Participantes de la Naturaleza Divina
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
—2 Pedro 1:3-4
Tú puedes ser partícipe de la naturaleza divina. Hay algunas personas que dicen: "Debes pensar que eres Dios, diciendo todas estas cosas. ¿No sabes que Dios es soberano?"
Sí, sé que Dios es soberano. Él es soberano según Su Palabra soberana. Él dijo: “No cambiaré las cosas que salen de Mi boca”.
No importa qué incredulidad salga de ti. Dios no alterará lo que ha dicho. Dijo lo que quiso decir, y quiso decir lo que dijo. Él no quebrantará Su Palabra.
Dios nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegásemos a ser participantes de la naturaleza divina. Note que dice que ustedes podrían ser (no serían) partícipes de la naturaleza divina. Tienes que tomar la decisión de ser partícipe de Su naturaleza.
¿Por qué la gente debería preocuparse cuando actuamos como Dios actúa y hablamos como Dios habla? Deberían preocuparse cuando no actuamos como Dios actúa. Si somos hijos de Dios, debemos actuar como nuestro Padre Dios.
Dios quiere que hablemos como Él. Él quiere que actuemos como Él, no que seamos Dios, sino que seamos como Dios, porque somos creados a Su imagen y semejanza.
Pero muchas personas se ofenderán contigo y dirán: "¿Quién te crees que eres?" Cuando lo hagan, simplemente responda: "Soy partícipe de la naturaleza divina. No voy a quedarme con la vieja multitud y revolcarme en la incredulidad solo porque alguien más lo haga".
Los coherederos pueden ser participantes
No, no soy Dios, pero soy un hijo de Dios. Soy coheredero con Jesús y partícipe de la naturaleza divina.
Sólo porque los demás no son participantes de la naturaleza divina de Dios no es razón por la que no debiéramos serlo.
Si la fe es la sustancia de las cosas que se esperan y la convicción de las cosas que no se ven, eso significa que es la prueba de las cosas que no se ven. Vas a un tribunal de justicia y dices: "Tengo pruebas de esto". Si tiene pruebas, entonces tiene que existir o no podría tener pruebas de ello.
La existencia se prueba por la fe
Todas estas cosas que Dios prometió ya existen en el ámbito del espíritu, de lo contrario la fe no podría ser la evidencia (o prueba) de ello. Si lo crees, tienes la evidencia necesaria. Existe en el instante en que lo crees, aunque es posible que no lo tengas físicamente.
Pero si tú continuas postergándolo, diciendo: "Creo que en algún lugar, de alguna manera, en algún momento Dios lo va a hacer", nunca sucederá. Eso es demasiado vago. No hay lugar establecido, ni tiempo ni manera.
Supongamos que voy a tu ciudad, te llamo por teléfono y te digo: "Estoy en la ciudad. Tenemos que reunirnos".
Tú me dices: "Está bien. Eso sería bueno. ¿Cuándo?"
"¡Oh, alguna vez!"
Tú preguntas, "¿Dónde?"
Yo digo, "Oh, en algún lugar", luego cuelgo el teléfono.
¿Cuánto tiempo crees que tardaremos en estar juntos? ¡Nunca nos juntaríamos en esas circunstancias! No hemos establecido un lugar ni una hora, por lo que es posible que nunca nos encontremos.
Así es con las cosas que Dios ha provisto. Nunca podrá ser participante a menos que establezcas un tiempo y un lugar cuando crea que recibes la promesa. Ya está provisto. Dios no va a alterar lo que ha prometido.
El Apóstol Pablo lo dijo así:
Pero como Dios es veraz, nuestra palabra para con vosotros no fue sí y no.
Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que fue predicado entre vosotros por mí, Silvano y Timoteo, no era sí y no, sino que en él era sí.
Porque todas las promesas de Dios en él son sí, y en él Amén, para gloria de Dios por medio de nosotros.
—2 Corintios 1:18-20
Pablo no predicó un evangelio negativo, porque todos los las promesas de Dios en él son sí, y en él Amén.
¿Qué significa eso? Dios ya ha dicho que sí a sus promesas antes de que le preguntes. Ya tienes Su voluntad con respecto al asunto antes de preguntar.
Si Dios lo prometió, Él respaldará Su Palabra. Él no alterará Su promesa. No importa si es en este siglo o en el siguiente. La Palabra de Dios es eterna. Nunca está desactualizada.
Traducido por Ricardo Botto
No hay comentarios:
Publicar un comentario