Como Ministrar a Otros El Bautismo con el Espíritu Santo
Hemos estado viendo lo que es el Bautismo con el Espíritu Santo y su evidencia inicial que es el hablar en otras lenguas.
Como todas las cosas de Dios el bautismo con el Espíritu Santo se recibe por medio de la fe. Y ¿cómo llegamos a tener fe? Por el oír y el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17).
La pregunta es ¿Cómo podemos ministrar a un hermano para que reciba el bautismo con el Espíritu Santo?
Primer Paso
Debemos Enseñarle Que la Biblia Dice Que Dios Ya Ha Derramado El Espíritu Santo
Debemos enseñarles que no deben suplicarle a Dios, Él ya derramó el Espíritu Santo y la promesa es para ellos.
Hechos 8:14-16 (RV60)
14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan;
15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;
16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.
En Samaria no lloraron y suplicaron a Dios; sencillamente oraron para que recibiesen el Espíritu Santo.
Ya habían recibido la primera obra del Espíritu Santo, habían sido bautizados en el nombre de Jesús, habían nacido de nuevo y tenían el Espíritu Santo dentro de ellos; pero algo les faltaba.
Faltaba que el Espíritu Santo viniese sobre ellos, faltaba la segunda obra del Espíritu Santo; así que cuando Pedro y Juan oraron por ellos; recibieron el Espíritu Santo.
¿Cual fue la oración de Pedro y Juan? ¿”Señor, si es tu voluntad dales el Espíritu Santo”?
¡No! El Espíritu Santo ya había sido derramado el día de Pentecostés, sencillamente oraron para que reciban la promesa que les había sido dada, para que reciban el Espíritu Santo.
En Hechos 19 vemos un caso similar:
Hechos 19:1-7 (RV60)
1 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos,
2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.
5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
7 Eran por todos unos doce hombres.
Estos doce discípulos de Juan, pasaron por las dos obras del Espíritu Santo, primero nacieron de nuevo al ser bautizados en el nombre del Señor Jesús y luego recibieron la segunda obra, el bautismo con el Espíritu Santo cuando Pablo les impuso las manos.
Ellos no oraron, ni pidieron, ni suplicaron. Lo único que hicieron fue recibir lo promesa que Dios ya les había dado.
Pablo les había explicado claramente, así que solo recibieron cuando fueron ministrados.
Dentro de este punto veamos una creencia popular acerca del Bautismo con el Espíritu Santo.
Hechos 1:4-5 (RV60)
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Hechos 1:4-5 (Castillian)
4 En cierto momento, mientras comía juntamente con ellos, les mandó que no se alejaran de Jerusalén, sino que esperasen el cumplimiento de la promesa del Padre de enviar al Espíritu Santo, tal como Jesús mismo les había anunciado que tenía que suceder. Se lo recordó diciéndoles:
5 Juan os bautizó con agua, pero dentro de pocos días seréis bautizados con el Espíritu Santo.
Mucha gente al leer este verso piensa que debe esperar por el Espíritu Santo hasta ser bautizados con Él.
Hay gente que se pasa años esperando al Espíritu Santo, incluso hay gente que se ha pasado más de 50 años por el Espíritu Santo.
Un hermano se acercó a un ministro y le dijo con orgullo: “Hace 20 años que estoy esperando al Espíritu Santo, y se todo acerca de esperar al Espíritu Santo, no hay nadie que me pueda enseñar nada acerca del tema.”
El ministro le contesto: “Puede que sepas todo acerca de esperar pero no sabes nada acerca de recibir”.
Y eso es lo que pasa con muchísima gente porque han malentendido estos versos.
Yo le he dicho a mucha gente que me ha dicho cosas así: “Si quieres ser verdaderamente bíblico, deberías irte a Israel a esperar, porque ese es el lugar donde Jesús le dijo que debían esperar; quizás ese sea el motivo que tu esperar no haya tenido fruto.”
Si leemos bien el verso veremos que las instrucciones que les dio Jesús es que esperasen en Jerusalén hasta que llegase el Espíritu Santo, lo cual ocurrió el día de Pentecostés tal como vemos en el capítulo 2 de Hechos.
Hechos 2:1-4 (NVI)
1 Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar.
2 Y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de un viento que irrumpe impetuosamente, y llenó toda la casa en la que se hallaban.
3 Entonces se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que se dividían y se posaban sobre cada uno de ellos.
4 Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les hacía expresarse.
En ese momento, en Pentecostés, fue que el Espíritu Santo llegó y desde que llegó no se ha ido; se ha quedado con nosotros.
Como Jesús dijo en Juan 14; el Espíritu Santo iba a venir para quedarse con nosotros para siempre.
Juan 14:15-17 (NVI)
15 "Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
16 Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre:
17 el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes.
El Espíritu Santo, el Consolador, vino para quedarse, para estar siempre con nosotros.
Por ese motivo es que esta objeción no tiene sentido, no podemos esperar que llegue alguien que ya está con nosotros.
Hechos 2:32-33 (NVI)
32 A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos.
33 Exaltado por el poder de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que ustedes ahora ven y oyen.
Jesús ya envió el Espíritu Santo, ya lo derramó sobre nosotros, solo nos toca recibir lo que el ya nos dio.
Segundo Paso
Debemos Mostrarle que Cumple con los Requisitos; Una Vez que ha Nacido de Nuevo Ya está Listo Para Recibir el Espíritu Santo
Muchas veces debido a la mala enseñanza y las tradiciones de la iglesia, los creyentes creen que necesitan hacer ciertas cosas antes de recibir.
No se creen lo suficientemente santos o justos como para ser dignos de recibir el Espíritu Santo.
Si esto fuera cierto, los hermanos de la iglesia de Corinto jamás hubieran recibido el Bautismo con el Espíritu, ya que eran la iglesia más carnal de todas.
Pero, ¿Qué dice la Biblia?
1 Corintios 1:4-7 (RV60)
4 Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús;
5 porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia;
6 así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros,
7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
A la iglesia de Corinto no le faltaba ningún don, se puede decir que si no era la más carismática de todas las iglesias, por lo menos era una de las más carismáticas.
1 Corintios 3:1 (RV60)
1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Era una iglesia muy carnal, sin embargo, todos eran bautizados con el Espíritu Santo.
Si los corintios lo fueron, hay esperanza para nosotros.
Así que no nos sintamos indignos y recibamos el regalo que Dios ya nos dio.
La pregunta es: ¿Cuáles son los requisitos para recibir el Bautismo con el Espíritu Santo?
Solo uno, haber nacido de nuevo.
Hechos 2:37-39 (RV60)
37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Nuevamente, la promesa es para todos, el único requisito es el haber nacido de nuevo.
Por ese motivo, aunque hay mucha gente que dice que debemos ser maduros para poder recibir el Bautismo con el Espíritu Santo, en la Biblia vemos que no es así. La evidencia misma del Libro de los Hechos y la Epístola a los Corintios nos muestran que no puede haber sido así.
En los cinco casos del Libro de los Hechos: Pentecostés, los samaritanos, la casa de Cornelio, Pablo y los discípulos de Juan el Bautista en Efeso, ninguno de ellos había tenido tiempo para “madurar”, en el común de los casos eran recién convertidos.
Ya hemos comentado que la Iglesia de Corintos era todo menos una iglesia de gente madura, Pablo los llama carnales.
Veamos lo que Pablo le dice a la Iglesia de Filipos después de varios años de ministerio:
Filipenses 3:12-14 (BL95)
12 No creo haber conseguido ya la meta ni me considero un "perfecto", sino que prosigo mi carrera hasta conquistarlo, puesto que ya he sido conquistado por Cristo.
13 No, hermanos, yo no me creo todavía calificado, pero para mí ahora sólo vale lo que está adelante; y olvidando lo que dejé atrás
14 corro hacia la meta, con los ojos puestos en el premio de la vocación celestial, quiero decir, de la llamada de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:12-13 (Castillian)
12 No digo que haya logrado ya esa meta, ni que yo sea perfecto. Lo que pretendo es seguir adelante, tratando de ver si un día podré ser lo que Cristo, al salvarme, quiso que fuese.
13 No, hermanos, todavía no soy como debo ser; pero, eso sí, olvidando las cosas que voy dejando atrás y mirando a lo que está delante
14 procuro alcanzar la meta y recibir el premio celestial al que Dios me ha llamado por medio de Cristo Jesús.
Pablo no se considera “perfecto” o “maduro”, el seguía creciendo en el Señor cada día, sin embargo, ya había recibido el Bautismo con el Espíritu Santo.
No busquemos requisitos aparte del único que está establecido en la Biblia, haber nacido de nuevo.
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