Acerca de los dones y el llamamiento divino
Porque como Dios no se arrepiente, Sus dones de gracia y Su llamamiento divino tampoco son sujetos a cambio pues son irrevocables.
- Romanos 11:29 (Biblia Expandida)
Romanos 11:29 siempre fue un poco confuso para mi, pero al ver el contexto podemos dar una interpretación correcta.
¿De que está hablando Pablo? Desde el versículo 1 se pregunta si Dios ha rechazado a Israel.
Romanos 11:1
1 Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.
Y empieza a responder de que no, Pablo, primero hablando de que él era la prueba de que Dios no había rechazado a Israel ya que el era un israelita.
Y en segundo lugar hablando de la respuesta de Dios a Elías, declara de que de que siempre habrá un remanente que crea en Él.
Romanos 11:5
5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.
Luego nos empieza ha hablar del Israel espiritual de Dios representado en el olivo natural, y que junto con el olivo silvestre injertado, que son los gentiles convertidos formas parte de la iglesia.
Luego les dice a los gentiles que no se ensoberbezcan, porque el Evangelio llego a ellos durante el tiempo de los gentiles y que cuando llegue la plenitud de ellos entonces todo Israel, los que hayan quedado después de este tiempo creerán.
Concluye que esto sucederá porque Dios no olvido su pacto con los patriarcas.
Romanos 11:25-28
25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.
27 Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.
28 Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.
Y todo esto es porque sus dones, que son el favor de Dios y promesas del pacto y su llamamiento divino como nación son irrevocables, porque Dios no se arrepiente de Sus promesas ni de su llamado o invitación.
Es el hombre el que los rechaza, como pasó con el Israel incrédulo o los acepta como el remanente de Israel.
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