La Espada del Espíritu
. . .y tomen la espada del espíritu, que es la palabra de Dios.
Efesios 6:17 (Versión Peshitta)
Hemos visto las primeras partes de la armadura: el cinturón, la coraza, el calzado, el escudo y el casco, que son la parte eminentemente defensiva de la armadura, pero ahora veremos la parte principalmente ofensiva de la armadura, la espada.
La palabra griega para “espada” es “machaira”; esta espada era un cuchillo filudo y largo, como un machete de unos 48 cm. de largo, que se usaba tanto para cortar carne de animales así como arma de guerra, sea larga o corta, la larga con curva para ataque de corte y la corta derecha para ataque de estocada final.
Su poder era muy letal; los soldados la balanceaban de un lado a otro dando estocadas volteando la espada y luego sacando las entrañas de la gente. Aunque no era la espada más larga era la más peligrosa.
Esta palabra “machaira” la volvemos a encontrar en Hebreos 4:12: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón” (Nueva Biblia de los Hispanos).
El término “palabra” es “rhema”, como hemos visto antes la palabra rhema es una porción específica d ela Biblia, no toda la Biblia en su conjunto.
Mientras que el cinturón de la verdad nos hablaba del logos de la palabra, la espada del espíritu nos habla acerca del rhema.
La palabra logos es un sustantivo, que por definición es aquella palabra que sirve para nombrar seres, objetos o entidades concretas o abstractas. Mientras que la palabra rhema es un verbo que por definición es una palabra que expresa acciones o estados en un tiempo determinado.
Mientras que el sustantivo denota algo concreto el verbo una acción.
Logos significa palabra, y aunque es un sustantivo se refiere a la expresión del pensamiento; no el simple nombre de un objeto.
Rhema significa aquello que es o ha sido dicho por una voz viviente, una cosa dicha, una palabra hablada.
Vine nos dice que rhema es “aquello que es hablado, lo que es expresado de palabra o por escrito; en singular, una palabra.”
Podemos definir que logos es la Palabra escrita y rhema la palabra hablada.
En Romanos 10:8 encontramos la palabra rhema 2 veces: “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos” (Reina Valera 1960)
Este rhema de fe es la palabra que sale de nuestra boca después de haber pasado tiempo meditando la Palabra de Dios.
Recordemos que cuando nos pusimos el yelmo de la salvación empezamos a transformar nuestra mente colocando la Palabra de Dios en nuestro interior y cuando nos colocamos el calzado del evangelio vimos que la fe venía cuando depositamos la Palabra de Dios en nuestro interior. También vimos que al empuñar el escudo de la fe estábamos parándonos firmes en la Palabra de Dios. Ahora veamos como convertir esa Palabra en un arma ofensiva.
Lo que tenemos que hacer es convertir el logos de la palabra en rhema; y para esto debemos entender que el poder de Dios está encerrado en su Palabra.
Hebreos 1:1-3 (Reina Valera 1960)
1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Aquí palabra es rhema, que se define: “El significado de rhema a diferencia de logos esta ejemplificado en la orden de “tomar la espada del espíritu que es la Palabra de Dios,” que está en Efesios 6:17, la referencia aquí no es a toda la Biblia en conjunto (como en logos). sino a las porciones individuales de la Escritura que el Espíritu nos hace recordar en tiempo de necesidad, siendo el requisito previo el almacenar regularmente la Escritura en nuestra mente.”
Logos nos muestra lo que la Palabra es en esencia, rhema lo que la Palabra puede hacer por nosotros. El poder que hay en la Palabra se desata a través del rhema.
Por ese motivo es que es importante entender como se desata el rhema de Dios en nuestras vidas.
En Romanos 10:8-10 dice: “Más ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Reina Valera 1960).
Aquí vemos que el rhema de Dios debe estar en nuestra boca y en nuestro corazón. Además encontramos la clave para desatar el rhema a nuestro favor: creer en el corazón y confesarlo con la boca.
Aquí el apóstol Pablo nos da un ejemplo práctico de cómo funciona esto mostrándonos como es que una persona recibe la salvación; en primer lugar confiesa con la boca que Jesús es el Señor; y en segundo cree en el corazón que Dios lo levanto de los muertos.
Y dice: “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”
En 2 Corintios 4:13 podemos ver esta misma verdad: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: CREI, POR TANTO HABLÉ, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” (La Biblia de las Américas).
El espíritu de fe habla las cosas de la Palabra de Dios que ha creído; por eso, una persona que tiene el espíritu de fe debe hablar las cosas que cree.
Jesús dijo estas poderosas palabras en Marcos 11:23: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” (Reina Valera 1960).
Con estas palabras nos muestra la importancia de decir con nuestra boca las cosas que creemos en nuestro corazón. En especial, notemos que este pasaje dice tres veces decir pero una sola vez creer. Es decir, debemos hablar tres meses de lo que creemos.
En Romanos 10:10 hemos visto que "con el corazón se cree...." ¿Qué se cree? Que lo que dice la Palabra de Dios es verdad.
Creer con el corazón es creer que la Palabra de Dios es verdad sin importar lo que digan las circunstancias.
En la Segunda parte de Romanos 10:10 dice: "... pero con la boca se confiesa para...." Es decir la fe para recibir algo se desata con las palabras. Como vimos en 2 Corintios 4:13: "Creí, por lo cual hablé;" Si has creído algo de la Palabra de Dios, lo siguiente que debes hacer es hablarlo.
En Marcos 5:27-29 podemos ver esta verdad.
Marcos 5:27-29 (Reina Valera 1960)
27 Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.
28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
29 Y enseguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote
En este pasaje vemos que esta mujer estaba diciendo algo de manera continua. Ella decía "Si tocare tan solamente su manto, seré salva." Sus palabras la motivaron para actuar en fe y recibir su sanidad.
Eso es lo que hace la espada del espíritu, está declarando el rhema de Dios.
Debemos meditar la Palabra de Dios hasta que llegue el rhema para que cambie nuestra vida y podamos ministrar la verdad a otros.
Mientras más meditamos en el logos, más listos estamos de recibir la rhema.
Jesús nos mostró en el desierto la manera que debemos usar el logos convirtiéndolo en rhema:
Mateo 4:1-11 (Biblia al Día)
1 Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación.
2 Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 El tentador se le acercó y le propuso:—Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.
4 Jesús le respondió:—Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
5 Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo:
6 —Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: “Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.”
7 —También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” —le contestó Jesús.
8 De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.
9 —Todo esto te daré si te postras y me adoras.
10 —¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él.”
11 Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle.
Aquí vemos como Jesús utilizó 3 veces la espada del espíritu; le dijo al diablo “Escrito está”, y le soltó el rhema de Dios.
El diablo también conocía la Palabra de Dios, pero la citó fuera de su contexto, torciéndola y citándola a medias; pero Jesús conociendo lo que estaba escrito declaró el rhema de Dios y alcanzó la victoria.
Esa es la manera de usar la espada del espíritu, declarando lo que está escrito en la Biblia.
Ya te has puesto el cinturón de la verdad, la coraza de la justicia, la disposición de predicar el evangelio de la paz, el escudo de la fe y el yelmo (o casco) de la salvación, ya estas completamente protegido y defendido; pero eso no es suficiente, toma la espada del espíritu y proclama tu victoria.
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