Capítulo 9
LA MENTE DIRIGIDA POR LOS
SENTIDOS
LA MENTE NO RENOVADA está siempre librando la guerra contra
la incredulidad, orando siempre por la fe, pero nunca llegando; siempre
hablando de incredulidad pero luchando por conseguir fe; confesando el fracaso,
pero al mismo tiempo confesando la fe en la Palabra y negándola en las
acciones; tratando de creer, pero nunca actuando en la Palabra. Santiago 1: 5-8
describe a este tipo de infantes espirituales en Cristo: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada".
La sabiduría realmente te pertenece. El creyente adulto inconscientemente se
vuelve a 1 Corintios 1:30, donde Jesús nos es hecho sabiduría; pero el bebé en
Cristo, el creyente que aún no se ha desarrollado, todavía no ha aprendido el
secreto de confiar en la Palabra. Él siente que debe hacer algo para gozar de
sus privilegios en Cristo.
El sexto versículo lo describe así: "Pero pida con fe, no dudando nada; porque el
que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y
echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa
alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos".
Esta mente gobernada por los sentidos es la compañera de un espíritu recreado,
pero la mente nunca ha sido renovada, por lo que no existe una verdadera
comunión entre el espíritu recreado y la mente que está en contacto con el
mundo y en gran medida gobernada por él. Este creyente no sabe nada de Efesios
1: 3: "Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo". Aquí el creyente es bendecido con
toda bendición espiritual, sabiduría, habilidad divina, fuerza, amor, y
cualquier otra cosa que sea necesaria para hacer la vida del creyente hermosa,
útil y victoriosa.
Las dos confesiones de los de doble-mente
1 Reyes 18:21 nos da una descripción gráfica de ese tipo de
creyente: “Y acercándose Elías a
todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos
pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el
pueblo no respondió palabra.” Elías se enfrentó con el problema de tratar con hombres de doble
ánimo. En la iglesia moderna, tenemos el mismo problema.
Juan 20:24-29 nos da una imagen del Tomás gobernado por los
sentidos. Recuerda que después de la Resurrección, Jesús había aparecido a
varios de los discípulos. Tomás no había estado con ellos y exclamó: "Si no viere en sus manos la señal de los
clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su
costado, no creeré".
Era un creyente del conocimiento de los sentidos. Tenía que
ver para creer. Sus sentidos tenían que ser satisfechos. No podía tomar la
Palabra de Dios independiente de sus sentidos.
Nos enfrentamos continuamente con ese tipo de creyente.
Ahora bien, Dios en su gran gracia descendió al reino de los
sentidos en la persona de Cristo. Entonces Cristo resucitó de entre los muertos
y apareció entre los discípulos para que lo vean, lo oigan y lo sientan. 1 Juan
1: 1-3: "Lo que era desde el
principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que
hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque
la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la
vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos
visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con
nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo
Jesucristo."
Observa que "lo
que hemos visto y oído se lo estamos diciendo", es evidencia del
conocimiento de los sentidos. Eso estaba bien en la iglesia primitiva. Durante
los primeros quince años, la iglesia primitiva vivió muy ampliamente en el
reino de la fe del conocimiento de los sentidos. Hoy tenemos muchos que no
pueden creer más allá de lo que sus sentidos registran. Dios los dejó ver
señales y maravillas en el Día de Pentecostés porque ellos eran niños, recién
nacidos. No sabían nada de la obra terminada de Cristo. Ninguno de ellos creía
o sabía acerca de Su obra sustitutoria. Eso pasaría más tarde por la Revelación
Paulina.
La Ley de los Sentidos
Gálatas 5:16 nos da una imagen muy gráfica de los sentidos y
del espíritu: "Digo, pues: Andad en
el espíritu (este no es el Espíritu Santo... es decir, el espíritu
recreado) y no satisfagáis los deseos de
la carne (los sentidos)". Esta escritura será de valor infinito para
ustedes, porque los sentidos combaten contra el espíritu recreado, y el
espíritu recreado está en guerra contra los sentidos. Porque éstos se oponen entre sí, para que no hagáis
lo que quisiereis.
La palabra "carne",
debería haber sido traducida "sentidos".
Entonces podríamos haberlo entendido. Mira, los cinco sentidos, ver, oír, oler,
sentir y gustar son todas las puertas físicas que conducen al cerebro. Sé que
una cosa es dulce porque la probé. Sé que una cosa es fragante porque la he
olido. Sé que es duro porque lo golpeé. Lo que llamamos los pecados de la carne
son pecados de los sentidos. Son pecados conectados con el cuerpo físico y este
cuerpo que tenemos es el laboratorio donde hemos aprendido todo lo que sabemos
del conocimiento secular.
El versículo dieciocho va más allá: "Pero si sois guiados por el Espíritu, no
estáis bajo la ley". El pacto mosaico tenía que ver sólo con los
sentidos. La nueva ley que Jesús dio en Juan 13:34,35 tiene que ver en conjunto
con nuestros espíritus recreados. Así que Pablo continúa, en Gálatas 5:19,
"Ahora las obras de la carne (los
sentidos) son manifiestas." Y da
una larga lista de ellas. Todos estamos familiarizados con eso. La batalla que
luchamos en nuestro caminar diario es con nuestros sentidos. Quiero lo que veo.
Tal vez quiera beberlo. Tal vez quiera comerlo. Tal vez quiera sentirlo. Mi
espíritu debe gobernar mis sentidos. Mi mente debe ser renovada por conocer la
Palabra y actuar en la Palabra que pueda fácilmente conquistar mis sentidos.
Romanos 12:1-2 dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Aquí Él está pidiendo que nuestros sentidos le sean
entregados. Observa, nuestros cuerpos son realmente nuestras universidades, son
nuestras escuelas técnicas. ¿Cómo sé algo sobre la metalurgia sino a través de
los sentidos? ¿Cómo sé algo acerca de la mecánica sino a través de los
sentidos?
Si un hombre está totalmente ciego, no puede ser un mecánico.
Si vas un paso más allá de eso y le roban de su oír, ahora está encerrado en
sus sentidos de gusto, olor y tacto porque la vista y el oído se han ido.
Supongamos que usted va un paso más allá, y está paralizado de modo que no
tenga ningún sentido en su cuerpo. Ahora está indefenso. Puedes ver lo
completamente dependientes que somos de nuestros sentidos, y cómo todo el
conocimiento que tenemos viene a través de los sentidos.
El Nuevo Tipo de Conocimiento
Tenemos un nuevo tipo de conocimiento, el conocimiento de
Revelación. Es el conocimiento espiritual. Es el conocimiento que nos ha
llegado a través del espíritu recreado actuando sobre la Palabra y viviendo en
ella. Entiendes que la mente no puede ser renovada por el estudio de la
Palabra. Debe haber una práctica continua de la Palabra. La Palabra debe vivir
en mí para que se convierta en parte de mí. Así como mi sangre es parte de mí,
así como mis músculos son parte de mí, la Palabra debe convertirse en una parte
de mi mismo ser. Romanos 8: 1-3 nos da un contraste, "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús".
¿Por qué? "Porque la ley del
Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la
muerte".
Los Diez Mandamientos eran la ley del pecado y de la muerte.
La ley tenía que ver con hombres espiritualmente muertos. El hombre recreado,
este Nuevo Hombre en Cristo, tiene una nueva ley que es la ley del espíritu de
vida. Eso es el amor. Él es gobernado por el amor. El otro hombre es gobernado
por el miedo. Si usted lee atentamente el Antiguo Testamento, encontrará que
Dios dice una y otra vez: "No hay
temor de Jehová delante de ti". No dice "amor".
Malaquías 3:16, "Entonces
los que temen a Jehová hablaron uno a otro". Y en el cuarto capítulo,
el segundo versículo, "Y a los que teméis mi Nombre".
Y en 1: 6, Él dice: “¿Dónde
está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que
menospreciáis mi nombre" La ley de Moisés engendró temor en hombres
espiritualmente muertos. La ley del Nuevo Pacto engendra amor y fe y confianza
en la Nueva Creación. Así que la ley del espíritu de vida es la ley del amor.
Romanos 8: 6-9, "Porque el ocuparse
de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne (la
mente de los sentidos) son enemistad
contra Dios (esa es la razón de que es muerte), porque no se sujetan a la ley de Dios (como es la nueva ley del
amor), ni tampoco pueden, y los que viven según la carne (los
sentidos) no pueden agradar a Dios
(es decir, los que son regidos y gobernados por los sentidos no pueden agradar
a Dios) Mas vosotros no vivís según la
carne (no son gobernados por los sentidos), sino según el Espíritu (espíritu recreado, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros."
Entonces dice lo más notable: "Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. “ En otras
palabras, si no es gobernado por el Espíritu que dominó a Jesús, no el Espíritu
Santo, no tiene parte con Él. Ese espíritu era amor. Ese Espíritu llevó a Jesús
a la cruz, y ningún hombre que no camine en amor ni viva la vida de amor ni
esté gobernado por el amor tiene conocimiento de las cosas de la Nueva
Creación.
¿Quieres evidencia para ello? En 1 Juan 4:7-8 dice: "Amados, amémonos unos a otros; porque el
amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que
no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor". La Nueva Creación
es una creación de amor, y el hombre que no nace de nuevo no puede entender
esta vida de amor.
En 2 Corintios 2:14 dice: "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura." Y en 2:12 dice: "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu
que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido".
Y no puedes saber las cosas que nos son dadas gratuitamente del Padre hasta que
eres recreado y la ley de la Nueva Creación se convierte en parte de tu mismo
ser. Esa ley del amor se vuelve instintiva en ti para que la hagas como un
hombre hambriento come, como un hombre sediento bebe.
La oscuridad de la mente gobernada por los sentidos
En 1 Juan 2:9-11 dice: "El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía
en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay
tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en
tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos".
Esta es la condición del creyente cuya mente nunca ha sido renovada. Está
caminando según los sentidos. Juan 8:12 le es totalmente desconocido: "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no
andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
La luz de la vida es el amor. Dios es luz. En El no hay
oscuridad en absoluto porque Dios es amor. Ahora amamos; hemos recibido la
naturaleza del amor, y el amor nos domina. Cuando lo hace, la mente se
renueva, entra en armonía con el espíritu recreado.
El conocimiento de los sentidos gobierna al bebé en Cristo,
el no desarrollado. La Palabra gobierna al hombre recreado cuya mente se
renueva. Él camina en el amor.
La Nueva Creación
El hombre de la Nueva Creación se describe en Efesios 3:20,
"Y a Aquel que es poderoso para
hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros." Es la capacidad de Dios que
está trabajando en la Nueva Creación, construyendo en él la naturaleza amorosa
del Padre, la sabiduría de Jesús, la gracia y la belleza del Hombre de Galilea.
En nuestro diario andar, el Espíritu Santo está construyendo en nosotros una
confianza sin temor en la Palabra. No necesitamos evidencia física para probar
que estamos curados. Cuando Él dice: "Ciertamente
Él ha tomado nuestras enfermedades y ha llevado nuestras dolencias",
eso lo establece para nosotros, porque estamos gobernados por la Palabra, no
por los cinco sentidos.
Cuando nos dice en 1 Pedro 5: 7 dice: "Echando toda vuestra ansiedad sobre él,
porque él tiene cuidado de vosotros", con alegría amorosa lanzamos
nuestras cargas sobre el Señor como uno pone una pesada carga desde su hombro.
Nosotros le decimos: "Gracias,
Padre, por llevar esta carga, gracias por llevarla por mí". La
ansiedad se ha detenido y descansamos con confianza tranquila en esa Palabra
viva. Ves, esta mente renovada entiende Juan 15:7-8: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo
lo que queréis, y os será hecho. En
esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos".
Un discípulo es un estudiante que se sienta a los pies de un
maestro. Así que Él dice: "Si mis
palabras son parte de tu vida cotidiana para que las actúes y las vivas,
entonces podrás pedir lo que quieras". Verás, la mente renovada se da
cuenta de que Juan 15: 5 es absolutamente cierto: "Yo soy la vid y tú eres la parte fructífera de Mí. Estoy sentado aquí a
la diestra del Padre, satisfaciendo todas tus necesidades, y tú estás abajo en
la tierra llevando fruto de amor en tu ministerio de ayudar a hombres y mujeres.”
Preguntas
1. ¿Por qué no hay comunión entre la mente no renovada y el
espíritu recreado?
2. ¿Cuáles son las dos confesiones del hombre de doble ánimo?
3. ¿Por qué es la ley del Viejo Pacto llamada la ley de los
sentidos?
4. ¿Cuál debe ser la relación entre los sentidos y la mente
renovada de un cristiano adulto?
5. Explique Romanos 12:1.
6. ¿Cuál es la diferencia entre "Conocimiento de
Sentido" y "Conocimiento de Revelación"?
7. ¿Cuál era la naturaleza del Espíritu que dominaba a
Cristo?
8. ¿Cuál es la obra del Espíritu en el caminar de la Nueva
Creación?
9. ¿Cuáles son algunas de las ventajas de la oración para la
Nueva Creación?
10. Explique Juan 15: 5 a la luz del ministerio de la Nueva
Creación.
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