Ocho Pasos Para Recibir Respuesta A La Oración
En esta enseñanza vamos a tratar los aspectos fundamentales de la oración que da resultados. Si un creyente sigue fielmente estos pasos, recibirá respuesta a cualquier oración que haga.
Primer Paso: Decide lo que Quieres Recibir
Santiago 1:6-8
6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
Una persona que no sabe lo que quiere nunca recibirá nada de Dios.
La palabra que se usa para dudar es diakrino, que significa: “separar entre dos” u “oscilar”.
Cuando era niño, mis abuelos tenían un reloj de péndulo en la sala de su casa; yo veía que marcaba el tiempo yendo de izquierda a derecha una y otra vez, sin parar. Muchos creyentes hacen lo mismo, están de un lado a otro, sin saber lo que quieren.
El hombre de doble ánimo es como el niño al que se le lleva a la juguetería, quiere todos los juguetes que hay, no sabe por cual decidirse, y al final el padre es el que escoge por el niño.
Debemos aprender a decidirnos.
Juan 15:7
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
Al momento de orar debemos saber lo que queremos. Notemos que el verso dice: querer y no necesitar.
Mucha gente piensa que Dios solo quiere darnos las cosas que necesitamos; pero este verso dice que podemos pedir lo que queremos y Dios no los dará.
Marcos 10:46-52
46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.
51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
Notemos que en la sanidad de Bartimeo, Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? Para poder recibir algo de Dios, Bartimeo necesitaba quererlo.
Mucha gente no recibe nada de Dios porque no quieren nada.
Dios te pregunta hoy: ¿Qué quieres que haga por ti? Así que decide lo que quieres y se determinado en ello.
Segundo Paso: Encuentra las Escrituras que Prometan lo que Quieres
Si ya sabes lo que quieres necesitas el respaldo de los versos que prometen lo que quieres recibir de Dios.
1 Juan 5:14-15
14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
Aquí encontramos la clave para la oración respondida, pedir de acuerdo a Su voluntad. Y, ¿dónde encontramos su voluntad? En Su Palabra.
Si queremos tener respuesta a nuestras oraciones siempre debemos orar basados en la Palabra de Dios.
Lucas 4:1-12
1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.
6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
10 porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; 11 y, En las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
Durante la tentación en el desierto Jesús usó tres veces la Palabra de Dios para derrotar al diablo.
La Palabra de Dios es lo que nos trae victoria en cualquier circunstancia en la que nos encontremos y nos da la respuesta deseada.
2 Pedro 1:3-4
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia
Todas las cosas que necesitamos y deseamos en esta vida ya han sido provistas por Dios. Así que nosotros podemos disfrutar de todas estas cosas.
En esta enseñanza vamos a tratar los aspectos fundamentales de la oración que da resultados. Si un creyente sigue fielmente estos pasos, recibirá respuesta a cualquier oración que haga.
Primer Paso: Decide lo que Quieres Recibir
Santiago 1:6-8
6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
Una persona que no sabe lo que quiere nunca recibirá nada de Dios.
La palabra que se usa para dudar es diakrino, que significa: “separar entre dos” u “oscilar”.
Cuando era niño, mis abuelos tenían un reloj de péndulo en la sala de su casa; yo veía que marcaba el tiempo yendo de izquierda a derecha una y otra vez, sin parar. Muchos creyentes hacen lo mismo, están de un lado a otro, sin saber lo que quieren.
El hombre de doble ánimo es como el niño al que se le lleva a la juguetería, quiere todos los juguetes que hay, no sabe por cual decidirse, y al final el padre es el que escoge por el niño.
Debemos aprender a decidirnos.
Juan 15:7
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
Al momento de orar debemos saber lo que queremos. Notemos que el verso dice: querer y no necesitar.
Mucha gente piensa que Dios solo quiere darnos las cosas que necesitamos; pero este verso dice que podemos pedir lo que queremos y Dios no los dará.
Marcos 10:46-52
46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.
51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
Notemos que en la sanidad de Bartimeo, Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? Para poder recibir algo de Dios, Bartimeo necesitaba quererlo.
Mucha gente no recibe nada de Dios porque no quieren nada.
Dios te pregunta hoy: ¿Qué quieres que haga por ti? Así que decide lo que quieres y se determinado en ello.
Segundo Paso: Encuentra las Escrituras que Prometan lo que Quieres
Si ya sabes lo que quieres necesitas el respaldo de los versos que prometen lo que quieres recibir de Dios.
1 Juan 5:14-15
14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
Aquí encontramos la clave para la oración respondida, pedir de acuerdo a Su voluntad. Y, ¿dónde encontramos su voluntad? En Su Palabra.
Si queremos tener respuesta a nuestras oraciones siempre debemos orar basados en la Palabra de Dios.
Lucas 4:1-12
1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.
6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;
10 porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; 11 y, En las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.
Durante la tentación en el desierto Jesús usó tres veces la Palabra de Dios para derrotar al diablo.
La Palabra de Dios es lo que nos trae victoria en cualquier circunstancia en la que nos encontremos y nos da la respuesta deseada.
2 Pedro 1:3-4
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia
Todas las cosas que necesitamos y deseamos en esta vida ya han sido provistas por Dios. Así que nosotros podemos disfrutar de todas estas cosas.
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