Gálatas 4:8-12 (Biblia Expandida de Fe)
8 Ciertamente ustedes, los Gentiles (las personas que no son Judías), antes
de conocer [y entender] a Dios estaban atados a la esclavitud de dioses que por
naturaleza ni siquiera lo son [y menos aún existen].
9 Pero puesto que han llegado a conocer [y entender] a Dios; o, más
exactamente, han sido conocidos (reconocidos) por Él, ¿cómo es que ahora
retroceden y regresan atrás en sus pasos para caer nuevamente en las débiles,
inútiles y rudimentarias leyes, normas y principios del mundo en que vivimos [,
es decir, en principios religiosos vacíos y sin sentido], a los cuales quieren
volver a someterse en la condición de esclavos?
10 ¡Ustedes siguen guardando meticulosa y religiosamente los días de
fiesta, los meses, los tiempos y los años!
11 Mucho me temo que mi trabajo entre ustedes haya sido del todo inútil.
12 Les ruego, hermanos, háganse como yo (identifíquense conmigo), como yo
también me he hecho como ustedes (me identifique con ustedes). Ningún agravio
ni ofensa me han hecho.
Pablo realmente se siente indignado, no tanto por algo que hayan hecho contra él, sino por el retroceso que estaban mostrando los gálatas en su fe.
Ellos habían pasado de ser esclavos de sus religiones paganas, de los dioses que adoraban y llegado no solo a conocer a Dios, sino ser conocidos por Dios.
Habían conocido la gracia de Dios que se manifestó en la obra de Cristo en la cruz, habían pasado de ser esclavos a hijos, pero ahora habían creído el mensaje de los judaizantes, y ahora estaban cayendo otra vez a reglas y normas a través de la ley.
Tal fue su retroceso que ahora estaban guardando las fiestas judías.
Me hace recordar a los mesiánicos actuales, que cambian la justificación por la fe por la justificación por las obras de la ley.
Pablo les hace un llamado pero hacerse como él, que había dejado las reglas y normas de la ley de Moisés para caminar en la libertad que la libertad que le trajo la fe en Jesucristo.
Nosotros tampoco retrocedamos a la esclavitud de las reglas y normas de la ley cuando ahora somos hijos de Dios por la fe en Jesucristo.
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