martes, 6 de febrero de 2018

La gran tontería de querer justificarse ante Dios por medio de la ley

La gran tontería de querer justificarse ante Dios por medio de la ley

El día de hoy muchos creyentes son seducidos con la idea de que pueden ser justificados mediante el añadir el cumplimiento de la le ley de Moisés a la obra de Cristo.

Pablo les dio una respuesta en Gálatas 3:1-5: "No sean tan necios."


1 ¡Oh, gálatas tontos (irreflexivos, insensatos, torpes, necios)! ¿Quién los ha seducido (hechizado, embrujado, fascinado) a ustedes, ante cuyos ojos Jesucristo (el Ungido) fue presentado clara y públicamente como crucificado?
2 Esto es lo único que quiero averiguar (saber) de ustedes [, por lo que les pido que respondan esta pregunta:] ¿Recibieron el Espíritu [Santo] por [hacer] las obras de la Ley, o por el oír con fe [el mensaje del Evangelio]?
3 ¿Tan tontos (irreflexivos, insensatos, torpes, necios) son? Habiendo comenzado por el Espíritu [Santo], ¿van a terminar ahora por la carne [pretendiendo perfeccionarse dependiendo de los esfuerzos humanos]?
4 ¿Han padecido (sufrido) y experimentado tantas cosas en vano (sin ningún propósito)? ¡Si es que en realidad fue sin ningún propósito y en vano!

5  Aquél, pues, que les suministra el Espíritu [Santo en medida abundante] y [constantemente] hace milagros (maravillas y obras poderosas) entre ustedes, ¿lo hace por [hacer] las obras de la Ley o por el oír con fe [el mensaje del Evangelio]?

Luego de haber encarado a Pedro por su hipocresía, ahora Pablo esta listo para darle un tremendo jalón de orejas a los Gálatas.

Les empieza a decir: tontos, irreflexivos, insensatos, torpes, necios.

Ese lenguaje es bastante gráfico, Pablo estaba buscando algo en el cerebro de los gálatas y parece que no lo encontró. 

Les pregunta: "¿Quién los ha seducido (hechizado, embrujado, fascinado) a ustedes, ante cuyos ojos Jesucristo (el Ungido) fue presentado clara y públicamente como crucificado?"

Alguien había llegado con una idea que los había seducido y ellos habían sucumbido como un joven se va tras una joven bonita.

Ellos habían recibido de Pablo claramente la enseñanza acerca de la obra de Cristo en la cruz, acerca de la justificación por la fe; pero llegaron los judaizantes con un evangelio diferente que los había hecho retroceder en su creer.

El versículo 2 nos habla acerca de esa seducción: "Esto es lo único que quiero averiguar (saber) de ustedes [, por lo que les pido que respondan esta pregunta:] ¿Recibieron el Espíritu [Santo] por [hacer] las obras de la Ley, o por el oír con fe [el mensaje del Evangelio]?"

El cumplir con la ley para recibir el Espíritu fue la mentira seductora. La fe no era suficiente había que cumplir con la ley con la ley para recibir la vida eterna.

Pero Pablo les pregunta: "¿Recibieron el Espíritu por estar cumpliendo con la ley mosaica o por el oír la Palabra con fe?"

Esa era la trampita de los judaizantes, la fe en Jesucristo no es suficiente, es necesario cumplir con la ley.

Sigue Pablo: "¿Tan tontos (irreflexivos, insensatos, torpes, necios) son? Habiendo comenzado por el Espíritu [Santo], ¿van a terminar ahora por la carne [pretendiendo perfeccionarse dependiendo de los esfuerzos humanos]?"

Les dice usen su cerebro un poquito; comenzaron bien, recibieron el Espíritu Santo por oír con fe; ¿y ahora pretender depender de los propios esfuerzos humanos que trae el cumplimiento de la ley de Moisés?

El día de hoy esa pregunta sigue vigente, con grupos judaizantes como los mesiánicos que proclaman que no es suficiente la fe para ser justificado sino que es necesario el cumplimiento de la ley. Es decir, la obra de Cristo en la cruz no fue suficiente.

¿Seremos tan necios para creer a estos judaizante modernos que nos quieren seducir del mismo modo que lo hicieron con los gálatas?

En el versículo 5 concluye: "Aquél, pues, que les suministra el Espíritu [Santo en medida abundante] y [constantemente] hace milagros (maravillas y obras poderosas) entre ustedes, ¿lo hace por [hacer] las obras de la Ley o por el oír con fe [el mensaje del Evangelio]?"

¿Qué es lo que hace los milagros en nuestra vida? ¿El oír con fe la Palabra o el hacer las obras de la ley?

¿Donde está nuestra confianza? ¿En lo que Cristo hizo en la cruz por nosotros o en nuestro propio esfuerzo humano por cumplir las obras de la ley?

No nos dejemos engañar como los gálatas, dependamos de lo que Cristo hizo en la cruz por nosotros.

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