Las Dos
Obras del Espíritu Santo
en el Creyente
Muchos
creyentes piensan que cuando reciben a Jesús, reciben toda la experiencia que
tendrán en su vida con el Espíritu Santo. Nada más lejos
de la verdad.
Al
momento de recibir a Jesús recibimos al Espíritu Santo; que viene a ser las
arras de nuestra herencia; es decir la garantía que tenemos la vida eterna
Efesios 1:13-14 (RV60)
13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa,
14 que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria.
Efesios 1:14 (BL95)
14 Que es el anticipo de nuestra herencia. Por
él va liberando al pueblo que hizo suyo, para que al fin sea alabada su Gloria.
Efesios 1:14 (PDT)
14 El Espíritu es como un adelanto o una
garantía de que recibiremos lo que Dios prometió. La promesa de Dios llegará
cuando se complete nuestra liberación, y así podremos alabar a Dios por su
grandeza.
Efesios 1:14 (BLS)
14 Lo recibieron como prueba de que Dios
cumplirá su promesa cuando haya liberado totalmente a los que formamos su
pueblo. Por eso, alabamos la grandeza de Dios.
Estas
arras son un adelanto, anticipo y prueba que nos garantiza que recibiremos la
herencia que nos ha prometido.
Tener
el Espíritu Santo es lo que nos hace hijos de Dios.
Juan 4:13-14 (RV60)
13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere
de esta agua, volverá a tener sed;
14 mas el que bebiere del agua que yo le
daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él
una fuente de agua que salte para vida eterna.
Juan 4:14 (Castillian)
14 En cambio, nunca más tendrá sed aquel que
beba del agua que yo ofrezco, porque el agua que yo le daré se convertirá en su
interior en una fuente inagotable de vida eterna.
Juan 4:14 (DHH)
14 Pero el que beba del agua que yo le daré,
nunca volverá atener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en
manantial de agua que brotará dándole vida eterna.
La
primera obra del Espíritu Santo en el creyente es el nuevo nacimiento, el el
cual el Espíritu Santo viene a vivir en el interior del creyente.
Juan 14:15-17 (RV60)
15 Si me amáis,
guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque
mora con vosotros, y estará en vosotros.
Jesús
les dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo moraba con ellos pero que muy
pronto iba a estar dentro de ellos.
Ezequiel 36:26-27 (RV60)
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de
vosotros; y quitaré de vuestra carne el
corazón de piedra, y os daré un corazón
de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Esta es la promesa que Dios había
hecho a través del profeta Ezequiel, que el Espíritu Santo iba a vivir en los
creyentes.
El hombre estaba muerto
espiritualmente debido al pecado, su corazón estaba muerto y era como una
piedra, pero Dios prometió un cambio el corazón del hombre iba a ser renacido.
Esto fue lo que Jesús le explicó a
Nicodemo en Juan 3:
Juan 3:1-8 (RV60)
1 Había un hombre de los fariseos que se
llamaba Nicodemo, un principal entre los
judíos.
2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como
maestro; porque nadie puede hacer estas
señales que tú haces, si no está Dios
con él.
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por
segunda vez en el vientre de su madre, y
nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo
que es nacido del Espíritu, espíritu es.
7 No te maravilles de que te dije: Os es
necesario nacer de nuevo.
8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Evidentemente Nicodemo no entendió lo
que le estaba diciendo Jesús. Pensaba que Jesús estaba hablando de un
nacimiento físico; pero Jesús le empieza a explicar que estaba hablando del
renacimiento del espíritu humano.
Jesús le siguió explicando más del
plan de salvación
Juan 3:9-15 (RV60)
9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede
hacerse esto?
10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro
de Israel, y no sabes esto?
11 De cierto,
de cierto te digo, que lo que
sabemos hablamos, y lo que hemos
visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis,
¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así es necesario que el Hijo
del Hombre sea levantado,
15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.
Aquí encontramos el plan de salvación;
primero le dice que Él es el enviado, el Hijo de Dios, que descendió del cielo
para traer salvación a los hombres.
Luego le dice que Él tenía que tomar
la naturaleza pecaminosa y satánica del hombre a fin de poder ser nuestro
substituto y morir por nosotros en la cruz.
El toma la figura de la serpiente de
bronce que Moisés hizo en el desierto para salvar al pueblo de Israel de la
picadura de las serpientes.
Números 21:4-9 (NVI)
4 Los israelitas salieron del monte Hor por la
ruta del Mar Rojo, bordeando el territorio de Edom. En el camino se impacientaron
5 y comenzaron a hablar contra Dios y contra
Moisés: ¿Para qué nos trajeron ustedes de Egipto a morir en este desierto? ¡Aquí
no hay pan ni agua! ¡Ya estamos hartos de esta pésima comida!
6 Por eso el Señor mandó contra ellos
serpientes venenosas, para que los mordieran,
y muchos israelitas murieron.
7 El pueblo se acercó entonces a Moisés, y le
dijo: Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Ruégale al Señor que nos quite esas
serpientes. Moisés intercedió por el pueblo,
8 y el Señor le dijo: Hazte una serpiente, y
ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren, vivirán.
9 Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso
en un asta. Los que eran mordidos,
miraban a la serpiente de bronce y vivían.
La serpiente de bronce colgada de un
hasta tiene varias simbologías: la serpiente es un tipo de Satanás, el asta en
que fue colgada significa la maldición y el bronce nos habla de la naturaleza
humana.
Gálatas 3:13 (Castillian)
13 Pero Cristo nos ha
liberado de la maldición de la ley mosaica, cargando sobre sí mismo, al morir
en la cruz, la maldición que a nosotros nos correspondía, porque dicen las Escrituras:
"Maldito el que muere colgado en un madero".
Gálatas 3:13 (JER)
13 Cristo nos rescató de
la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice
la Escritura: “Maldito todo el que está colgado de un madero.”
Jesús en la cruz tomó nuestra
naturaleza de pecado, que era la naturaleza del diablo y se hizo maldición por
nosotros para poder darnos vida.
2 Corintios 5:21(BL95)
21 Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no
cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y
perfección de Dios.
2 Corintios 5:21(BLS)
21 Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si
hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo.
2 Corintios 5:21(Castillian)
21 Porque Dios tomó a Cristo, que de sí mismo no
conocía el pecado, y le hizo cargar con el nuestro como si fuera suyo; de esta
forma, a nosotros, libres ya de toda culpa, Dios nos declara justos.
2 Corintios 5:21(LXX)
21 Al que no conocía pecado, por nosotros pecado
hizo, para que nosotros nos hiciésemos justicia de Dios en él.
2 Corintios 5:21(DHH)
21 Cristo no cometió pecado alguno; pero por
causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios
en Cristo.
Jesús que nunca conoció ni cometió
pecado, Dios hizo que por nosotros tome, cargue y se haga pecado, para de esa
manera nos declare inocentes y justos, para poder participar de su justicia y
perfección.
Eso ocurrió cuando Jesús fue levantado
en la cruz como la serpiente de bronce en el asta; Él tomó nuestra naturaleza
en si mismo y se hizo pecador para poder declararnos justos delante de Dios.
Volvamos a Ezequiel 36:
Ezequiel 36:26-27 (NBLH)
26 "Además, les daré un corazón nuevo y
pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de
piedra y les daré un corazón de carne.
27 "Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y
haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas.
En el nuevo nacimiento, al recibir
nuestra justificación, Dios coloca su Espíritu en nosotros y recibimos un nuevo
espíritu eso fue lo que sucedió con los apóstoles:
Juan 20:19-22 (Castillian)
19 Aquel mismo día primero de la semana, al caer la noche,
se reunieron los discípulos. Tenían las puertas cerradas por temor a los
dirigentes judíos, pero de pronto se presentó Jesús en medio de ellos y les
dijo: ¡Paz a vosotros!
20 Después les
mostró las manos y el costado, y los discípulos se llenaron de alegría al ver
al Señor. Él siguió diciéndoles:
21 Del mismo modo
que el Padre me envió, también yo os envío a vosotros.
22 En seguida sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el
Espíritu Santo.
En
ese momento los discípulos nacieron de nuevo. Cuando Jesús sopló sobre ellos y
les dijo “Recibid el Espíritu Santo”,
ellos recibieron el Espíritu Santo.
Pero
a pesar de eso, a ellos les faltaba algo.
Lucas 24:49 (PDT)
49 Ahora les enviaré
lo que mi Padre les ha prometido. Pero quédense en Jerusalén hasta que hayan
recibido ese poder del cielo.
Lucas 24:49 (RV60)
49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre
vosotros; pero quedaos vosotros en la
ciudad de Jerusalén, hasta que seáis
investidos de poder desde lo alto.
Lucas 24:49 (RV2000)
49 Y he aquí, yo enviaré al
Prometido de mi Padre sobre vosotros; mas vosotros asentad en la ciudad de
Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto.
Ellos iban a recibir la promesa del
Padre, veamos que la Reina Valera 2000 dice que iban a recibir al Prometido,
alguien que los iba a llenar con el poder de lo alto.
En Hechos 1:4-5 explica más que es la
promesa del Padre.
Hechos 1:4-5 (RV60)
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran
de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual,
les dijo, oísteis de mí.
5 Porque Juan ciertamente bautizó con
agua, mas vosotros seréis bautizados con
el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Aquí Jesús les explica a los discípulos
que la promesa del Padre es el bautismo con el Espíritu Santo.
Ellos ya habían recibido la primera
obra, la salvación, cuando Jesús había soplado en ellos; ya tenían el Espíritu
Santo dentro, ahora iba a venir sobre ellos para vestirlos del poder de Dios.
Juan7:37-39 (RV60)
37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir
los que creyesen en él; pues aún no
había venido el Espíritu Santo, porque
Jesús no había sido aún glorificado.
En la primera obra el Espíritu Santo
era como una fuente o manantial de la que brotaba vida eterna, esta obra ocurre
cuando nacemos de nuevo y el Espíritu Santo vive dentro de nosotros.
En la segunda obra el Espíritu Santo
hace que de nuestro interior corran ríos de agua viva, es decir ya esta dentro.
Esta obra iba a ocurrir después que Jesucristo
fuese glorificado, es decir, muerto resucitado, ascendido al cielo y sentado a
la diestra de Dios.
Pedro lo explicó de esta manera:
Hechos 2:33 (RV60)
33 Así que,
exaltado por la diestra de Dios,
y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
Hechos 2:33 (PDT)
33 Jesús fue llevado al cielo y ahora está a la
derecha de Dios. El Padre, según su promesa, le dio el Espíritu Santo. Jesús lo
ha derramado sobre nosotros; eso es lo que ustedes ven y oyen ahora.
Jesús ya fue llevado al cielo y
sentado a la diestra de Dios, por eso el Padre le dio el Espíritu Santo según
su promesa y Él lo derramó sobre los creyentes.
Volvamos a Juan 7:38:
Juan7:38 (BLS)
38 Ríos de agua viva brotarán del corazón de los
que creen en mí. Así lo dice la Biblia.
Juan7:38 (NBLH)
38 El que cree en Mí, como ha dicho la
Escritura: De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.
Juan7:38 (LXX)
38 El que cree en mí, según dijo la Escritura;
ríos de su vientre fluirán de agua viva.
Juan7:38 (LXX)
38 Las Escrituras dicen que del interior del que
cree en mí saldrán ríos de agua viva.
Vemos que del corazón, interior,
vientre, de lo más profundo del ser de los creyentes iban a correr, brotar,
salir y fluir ríos de agua viva.
Volvamos a Lucas 24:49 para qué son
esos ríos de agua viva que iban a correr de los creyentes:
Lucas 24:49 (RV60)
49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre
vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad
de Jerusalén, hasta que seáis investidos
de poder desde lo alto.
Lucas 24:49 (NVI)
49 Ahora voy a enviarles lo
que ha prometido mi Padre; pero ustedes
quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto.
Lucas 24:49 (Scio)
49 Y yo envío al prometido de
mi Padre sobre vosotros. Mas vosotros permaneced aquí en la ciudad, hasta que
seais vestidos de la virtud de lo alto".
Estamos viendo que la promesa del
Padre es el Bautismo con el Espíritu Santo,
En este pasaje nos dice que ellos iban
a ser investidos, vestidos y revestidos del poder y la virtud que vendría de lo
alto.
Veamos primero la palabra que define
poder y virtud
δύναμις dúnamis; de G1410; fuerza (lit. o
fig.); espec. poder milagroso (por lo general por impl. un milagro
en sí mismo):-eficacia, fuerza, impetuoso, maravilla, milagro, capacidad, dar,
poder, poderosamente, potencia, potestad.
Esta palabra dunamis nos habla de tener capacidad para poder para hacer milagros.
Veamos la palabra para investidos,
vestidos y revestidos:
νδύω endúo; de G1722 y G1416 (en el
sentido de hundir en un vestido);
investir con ropa (lit. o fig.):-poner, revestir, vestir, investir.
Me parece que cuando habla de hundirse
en un vestido, es como ponerse un vestido más grande que uno, de manera que se
es cubierto completamente.
Luego vemos que este poder nos habla
de una obra exterior, que nos cubre.
Antiguamente se decía que ciertos
ministros tenían “mantos” que los
cubrían, hablando de la unción específica que tenían para realizar el
ministerio que Dios les había encomendado, recordando el manto de Elías que
cayó sobre Eliseo para ser su sucesor en el ministerio.
Eso es lo que ocurre cuando recibimos
el bautismo con el Espíritu Santo, el poder milagroso de Dios nos cubre como un
manto que nos rodea completamente.
Los 4 evangelios relatan como Jesús
recibió el bautismo con el Espíritu:
Mateo 3:13-17 (RV60)
13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al
Jordán, para ser bautizado por él.
14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por
ti, ¿y tú vienes a mí?
15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda
justicia. Entonces le dejó.
16 Y Jesús,
después que fue bautizado, subió
luego del agua; y he aquí cielos le
fueron abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que descendía como paloma, y venía
sobre él.
17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Este relato lo encontramos en: Marcos 1:9-11, Lucas 3:21-22 y Juan
1:32-33.
En Lucas 4 podemos ver como Jesús
recibió este poder dunamis luego que fue bautizado por Juan en el Jordán.
Lucas 4:14 (RV60)
14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a
Galilea, y se difundió su fama por toda
la tierra de alrededor.
Aquí la palabra poder es dunamis; veamos en que consistía este dunamis:
Lucas 4:16-21 (RV60)
16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la
sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto
me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los
ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó;
y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta
Escritura delante de vosotros.
En
el verso 18 vemos que el Espíritu Santo estaba sobre Él para ungirlo para que
realice el ministerio que Dios le había encomendado.
Otra
cosa que vemos es que Jesús no hizo ningún milagro hasta ser Bautizado con él
Espíritu Santo. Jesús fue vestido con el manto de poder luego de recibir el
Espíritu Santo; nosotros también seremos vestidos con ese manto de poder luego
de recibir el Espíritu Santo.
Ese
es el mismo poder que viene sobre nosotros cuando recibimos el Bautismo con el
Espíritu Santo
Hechos 1:8 (RV60)
8 Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria,
y hasta lo último de la tierra.
Hechos 1:8 (Castillian)
8 Sin embargo, cuando el
Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis la fuerza necesaria para ser
mis testigos en todas partes: en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta
el último rincón de la tierra.
Hechos 1:8 (EUNSA)
8 Sino que recibiréis la fuerza del Espíritu
Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en
toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.
Cuando
recibimos el Espíritu Santo recibimos el poder milagroso de Dios sobre nosotros,
el dunamis, para ser testigos.
Notemos
que no dice dentro sino sobre, no es algo interior sino algo exterior.
En
Hechos 2 podemos ver como los discípulos recibieron el bautismo con el
Espíritu:
Hechos 2:1-4 (RV60)
1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
2 Y de repente vino del cielo un estruendo como
de un viento recio que soplaba, el cual
llenó toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
4 Y fueron todos llenos del Espíritu
Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que
hablasen.
Mientras
ellos oraban en el Aposento Alto el Espíritu Santo se asentó sobre ellos, y
todos fueron llenos (o bautizados) con el Espíritu Santo.
Como
dijo Pedro más adelante eso fue lo que profetizó el profeta Joel.
Hechos 2:14-18 (RV60)
14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones
judíos, y todos los que habitáis en
Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre
toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes
verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis
siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Esta
profecía se encuentra en Joel 2:28-32:
Joel 2:28-32 (RV60)
28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre
toda carne, y profetizarán vuestros
hijos y vuestras hijas; vuestros
ancianos soñarán sueños, y vuestros
jóvenes verán visiones.
29 Y también sobre los siervos y sobre las
siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
30 Y daré prodigios en el cielo y en la
tierra, sangre, y fuego,
y columnas de humo.
31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de
Jehová.
32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová
será salvo; porque en el monte de Sion y
en Jerusalén habrá salvación, como ha
dicho Jehová, y entre el remanente al
cual él habrá llamado.
Joel
estaba profetizando que habría un gran mover de Dios en los últimos tiempos;
que el Espíritu Santo y como consecuencia de eso habría un gran mover de
salvación.
Eso
es lo que estaba ocurriendo, el poder de Dios para testificar estaba siendo
derramado y ese día se convirtieron tres mil personas.
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