El Cinturón de la Verdad
Manténganse firmes,
ceñidos con el cinturón de la verdad. . . .
-
Efesios 6:14 (Nueva Versión Internacional)
La Traducción
Kadosh de la Biblia cita Efesios 6:13 de esta manera: “Tengan el cinto de la verdad abrochado alrededor de sus cinturas. . .
.”
En este pasaje
empezamos a ver las cosas que tenemos que hacer para mantenernos firmes, y lo
primero es ceñir nuestros lomos con el cinturón de la verdad.
Un cinturón siempre
es algo importante a la hora de vestirnos, pues permite que nuestro pantalón
esté bien ajustado y no se caiga.
Como hemos visto en
el estudio, la armadura de Dios representa el armamento con el que estaba
vestido el soldado romano; una de las partes principales que tenía era el
cinturón, el cual mantenía todas las partes de la armadura en su lugar para no
tener problemas al marchar o al luchar, y además para sujetar la espada en su
sitio correcto.
Lo primero que
Pablo coloca en la lista de este equipo es el cinturón. Este cinturón no era un
simple adorno para el soldado, sino una parte esencial de su equipo. Pasaba
alrededor de su espalda y el final de la coraza (que era el apoyo de la
espada), era de uso especial para el soldado porque mantenía las otras partes
de la armadura en su lugar; y a la vez garantizaba la actitud correcta del
soldado y le daba libertad de circulación.
En Isaías 11:5
podemos ver una referencia a este verso: “Y
estará de justicia ceñido su lomo, y en verdad envueltos sus costados” (Septuaginta).
La referencia a la
verdad es algo muy importante en este pasaje, ya que que la verdad nos habla tanto
de Jesucristo como de la Palabra de Dios.
En Juan 14:6 dice
lo siguiente: “Jesús le dijo: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por
mí” (Reina Valera 1960).
En Juan 17:17, por
otro lado, podemos ver esto: “Santifícalos
en la verdad; tu palabra es la verdad” (Nueva
Versión Internacional).
La Palabra de Dios
es la verdad de Dios.
¿Cómo relacionamos
a Jesucristo y la Palabra de Dios?
Debemos entender
que Jesús y la Palabra de Dios son uno.
Juan 1:1,14
1 En el principio
era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
14 Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
En este pasaje la
palabra verbo es logos que significa: palabra; lo cual podemos verlo en otras
versiones de la Biblia:
Juan 1:1 (Arcas y
Fernández)
1 Cuando todas las
cosas comenzaron, ya existía aquel que es la Palabra. Y aquel que es la Palabra
vivía junto a Dios y era Dios.
Juan 1:1 (Biblia
Latinoamericana)
1 En el principio
era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios.
Juan 1:1 (Biblia
del Pueblo de Dios)
1 Al principio
existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Juan 1:1 (Biblia de
Jerusalén)
1 En el principio
existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Juan 1:1 (Nueva
Biblia de los Hispanos)
1 En el principio
ya existía el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era
Dios.
Juan 1:1 (Reina
Valera 2000)
1 En el principio
[ya] era la Palabra, y [aquel que es] la Palabra era con el Dios, y la Palabra
era Dios.
La Palabra hecha
carne es un titulo del Hijo de Dios, el cumplimiento del titulo logos, es la
manifestación personal de toda la deidad, no solo una parte de la naturaleza
divina.
En 1 Juan 1:1 dice:
“Lo que era desde el principio, lo que
hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y
palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” (Reina Valera 1960).
La Biblia del
Pueblo de Dios lo pone de esta manera: “Lo
que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras
manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos.”
Aquí Jesús es
llamado el logos o la Palabra de vida.
Podemos concluir
que Jesucristo y la Palabra de Dios son uno.
Entonces este
cinturón de la verdad que mantiene unida toda la armadura de Dios son
Jesucristo y la Palabra de Dios.
Esto es de suma
importancia porque si queremos mantener unida toda la armadura de Dios debemos
poner a Jesucristo y la Palabra de Dios como lo primero en nuestras vidas.
En Gálatas 3:27
dice: “Porque todos los que fueron
bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido” (Nueva Biblia de los
Hispanos).
¿Cuándo fuimos
bautizados en Cristo?
En 1 Corintios
12:12-13 podemos encontrarlo: “Porque así
como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del
cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un
solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean
esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (Reina
Valera 1960).
Evidentemente no
fue en el bautismo de agua, sino lo diría claramente, está hablando del nuevo
nacimiento, el día que pasamos a formar parte del Cuerpo de Cristo.
Por eso en el nuevo
nacimiento es que fuimos revestidos de Cristo; y por ese motivo es que el hecho
de estar en Cristo permite que podemos usar esta armadura espiritual.
Pero hemos visto
que hay otro aspecto de la verdad necesario para tener sujeta y poder utilizar
la armadura de Dios y está es la Palabra de Dios.
Para el uso
correcto de esta armadura debemos edificar nuestras vidas sobre la Palabra de
Dios.
Jesús nos mostró
esto claramente en Mateo 7 cuando dijo la parábola de los 2 fundamentos:
Mateo 7:24-27
24 Cualquiera, pues, que me oye estas
palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y
no las hace, le compararé a un hombre
insensato, que edificó su casa sobre la
arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Jesús nos muestra
aquí claramente que la clave para la victoria espiritual se encuentra en el fundamento
sobe el cual edificamos nuestra vida; y el fundamento se encuentra en oír y
hacer lo que dice la Palabra de Dios.
Pablo en su
despedida a la iglesia de Éfeso les dijo estas impactantes palabras: “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y
a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia
con todos los santificados” (Reina Valera 1960).
La Biblia del
Pueblo de Dios lo dice de esta manera: “Ahora
los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para
construir el edificio y darles la parte de la herencia que les corresponde, con
todos los que han sido santificados.”
Hay un edificio que
debe ser construido que es nuestra propia vida, y esa es la importancia de la
Palabra de Dios en nuestras vidas.
Hay dos aspectos de
la Palabra de Dios que son el logos y el rhema; que son el aspecto legal y
vital o experimental de la Palabra de Dios en nuestras vidas.
El logos es la
parte legal de la Biblia, es toda la Biblia en conjunto, desde Génesis hasta
Apocalipsis.
Nos muestra la
verdad escrita de Dios, y las cosas que legalmente nos pertenecen.
El rhema es la
parte vital o experimental de la escrituras, es una porción específica de la
Palabra de Dios, no toda la Biblia en su conjunto.
Nos muestra la
verdad revelada de Dios a nuestras vidas acerca de asuntos específicos; es el
apropiarnos de las cosas legales que Dios proveyó para nosotros.
Para entender el
logos y el rhema imaginemos que vamos a una biblioteca para encontrar un libro
específico de física.
Vas a la base de
datos, buscas primeramente el tema de física, buscas el nombre del autor y
finalmente el título del libro; de ahí recibirás el código del libro; entonces
vas con el código donde el bibliotecario y le das la información para que pueda
traerte el libro; finalmente va ha buscarlo entre todos los libros y te trae el
ejemplar que necesitas.
Todos los libros de
la biblioteca equivalen al logos; el libro específico que recibes equivale al
rhema.
El rhema no es toda
la información de la Biblia sino la específica que tú necesitas para enfrentar
una situación determinada.
Necesitamos el
logos y el rhema en nuestras vidas; el logos para saber todo lo que Dios nos
ofrece, el rhema para poder disfrutarlo en nuestras vidas.
En particular, en
el logos encontramos todos los versos e información necesaria para tener toda
la armadura de Dios en su sitio; en el rhema nos apropiamos de toda esta
información específicamente para el área en que la necesitamos.
Necesitamos
colocarnos este cinturón de la verdad para mantenernos firmes en la victoria
que Dios proveyó para nosotros por medio de Cristo.
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