Clase 1
Quien es Quien en
el Reino Espiritual
Cuando
era niño se publicaba en el Perú un anuario que se llamaba “Quien es quien en el Perú”, en el se veían las mayores
personalidades del Perú y lo que estaban haciendo en ese tiempo junto con una
pequeña biografía.
Estaban
los principales y mejores políticos, actores, empresarios, abogados,
deportistas, médicos, artistas, profesionales; en fin, lo mejor de lo mejor en
mi país.
Siendo
un niño, había un nombre que me enorgullecía, que era el de mi abuelo César
Cayo Murillo, al que yo como nieto mayor bautice como “Papún”, él era reconocido como el mejor ingeniero peruano de su
generación, y para mi era uno de mis héroes.
A
las personas se les reconoce por lo que son y lo que hacen; pero en el mundo
espiritual también podemos reconocer quien está a favor nuestro y quien es
nuestro enemigo.
Aprendamos
a reconocer quien es nuestro enemigo.
Veamos 2 Corintios 4:4 en
varias versiones de la Biblia.
La Biblia al Día
El dios de este mundo ha cegado
la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de
Cristo, el cual es la imagen de Dios.
La
Biblia Latinoamericana
Se
niegan a creer, porque el dios de este mundo los ha vuelto ciegos de
entendimiento y no ven el resplandor del Evangelio glorioso de Cristo, que es
imagen de Dios.
La
Biblia en Lenguaje Sencillo
La
buena noticia nos habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra
la grandeza de Dios. Ese mensaje brilla como la luz; pero los que no creen no
pueden verla, porque Satanás no los deja.
Nueva
Biblia de los Hispanos
En
los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento (la mente) de los
incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de
Cristo, que es la imagen de Dios.
En
este pasaje vemos cual es el enemigo con el que tenemos de tratar.
Satanás
es el dios de este siglo o mundo presente
El
término siglo o mundo es “aion” que
según Vine significa: “Una edad, era,
significa un período de duración indefinida, o tiempo contemplado en relación
con lo que tiene lugar en el período. El sentido que tiene la palabra no es
tanto el de la longitud misma de un período, sino el de un período marcado por
características espirituales o morales.”
Satanás
es el “dios” de este periodo marcado
desde la caída del hombre hasta el tiempo de la Segunda Venida de Jesús en que
será derrotado y encadenado por mil años.
En
ese periodo Satanás ha cegado la mente o entendimiento de los incrédulos, para
que no les resplandezca la luz de Cristo.
Pero
lo que no se da cuenta (o por lo menos se resiste a reconocer) es que Dios nos
ha dado las armas para la victoria sobre él.
Efesios
6:10-17
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el
Señor, y en el poder de su fuerza.
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales
de maldad en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar
firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del
evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que
podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
No
tenemos por que ser vencidos Dios nos ha dado las armas para la victoria, solo
debemos tomarlas y caminar en la victoria que Él nos dio.
Kenneth
E. Hagin contaba esta historia que nos da una clara idea de lo que estamos
hablando.
En
la época de las grandes campañas en carpa en los Estados Unidos, un predicador
tenía una carpa que albergaba 20 mil personas.
Al
ponerla en Texas vino un tornado y se la llevó.
Estando
en una reunión para levantar fondos para una nueva carpa, este predicador dijo:
“No se si fue Dios o el diablo quien se
llevó mi carpa.”
Este
predicador no se dio cuenta que no es Dios quien está en el negocio de llevarse
las carpas; es el diablo; Dios está en el negocio de que se predique el
evangelio no de estorbarlo.
Hay
gente que piensa: “Si, pero Dios lo
permitió.”
¡No!
Satanás es el Dios de este mundo presente como vimos en 2 Corintios 4:4; y las
leyes que gobiernan este mundo vienen en su mayoría de la caída del hombre.
Por
ese motivo la gente no se da cuenta y acusa a Dios de todas las cosas malas que
ocurren, tales como accidentes, catástrofes, terremotos, tsunamis, epidemias,
enfermedades, muertes de nuestros seres queridos.
Cuando
mi hermano se fue al cielo, mi papá me preguntaba por que se lo había llevado
Dios y yo con mucha tristeza le dije que Dios no estaba manejando el carro en
el que se accidentó.
No
deberíamos echarle la culpa a Dios de las cosas malas que nos pasan.
Marcos
4:35-39
35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo:
Pasemos al otro lado.
36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas.
37 Pero se levantó una gran tempestad de
viento, y echaba las olas en la
barca, de tal manera que ya se anegaba.
38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que
perecemos?
39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
Aquí
están los discípulos en medio de una gran tormenta, ¿quién envió la tormenta?
Definitivamente no fue Dios.
Si
hubiera sido Dios quien envió la tormenta, ¿por qué motivo Jesús la detuvo? Si
Dios envió la tormenta y Jesús la detuvo, entonces Jesús se levantó en contra
de la voluntad de Dios.
En
Juan 14:10 dice: “¿No crees que yo soy en
el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.”
Lo
que Jesús está diciendo aquí es que las palabras que Él habla y las obras que Él
hace no las hace por si mismo sino que el Padre que vive en Él las hace a
través Suyo.
Si
Dios envió esa catástrofe y Jesús la detuvo Él se estaba rebelando abiertamente
contra el Padre.
Veamos
lo que dice Marcos 3:24-25: “Si un reino
está dividido contra sí mismo, tal reino
no puede permanecer. si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”
Algo
no debe estar bien con esta forma de pensar.
Debemos
reconocer quien es nuestro enemigo.
Veamos
lo que dice Juan 10:10: “El ladrón no
viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Veamos
lo que Jesús dijo al contrastar las obras de Dios con las obras del diablo en
varias versiones de Juan 9:4
La
Biblia al Día
Mientras
sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche
cuando nadie puede trabajar.
Biblia
del Pueblo de Dios
Debemos
trabajar en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la
noche, cuando nadie puede trabajar.
Palabra
de Dios Para Todos
Durante
el día debemos hacer el trabajo del que me envió porque cuando viene la noche
nadie puede trabajar.
En
otra ocasión mientras Jesús hablaba con Felipe, hizo una declaración asombrosa:
Juan
14:7-11
7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy
con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto
al Padre; ¿cómo, pues, dices
tú: Muéstranos el Padre?
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
Jesús
está diciendo que el que lo veía estaba viendo al Padre, es decir; si queremos
saber como es Dios debemos ver a Jesús.
Volviendo
a Juan 10:10, la pregunta es: ¿Quién es el ladrón?
Evidentemente
Jesús no es el ladrón, porque Él vino a traer vida; y como Él hacía lo que el
Padre le decía, entonces Dios es el Padre tampoco es el ladrón; entonces solo
nos queda la posibilidad de que el diablo es el ladrón; el es quien está aquí
para robar, matar y destruir.
La
pregunta es: ¿Cuando es que Satanás se volvió el dios de este mundo?
Lucas
4:5-8
5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de
la tierra.
6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta
potestad, y la gloria de ellos; PORQUE A MÍ ME HA SIDO ENTREGADA, y a quien quiero la doy.
7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
Muchos
dirán: “Satanás estaba mintiendo, nunca
fue dueño de la tierra.”
Lo
que no se dan cuenta es que Jesús estaba siendo tentado; Satanás no lo iba a
tentar con algo de lo que no era dueño, Jesús se abría reído; por otro lado, si
no fue una tentación real entonces la Palabra de Dios nos mintió, porque dice claramente
que Jesús fue tentado.
¿Cuándo
se hizo dios de este mundo?
Cuando
Adán cometió alta traición contra Dios y le entregó la tierra al pecar en el
huerto de Edén.
Pero
nosotros no tenemos porque preocuparnos, ya que Satanás no tiene autoridad para
dominar a la iglesia, ni derecho a dominarnos, somos nosotros los que tenemos
la autoridad y eso es lo que veremos en este curso.
Entonces,
hemos establecido que la raíz de nuestra oposición es Satanás y no Dios, pues Dios
está de nuestro lado.
Debemos
reconocer quien es el que se opone a nosotros para no ser derrotados.
¿Qué
debemos hacer ahora?
Volvamos
a Efesios 6:10
Biblia
Expandida de Fe
Por
lo demás, fortalézcanse continuamente en el Señor y en el poder activo de Su
potente fuerza.
Biblia
Latinoamericana
Por
lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza
Castilian
Dicho
esto, os recuerdo también que vuestra fortaleza ha de emanar del gran poder del
Señor, que está en vosotros.
Mucha
gente lee este verso hasta la mitad y dice: “Debo ser fuerte.”
Pero
aquí no dice que nos hagamos más fuertes; dice que nos fortalezcamos EN EL
SEÑOR, y en el poder de su fuerza.
Es
lo que dice en Romanos 8:37 cuando dice que somos más que vencedores en Cristo,
no son nuestras fuerzas ni nosotros mismos, es la unión que tenemos con Cristo
lo que nos da la victoria.
Un
ejemplo de esto sucedió en 1937, tal como lo narra Kenneth Hagin en su libro: “Que hacer cuando la fe parece débil y la
victoria perdida.”.
El
ejército de Estados Unidos estaba experimentando con dirigibles, zeppelines y
maquinarias más ligeras que el aire.
Estaban
tratando de anclar una de estas naves en una torre de acero en Akron, Ohio.
Cerca
de 200 soldados estaban sosteniendo la nave con sogas para amarrar la nave. De
pronto, sin motivo aparente la nave se disparó en el aire. Algunos soldados se
dieron cuenta y se soltaron inmediatamente, pero otros no. Empezaron a subir
con la nave. Cuando ya no podían más caían al suelo. Como consecuencia de esto
cerca de 30 murieron y varios quedaron gravemente heridos.
Pero
había un joven que se mantenía en el aire. Se veía como un soldadito de juguete
dando vueltas en el aire.
Las
mujeres se desmayaban, los niños gritaban, la gente pensaba que en cualquier
momento se caería y moriría. Pero después de una hora y cuarenta y cinco
minutos, cuando lo rescataron, él estaba completamente bien.
Los
periodistas le preguntaron: “¿Cómo
lograste sostenerte tanto tiempo?”
Él
les respondió: “En realidad yo no me
sostuve, fue la soga quien me sostuvo; yo sencillamente cuando vi que estaba
muy arriba para saltar me amarre la soga alrededor de mi cuerpo y dejé que me
lleve por el aire.”
No
eran sus propias fuerzas lo que le salvó la vida, fue la fuerza de la soga a la
que estaba amarrado.
De
eso se trata cuando dice: “...
fortaleceos en el Señor, y en el poder
de su fuerza.” No son nuestras propias fuerzas, no es nuestro propio poder,
es el poder de la fuerza del Señor.
Debemos
amarrarnos de las promesas del Señor como lo hizo este joven con la soga, y
caminar en la libertad que Dios nos dio.
No
luchemos más sino dependamos de Dios.
Y
finalmente debemos mantenernos firmes en las promesas que hemos creído.
Efesios
6:13-14
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar
firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia.
Debemos
reconocer quien es nuestro enemigo, fortalecernos en el Señor y mantenernos
firmes.
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