miércoles, 4 de abril de 2018

Mi Cajita de Promesas

Mi Cajita de Promesas

Tenía 17 años y era recién convertido, todas los cosas eran nuevas para mi, todo consejo que me daban era bien recibido, y un día me dijeron que debía comprarme una cajita de promesas, para así cada mañana al despertarme sacase una promesa y empezara bien el día.

Así que como chico obediente que era fui a la librería cristiana y me compré mi cajita de promesas. Era una caja chiquita, que tenía dentro un montón de cartulinas de colores que tenían versículos de la Biblia.


Al día siguiente, y luego cada mañana siguiente, abría mi cajita y sacaba una galleta de la fortuna, perdón, sacaba la promesa del día al azar, para saber cual era mi destino para ese día (viéndolo hoy me suena un poco al horóscopo diario).

No importaba que decía, si era buena o mala, si correspondía a mis circunstancias o no, si estaba en contexto o no, lo que importaba es que yo estaba feliz, por que las estrellas, digo Dios, me habían revelado mi futuro para ese día.

Creo que todos hicimos tonterías así cuando recién conocimos al Señor, llenos de fuego y fervor todo lo que se oyese como Dios y Biblia ahí estábamos metidos.

Con el tiempo dejé mi querida cajita de promesas, nunca sabré que pasó con ella, solo se que me dejó de ser útil, aprendí un poco más de la Palabra y me di cuenta que era inútil.

Dejé de vivir de promesa en promesa y empecé a leer toda la Biblia.

Muchos creyentes siguen viviendo de promesa en promesa, inclusive hay una Biblia llamada "La Biblia de las Promesas", sacando un versículo por ahí y otro por allá, sin importar lo que dice delante y lo que dice detrás.

Toda clase de doctrina rara sale por vivir tan solo de las promesas, muchas veces viviendo solo del futuro, ya que por quedarse en las promesas no se dan cuenta que muchas de ellas ya fueron cumplidas en Cristo.

"Oh, yo se que Dios me sanará algún día, Él lo prometió en Su Palabra;" dicen llenos de esperanza y con lágrimas en los ojos.

Muchas veces les digo: "No, Dios no te va ha sanar."

"¿Qué?, pero si Él lo prometió en la Biblia."

"¿Sí? ¿Donde?"

"Aquí, en Éxodo 15:26."

Éxodo 15:26 
26 Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. 

"Muy bien, si lees el contexto esa promesa fue para Israel, para todo aquel que cumpliese la ley. ¿Tú estás bajo la ley?"

"¡No! ¡Yo no estoy bajo la ley sino bajo la gracia!"

"Entonces lamento decirte que esa promesa no funcionará para tí."

"¿Y ahora que hago?"

"Vayamos al contexto de las Escrituras; en Hebreos 8:6 dice que estamos en un mejor pacto establecido bajo mejores promesas."

"¿Y que dice en cuanto a la sanidad? ¿Habrá alguna promesa para mi cajita?"

"Olvídate de tu cajita, tienes algo mejor, la Biblia. Veamos lo que dice acerca de la sanidad divina. En Isaías 53:4-5. Mateo 8:17 y 1 Pedro 2:24 dice que Jesús tomó tus enfermedades, llevó tus dolencias y por sus llagas fuiste sanado."

"¿Si? ¿Y tengo que hacer algo para ser sanado?"

"Solamente creer y recibir, al ver todo el contexto de la Biblia te das cuenta que en el Nuevo Pacto Dios te da todas las cosas por gracia y las recibes por medio de la fe."

Cuando la persona ve el contexto de la Biblia y se da cuenta que su sanidad ya fue pagada en la cruz, es bien fácil que deje de esperar y empiece a creer y recibir.

Este es solo un ejemplo en cuanto a un tema que es la sanidad divina, pero es lo mismo en cada tema de la Palabra de Dios, no debemos sacar una promesa al azar, sino ver el contexto.

Por eso, es mejor si te deshaces de tu cajita de promesas y empiezas a leer todo la Biblia en su contexto.  

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