En esta clase Kenyon viene con una gran interrogante, por qué un creyente no debe orar por fe.
Capítulo 14
POR QUE NO ORAMOS POR FE
Una oración por la fe sería una oración de incredulidad, y
una oración de incredulidad no tiene base para una respuesta. Las personas que
oran por la fe siempre viven en el reino de la incredulidad.
Si te pidiera que me dieras fe en ti y te conociera por años,
te parecería un insulto. Por lo tanto, la oración del creyente por fe es un
insulto a Cristo y al Padre.
Pero tú dirás: "Los
discípulos dijeron: Señor, aumenta nuestra fe", y el hombre que trajo
a su hijo al Maestro dijo: "Señor,
ayuda mi incredulidad". No creo que nuestra incredulidad necesite
alguna ayuda especial. El diablo es nuestro único ayudante en ese sentido.
Un creyente
Jesús dijo: "Todas
las cosas son posibles para el que cree." La palabra griega para creer
significa "creyente".
Entonces todas las cosas son posibles para el creyente. Los judíos no eran
creyentes. No había creyentes reales, como entendemos el término, hasta después
del Día de Pentecostés. Los discípulos fueron llamados creyentes. Jesús instó a
los judíos a creer en Él porque ellos eran el Pueblo del Pacto de Dios. Habían
vivido en duda durante generaciones.
Ustedes entienden Juan 6:47 donde Jesús dice, "De cierto, de cierto os digo: El que cree en
mí, tiene vida eterna". El creyente la tiene; el que duda no. El
creyente es un poseedor, un dueño. Nosotros somos creyentes.
En Mateo 17:19-20 dice: "Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué
nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque
de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este
monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible." Marcos
11:23-24, da el mismo mensaje. Jesús dijo: "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte:
Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será
hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo
que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá." Esta
escritura no es para un creyente, un hijo de Dios, sino un Mensaje para el
Pueblo del Pacto de Dios. Pero, dirás: "¿Por
qué? ¿No es un mensaje para nosotros?"
Ya bendecido
Debido a Efesios 1:3: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido con toda bendición espiritual en los cielos en Cristo".
Nota que Él nos ha bendecido con toda bendición espiritual,
que somos bendecidos. Él no dice que seremos bendecidos si creemos. Somos
bendecidos porque somos creyentes. En 2 Corintios 9:8-11 dice: "Y Dios es poderoso para darte una medida
desbordante de todos los buenos dones, para que todas tus necesidades de todo
tipo sean suministradas en todo tiempo, y puedas dar de tu abundancia a toda
buena obra. Como está escrito: El hombre bueno ha esparcido, ha dado a los
pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que provee semilla al que
siembra, y pan para el alimento del hombre, te proveerá abundante provisión de
semilla, y bendecirá vuestra justicia con frutos de crecimiento; siendo
enriquecido con todas las cosas buenas.”
Frutos de Justicia
Jesús dio frutos de justicia. Si supieras que fuiste lo que
la Palabra dice que eres, ¡qué frutos llevarías por Él! Aquí el Espíritu está
revelando las riquezas de los hijos de Dios. Esta es la traducción de
Conybeare. El Creyente está enriquecido con toda bendición. La problema es que
no lo hemos sabido. La mayor parte de nuestra oración es por cosas que ya
poseemos. Puedes asustarte si te digo que no necesitas orar por tu curación,
pero la gente enferma pasa la mayor parte de su tiempo orando por su curación.
¿Por qué no debemos orar por ella? Debido a que Isaías 53:4-5 nos dice que ya
tenemos la sanidad: "Ciertamente
llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le
tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados".
Y en el décimo versículo leemos: "Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento".
Si Él soportó nuestras enfermedades y las guardó, Dios declara que "por sus llagas fuimos sanados".
Entonces, ¿qué debemos hacer? No debemos orar por nuestra sanidad porque Él nos
respondería: "Ya te he sanado, he
puesto tu enfermedad en Mi Hijo. ¿No te das cuenta de lo que he hecho por ti?"
Tú puedes entender que Él realmente puso esa enfermedad en Su propio Hijo, y
que ese Hijo se llevó esa enfermedad lejos. Ahora nos pide que levantemos la
mirada y le agradezcamos por ello.
No es en absoluto un problema de fe. El único problema que
enfrentas es el de la integridad de esa Palabra.
La Revelación de la Palabra
Jeremías 1:12, "Yo apresuro mi Palabra para ponerla por
obra". Isaías 55:10-11 dice: "Porque
como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que
riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y
pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí
vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la
envié". También está en Lucas 1:37 El ángel hablándole a María acerca
de la Encarnación, acerca del niño Jesús, y él le dice: "Porque ninguna palabra de Dios es vacía de
poder" (American Standard Version). ¿Y qué dice María? “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo
conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”
Como ves, bajo el antiguo pacto, Dios no podía hablar con los
judíos como nos habla a nosotros a través de nuestros espíritus, así que un
ángel fue enviado. Pero hoy tenemos Su Palabra viva.
En Juan 6:63 dice: "Las
palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida." Entiendes que
somos recreados a través de esta Palabra, que la Palabra es el alimento con el
cual nuestros espíritus recreados se alimentan. Así como ves, el creyente es un
poseedor, y es un hombre del Nuevo Pacto, este hombre recreado (2 Corintios
5:17), ha sido invitado a entrar en la misma presencia del Padre.
Nuestra Posición
En Hebreos 4:16 dice: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." Como ves, tienes
perfecto derecho de estar en la presencia del Padre. Has sido invitado a la
Sala del Trono: Allí puedes estar cara a cara con tu Padre, hacer conocer tus
peticiones y recibir una respuesta para tu oración. El creyente ha recibido un
derecho legal al uso del Nombre de Jesús. Tiene el poder legal. (Lee nuestro
libro, El maravilloso Nombre de Jesús). La dificultad es que no hemos conocido
nuestros derechos. El creyente promedio no tiene mayores nociones de la obra
terminada de Cristo de las que tiene de la sangre de los toros y machos cabríos
del Primer Pacto. En Romanos 3:21 dice: "Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los profetas".
¿Qué quiere decir? Que por esta justicia tienes el derecho de
estar en la presencia del Padre sin ningún sentido de culpabilidad, de
inferioridad o de conciencia de pecado.
El creyente es una Nueva Creación. Ya no está bajo el dominio de Satanás ni de
condenación. Ha recibido la misma naturaleza y vida de Dios (1 Juan 5:12-13).
Esa naturaleza lo convierte en una rama de la Vid. Él y Jesús son uno.
Son tan hechos uno que cuando Jesús se encontró con Saulo en
el camino a Damasco en Hechos 9:1-9, le dijo dice: "Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco,
repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra,
oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
Saulo estaba persiguiendo a los cristianos, pero el cristiano
y Jesús son uno. "Yo soy la vid,
ustedes son las ramas" (Juan 15: 5). Cuando persiguen a la rama,
persiguen a la vid; así que el creyente y Jesús son uno. Eso significa que
puedes entrar en la presencia del Padre con la misma libertad que Jesús lo hizo
cuando caminó por la tierra. No necesitas fe. Todo lo que necesitas saber son
tus derechos en Cristo. ¿Cómo lo consigues? Estudia la Palabra. (Lee
cuidadosamente nuestro libro: El Padre y Su Familia) Toma 1 Juan 5:1: "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo,
es nacido de Dios", con 1 Juan 3:2: "Amados, ahora somos hijos de Dios".
Lee Romanos 8: 14-17. "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con
Cristo". Puedes ver, el Espíritu da testimonio con nuestros espíritus
a través de la Palabra. Esta Palabra que estás leyendo ahora es el mensaje del
Espíritu a tu espíritu, y Él te está diciendo que eres un hijo; y si un hijo,
entonces tienes el lugar de un hijo y los derechos de un hijo, así como la
responsabilidad de un hijo.
Gálatas 3:26 dice: "Pues
todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús". Como pecador tendrías
que tener fe en Cristo; pero ahora, habiendo entrado en la familia, todas las
cosas son tuyas.
Todas las cosas son tuyas
En 1 Corintios 3:21-22 dice: "Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro: sea
Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo
presente, sea lo por venir, todo es vuestro". Él te ha revelado sus
derechos y privilegios en Cristo.
El Salmo 23:1-3 dice: "El Señor es mi pastor, nada me faltará”. Esa palabra, Señor, es
Jehová; y Jehová es una palabra de tres tiempos: pasado, presente y futuro. Es
Jesús, como Hijo, en Hebreos 13:8. Es el Jesús de hoy, el Jesús de ayer, y el
Jesús de mañana; y es ese Jesús que es mi pastor, mi cuidador, mi protector, mi
portador de la carga y mi amante. En Gálatas 2:20 dice: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y
ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo
en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí".
Él me amó y se entregó a sí mismo por mí, así que ahora ya no
soy yo el que vivo, sino que esta Nueva Vida de Cristo me está convirtiendo en
una rama de la Vid.
La oración para tener fe es un absurdo cuando tienes todas
las cosas, cuando eres un hijo de Dios. ¿Qué habrías pensado de Jesús
pidiéndole al Padre que aumentara su fe? No, amados, ahora somos los mismos
hijos de Dios.
Establecido en la fe
En Colosenses 2:6-7 dice: "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad
en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe". Como
ves, el cristianismo es llamado "la
fe". Ahora debes ser edificado en la fe. ¿Cómo? Al ser edificados en
Cristo a través de la Palabra. Observe el tercer versículo de Colosenses 2:
"En quien están escondidos todos los
tesoros de la sabiduría y del conocimiento". Por lo tanto, debes
estudiar la Palabra, ver la Palabra, alimentarte de la Palabra, actuar en la
Palabra hasta que la Palabra se construya en ti y se convierta en parte de tu
vida de oración. Entonces ya no será un ejercicio de orar por la fe, sino una
comunión con el Padre.
Colosenses 1: 9-12. Debes leerlo cuidadosamente. Tome esta
traducción: "Para que seáis llenos
del conocimiento exacto (o perfecto) de
Su voluntad en toda sabiduría espiritual y entendimiento". ¿Cuál es el
objeto? "Para que podáis andar dignos de Jehová en todo agradándole, dando
fruto en toda buena obra". Eso es porque tú eres una rama de la Vid, y es
la rama la que lleva el fruto.
Disfrutando de Nuestra Parte de la Herencia
"E incrementando
en este conocimiento exacto (o perfecto) de Dios, y fortalecido con toda la habilidad de Dios según el poder de
su gloria para toda firmeza y longanimidad con gozo”. Ahora lee esto:
"Dando gracias al Padre, que nos ha
dado la capacidad de disfrutar de nuestra parte de la herencia de los santos en
la luz" (Colosenses 1:12).
Me gusta esta traducción. Esto arroja mucha luz sobre él.
Nota los siguientes dos versos. "El
cual me libró de la autoridad de las tinieblas y me transfirió al reino del
hijo de su amor, en quien tengo mi redención, el perdón de mis pecados".
Reconoces que has sido liberado del dominio de Satanás. Reconoces que has sido
trasladado al reino del Hijo de Su amor. Estás en la familia del Padre. Ahora tienes un
derecho perfecto para entrar en la Sala del Trono, y has visto que cada pecado
que has cometido ha sido borrado como si nunca lo hubiera sido. Estás completo
en Él.
Preguntas
1. ¿Por qué no tenemos que orar por la fe?
2. Explica por qué Marcos 11:23-24 no está escrito para el
creyente.
3. Explica 2 Corintios 9:8.
4. Sabiendo lo que la Palabra dice que somos, ¿cuáles son los
frutos que podemos llevar?
5. Di cuál es la relación entre Jeremías 1:12 e Isaías 55:10-11,
y lo que significa para nosotros.
6. ¿Qué posición te da en tu vida de oración Hebreos 4:16?
7. ¿Qué nos dice el Espíritu a través de la Palabra?
8. Di cómo Jesús es el mismo hoy que como lo fue cuando
caminó sobre la tierra.
9. Di cómo podemos disfrutar de nuestra parte de la herencia.
10. Di cómo Jesús se manifiesta en ti.