viernes, 22 de junio de 2018

La Autoridad del Creyente - Clase 3



Clase 3
La Autoridad Definida

Uno de los temas de la vida cristiana del que tenemos menos conocimiento exacto es acerca de la autoridad del creyente; a pesar que le pertenezca no solo a  unos cuantos creyentes; sino que le pertenece a cada cristiano nacido de nuevo.

Por eso, antes de definirla veamos algunas malas concepciones de lo que es la autoridad:

La autoridad del creyente no debe confundirse con el Bautismo con el Espíritu Santo; a veces se enseña que cuando uno recibe el Bautismo con el Espíritu eso el lo que le da la autoridad al creyente.

Lo que el creyente recibe es el poder (dunamis) para testificar.

Hechos 1:8
Pero recibiréis poder,  cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,  y me seréis testigos en Jerusalén,  en toda Judea,  en Samaria,  y hasta lo último de la tierra.

Hechos 1:8 (Castilian)
Sin embargo, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis la fuerza necesaria para ser mis testigos en todas partes: en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el último rincón de la tierra.

El asunto es que la autoridad del creyente empieza en el mismo momento que la persona nace de nuevo. Además el bautismo con el Espíritu no es la fuente de nuestra autoridad.

La autoridad tampoco viene como un don especial del Espíritu, donde el creyente recibe un poder especial para realizar hechos poderosos, como el echar fuera demonios.

Los dones del Espíritu vienen según la voluntad del Espíritu cuando Él quiere; nuestra autoridad la podemos usar en todo momento.

Otros dicen que la autoridad del creyente no es nada más que la oración constante y ferviente.

Hay gente que al orar empieza a sentir una carga o urgencia de oración, e incluso a sentir dolores de parto; pero eso no es la autoridad del creyente; eso sencillamente es intercesión.

Ahora que hemos visto lo que no es la autoridad del creyente concentrémonos en lo que es; y para entenderla mejor definamos la diferencia entre autoridad y poder.

Los traductores de la Versión Reina-Valera de 1960, que es la más usada en español, han traducido muy bien la mayoría de las palabras griegas, pero las que se usan para "poder" y "autoridad" no fueron las más apropiadas.

Por ejemplo, en la Versión Reina-Valera, Jesús dijo en Lucas 10:19: "He aquí os doy POTESTAD de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda FUERZA del enemigo, y nada os dañará"

Veamos que palabras se usan en el griego:

POTESTAD

Exousía; viene de exesti, que es algo que se permite o es legítimo (en el sentido de capacidad); privilegio, fuerza, capacidad, competencia, libertad, maestría (concretamente: magistrado, sobrehumano, potentado, símbolo de control), influencia delegada: autoridad, derecho, dueño, jurisdicción, libertad, poder, potencia, potestad (Strong’s).

Vine nos da una idea más clara de esta palabra:

Exousia denota libertad de acción, derecho a actuar; usado acerca de Dios, es absoluto, carente de restricciones (por ejemplo, Lucas 12:5  «poder», RV, RVR; RVR77: «autoridad»); en Hechos 1:7 lo que se indica es «el derecho a otorgar»; cuando se usa de los hombres, la autoridad es delegada.

También dice:

Exousia denota autoridad (del verbo impersonal exesti, «es válido», o «conforme a la ley»). Del significado de permiso, o de libertad para hacer como a uno le plazca, pasó al de la capacidad o poder con el que uno ha sido investido.

Entonces la autoridad es un poder delegado; una capacidad o poder con el que hemos sido investidos.

Veamos el significado de la palabra fuerza para ver contra quien tenemos autoridad:

FUERZA

Dunamis; fuerza; específicamente, poder milagroso (por lo general un milagro en sí mismo): eficacia, fuerza, impetuosidad, maravilla, milagro, capacidad, dar, poder, poderosamente, potencia, potestad (Strong’s).

Podemos citar de este manera Lucas 10:19

“Yo les doy autoridad (poder delegado y capacidad investida) para pisar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza (poder y capacidad sobrenatural) del enemigo, y nada les destruirá”.

Cuando Jesús habla de "serpientes y escorpiones", lo está haciendo del ejército del diablo, de los demonios, espíritus malignos, y todas sus huestes. 

Debemos darnos cuenta que tenemos autoridad sobre ellos

El valor de nuestra autoridad descansa sobre el poder que hay detrás de esa autoridad.

Ya vimos en el capítulo anterior que el poder de esa autoridad es el poder de la resurrección que es el poder que Dios utilizó para resucitar a Jesús de los muertos y que es el más poderoso que existe en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra.

Efesios 1:19-21 (Nueva Versión Internacional)
19  y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos.  Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz
20  que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales,
21  muy por encima de todo gobierno y autoridad,  poder y dominio,  y de cualquier otro nombre que se invoque,  no sólo en este mundo sino también en el venidero.

El creyente debe recibir la luz y entender plenamente el poder de Dios que lo respalda para poder ejercer su autoridad y enfrentarse al enemigo sin temor.

Veamos un ejemplo para entender lo que es la autoridad:

Juan es un policía de tránsito que mide un metro con 55 centímetros; el tiene un uniforme y una placa que lo demuestran; pero hay algo que lo respalda que es el gobierno del país que representa.

Si viene un camión a toda velocidad, cometiendo una infracción, el toca el pito, levanta la mano y el camión se detiene. ¿Qué poder sobrehumano de Juan hizo detenerse al camión?

Ninguno, es el poder que le ha dado su gobierno, es la autoridad que ha recibido lo que hace que el carro se detenga.

Si el chofer de camión no hace caso, toda la policía y gobierno del país que representa Juan va ha ir tras él.

No es el poder de Juan, es el poder que lo respalda.

Esa es nuestra autoridad, no somos nosotros mismos, es el poder de Dios que nos ha sido delegado y con el cual hemos sido investidos.

Efesios 6:10
Por lo demás,  hermanos míos,  fortaleceos en el Señor,  y en el poder de su fuerza.

Nuestra fortaleza es el Señor, el poder de su fuerza nos respalda, así que debemos hacer como los policías, usar nuestra autoridad extender nuestra mano y decirle al diablo ¡Alto!

Smith Wigglesworth nos cuenta una simpática experiencia que nos ilustra este punto.

Una vez en Inglaterra, estaba en una esquina esperando el autobús. Una mujer salió de una casa de pisos, y un perrito corría detrás de ella. Ella le dijo: "Perrito, vas a tener que regresar".

El perro no le hacía caso. Solo movía su cola y se pegaba a ella.

Ella le dijo: "Perrito, no puedes ir". El perrito movió su cola y se volvió a pegar a ella.

En ese momento vio que el autobús llegaba.

La mujer dio un zapatazo contra el piso y gritó: "¡Lárgate!"  El perro metió el rabo entre las piernas y se fue.

Wigglesworth dice que sin pensarlo le gritó fuertemente: "¡De esa manera deberías hacerlo con el diablo!"

Aunque para mí, el mejor ejemplo de autoridad que he oído lo cuenta mi pastor, Jim Andrews:

Era su primera temporada en el Perú, e iba a tener un seminario en cierta ciudad; los pastores de la confraternidad de esa ciudad, le dijeron que no podía hacerlo, que las puertas estaban cerradas para él.

El hizo como que pateaba una puerta y dijo: “Si las puertas se me cierran yo las abro”.

Por supuesto que hizo el seminario, que trajo un gran avivamiento a esa ciudad que después de 30 años aún continúa; con cientos de conversiones, gente bautizada con el Espíritu, sanidades y milagros.

¡Eso si que es tomar autoridad!

Debemos entender claramente que es Jesús mismo es quien nos dio la autoridad:

En Mateo 28:18 Jesús les dijo estas palabra a sus discípulos: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.”

Aquí la palabra potestad es exousia, que como hemos visto significa: “Autoridad, poder delegado, capacidad investida”

Y en el verso 19 dice: “Por tanto, id....”

Al decir “Id”, Jesús nos estaba dando esa autoridad a nosotros para que hagamos uso de ella.

Recordemos parte del significado de exousia: “permiso o libertad para hacer como a uno le plazca.”

Tenemos la autoridad, pero ahora debemos tomar la decisión de hacer algo con ella. Debemos decidir si la usamos o no.

En Marcos 16:17-18 vemos más de esta autoridad que nos ha sido delegada:

Marcos 16:17-18
17  Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
18  tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Otras versiones dicen: “Estas señales seguirán a los creyentes. . . .”

Cuando dice: “En mi nombre”, está diciendo no en su propio poder, sino en el poder del nombre de Jesús.

En el derecho existe la figura del “poder legal”, una persona firma un documento legal ante un notario público a través del cual le concede a otra persona la facultad de hacer trámites y acciones en nombre de la persona que ha firmado el documento.

Cuando mi abuela ya era muy anciana (vivió hasta los 96 años), firmo un documento legal a través del cual mi papá podía cobrar su pensión en el banco.

Cada fin de mes mi papá iba al banco con ese documento y en la ventanilla los cajeros al verlo debía darle el dinero para mi abuela.

Mi papá no era mi abuela, pero a través del documento era su representante legal.

Pablo dijo en Segunda de Corintios que somos embajadores de Cristo.

2 Corintios 5:20
20  Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

La palabra embajador es el término griego presbeúo; que significa ser un anciano, actuar como representante; o un embajador.

Un embajador es un ministro público que goza de varias preeminencias, en especial el hecho de que se le considera como representante de la persona misma del jefe del estado que lo envía y acredita cerca del de otra potencia extranjera (Enciclopedia Salvat).

A los embajadores se les llama también plenipotenciarios, es decir, que tiene todos los poderes del estado que representa.

Ese poder es la autoridad que nos ha sido delegada.

Para entender más de la autoridad veamos un poco de las leyes peruanas.

En el Perú existen 2 poderes que se encargan de legislar  y ejecutar las leyes; el poder ejecutivo y el poder legislativo.

El Poder Ejecutivo está constituido por el Presidente, quien desarrolla las funciones de Jefe de Estado. El simboliza y representa los intereses permanentes del país. A su vez, como Jefe de Gobierno, es quien dirige la política gubernamental, respaldado por la mayoría político-electoral.

El Poder Legislativo está en el congreso, que consta de 130 congresistas elegidos para un período de cinco años. Su función es la de proponer leyes que se ratifican después de haber sido aprobadas por el Congreso y promulgadas por el Presidente.

El artículo 108 de la constitución peruana dice que si el congreso aprueba una ley y el presidente no la quiere promulgar, después del tiempo prescrito por la ley, el congreso tiene la autoridad para promulgar la ley aún así el presidente no quiere hacerlo.

¿Quién le dio esa autoridad al congreso?

El pueblo peruano que lo eligió.

Una historia de la Inglaterra del Siglo XIX nos da más luces de esto:

En una ocasión el Primer Ministro de Inglaterra, W. E. Gladstone, le trajo un importante proyecto de ley a la Reina Victoria para que lo firme y pudiera convertirse en ley.

La Reina objetó el documento y después de una discusión se rehusó a firmarlo.

El Primer Ministro tenía una gran urgencia, así que le dijo a la Reina respetuosa pero firmemente: “Su Majestad; Usted debe firmar la ley.

Ella se volteó arrogantemente y le dijo: “Señor, yo soy la Reina de Inglaterra.”

El Primer Ministro, sin moverse, le respondió: “Su Majestad, yo soy el pueblo de Inglaterra.”

Después de pensarlo un poco, ella aceptó la situación y colocó su firma en el documento.

Aquí vemos la autoridad entre dos poderes en conflicto; gana el que tiene un mayor respaldo.

El creyente que esta totalmente consciente de la autoridad que está detrás de él, puede enfrentarse al enemigo sin ninguna duda o temor.

Efesios 6:12
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Estos que se enfrentan con nosotros llevan nombres específicos de autoridad:

Principados (arque): Los primeros, o preeminentes.

Potestades (exousia): Autoridades, poderes delegados

Gobernadores (kosmocrator): Gobernadores, señores del mundo.

Huestes espirituales de maldad (pneumatikos poneria): Ejército espiritual invisible y poderoso de maldad.

Aunque estos 4 tipos de enemigos son poderosos; el poder que nos respalda es infinitamente más poderoso.

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