martes, 27 de junio de 2017

Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 12

En esta enseñanza Kenyon nos muestra como la teología moderna a desechado la posición de Dios como Padre, y a los creyentes como nuevas creaciones en Cristo Jesús.


Capítulo 10
LA VERDADERA CONCEPCIÓN DE DIOS

La conciencia de pecado nos ha dado una figura equivocada de Dios y una figura equivocada de la nueva creación.
Ella nos ha hecho ver a Dios, como un Ser Santo, Justo, Severo e inapelable que está siempre alerta para descubrir pecado en nosotros y condenarnos.
Esta concepción nos hace temer a Dios y alejarnos de Él.
Esta concepción es errónea; Él es un Dios Padre. 
Juan 14.23, dice que Él hará morada con nosotros. "Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él". 
Juan 16.27 dice: "Pues el Padre mismo os ama". 
Juan 17.23 dice: "Para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado". 
Esto es un completo rechazo de la teología moderna sobre Dios Padre.
Cuando lo conocemos como alguien que ama, el tierno Padre que anhela nuestra comunión y anhela vivir con nosotros, toda la figura es cambiada.
Nunca se le ha dado su lugar a la enseñanza de la relación.
Nunca hemos pensado en nosotros mismos como hijos e hijas de Dios.
Muchos de los himnos escritos en este asunto nos dicen que somos adoptados en la familia de Dios. 
Sabemos que un hijo adoptivo no es un hijo real y nunca podrá ser.
El hijo de Dios no sólo es recreado y nacido del Espíritu de Dios, sino que también es legalmente adoptado. 
Romanos 8.15, "Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!". 
Él tiene una relación doble; una relación legal y una relación vital con el Dios Padre.
La Palabra declara que somos nuevas creaciones, que las cosas viejas conectadas con la "Naturaleza Caída" pasaron. Las cosas antiguas de la duda, del miedo y de la atadura a la enfermedad y la necesidad pasaron.
La realidad de la nueva creación nunca fue traído a la superficie. 
Romanos 6.5-11 dice: "Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza (o unidad) de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.". 
La nueva creación está completa en Cristo, perfectamente cuidada, perfectamente amada.
En presencia de esos grandes pasajes, como 2 Corintios 5.21, deberíamos rechazar todo pensamiento de debilidad y conciencia de pecado, levantarnos al nivel de nuestro lugar en Cristo y declarar nuestra libertad. 
"Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”
Nos hemos convertido en la justicia de Dios en él, pero hemos vivido como esclavos cuando deberíamos reinar como reyes. Cedemos sin luchar cuando oímos al adversario rugir sobre nuestra indignidad de permanecer en la presencia de Dios.
Cada vez que confesamos nuestra debilidad, rechazamos la obra consumada de Cristo y depreciamos nuestra posición y presencia en Cristo. 
Filipenses 4.13 dice: " Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". 
La mente de estar plenamente satisfecha con la evidencia de la nueva creación, una redención del dominio de satanás y la emancipación de los pecados.
Esto sólo puede venir a nosotros a través de la Palabra.
El problema del pecado deja de ser un problema en el momento que sabemos lo que somos en Cristo.
La fe sólo es un problema para aquellos que son ignorantes de sus derechos y privilegios y sus lugares en Cristo.
Hebreos 1.3-4 nos dice que cuando Cristo hizo la gran sustitución, se sentó la diestra de la Majestad en las alturas. 
"El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos”
Él no podía ser aceptado por el Padre y haber recibido ese trono a la diestra del Padre a menos que hiciera posible tener a la Nueva Creación, una comunión perfecta, y una posición perfecta con el Padre para todos los que crean en Él. 
Hebreos 9.11-12, nos dice que Cristo llevó su sangre al lugar santísimo celestial e hizo una redención eterna.
"Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.".

Si eso fue hecho, entonces nuestra redención es una cosa completa y terminada. Dios declara que lo es.
El dominio de Satanás sobre nosotros está terminado.
Hebreos 9.24-26, nos cuenta que Él está en la presencia del Padre a nuestro favor, después de aniquilar el pecado con su propio sacrificio.
Hebreos 7.25 dice: "Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos".
La palabra "SALVAR" también significa "CURAR".
En su mente no existen no curables.
Él pone el punto culminante en todo al declarar que hizo un sacrificio por los pecados para siempre, por lo que el hombre que lo acepta como Salvador se convierte en un Hijo de Dios.
Como su hijo, el hombre se convierte en la justicia de Dios en Cristo.
Ahora podemos acercarnos al Padre en cualquier momento o en cualquier lugar con la tranquilidad que tenemos una entrada.
La fe cesó de ser un problema. El pecado cesó de ser un problema. La justicia ha cesado de ser un problema. La filiación ha dejado de ser un problema.
Ahora somos en Cristo, nuevas creaciones, hijos de Dios.
1 Juan 3.2 dice: "Amados, ahora nosotros somos hijos de Dios".

No somos hijos problemáticos. Somos hijos dotados de Su capacidad, hijos amados del Padre.

Traducido del libro "Dos Clases de Justicia" de E. W. Kenyon

Puedes leer los capítulos anteriores siguiendo estos enlaces:


Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 1
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 2
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 3
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 4
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 5
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 6
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 7
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 8
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 9
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 10
Dos Clases de Justicia (E. W. Kenyon) - Parte 11

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