¡Yo Soy La Prueba!
Y ahora pregunto: ¿Habrá Dios repudiado y rechazado totalmente a su pueblo?
¡De ningún modo!
(Recuerden) Que también yo soy israelita, descendiente de Abraham y originario de la tribu de Benjamín.
- Romanos 11:1 (Biblia Expandida)
Durante siglos se ha considerado al pueblo de Israel como un pueblo desechado, perseguido, sin tierra, maltratado y sin fin de cosas. La gente ha considerado que Dios rechazó a su pueblo.
Pero, al final del capítulo 10 de Romanos hemos visto que no fue Dios quien rechazó a Israel sino que ellos mismos se negaron a escuchar la Palabra que fue predicada en todo el mundo acerca de Jesucristo.
Aquí Pablo responde a la pregunta, ¿Habrá Dios repudiado y rechazado totalmente a su pueblo?, de la manera más enfáticamente posible (en el griego): ¡De ningún modo!
Pablo les dice:
"No, Dios no ha rechazado ni repudiado a Israel y yo soy la prueba: (Recuerden) Que también yo soy israelita, descendiente de Abraham y originario de la tribu de Benjamín."
Pablo mismo es la prueba de que Dios no rechazó a Israel porque el mismo es israelita.
Wuest dice: "Un israelita es un judío tal como se le ve como un miembro de la teocracia y por lo tanto un heredero de las promesas que Dios le dio a esa nación. Este es el título más augusto de los tres nombres, un hebreo de lengua hebrea como en contra de un Judío de habla griega o un Judío griego, mientras que un Judío es un judío en su distinción nacional de un gentil. Pablo también es hijo de Abraham, y él viene de la tribu de Benjamín".
Jamieson, Fausset y Brown amplían más esta verdad: "de la simiente de Abraham—descendiente directo del padre de los fieles. de la tribu de Benjamín la cual, cuando se rebelaban las diez tribus, constituyó con Judá el reino fiel de Dios, y después del cautiverio fué, junto con Judá, el corazón de la nación judaica."
En Filipenses 3:4-5 Pablo reafirma esto: "Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo."
Pablo les dice nadie puede atreverse a decir que Dios rechazó a Israel cuando yo que soy un israelita de la más alta clase me he convertido y he sido llamado por Dios.
¡Yo soy la prueba!
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