Hablemos ahora acerca
de la unción para enseñar
Jesús tuvo un
ministerio muy fuerte en cuanto la enseñanza, si vamos por los evangelios
veremos que se pasó la mayor parte del tiempo enseñando.
En Lucas 4 vemos que
desde el inicio de su ministerio terrenal Jesús empezó a empezar a enseñar:
Lucas 4:14-27
14 Y Jesús volvió en el poder del
Espíritu a Galilea, y se difundió su
fama por toda la tierra de alrededor.
15 Y enseñaba en las sinagogas de
ellos, y era glorificado por todos.
16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la
sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
17 Y se le dio el libro del profeta
Isaías; y habiendo abierto el
libro, halló el lugar donde estaba
escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a
sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y
vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del
Señor.
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó;
y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido
esta Escritura delante de vosotros.
22 Y todos daban buen testimonio de
él, y estaban maravillados de las
palabras de gracia que salían de su boca,
y decían: ¿No es éste el hijo de José?
23 El les dijo: Sin duda me diréis este
refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han
hecho en Capernaum, haz también aquí en
tu tierra.
24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia
tierra.
25 Y en verdad os digo que muchas viudas
había en Israel en los días de Elías,
cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;
26 pero a ninguna de ellas fue enviado
Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta
de Sidón.
27 Y muchos leprosos había en Israel en
tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno
de ellos fue limpiado, sino Naamán el
sirio.
Vemos aquí como Jesús
enseñaba en las sinagogas, tomaba un pasaje de la Escritura y lo iba
explicando.
Lucas 4:31-32
31 Descendió Jesús a Capernaum, ciudad
de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo.
32 Y se admiraban de su doctrina, porque
su palabra era con autoridad.
Aquí vemos la
diferencia de Jesús con los otros maestros, él enseñaba con autoridad, es
decir, él estaba enseñando bajo la unción.
En Marcos 1:22 volvemos
a ver esto: “Y se admiraban de su
doctrina; porque les enseñaba como quien
tiene autoridad, y no como los
escribas.”
Veamos el significado
de estas dos palabras, enseñar y doctrina en strong:
Enseñar: didásko; forma prol. (caus.) de un verbo prim. dáo
(aprender); enseñar (en la misma aplicación amplia): enseñar, instruir,
aprender.
Doctrina: didajé; de didásko; instrucción (el acto o la
material): doctrina, enseñanza, enseñar.
Entonces vemos que la
doctrina es la enseñanza en sí y el enseñar es el acto de entregar esa doctrina
a otros.
El hecho de enseñar
bajo la unción era lo que le daba autoridad a la enseñanza.
En el camino a Emaús
podemos ver está unción de enseñanza saliendo de Jesús hacia sus discípulos.
Lucas 24:25-32
25
Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos,
y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
26
¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
27
Y comenzando desde Moisés, y
siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
28
Llegaron a la aldea adónde iban,
y él hizo como que iba más lejos.
29
Mas ellos le obligaron a quedarse,
diciendo: Quédate con nosotros,
porque se hace tarde, y el día ya
ha declinado. Entró, pues,
a quedarse con ellos.
30
Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió,
y les dio.
31
Entonces les fueron abiertos los ojos,
y le reconocieron; mas él se
desapareció de su vista.
32
Y se decían el uno al otro: ¿No
ardía nuestro corazón en nosotros,
mientras nos hablaba en el camino,
y cuando nos abría las Escrituras?
Aquí vemos la unción
del maestro, vemos como al explicar la Palabra trae luz al corazón de la gente.
Notemos que Jesús les
explicó directamente de la Biblia y les abrió los ojos.
Eso es lo que hace la
unción para enseñar, explica la Palabra, mientras que la unción para predicar
la anuncia.
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