Veamos el caso de
Jeremías:
Jeremías 1:4-10
4
Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
5
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
6
Y yo dije: ¡Ah! ¡ah,
Señor Jehová! He aquí, no sé hablar,
porque soy niño.
7
Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño;
porque a todo lo que te envíe irás tú,
y dirás todo lo que te mande.
8
No temas delante de ellos, porque
contigo estoy para librarte, dice Jehová.
9
Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
10
Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
En el caso de Jeremías
vemos dos cosas interesantes:
La primera es que la edad no es algo relevante en el llamado; aquí
Jeremías fue llamado siendo un niño; Pablo fue llamado siendo un joven y Moisés
a los ochenta años; Dios elige a la persona para llevar a cabo su plan sin
importar la edad.
Lo segundo es que Dios equipa al hombre para cumplir su misión en la
tierra, en la vida de Jeremías es que Dios puso sus palabras en su boca.
Veamos ahora el caso de
Jonás:
Jonás 1:1-3
1
Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo:
2
Levántate y ve a Nínive, aquella
gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.
3
Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Con Jonás podemos ver
que el llamado puede ser rechazado. Y es que siendo el llamado una invitación de
Dios para cumplir con un propósito divino puede ser aceptado o rechazado.
Kathryn Kullman le
preguntó a Dios el por qué había elegido a una mujer para llevar a cabo su
ministerio de sanidad y Dios le respondió que primero había hablado con tres
hombres pero todos rechazaron su llamado.
De estos casos podemos
ver varias cosas respecto al llamado en el ministerio;
1. El llamado es una
invitación que Dios hace al hombre para cumplir con su plan y propósito divino.
2. El llamado es
específico para cada persona.
3. El llamado tiene un
propósito específico asignado.
4. El llamado no es
solo una invitación sino un encargo de Dios para cumplir con el propósito
específico de Dios.
5. No hay una edad o
periodo en la vida para cumplir con el llamado de Dios.
6. Dios equipa al
hombre para cumplir con su llamado.
7. Siendo el llamado
una invitación puede ser rechazado.