En este capítulo Kenyon empieza a enseñarnos acerca de la comunión que tenemos por causa de la justicia
Capítulo
11
LA COMUNIÓN
A TRAVÉS DE LA JUSTICIA
1 Corintios 1.9 dice: "Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados
a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor".
¿Crees que el Padre nos llamaría para
tener comunión con su Hijo si no fuésemos justos?
¿Crees que Juan escribiría 1 Juan 1.1-4
bajo la dirección del Espíritu Santo si no fuésemos justos?
"Lo que era desde el principio (que significa la Encarnación), lo que hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al
Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y
testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se
nos manifestó)”.
Esta vida eterna era Jesús. Ahora
podemos entender lo que significa.
"El que tiene al Hijo tiene la vida".
Jesús es la vida eterna que se ha
manifestado.
Observa los dos próximos versículos,
"lo que hemos visto y oído, eso os
anunciamos".
¿Por qué?
"Para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra
comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo".
No somos llamados solamente a la
comunión con el Hijo, sino que también estamos llamados a la comunión con el
Padre.
La palabra "comunión" se traduce del griego que se traduce en algunos
lugares como "compañerismo".
La comunión y el compañerismo son
idénticos. Ellos significan una armonía maravillosa. Ellos quieren decir que
nuestros espíritus y el Espíritu Santo a través de la Palabra, están en
perfecto acuerdo.
Ahora estamos asumiendo la posición de
hijos. Estamos llevando la carga del Maestro en su lugar. Estamos teniendo
comunión con Él. Estamos tomando Sus cargas.
Nuestra comunión es múltiple. Tenemos
comunión con el Padre. Tenemos comunión con el Hijo. Tenemos comunión con el
Espíritu Santo. Tenemos comunión con la Palabra. Y también tenemos comunión
unos con otros.
La más vital, y que significa más para
nosotros, es la comunión con la Palabra.
Tenemos esta revelación del corazón del
Padre para alimentarnos.
En Mateo 4.4 dice: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios".
Diariamente nos alimentamos y meditamos
en la Palabra hasta que los hombres y mujeres sienten la presencia y el poder
de lo invisible en nuestras vidas.
Encaramos los problemas de la vida sin
miedo.
Apocalipsis 12.11 dice: "Y ellos le han vencido por medio de la
sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos".
La palabra aquí es "LOGOS". Es
Jesús.
Ellos lo vencieron por la palabra que
estaba en sus labios.
LA COMUNIÓN ROTA
Él nos dice en 1 Juan 1.6: "Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos
en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz,
como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo
su Hijo nos limpia de todo pecado".
Lo que hace de la Iglesia el lugar más
hermoso del mundo no es el edificio (la construcción). Es el pueblo que está en
comunión unos con otros y con el Señor Jesús.
En el momento en que pecamos contra
nuestro hermano, deshacemos la comunión con Él. Cuando deshacemos la comunión
con Él, entramos en las tinieblas y no hay salida de tales tinieblas hasta que
confesamos nuestros pecados.
1 Juan 1.9 dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad".
Cuando confesamos nuestros pecados al Padre, Él es fiel y justo para perdonarnos.
Si un hombre dijese: "No tengo comunión con el padre; de alguna manera la he perdido, y, sin embargo, no cometí pecado", el hombre o es ignorante o está mintiendo porque el Padre no retira Su comunión a menos que tenga pecado.
"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está con nosotros.”
Esto es una referencia a la comunión rota. Ningún hombre necesita quedarse con la comunión rota. Actuar sobre Juan 1.9 le restaura la justicia.
Ninguna religión humana, ninguna filosofía, ninguna obra que el hombre natural pueda hacer, le dará comunión con el Padre o la justicia que hace posible que permanecer delante del Padre sin conciencia de pecado.
En otras palabras, ningún hombre puede tener comunión con el Padre y estar libre de la conciencia de pecado hasta que sea una nueva creación, hasta que se convierta en la justicia de Dios en Cristo.
Pero en el instante en que el hombre nace de nuevo, se convierte en la justicia de Dios en Cristo, y entonces él tiene comunión con el Padre.
Él puede permanecer en la presencia del Padre, como si nunca hubiera pecado.
Traducido del libro "Dos Clases de Justicia" de E. W. Kenyon
Puedes leer los capítulos anteriores siguiendo estos enlaces:
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 1
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 2
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 3
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 4
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 5
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 6
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 7
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 8
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 9
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 10
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 11
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 12
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