La Fórmula Para la Fe
Tercera Parte
Paso 3
No Consideres las Circunstancias Adversas
2 Corintios 4:17-18
17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
No debemos asustarnos ni sentirnos derrotados cuando vemos una circunstancia adversa; la tribulación que pasamos es momentánea, leve y fugaz. Aunque sea real para nosotros, no pongamos nuestros ojos en las cosas naturales, sino en las espirituales; pongamos los ojos en las promesas de la Palabra de Dios las cuales nos conceden la victoria.
Abraham no consideró las circunstancias adversas, no consideró su cuerpo ni su edad, solo consideró la promesa que Dios le había hecho y finalmente consiguió el deseo de su corazón, su hijo Isaac.
Veamos lo que pasó con Pedro en el mar cuando enfrentó las circunstancias adversas..
Mateo 14:22-32
22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.
Aquí está Pedro en medio de la tormenta, ve una silueta que camina en medio del mar y piensa con los otros discípulos que es un fantasma, y todos empiezan a gritar asustados, porque había una vieja superstición entre la gente de mar que si veían un fantasma caminando en medio del mar significaba la muerte de todos los ocupantes de la barca.
Pero Jesús les grita no teman, soy yo, y Pedro le dice: “Señor, si eres tu manda que yo vaya a ti sobre las aguas.” Y Jesús le dice: “Ven”.
Al oír la palabra de Jesús, Pedro se tira al mar y empieza a caminar sobre el mar, cada paso que da está mas cerca de Jesús, poco a poco se va acercando a él, mientras sus ojos están fijos en Jesús; pero de pronto se da cuenta que esta caminando en el mar, empieza a ver las olas, el viento, la tormenta y empieza a hundirse; ha sacado sus ojos de Jesús y lo a puesto en las circunstancias.
Entonces grita: “Jesús, sálvame”; y Jesús solamente extiende sus brazos y lo recata.
Su bendición estaba tan solo a “un brazo” de conseguirse, él había estado considerando las palabras de Jesús, pero el considerar las circunstancias adversas lo sacó de su bendición.
Tantas veces estamos listos para recibir la bendición de Dios pero al considerar los problemas y las circunstancias nos salimos de la bendición.
Consideremos a Abraham el “no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara”. Abraham solo miraba la promesa que Dios le había hecho.
No consideremos las circunstancias que nos rodean sino la Palabra de Dios.
Paso 4
Alaba a Dios Por la Respuesta
Esto es lo que hizo Abraham, el se fortaleció en fe dando gloria a Dios.
Eso es lo que debemos hacer nosotros; si hemos encontrado la promesa, hemos creído que hemos recibido, y no estamos considerando las circunstancias adversas, ahora nos toca alabar a Dios por la respuesta.
1 Tesalonicenses 5:18
18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Debemos dar gracias en todo, no por todo; no le damos las gracias a Dios por los problemas, sino porque él es fiel en darnos las cosas que el ha prometido.
Filipenses 4:6
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses 4:6 (Biblia Amplificada de Fe)
6 No se angustien, ni preocupen, ni estén ansiosos por nada, sino más bien presenten sus peticiones a Dios en cualquier circunstancia [que tengan], mediante la oración y la súplica, acompañadas de acción de gracias.
Mantengamos firmes dando gracias a Dios sabiendo que Dios ha recibido las peticiones que le hemos hecho y que ya nos concedió lo que le hemos pedido.
Si funcionó con Abraham también funcionará contigo.