Si no tienes fe quiero ayudarte a que aprendas como tenerla y para eso veamos lo que dice la Biblia
En el capitulo 10 y 11 del libro de Hechos, vemos la conversión de Cornelio.
En los versos del 1 al 6 del capitulo 10 dice: “Había en Cesárea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas.”
En este pasaje, vemos dos cosas. Lo primero es que por más justos que seamos, esto no es suficiente para recibir la salvación. No importa lo bueno que seamos, nuestras obras no son suficientes para darnos la salvación.
En el verso 22 vemos el testimonio que dieron de Cornelio: “Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a tu casa para oír tus palabras.”
No es suficiente ser bueno a los ojos de los demás, necesitamos oír las palabras de la salvación.
Lo segundo que vemos es que los ángeles no pueden predicar el evangelio, Dios no les encomendó esa tarea a ellos sino a nosotros. Es por eso que Jesús nos dio La Gran Comisión en Marcos 16:15-16: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
En Hechos 11:11-17 Pedro relato al concilio de Jerusalén lo que sucedió: “Y he aquí, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí desde Cesárea. Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron conmigo estos seis hermanos, y entraron en casa de un varón, quien nos contó como había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; el te hablará palabras por las cuales serás salvo tu y tu casa. Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros también al principio. Entonces me acorde de lo dicho por el Señor cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?”
El verso 14 se lee así en la Biblia Castilian: “El ángel también le aseguró que, por mis palabras, él y toda su familia serían instruidos para alcanzar la salvación”; y en la Nueva Versión Internacional: “Él te traerá un mensaje mediante el cual serán salvos tú y toda tu familia”.
Notemos que Cornelio necesitaba oír palabras, para poder ser salvo. Y al oír esas palabras es que recibió la vida eterna.
En este pasaje vemos los tres elementos de la salvación:
De ahí vemos que la fe para salvación vino por el oír la predicación de la Palabra, específicamente en el área de la salvación.
En los versos del 1 al 6 del capitulo 10 dice: “Había en Cesárea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas.”
En este pasaje, vemos dos cosas. Lo primero es que por más justos que seamos, esto no es suficiente para recibir la salvación. No importa lo bueno que seamos, nuestras obras no son suficientes para darnos la salvación.
En el verso 22 vemos el testimonio que dieron de Cornelio: “Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a tu casa para oír tus palabras.”
No es suficiente ser bueno a los ojos de los demás, necesitamos oír las palabras de la salvación.
Lo segundo que vemos es que los ángeles no pueden predicar el evangelio, Dios no les encomendó esa tarea a ellos sino a nosotros. Es por eso que Jesús nos dio La Gran Comisión en Marcos 16:15-16: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
En Hechos 11:11-17 Pedro relato al concilio de Jerusalén lo que sucedió: “Y he aquí, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí desde Cesárea. Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron conmigo estos seis hermanos, y entraron en casa de un varón, quien nos contó como había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; el te hablará palabras por las cuales serás salvo tu y tu casa. Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros también al principio. Entonces me acorde de lo dicho por el Señor cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?”
El verso 14 se lee así en la Biblia Castilian: “El ángel también le aseguró que, por mis palabras, él y toda su familia serían instruidos para alcanzar la salvación”; y en la Nueva Versión Internacional: “Él te traerá un mensaje mediante el cual serán salvos tú y toda tu familia”.
Notemos que Cornelio necesitaba oír palabras, para poder ser salvo. Y al oír esas palabras es que recibió la vida eterna.
En este pasaje vemos los tres elementos de la salvación:
1. El que da el mensaje fue Pedro.2. El mensaje fue la predicación del evangelio.3. El oyente fue Cornelio y su casa.
De ahí vemos que la fe para salvación vino por el oír la predicación de la Palabra, específicamente en el área de la salvación.
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