lunes, 26 de octubre de 2020

E. W.. Kenyon - Curso Avanzado de la Biblia - 29 - EL ESPÍRITU SANTO EN EL LIBRO DE HECHOS - Parte II

 



Capítulo 29

EL ESPÍRITU SANTO EN EL LIBRO DE HECHOS Parte II

SIEMPRE CREÍMOS que los discípulos eran cristianos antes del Día de Pentecostés; pero un día me vino esta pregunta: ¿Alguien creyó antes del Día de Pentecostés que Jesús iba a morir por sus pecados y resucitar después de que Dios los había justificado? Fui a Mateo 16:16 y leí la confesión de Pedro: "Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente". Entonces fui a Juan 11:27 donde Marta hace su confesión: “Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo”. Y luego, está Juan 20:25-29, la confesión de Tomás. Tomás había dicho que no creería que Cristo había resucitado de entre los muertos a menos que: "Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” Entonces vi que los discípulos habían creído que Jesús era el Hijo de Dios, que él era el Mesías, pero que nadie creyó según Romanos 10:9-10: "Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación".

Y la Escritura dice que "Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado".

O puede leer en 1 Corintios 15:1-3: "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras". Mira, ninguno de los discípulos sabía que Cristo iba a morir por sus pecados, ni que iba a sufrir como su sustituto, ni  que iba a quitar el pecado; ni que Dios iba a poner sobre Él la iniquidad de todos nosotros. Ellos no sabían que "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él".

Nadie sabía que Jesús iba a bajar a las regiones oscuras y vencer a Satanás y despojarlo de su autoridad, y paralizar su poder de muerte de modo que los hombres que habían sido mantenidos en esclavitud todas sus vidas pudieran ser puestos en libertad confesando a Jesús como Su Señor y Salvador. Nadie lo sabía. Nadie sabía acerca de la justicia, lo que significaba.

Esto me enfrentó, y al principio me pregunté por qué no la habíamos visto antes. Los discípulos eran judíos bajo el Primer Pacto. Estaban bajo la sangre de toros y macos cabríos. Habían obedecido la ley acerca del sacrificio, acerca de la observancia del sábado y todo lo demás con respecto a la ley.

Tenían una justicia limitada bajo la ley como siervos. Pero no conocían nada mejor que eso. 

Sabían que iba a venir un Mesías, pero pensaron que era puramente nacional. Pensaron que los liberaría de la ley romana y les devolvería el reino que les fue establecido por David. Ninguno de ellos creyó en Cristo como nosotros creemos hoy en Él, porque ellos no tenían enseñanza. Jesús no les había mostrado eso. Lo dejo a Pablo para abrir la parte de Su obra terminada. Ustedes se acuerdan de Gálatas 1:8-11. "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema (o maldito)". Es un lenguaje fuerte, ¿no? 

El undécimo versículo es significativo: "Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo".

A Pablo se le dio la Revelación del sacrificio sustitutorio de Jesucristo; a Pablo se le dio la Revelación del Cuerpo de Cristo de la cual Jesús es la Cabeza; a él se le dio la Revelación de la unión del creyente con Cristo; y le fue dada la Revelación del ministerio del Santo Espíritu en el Cuerpo de Cristo. No conocemos cuánto le fue enseñado por la "Palabra hablada". No está registrado en el Libro de los Hechos. Entiendes que ninguna de las iglesias tuvo más de dos o tres de las epístolas de Pablo hasta después de comienzos del segundo siglo. El Evangelio de Juan no fue escrito hasta después del 110 A.D., de modo que toda la revelación que Juan tenía no se supo hasta después que el evangelio de Juan fue escrito.

 

Recuerda que Pablo no fue enviado al pueblo judío, sino que fue enviado a los gentiles. Recuerda que la enseñanza de la Iglesia en Primera y Segunda Corintios, en Efesios, Filipenses y en Colosenses, sólo se conocía localmente. Es cierto que algunos de ellos tenían partes del Antiguo Testamento, pero no había imprentas en ese tiempo. Las copias tenían que ser hechas por esclavos y hombres pobres; y la mayoría de los conversos eran pobres. No tenían acceso a las escrituras hebreas; y si lo hubieran hecho, no podrían haberlas leído. Así que como ves, en el Día de Pentecostés se conocía muy poco. Lo que me asombró y me hizo pensar fue que cuando Pedro predicó, no dijo: "Arrepiéntanse y crean". De hecho, las palabras "fe" o "creer" no fueron usadas en el Día de Pentecostés.

Dios no exigió la fe de los discípulos en el Aposento Alto. Él no exigió nada de ellos, sino que se mantuvieran esperando al Espíritu Santo. Observamos algunas cosas significativas en los cuatro Evangelios donde se habla del Bautismo del Espíritu Santo. Comenzando con Mateo 3:11, leemos: "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego." Ahora note esto cuidadosamente, "Voy a sumergirte en el agua, pero Jesús viene y él va a sumergirte en el Espíritu Santo".

La inmersión en el agua era para su cuerpo. La inmersión en el Espíritu Santo fue para sus espíritus. Pero, ¿qué le hizo a sus espíritus? Los recreó. Cuando estaban inmersos en el Espíritu, recibieron Vida Eterna. Ellos nacieron de nuevo. Entonces el fenómeno del fuego se manifestó en una lengua que estaba sobre sus cabezas. Los discípulos debieron mirar con asombro. No entendieron lo que significaba. Pero sabemos que este mensaje del sacrificio sustitutorio de Jesús, del Cuerpo de Cristo, de la Iglesia, iba a ser proclamado con lenguas de fuego, un mensaje irresistible tal como el fuego es irresistible. Esa fue la razón de las grandes persecuciones que vinieron sobre la Iglesia. Me pregunto si alguna vez ha habido alguna persecución de alguna iglesia muerta y formal.

Después de que las lenguas del fuego se manifestaron, luego dice: "Y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaron en otras lenguas".

Los había recreado. Había hecho de sus cuerpos un templo, un santuario. Ahora Él entró en este nuevo hogar. Había vivido en el Lugar Santísimo, en el Tabernáculo y en el Templo. Ahora Él iba a habitar en sus cuerpos. En Romanos 12:1-2 dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos", un templo de Dios. Quiero que lo presentes a Dios para su uso. Esto es lo que tenemos en 1 Corintios 6:19-20: ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo". "Glorifica a Dios en tu cuerpo". Esa es una frase sorprendente. El cuerpo no es sólo un templo, sino que quiero que glorifiques a Dios con tu cuerpo.

Ahora puedo ver por qué el cuerpo necesita estar perfectamente bien, sano y fuerte; y que sea libre de todos los hábitos impuros, porque es el templo de Dios. Filipenses 1:20 arroja un poco más de luz sobre él: "Ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia". Y ustedes podrían pensar en Gálatas 2:20 dice: "Yo he sido crucificado (noten que aquí el tiempo  no es  "yo estoy crucificado", sino "yo he sido crucificado") con Cristo; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe, la fe que está en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó por mí".

La gran verdad de la morada en el interior sólo fue insinuada por Cristo en Juan 7:38-39: "Jesús dijo: De dentro de tu vida interna brotarán torrentes de agua viva." Esa es la Traducción del Siglo XX. "Pero esto decía del Espíritu que los que creían en él iban a recibir." Pero ustedes dirán: "¿Y qué hay de la frase en Lucas en la cual Jesús sopló sobre ellos y dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo’?” Esa es el caso que se registra en el Evangelio de Lucas 24:45: "Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras".

Cuando Él sopló sobre ellos, tocó sus mentes, tal como lo hicieron bajo la Primer Pacto. No fue en ningún sentido que recibieran el Espíritu Santo como ustedes y yo lo recibimos hoy, o como lo recibieron en el Día de Pentecostés: Tal vez sería bueno para nosotros pensar sólo en algunas cosas que los discípulos y otros hicieron no sabían en ese maravilloso día. Nadie había sido redimido, así que no sabían nada acerca de la redención, excepto la redención de Egipto. Eso era una redención nacional.

Nadie sabía nada acerca de la Vida Eterna. El Evangelio de Juan aún no había sido escrito. Lo que Jesús dijo, lo registró Juan. Juan 10:10, "Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia".

Ese era un nuevo tipo de Vida. La misma palabra, "Zoe", era nueva para los oídos de la mayoría de los oyentes. Nadie había sido recreado. El Nuevo Nacimiento era desconocido para ellos. La pequeña charla que Jesús tuvo con Nicodemo cuando le dijo que debía nacer de nuevo no había recreado a Nicodemo. Nicodemo no entendió lo que significaba. Había dicho: "¿Cómo puede nacer un hombre cuando es viejo?" Jesús le dijo: "Lo que es nacido de la carne (o de los sentidos) está gobernado por los sentidos, lo que es nacido del Espíritu Santo es ser gobernado por el Espíritu Santo". El cuerpo físico del hombre no nace de nuevo. El espíritu del hombre es el verdadero hombre. Es la parte que nace otra vez.

Uno debe estudiar esto muy cuidadosamente. Juan 3:3-8. Léelo como si nunca lo hubieras leído antes. No la leas con ninguna idea preconcebida. Elimina todo de tu mente; y descubrirás este hecho, que era una profecía del nacimiento de la Iglesia.

Iban de nacer del Espíritu Santo. Lo que ocurrió en el Día de Pentecostés fue el cumpleaños del Cuerpo de Cristo. Nicodemo no lo entendió. Nadie más lo entendió hasta que le fue revelado a Pablo. Como ves, nadie había hablado nunca de una Nueva Creación, una nueva clase de hombre. Era totalmente nuevo para ellos. 2 Corintios 5:17 habría caído sobre oídos sordos. Nadie había sido hecho justo. La única justicia que conocían era la  justicia atribuida que tuvo Abraham, y la justicia de la ley que tenían los que guardaban la ley.

Pero aquí hay un nuevo tipo de justicia. Un fenómeno había ocurrido en la muerte de Jesús. La cortina que había estado cerrada para los hombres en el Lugar Santísimo había sido rasgada de arriba abajo. Ya no hay ningún lugar secreto donde los hombres puedan encontrar a Dios bajo la sangre de toros y machos cabríos. Ahora ha ocurrido algo nuevo. El hombre puede entrar en la presencia de Dios sin sentimiento de culpabilidad o condenación. Hebreos 4:16 se ha convertido en una realidad: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro". El décimo capítulo de Hebreos, el segundo versículo, es efectivo. Dijo que los sacrificios que hacían continuamente no los hacían perfectos. "De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados."

En los versículos duodécimo y decimotercero muestra cómo Cristo por un solo sacrificio ha perfeccionado para siempre a los santificados. Cuando un hombre es purificado por la sangre de Cristo, puede estar en la presencia del Padre como si el pecado nunca hubiera existido. Luego está 1 Corintios 1:30. Todo creyente debe conocer esta Escritura: "Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría (de Dios), y justicia (de Dios), y santificación (de Dios), y redención". Lee Romanos 3:26, la interpretación marginal de la Versión Estándar Americana. Jesús se convierte en la justicia del hombre que tiene fe en Jesús. Nadie había sabido jamás nada acerca de su morada interior. Jesús dijo: "Mora con vosotros, y estará en vosotros" (Juan 14:17).

Nadie había tenido una verdadera amistad con el Padre bajo el Primer Pacto. Eso era prácticamente imposible. Nadie había usado el nombre de Jesús. Nadie había llamado a Dios, Padre. Ellos crucificaron a Jesús por hacerlo. Nadie sabía del Nuevo Pacto. Nadie sabía del Nuevo Tipo de Amor. Todo esto vino por el Conocimiento de Revelación luego del Día de Pentecostés, después que los hombres recibieron la Vida Eterna y recibieron en sus cuerpos el gran y poderoso Espíritu Santo.

 

Preguntas

1. ¿Creyeron los discípulos que Jesús era Cristo antes del Día de Pentecostés? ¿Fue según Romanos 10:9-10?

2. ¿A quién fue enviado Pablo con su revelación del sacrificio sustitutoria? 3. ¿Fueron las palabras "fe" o "creer", usadas en el Día de Pentecostés? ¿Qué debían hacer los discípulos?

4. ¿Para qué fue la inmersión en el agua? b. ¿Qué les hizo la inmersión en el Espíritu Santo?

5. Explica 1 Corintios 6:19-20.

6. ¿Alguna vez alguien había sido redimido? ¿Tuvo vida eterna? ¿Había alguna nueva creación?

7. ¿Cómo respondió Jesús a Nicodemo?

8. ¿Alguien entendió que el Cuerpo de Cristo había nacido hasta que Pablo tuvo su revelación?

9. ¿Había sido hecho justo? b. ¿Qué significa justicia? c. ¿Podría la ley hacer a alguien justo?

10. Explica 1 Corintios 1:30. b. ¿Qué vino por el Conocimiento de Revelación después del Día de Pentecostés?

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