ara cuidar de hacer conforme a toda la ley
que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a
siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino
que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo
lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te
saldrá bien.
9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no
temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que
vayas.
Esta orden que Dios le dio a
Josué sigue vigente para nosotros; debemos oír la Palabra, guardarla y hacerla,
solo así la haremos una realidad en nuestra vida y producirá el fruto deseado.