miércoles, 2 de julio de 2025

Curso de Evangelismo - Kenyon - Clase 13


Muchas personas confían en sus buenas obras o creencias personales para asegurar su salvación, pero el capítulo trece nos desafía a guiarlas hacia la verdad bíblica: solo a través de Cristo se encuentra el camino al Cielo. Este estudio explora cómo abordar a quienes tienen falsas esperanzas, ofreciendo herramientas bíblicas claras, como Romanos y Efesios, para mostrar que la salvación no se gana, sino que se recibe por fe.


CAPÍTULO TRECE 

TRATANDO CON EL NO SALVO 

(Aquellos que Tienen Falsas Esperanzas) 

En nuestra última lección estudiamos los métodos con los que podemos tratar a aquellos que tienen un sentido de desesperanza, los que sienten que no pueden convertirse en hijos de Dios. 

En nuestros esfuerzos para el Maestro, debemos con frecuencia entrar en contacto con otro grupo de personas cuyas necesidades son lo opuesto a lo que se ha hablado anteriormente. Ellos se niegan a considerar la aceptación de Cristo como su Salvador porque alimentan falsas esperanzas para su propia salvación. 

En lugar de desesperanza, ellos tienen demasiadas esperanzas. Un gran número de personas pertenece a este grupo. Los encontramos diariamente. Algunas de las mejores personas que conocemos pertenecen a este grupo. Están de acuerdo con la existencia de Dios y con una vida futura; sin embargo, no se preocupan por el bienestar de su alma. Una gran parte de los miembros de la iglesia, cristianos nominales, pertenecen a esta clase. Debemos estar preparados para enseñarles la verdad. 

Quizás, la mayoría de los que pertenecen a esta clase esperan ser salvos por sus obras de justicia. Estas personas creen que no son pecadoras. Dicen que están haciendo lo mejor que pueden, tratando a los demás como se tratan a sí mismas. Estas personas creen que, a través de su vida honesta y moral, tienen tanto derecho como cualquiera a entrar al Cielo. 

Muchos de los versículos y hechos que estudiamos sobre cómo tratar al indiferente ayudan en esta lección. 

El mayor hecho para dejar claro a aquellos que esperan ser salvos por lo que hacen es lo siguiente: una persona no entra al Cielo por lo que hace (vivir correctamente) y su aceptación en el Cielo tampoco se niega por lo que hace (vivir erróneamente). Una persona entra al Cielo por lo que se convierte en el nuevo nacimiento, un hijo de Dios. Una persona tiene negada su entrada al Cielo por lo que es por naturaleza, un hijo de la ira. Efesios 2:3: “...éramos por naturaleza hijos de la ira, como también los demás”. 

La necesidad de estas personas puede ser suplida si son honestas en su opinión de la salvación por el propio trabajo, mostrando el mensaje que Dios nos dio en el libro de Romanos. El libro de Romanos es un documento legal. Es una revelación traída a la luz de la razón humana para que un hombre no salvo pueda entender. 

Los tres primeros capítulos son una escena en el tribunal. En el primer capítulo, el mundo de los gentiles es llevado ante el Trono del Juicio de Dios. El juicio que de él viene es que Su ira se revela contra su injusticia. Romanos 1:18: “La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen la verdad con injusticia”. En el segundo capítulo, el judío es llevado ante Dios y la misma acusación es llevada contra ellos. Dice que, por su incapacidad de guardar la ley, el Nombre de Dios fue blasfemado entre los gentiles (ver Romanos 2:24). 

La conclusión del Trono de Dios se da en Romanos 3:9-10: 

¿Qué concluimos? ¿Tenemos nosotros (refiriéndose a los judíos) alguna ventaja? No, en absoluto; pues ya hemos demostrado que todos, tanto judíos como griegos, están bajo pecado; como está escrito: “No hay justo, ni aun uno solo” (énfasis del autor). 

Ningún ser humano permanece justo ante Dios. La razón es “están bajo pecado”, bajo el pecado de Adán que trajo muerte espiritual, la naturaleza de Satanás. 

Estudia Romanos 5:12-21 para que puedas explicarlo a una persona no salva. Luego, explica cómo Dios sigue mostrando que nada de lo que alguien pueda hacer lo hará justo (ver Romanos 3:20). Puedes usar como ilustración de este hecho el ejemplo del fracaso del judío en volverse justo por su propio esfuerzo mediante la ley. Su fracaso era porque estaba espiritualmente muerto, un hijo de Satanás. 

Sin embargo, nunca trates de hacer que una persona vea su necesidad de Cristo y Su justicia señalando que está bajo la maldición de la ley mientras cree en sus propias obras. Muchos maestros enseñan esto, pero está equivocado, porque los gentiles no recibieron la ley. Fue dada al judío; ningún gentil estuvo bajo la ley excepto por la circuncisión. La posición de los gentiles se muestra en Efesios 2:12: “...separados de la comunidad de Israel y extraños a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo”. 

Continúa con Romanos 3:21-30 para mostrar que Dios proveyó justicia para el hombre mediante la fe en Cristo. Usa 2 Corintios 5:21 para mostrar cómo lo hizo. Ya hemos explicado en lecciones anteriores cómo presentar a una persona el camino del nuevo nacimiento y la justicia que pasa a poseer por la fe en Cristo; por eso no lo trataremos ahora. 

Si, mediante meditación y oración, dejas que estos versículos de la Palabra de Dios te guíen, el Espíritu Santo podrá usarte eficazmente para mostrar a una persona que es honesta consigo misma que la salvación es sólo por la fe en Cristo. 

Otros que alimentan falsas esperanzas son aquellos que dicen: “Un Dios de amor no enviaría a nadie al infierno”. Podemos vencer esto explicando que no sabemos nada sobre el amor de Dios si no es a través de la Biblia, y que la Biblia enseña claramente la existencia del Cielo y el infierno. Todo el mensaje de la redención, la razón de la venida de Cristo, se centra en el hecho de que el infierno se convirtió en el hogar eterno del ser humano por la alta traición de Adán. 

Dios no envía a nadie al infierno; se llega al infierno siendo hijo de Satanás. Al continuar en esta vida como hijo de Satanás, el ser humano permanecerá con él después de la muerte, lo que significa que irá a la casa de su padre. 

Según la redención que Dios nos dio en Cristo, un hombre puede salir del reino de 

Satanás (ver Colosenses 1:13) al Reino de Cristo y convertirse en hijo de Dios (Juan 1:12). Cuando una persona se convierte en hijo de Dios, el Cielo se vuelve su hogar tan lógica y naturalmente como el infierno es el hogar del hijo de Satanás. 

Muestra que Dios hizo todo lo posible para salvar al ser humano del infierno. Sin embargo, Él no puede ir más allá de la voluntad del propio ser humano. Desea que se esté alienado de Dios o que se convierta en hijo de Dios. 

Cristo dijo en Juan 7:17: “Si alguno quiere hacer su voluntad, conocerá acerca de la doctrina, si es de Dios o si yo hablo por mí mismo”. Si alguien desea conocer estas cosas, las conocerá. 

Otros dicen: “Siento que todo está bien conmigo. No tengo miedo de morir. Siento que iré al Cielo”. Podemos mostrar a estas personas que sólo sabemos del Cielo y la vida futura por la Revelación que Dios nos ha dado. En esa Revelación, leemos que nadie va a Dios sino por medio de Cristo (ver Juan 14:6). Quien no tiene a Cristo no tiene la vida (ver 1 Juan 5:11-12). 

Juan 3:36 muestra que si un hombre no cree en Cristo, la ira de Dios habita en él. 

Por lo tanto, el hombre no tiene autoridad sólo por tener fe en sus sentimientos. Un hombre puede saber definitivamente que irá al Cielo cuando su fe está en la Palabra de Dios. 


martes, 1 de julio de 2025

Curso de Evangelismo Personal - Kenyon - Clase 12

En esta clase veremos el peligro del consentimiento mental, si creemos la palabra debemos actuar en ella, y esto es verdad cuando creemos para nuestra salvación. 

¿Cual es esa acción?

Declarar que Jesús es el Señor y que por el hecho de recibirlo tenemmos la vida de Dios.


CAPÍTULO DOCE 

TRATANDO CON EL NO SALVO 

(Continuación) 

Hemos estudiado dos grupos de dificultades: las que surgen de una sensación de falta de habilidad para vivir la vida cristiana y las que provienen de una indisposición para convertirse en cristiano. 

Ahora vamos a estudiar cómo tratar otro tipo de problema: las dificultades que encontraremos en el evangelismo personal que surgen de una sensación de 

desesperanza. ¿Cuántos han perdido toda esperanza de algún día convertirse en hijos de Dios? Veremos algunos de los problemas individuales que debemos suplir en este grupo. 

  

1. Existe un gran número de personas que han buscado a Dios durante mucho tiempo y parecen no poder encontrarlo. 

Muchos, por eso, han quedado sin esperanza alguna. La dificultad normalmente viene del hecho de que confunden el consentimiento mental con la fe. 

Para tener éxito, el trabajador en el evangelismo personal debe entender la diferencia entre consentimiento mental y fe. Un entendimiento del consentimiento mental y cómo manejarlo le permitirá ayudar no solo a un gran número de personas que buscan la salvación, sino también a otras que necesitan sanidad o una vida victoriosa en Cristo. 

El consentimiento mental es admitir el hecho de que la Biblia es verdadera y profesar que se cree en ella. Sin embargo, esta profesión está vacía de acción. No significa nada para el Padre. 

Santiago 2:17 dice: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”. Una mejor traducción es “la fe, si no tiene ninguna acción relacionada, está muerta”. En otras palabras, la fe sin acciones correspondientes es el consentimiento mental. 

Una fe que profesa, que no permanece sobre la Palabra de Dios y actúa sin miedo sobre ella, independientemente de sentimientos o circunstancias, es sólo un consentimiento mental. Una persona nace de nuevo por la fe en la Palabra de Dios. No nace de nuevo por consentimiento mental. La persona es generada por la Palabra de Dios cuando actúa sobre ella y la hace su confesión. 

Efesios 2:8 dice: “Porque por gracia sois salvos mediante la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”. En el momento en que la persona cree, recibe la vida de Dios. El nuevo nacimiento es la Palabra de Dios. Es Dios quien pone Su naturaleza en el espíritu de la persona. 

Cuando una persona cree, el resto es con Dios. Somos Su obra maestra creada en Cristo Jesús (Efesios 2:9-10). 

Muchos dicen: “Yo creo, pero no soy salvo”. No creyeron, porque creer trae una confesión positiva. 

El siguiente incidente ilustrará esta verdad. 

Una noche estaba hablando con una mujer que se quedó después del culto, algo para aquellos que buscaban a Cristo. Ella lloraba amargamente, diciendo: “Durante seis meses he buscado a Cristo. Es tan difícil ser salva”. 

Le di Apocalipsis 3:20, mostrando que Cristo estaba pidiendo entrar en su vida, y que cuando Él fue invitado, Él entró. También le entregué Juan 5:24, mostrando que en el momento en que creyó en Su Palabra, ganó vida eterna. 

Ella dijo: “Creo, pero no estoy salva. Realmente creo. Creí en la Biblia toda mi vida”. Sin embargo, ella no estaba creyendo. Creer es actuar sobre la Palabra de Dios. Creer es confesar que lo que Dios dice, es. Si ella creyera, diría lo siguiente: “Invité a Jesús a entrar en mi vida. Por lo tanto, Él entró, porque Su Palabra así lo declara” (ver Apocalipsis 3:20). 

Durante seis meses, esa joven sólo consintió mentalmente. El consentimiento mental es admitir que la Biblia es la Palabra de Dios, pero sin acción ni confesión positiva. El consentimiento mental no comprende la santidad de la Palabra de Dios. La fe se satisface sólo con la evidencia de la Palabra de Dios. 

Le pedí que leyera en voz alta Apocalipsis 3:20 y Juan 5:24 repetidas veces. Mientras leía, le explicaba que es imposible que la Palabra de Dios falle, que la integridad de la Palabra es la integridad de Dios. La Palabra comenzó a trabajar en su vida. Ella salió de la esfera del consentimiento mental hacia la fe. 

De repente, ella rió, diciendo: “Es tan simple. Creo; por lo tanto, tengo Vida Eterna”. 

Cuando actuó sobre la Palabra de Dios, Dios resolvió la situación y puso Su naturaleza en ella. 

En tu trabajo personal de evangelismo, encontrarás muchos que han ido varias veces al altar sin encontrar a Cristo. Para ellos debes mostrar la diferencia entre consentimiento mental y fe. Muestra que necesitan creer en lo que Dios dice en Su Palabra. Procura llevarlos a un conocimiento de la santidad de la Palabra de Dios para con Él mismo. 

Puedes ilustrar con un ejemplo de la santidad de la palabra de una persona honesta. 

Si perdemos la fe en la palabra de una persona, perdemos la fe en ella. Una persona honesta cuidará sus palabras. No prometerá lo que no pueda cumplir. Cuidará sus palabras para poder cumplirlas en todas las situaciones. 

Muestra que sólo por la Palabra de Dios una persona puede conocerle. Por lo tanto, es sagrada, porque si la Palabra falla, Él falla. 

Usa Jeremías 1:12 para mostrar que Dios cuida Su Palabra para cumplirla en la vida del hombre o la mujer que actúe sobre ella. Muestra a la persona que no debe esperar el sentimiento de salvación antes de confesar que está salva. Explica que la alegría del cristiano no viene necesariamente en el momento del nuevo nacimiento, sino de su comunión con el Padre. 

Muestra que mayor que la evidencia de sentimientos o experiencias es la evidencia de la Palabra de Dios que declara que cuando una persona cree, tiene Vida Eterna (Juan 5:24), o que cuando invita a Cristo, Él entra. 

El consentimiento mental es una de las armas que Satanás utiliza para impedir a aquellos que están ansiosos por ser salvos. El consentimiento mental es peligroso y sutil, pues viene disfrazado de “fe”. Quien busca no se da cuenta de que esto no es fe, y no puede analizar sus dificultades para encontrar a Cristo como su Salvador y Señor. 

Como trabajadores del evangelismo personal, debemos estar preparados para destruir el consentimiento mental y construir fe en su lugar mediante la Palabra (ver Romanos 10:17). 

Existen aquellos que han perdido las esperanzas porque creen que es demasiado tarde. Muchos rechazaron previamente a Cristo y sienten que por esa razón Dios no los aceptará. 

La necesidad de este grupo puede atenderse edificando la Palabra en sus vidas para que lleguen al punto de actuar sobre ella. 

Muchas veces sus actitudes son simplemente de consentimiento mental respecto a las grandes promesas de la Palabra de Dios que traerían vida a ellos. 

Usa 2 Pedro 3:9 para mostrar que no es voluntad de Dios que ningún hombre perezca. Juan 6:37 es un buen versículo para este grupo, porque muestra que Cristo recibirá a cualquiera que vaya a Él en cualquier momento. 

En Romanos 10:13, Dios declara que cualquiera que invoque Su Nombre será salvo. Otros versículos que pueden usarse son Deuteronomio 4:30-31; Isaías 1:18 y Apocalipsis 22:17. 


lunes, 30 de junio de 2025

Curso de Evangelismo personal de E. W. Kenyon - Lección 11

En este capitulo Kenyon nos muestra de que manera debes predicar a otras personas, nos muestra como tratar con algunas excusas para no recibir a Jesús.


CAPÍTULO ONCE 

TRATANDO CON EL NO SALVO 

(Continuación) 

Ganar almas para Cristo es el trabajo más importante que tenemos que hacer. Es el trabajo más querido para el corazón del Maestro. Es realmente tomar Su lugar entre las personas. 

Convertirse en un ganador de almas eficiente debe ser nuestro objetivo. Debemos prepararnos para enfrentar los problemas personales y las dificultades de aquellos por quienes nos esforzaremos para ganar para Cristo. Por lo tanto, estamos abordando otras dificultades que podemos encontrar en nuestros contactos en el trabajo de evangelismo personal. 

Debemos estar preparados para atender cualquier necesidad con Su Palabra, porque ella es la espada del Espíritu (ver Efesios 6:17). Nuestra lucha es contra los gobernantes de este mundo tenebroso (ver Efesios 6:12). 

Las fuerzas de Satanás están detrás de cada dificultad que impide que un hombre acepte a Cristo. Si no estamos preparados para enfrentar esas dificultades con la Palabra de Dios, mutilamos la obra del Espíritu Santo a través de nosotros. Impedimos que Él use Su espada, la Palabra de Dios, para expulsar todo pensamiento y todo argumento que se exalte contra el conocimiento de Cristo (ver 2 Corintios 10:3-5). Medita cuidadosamente en los versículos mencionados. 

En nuestra última lección hablamos un poco sobre las dificultades que se presentan con respecto a un sentido de incapacidad para vivir la vida cristiana. En esta lección, abordaremos diferentes tipos de dificultades que surgen más de la indisposición para convertirse en cristiano. 

  

1. Existen aquellos que no quieren aceptar a Cristo porque creen que serán perseguidos. 

Cuando encontremos esta dificultad, no debemos eliminarla diciendo que no habrá persecución. En cambio, debemos esforzarnos por mostrar que toda persecución traerá una recompensa. 

Explica que en medio de la persecución habrá una profunda alegría y una paz que nada podrá destruir. Usa Romanos 8:18 para mostrar que todo sufrimiento por el Nombre de Cristo aquí será superado en gloria allá. Además, muestra que en cada persecución Su 

Gracia será suficiente para nosotros. Los versículos que puedes usar cuando encuentres estas dificultades son: 2 Timoteo 2:12, 3:12; Hebreos 12:2-3; Mateo 5:10-12 y Hechos 14:22. 

  

2. Una dificultad muy común que podemos encontrar es el sentimiento de que hacerse cristiano significa abandonar muchas cosas. 

Existen quienes no están dispuestos a abandonar los placeres del mundo por Cristo. 

Esa es la actitud general del mundo respecto a Él. Hay diversas maneras en que podemos resolver este problema. Una de ellas es mostrar a quien tratas que ganar el mundo entero no sirve de nada si pierde su alma. 

Muestra que es un ser espiritual eterno. Usa Marcos 8:35-37. También puedes mostrar que es perfectamente natural tener ese sentimiento. En su condición alienada de Dios, depende del mundo para su felicidad. Explica la diferencia entre felicidad y alegría. La felicidad viene de fuera y depende de circunstancias favorables. Cuando las circunstancias en la vida de alguien cambian y se vuelven desfavorables, la felicidad se va. La alegría viene de adentro, viene de Dios. No depende de las circunstancias. El mundo no tiene alegría para dar; su mejor oferta es la felicidad, y cuando las circunstancias se vuelven contrarias, no hay sustituto. 

Muestra que cuando se convierta en cristiano, será una nueva criatura (2 Corintios 5:17); las cosas viejas pasarán; viejos hábitos y deseos. Explica que todas las cosas se vuelven nuevas: una nueva vida le pertenece con nuevas alegrías y nuevas realidades. 

Muestra que nada de lo que el hombre deje atrás se compara con lo que gana al hacerse hijo de Dios. 

Pregunta qué en todo el mundo puede compararse con un conocimiento definitivo y positivo de Dios y una caminata en comunión y compañerismo con Él como Padre. 

Explica la paternidad de Dios, el papel de Padre que Él tomará en nuestras vidas y Su amor de Padre por nosotros. Está interesado en nuestra alegría y felicidad. No nos pedirá dejar de lado nada que pueda ser mejor para nuestro bienestar. 

Enfatiza aquí que el cristianismo no es un conjunto de credos o doctrinas; no es una religión, sino que es un Padre y Su familia. 

Señala los privilegios de la oración, la libertad de la ansiedad y la preocupación, y las ventajas que vienen de una vida con un Dios de amor. 

Puedes usar los siguientes versículos para traer estas verdades: Juan 1:12, 16:27; Romanos 8:28, 31-32; Juan 14:27. 

  

3. Existen quienes no están dispuestos a aceptar a Cristo por problemas de negocios. 

Algunos sienten que en su posición empresarial no pueden vivir la vida cristiana. Otros creen que afectaría su éxito en los negocios si se hicieran cristianos. 

Lo primero que debes mostrar a quienes sienten que no pueden continuar en sus negocios actuales si aceptan a Cristo es que es mejor abandonar un negocio ilegítimo que perder el alma. Marcos 8:35-37 también puede usarse aquí. 

Luego, enfatiza lo siguiente: ningún negocio legítimo será perjudicado porque alguien acepte a Cristo y lo siga. Muestra que hacerse cristiano es hacerse socio de Dios. Es una asociación con Él. Usa Juan 14:23. El Padre y el Maestro vivirán con nosotros en nuestras casas, nuestros negocios y en todo lo que hagamos. 

El Dios que obra milagros suplirá sus necesidades financieras diarias, llevará toda carga. Él prometió atender todas las necesidades (Filipenses 4:19). 

Muéstrale la santidad de Su Palabra, el hecho de que no puede ser quebrantada, y la gran seguridad financiera de quien camina con Él. También puedes usar Mateo 6:33. La Justicia es la habilidad de caminar con Dios sin culpa ni condenación. 

Uno de los resultados de buscar Su Justicia es la capacidad de caminar confiado y sin temor con Él. 

  

4. Existen quienes no están dispuestos a aceptar a Cristo porque perderán amigos. 

Muestra a este grupo la rica comunión y las amistades que surgen entre quienes se vuelven hermanos y hermanas en Cristo. 

Muestra el fuerte lazo de amor entre los miembros de la familia de Dios y coherederos con Jesucristo, el compartir la carga y el cuidado mutuo. 

Explica que este amor unos por otros, por el Padre y por Jesús, es la esencia del cristianismo. 

Puedes usar Juan 13:33-34; Romanos 15:1 y 1 Corintios 12:25-26. 


domingo, 29 de junio de 2025

Evangelismo Personal E. W. Kenyon - Clase 10

Hoy dia veremos en nuestro curso de Evangelismo como tratar con las personas que no son salvas, esto será muy util para nosotros cuando compartimos con la gente que no ha recibido a Jesús, 



CAPÍTULO DIEZ

TRATANDO CON EL NO SALVO

(Aquellos que Tienen Dificultades)

Hemos estudiado cómo tratar con aquellos que son indiferentes a aceptar a Cristo.

Ahora estudiaremos cómo tratar con el grupo de personas que no son indiferentes, pero se abstienen de aceptar a Cristo debido a dificultades.

Debemos comenzar el estudio de cómo atender estos problemas individuales y qué versículos usar para cada uno. En cuanto a problemas de acercamiento, debemos depender de la Palabra para tener la solución.

“Yo aceptaría a Cristo, pero sé que no puedo vivir una vida cristiana”. 

En esta lección, abordaremos esta dificultad; estudiando cómo tratar con diferentes problemas que enfrentamos cuando nos esforzamos por llevar a Cristo a aquellos que tienen esta razón para no aceptarlo como Salvador y Señor. 

Primero, muestra a quien tiene esta dificultad que en su condición de muerte espiritual no puede juzgar su habilidad para vivir como hijo de Dios.

Explica que es perfectamente natural tener ese sentimiento, pues siendo alguien alienado de Dios, no puede amarlo ni hacer Su voluntad.

Deja claro que cuando acepte a Cristo, esa persona se vuelve una nueva criatura en Cristo. Lee, si es posible, 2 Corintios 5:17. Esto mostrará que cuando acepta a Jesús como Salvador y Señor, esa muerte espiritual será erradicada de su espíritu; y con esa erradicación, las cosas viejas habrán pasado, así como los viejos deseos de egoísmo, amargura y odio, y los viejos hábitos que la mantenían en cautiverio.

Usa versículos como Juan 5:24 y 1 Juan 5:12 para mostrar que en lugar de la muerte espiritual que reinaba en su espíritu, recibirá la naturaleza de Dios; y con ello, nuevos deseos aparecerán en su vida, así como un claro conocimiento de Dios, amor por Dios y por las personas, libertad del pecado, etc.

Hay muchos otros versículos que puedes presentar a quienes tienen esta dificultad. Uno de los versículos muy importantes es Hebreos 7:25. Muestra que la Palabra declara que Cristo puede salvar perfectamente a esa persona porque Él vive siempre para interceder por ella.

Explica que cuando alguien se convierte en hijo de Dios, Cristo toma el control y se hace responsable por ella. Él asumió la responsabilidad de nuestra salvación y es capaz de hacerlo.

Para aquellos que tienen esta dificultad, debes dejar claro el ministerio presente de Cristo. Entre los que sufren este sentido de debilidad, encontraremos a quienes temen el PODER del PECADO. Muestra Romanos 6:14, explicando por qué los hijos de Dios no están atados al pecado. Usa también 1 Juan 4:4 para mostrar que el que está en Él es mayor que el que está en el mundo, que tiene el poder del pecado.

Encontrarás personas que temen al FRACASO. Lee Judas 24, que muestra que Cristo puede alejarlas del fracaso. Usa también 1 Corintios 10:13 para mostrar que ninguna gran tentación puede hacerlas caer.

También encontraremos en este grupo a quienes están presos por el SENTIDO DE DEBILIDAD. Muestra que la Palabra declara que su debilidad es la oportunidad para que Dios manifieste Su fuerza. Dios conoce todas las debilidades de la vida humana y aun así declara que Su gracia es suficiente, que Su fuerza se manifestará en la debilidad humana, sin importar cuál sea.

El versículo que soluciona este problema está en 2 Corintios 12:9-10. También puedes usar Filipenses 4:13 para mostrar que en Cristo podemos hacer todas las cosas. Deja claro que cuando un hombre se convierte en nueva criatura en Cristo, la fuerza de Cristo reemplaza la debilidad.

Hay quienes dicen: “La vida cristiana es MUY DIFÍCIL”. Explica que puede parecer difícil para quien no se ha convertido en hijo de Dios. Deja claro que el cristianismo no es una religión, ni un conjunto de credos o doctrinas que intentamos seguir, sino que en realidad es la vida y la caminata con Dios como su Padre. Muestra que es una vida normal, natural, con Dios Padre, el estado normal para todas las personas.

Explica que cuando una persona ha recibido la vida de Dios y ha llegado a un conocimiento definitivo de Él como Padre, es una alegría hacer Su voluntad, y hacer Su voluntad es la esencia de la vida cristiana. Los versículos que puedes usar en este caso son 1 Juan 5:3, Mateo 11:30, Proverbios 3:17 y Salmos 26:2. Usa Proverbios 13:15 para mostrar que justamente la vida alienada y lejos de Dios es difícil y no natural paranadie.

Al tratar con estos problemas individuales, deberás ser capaz de mostrar la Palabra de Dios; por lo tanto, estudia cuidadosamente estos versículos.

Si no puedes memorizar cada uno de ellos, memoriza las referencias para que puedas usarlos rápida y eficientemente cuando surja la necesidad.

En tu evangelismo personal, cuando encuentres dificultades, usa el Nombre de Jesús.

No estamos luchando contra carne y sangre (ver Efesios 6:12). Siempre ten presente lo siguiente:

El que está en ti es mayor que el que está en el mundo (ver 1 Juan 4:4).

Las razones que una persona tiene para rechazar a Cristo nacen de la oscuridad espiritual que ciega su mente (ver 2 Corintios 4:4). Tienes autoridad en el Nombre de Jesús, que es mayor que aquel que ciega la mente del incrédulo (ver Marcos 16:17).

Por lo tanto, con confianza y seguridad, enfrenta las dificultades con Su Palabra, liberándote en silencio, en Nombre de Jesús, de la ceguera de Satanás sobre tu mente.

Nuestra habilidad para atender eficiente y efectivamente los problemas individuales de quienes encontramos con la Palabra de Dios es un gran factor en el evangelismo personal. El señorío de Satanás fue legalmente roto sobre la vida de una persona.

En el momento en que una persona cree en Cristo, la autoridad de Satanás sobre su vida termina. Satanás no tiene derecho legal a tener dominio sobre la persona si acepta el señorío de Cristo.

Por lo tanto, la única forma que Satanás tiene para mantener a alguien bajo su autoridad es cegándola a la Palabra. Él ciega a una persona presentándole estas dificultades.

Así que, como embajadores de Cristo, debemos prepararnos para atender estos problemas con la Palabra de Dios.

En la próxima lección abordaremos otras dificultades que encontraremos. Estudia cada problema cuidadosamente, y prepárate mentalmente para responderlos satisfactoriamente.




sábado, 28 de junio de 2025

Evangelismo - Clase 9 (E. W. Kenyon)

Evangelismo - Clase 9

Despues de un tiempo volvemos a los blogs, continuando con un libro que empezamos y luego con la fiebre de las traducciones lo termine de traducir.

Continuamos con el Curso Biblico de Evangelismo de E. W. Kenyon:



CAPÍTULO NUEVE
TRATANDO CON GRUPOS ESPECÍFICOS DE PERSONAS

(Los Indiferentes)

En nuestra última lección comenzamos a estudiar cómo tratar con aquellos que son
indiferentes y no se preocupan por el Evangelio. Este es uno de los grupos que
encontramos con mayor frecuencia. Estudiamos cómo mostrar a este grupo la necesidad
de Cristo como Salvador. Otra forma de despertar a una persona de su indiferencia es
mostrarle lo que Cristo hizo por ella.

MUÉSTRALE SUS DERECHOS LEGALES
Gran parte de nuestra predicación para el no salvo ha sido un esfuerzo por hacerle ver su
condición de condenación.
Cuando trates con una persona no salva, muéstrale que posee derechos legales que no ha
usado. Los derechos legales que todos los hombres poseen son los siguientes:
• Derecho legal a la justicia; habilidad para permanecer en la presencia de Dios
libre de pecado y condenación como si nunca hubiera existido pecado en el
mundo.

• Derecho legal a recibir la vida de Dios.
• Derecho legal a caminar con Dios como Su hijo.
• Derecho legal a la sanidad para el cuerpo físico.
• Derecho legal a una vida de paz y libertad de ansiedad y necesidad.
• Derecho legal a la inmortalidad para su cuerpo físico, y un hogar en el nuevo
Cielo y la nueva Tierra, donde reinará con Cristo.

El evangelista personal debe entender estas verdades vitales antes de poder presentarlas
a otros. Estudia y medita en nuestra Redención en Cristo hasta que seas tocado y
conmocionado por la esclavitud de una persona no salva a la muerte espiritual cuando
posee derechos legales dados por Dios para la libertad.

Estudia 2 Corintios 5:14-21 hasta que se convierta en parte de ti.

CÓMO MOSTRAR A LA PERSONA SUS DERECHOS LEGALES

1. EL DERECHO LEGAL A LA JUSTICIA
En la lección anterior vimos cómo mostrar a una persona su necesidad de un Salvador,
dejando claro su identidad con Adán.
Al mostrarle su derecho legal a la justicia, muestra su identidad con Cristo que destruye
los efectos de la identidad con Adán.
Encontrarás la identificación del hombre con Cristo también en Romanos 5:12-21.
Muestra su identificación legal con Cristo en la cruz. Explica claramente que, en la
mente de Dios, era el hombre quien estaba colgado allí, no Cristo.
Usa los versículos 2 Corintios 5:21 (Dios verdaderamente hizo a Jesús pecado); Gálatas
2:20 (el hombre fue crucificado con Cristo). Verás que Isaías 53:5-6 es muy eficaz. No
hay problema en usar estos versículos siempre que sea posible para hacer que el oyente
los lea, cambiando los pronombres del plural al singular:
“Pero él fue herido por mis transgresiones y molido por mis iniquidades”, etc.
Centraliza tu explicación del derecho legal de la persona a la justicia en Romanos 4:25:
“... que fue entregado por nuestras ofensas y resucitado para nuestra justificación”
(traducción literal del griego).
Explica claramente que Cristo fue entregado por las ofensas de las personas, soportó el
juicio que era nuestro, porque se identificó completamente con nosotros. Él era todo lo
que éramos, y esta identificación era tan completa que Jesús no pudo resucitar de su
estado como nuestro sustituto por los pecados hasta que pudiéramos ser declarados
justos.
Usa aquí 1 Timoteo 3:16. Él fue justificado y declarado justo.
Muestra al indiferente que tiene tanto derecho legal a la justicia como el propio Hijo de
Dios; porque Dios, en Su amor, hizo a Su Hijo pecador, y ese Hijo no pudo ser
declarado justo hasta que Dios declarara justo al hombre.
Cuando llegues a esta etapa, pide a la persona que sea honesta consigo misma al
considerar la cuestión.
Su indiferencia a la Palabra de Dios, o su deseo de creer que no hay un Dios personal,
probablemente se debe a que dentro de ella tiene la conciencia de que, si existe un Dios,
no puede permanecer condenada en Su presencia, y por eso no hay manera de acercarse
a Él.
Esa persona ha sido indiferente a la existencia de Dios y a una vida futura porque tiene
miedo de Dios.
Entonces, muestra que tiene un derecho legal a convertirse en la verdadera justicia de
Dios aceptando personalmente a Cristo. Será libre de todo sentido de culpa en la
presencia de Dios.

2. EL DERECHO LEGAL DE HIJO Y SUS PRIVILEGIOS
Después de dejar claro el derecho a la justicia, basándote en esto, muestra que es su
derecho legal hacerse hijo de Dios.
Cuando una persona acepta la obra redentora de Cristo a su favor, es declarada justa. Es
decir, permanece delante de Dios libre de pecado, como si Adán nunca hubiera pecado.
Tiene, por lo tanto, la autoridad para hacerse hijo de Dios. Tiene el mismo derecho de
ser hijo de Dios que Adán tenía, pero perdió por su crimen de alta traición.
Más aún, tiene el mismo derecho de hacerse hijo de Dios que Cristo tenía. Porque Cristo
tuvo que nacer de la muerte espiritual a la Vida Eterna así como cualquier persona hoy
necesita nacer de nuevo antes de entrar en el Reino de los Cielos (ver Juan 3:3).
Dios hizo a Su Hijo absolutamente uno con nosotros, y Él tuvo que nacer de una muerte
espiritual cuando pagó la pena del hombre.
Cuando Dios resucitó a Cristo de la muerte, le dijo:
“Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy” (Hechos 13:33).
Cristo fue el primer hombre en nacer de la muerte espiritual a la Vida Eterna (ver
Hebreos 1:5; Romanos 8:29).
Fuimos identificados con Él y, basado en que Cristo nació de nuevo lejos del dominio
de Satanás para la vida de Dios, toda persona viva tiene el derecho de hacerse hijo de
Dios y coheredero con Cristo.
Al mostrar su identidad con Cristo, hazlo lo más personal posible. Hazle ver que Dios
no tiene favoritos. Todo lo que Cristo hizo por el no salvo también lo hizo para todas las
personas.
Explica que la vida de ninguna persona es más preciosa para Dios que la suya. Usa Juan
1:12.
Tiene autoridad para hacerse hijo de Dios recibiendo a Cristo.
Muestra los privilegios de un hijo de Dios, que serán suyos en esta tierra y también en el
nuevo Cielo y la nueva tierra. Debes usar los siguientes versículos: Juan 17:23,
Romanos 8:14-17, Juan 16:23-24, Filipenses 4:19, 1 Corintios 1:30, 1 Pedro 5:7.
Al presentar gentil y sinceramente los derechos legales que Dios dio a las personas por
el sacrificio de Su Hijo, deberás ser capaz de despertar a cada persona indiferente que
encuentres, y llevar a muchas de ellas a una decisión definitiva por Cristo.
Domina estas verdades hasta poder presentarlas claramente, tan objetiva o
profundamente como la ocasión lo permita, a aquellos por quienes Cristo murió y que
son indiferentes a Él.
Explica que Satanás cegó su mente para que la luz del Evangelio no entrara, pues esa es
la única manera que Satanás tiene para impedir que una persona se convierta en hijo de
Dios.
Dios liberó legalmente a todas las personas de la autoridad de Satanás y les dio derechos
legales.