Introducción
El día de hoy se habla mucho del
ministerio apostólico, es un tema que se levanta cada cierto tiempo
causando confusión en el cuerpo de Cristo; hoy día hay muchos pastores,
que se convirtieron primero en profetas y luego en apóstoles, como si
esto fuera orden jerárquico ministerial.
Estando de misionero en Chile en el 2001
conocí al esposo de una hermana que me comentó que en Santiago había una
red apostólica a la cual pertenecía y que quería que perteneciese,
traté de demostrarle con la Palabra que eso no era algo bíblico pero no
pudimos llegar a nada.
El asunto es: ¿Se ha perdido el
ministerio del apóstol? No, en absoluto, el problema es que mucha gente
no se ha tomado tiempo para estudiar el tema y se ha dejado llevar por
la corriente actual.
Se han olvidado el consejo que Palo le dio a Timoteo “Procura
con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de
qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”; o como dice en la versión King James: “Estudia con diligencia. . . .”
Otro problema actual es que hay muchos
engañadores que se han levantado y que se aprovechan de la falta de
conocimiento de los pastores para venir y apropiarse del dinero de las
congregaciones y si es posible de la congregación misma.
En Oseas 4:6 dice: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.”
Mi pastor Jim Andrews, un verdadero
apóstol, da el ejemplo de los apóstoles de tarjeta; que son aquellos que
se presentan en iglesias y confraternidades con sus tarjetas de
presentación en las cuales dice que son apóstoles, el problema es que de
apóstoles solo tienen la tarjeta.
En el otro lado las iglesias
cesacionistas enseñan que el ministerio del apóstol ya cesó con los doce
apóstoles y Pablo, a quien consideran el reemplazante de Judas.
Pero el ministerio del apóstol no se ha
perdido, sino que sigue vivo y vigente el día de hoy, lo cual veremos a
lo largo de este estudio.
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