Clase 4
El Nombre de Jesús y la
Primera Iglesia
Como
estamos viendo; toda la autoridad y todo el poder que estaba en Jesús esta en
Su Nombre, y Él le dio Su Nombre a la
Iglesia.
Cuando
nos paseamos por el libro de Hechos vemos que los primeros cristianos conocían
acerca de la autoridad que hay en el Nombre y como lo utilizaban para la
expansión del reino de Dios.
Un
caso clásico es la curación del cojo que solía pedir limosna en la puerta del
templo que se llamaba la Hermosa:
Hechos 3:1-8
1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la
de la oración.
2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían
cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese
limosna de los que entraban en el templo.
3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el
templo, les rogaba que le diesen limosna.
4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos.
5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos
algo.
6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo
te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento
se le afirmaron los pies y tobillos;
8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en
el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.
Quiero
que notemos aquí la seguridad que tenía Pedro al ministrar a este hombre; él
conocía la autoridad que tenía en el nombre de Jesús; la cuestión no era si iba
a sanar o no, sabía claramente que al usar el nombre de Jesús ese hombre sería
sano.
Pedro
no esperó que el hombre se levante sino que lo tomó de la mano derecha y lo
levantó y en ese mismo instante el cojo fue completamente sanado.
En
las campañas de sanidad que he tenido no he tenido la menor duda que la gente
recibiría su sanidad al declarar el nombre de Jesús con confianza, sin
necesidad de gritar sino solo diciendo: “Sean
sanos en el nombre de Jesús.”
A
veces me decían que no les diga que están sanos, y más de una vez me retaron,
pero yo les decía que no tenía duda porque la sanidad no dependía de mi, cuando
ministro yo dependo de la Palabra y del glorioso nombre de Jesús.
Esto
fue lo que Pedro le explicó al pueblo de Israel que se congregó alrededor de
ellos luego de este milagro:
Hechos 3:11-16
11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido
sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de
Salomón.
12 Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones
israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en
nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?
13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de
nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis
y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad.
14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis
que se os diese un homicida,
15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha
resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.
16 Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y
conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta
completa sanidad en presencia de todos vosotros.
Pedro
sabía claramente que no era él quien estaba sanando a este hombre sino que la fe en el nombre de Jesús
estaba trayéndole esta sanidad a. hombre cojo.
Otra
cosa que vemos es como Pedro aprovechó el milagro producido en el nombre de Jesús
para testificar acerca de Jesucristo.
En
Hechos 4:12 podemos ver la conclusión de su mensaje: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
Pedro
les esta diciendo otra cosa que el sabía que en ningún otro nombre hay
salvación, solo en el nombre de Jesús.
Me
parece sorprendente lo que dice mucha gente, que no les gustan las sanidades y
que luego se predique, por que según dicen ellos la persona vendría por las “añadiduras.”
Pero
como vemos Pedro siendo “un ignorante
galileo” no conocía estas cosas, si tan solamente hubiera sido tan sabio
como estos hermanos hubiera dejado al pobre hombre pidiendo limosna, en fin era
su medio de vida.
Pero
no hizo eso, sino que usó el nombre de Jesús, sanó al hombre y luego la
multitud estaba lista para escuchar el mensaje y recibir a Jesús.
En
1988 viajamos un grupo de 120 personas entre estadounidenses y peruanos a la
ciudad de Arequipa al sur del Perú.
Un
día en la plaza de armas había una mujer que no solo estaba ciega sino que tampoco
tenía ojos su piel se había pegado y tapado la cavidad donde habían estado
antes los ojos.
Entonces
mi amigo le predicó y empezó a orar por ella, en ese momento la gente empezó
hacer un círculo alrededor él viendo lo que pasaba con la mujer.
Y
cuando oró por ella en el nombre de Jesús, 50 personas vieron como se formo
primero una línea, luego pestañas, después se separó la piel y se empezaron a
formar los ojos, finalmente la mujer empezó a ver.
Luego
de esto 50 personas adultas vinieron a los pies de Cristo.
Y luego me encuentro con gente que me dice que no ore por los enfermos sino que solo les predique; perdónenme. . .pero, ¡no lo voy hacer!
Seguiré
orando por los enfermos porque es parte del evangelio, y las sanidades llaman
la atención de la gente para que luego acepten a Cristo.
Dejemos
de lado las tradiciones y posturas religiosas y hagamos confiadamente lo que la
Palabra dice; tengamos plena confianza en el poder del nombre de Jesús sobre
todo nombre que se nombra.
Otra
cosa que vemos en cuanto al Nombre es que los enemigos de la iglesia se dieron
cuenta del poder que había en él.
Hechos 4:17-18
17 Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo,
amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este
nombre.
18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera
hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.
Es
tal el poder de este nombre que los ancianos de Israel con tal de paralizar el
crecimiento de la iglesia les prohibieron hacer uso de este glorioso nombre,
cosa que no estaba dispuesto hacer la primera iglesia.
En
los versos 19 y 20 vemos que Pedro y Juan decidieron no obedecer esta
prohibición: “Mas Pedro y Juan
respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a
vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto
y oído.”
En
Hechos 4:30 vemos como es que ellos sabían claramente cual era la clave del
poder en su predicación: “Mientras
extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el
nombre de tu santo Hijo Jesús”.
Era
bien claro para ellos que al usar el nombre de Jesús Dios extendería su mano en
sanidades, señales y prodigios.
Cuanto
más el uso del glorioso nombre el día de hoy nos permitirá ver este poder de Dios
en acción.
Yo
he visto con mis propios ojos la manifestación de sanidades, señales y
prodigios al usar el nombre de Jesús.
Hace
unas semanas estaba gozándome al final de una reunión con el evangelista Gilmer
Mucha Meza, cuando una hermana se nos acerca en silla de ruedas; yo le dije a
Gilmer; “¿Quién la levanta? ¿Tu o yo?” el
me respondió: “Los dos”.
La
tomamos cada uno de una mano, la sacamos de la silla de ruedas y solo me
acuerdo que le gritaba una y otra vez mientras caminaba: “¡Camina en el Nombre de Jesús!”
La
misma autoridad que tenía la primera iglesia la tenemos hoy en el nombre de Jesús.
El
primer evangelista, Felipe, sabía esto claramente:
Hechos 8:5-12
5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les
predicaba a Cristo.
6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que
decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.
7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían
éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados;
8 así que había gran gozo en aquella ciudad.
9 Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la
magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose
pasar por algún grande.
10 A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta
el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios.
11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les
había engañado mucho tiempo.
12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio
del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
Aquí
está Felipe, predicándoles acerca del Nombre de Jesús y la gente convirtiéndose
y siendo sanada.
Una
cosa en particular es el caso del mago Simón, quien aparentemente tenía “el gran poder de Dios”, pero ellos se
dieron cuenta donde estaba ese gran poder de Dios, estaba en el Nombre de Jesús.
Es
por eso que al momento de predicar no debemos dejar de lado la predicación de
tan glorioso nombre ya que si queremos tener los resultados de la primera
iglesia debemos usar los mismos principios espirituales que ellos usaron ya que
Dios no ha cambiado ni acortado su mano para dejar de hacer milagros.
En
Hechos 9 vemos la importancia del nombre en la vida del Apóstol Pablo:
Hechos 9:10-16
10 Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a
quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.
11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se
llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque
he aquí, él ora,
12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que
entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
13 Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos
acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;
14 y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes
para prender a todos los que invocan tu nombre.
15 El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es
éste, para llevar mi nombre en presencia
de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;
16 porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por
mi nombre.
Venía
un gran cambio en la vida de Pablo, de ser un perseguidor del nombre estaba por
convertirse en un predicador del Nombre de Jesús.
Hechos 9:20-22
20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo
que éste era el Hijo de Dios.
21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén
a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante
los principales sacerdotes?
22 Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los
judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.
Casi
al instante de convertirse Pablo ya estaba predicando acerca de la salvación
que hay en el Nombre de Jesús.
En
Hechos 16 podemos ver que Pablo también conocía la autoridad que tenía sobre
los demonios en el nombre de Jesús:
Hechos 16:16-19
16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al
encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran
ganancia a sus amos, adivinando.
17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces,
diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el
camino de salvación.
18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a
Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo,
que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su
ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las
autoridades
Pablo
no tenía problemas en usar la autoridad que le había sido delegada, el sabía
que el demonio tenía que irse al usar el nombre de Jesús.
Estos
son parte de los pasajes que hablan acerca del Nombre de Jesús en el libro de
los Hechos y que nos muestran claramente el uso que le dieron en esos tiempos
iniciales de la iglesia.
Lo
usaron para predicar el evangelio, para ministrar a los enfermos y lo usaron
para echar fuera demonios; aprendamos de estos ejemplos y usemos el Nombre
provechosamente.
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