Capítulo 15
LA REVELACIÓN SEGÚN
PABLO
TENEMOS LOS EVANGELIOS según Mateo, Marcos, Lucas y Juan. En
Romanos 2:16, el Espíritu, por medio de Pablo, dice esto: "En el
día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a
mi evangelio". De cualquier persona menos de Pablo esto sería casi ua blasfemia.
Pero el corazón gobernado por el Espíritu tiene conciencia de que Pablo está
diciendo la verdad. En Romanos 1:1 dice: "Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el
evangelio de Dios".
Me gusta esta traducción. "Pablo" significa "el pequeño".
La palabra griega "dulos" significa "un esclavo de amor", el pequeño
esclavo de amor de Jesús el Mesías; y él es llamado por Jesús mismo, para ser
un apóstol y ha sido separado por Jesucristo para las buenas nuevas de Dios. Si
lo notas con atención, fue llamado; pero hubo catorce años de separación antes
de que la separación fuera completa. Luego fue comisionado y enviado como
evangelista de Cristo.
Separación
Muchos de nosotros somos llamados, pero nunca estamos
separados. Esa separación es una cosa triple:
Primero, la Nueva Creación nos separa de la vieja vida.
Segundo, como la Palabra está edificada dentro de nosotros, estamos separados
para Cristo. Primero, hay una separación del mundo; luego hay una separación
para el Maestro. Jesús se convierte en el Señor de nuestras vidas. Su Palabra
nos domina. Y en tercer lugar, en nuestro andar, entonces, viene nuestra propia
elección en la que nos separamos de lo que no es pecaminoso en sí mismo, pero
es innecesario, y esta separación continúa año tras año, hasta que el mundo ha perdido
su dominio sobre nosotros.
Estamos renunciando a cosas buenas para lo mejor. Estamos
aprendiendo a caminar en la plenitud de su comunión. Pablo fue llamado a ser
apóstol. Los cuatro Evangelios nos dan una imagen de la Encarnación del Hijo de
Dios. Cada uno de los cuatro nos da una visión diferente del Encarnado. Mateo
nos da una imagen del reino; Marcos, de servicio; Lucas, de compañerismo; Y
Juan, de hijo. En Juan captamos una viva imagen del Padre. Jesús dijo: "El que me ha visto, ha visto al Padre"
(Juan 14:9).
Las Palabras del Padre
Nuevamente declara: "El
Padre y yo uno somos”. En el Evangelio de Juan, muchas veces Él dice,
"Las palabras que yo hablo no son
mías, sino del Padre". En Juan 12:45 dice: "El que me ve, ve al que me envió". Jesús está presentando al
Padre. Tal vez obtiengas una imagen más clara en Juan 1:18: A
Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él
le ha dado a conocer". Rotherham dice: "El Hijo Unigénito que está ahora en el seno del Padre, lo ha
introducido". Jesús viene con una revelación del Padre, pero los
judíos no pueden entenderlo. Cuando Él llama a Dios Su Padre, ellos tratan de
apedrearlo. Juan 5:18: " Por esto los judíos aun más
procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que
también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios". Esta fue la única acusación
que le hicieron.
En Juan 19:7 dice: " Los judíos le
respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque
se hizo a sí mismo Hijo de Dios." El judío no podía aceptar la revelación de Dios como
Padre porque eran hombres naturales. Juan 1:14, " Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad". En los cuatro Evangelios no
se enseña ningún sacrificio sustitutorio. Si se hubiera enseñado, nadie lo
habría entendido. En ninguna parte de los evangelios se habla de que Jesús haya
sido hecho pecado por nosotros. Las grandes revelaciones de la iglesia se
hablan a veces en forma de parábola, pero nadie podría haber entendido si el
Maestro estaba intentado enseñarles. Cuando Jesús fue arrestado, los discípulos
esperaban que de alguna manera realizaría un milagro y se salvaría de su odio.
Sólo tenían fe en Jesús.
Juan 6:29-30 dice: " Le dijeron entonces:
¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos?” Y cuando estaban cerca de la Cruz,
los discípulos no podían ver a Jesús como un Sustituto. Ninguno de ellos creía
que estaba muriendo por sus pecados. Para ellos estaba muriendo como un mártir;
y durante los tres días oscuros que su cuerpo estaba tumbado en el sepulcro, ninguno
creyó que se levantaría de entre los muertos. Nadie entendió; y cuando resucitó
de entre los muertos, nadie lo creyó. Lucas 24:11-12. Cuando Juana y María, la
madre de Santiago, y otras mujeres les dijeron que Jesús había resucitado de
entre los muertos, sus palabras les parecieron como una charla ociosa. No les
creían. Después de la resurrección y de su conversación con ellos, todavía no
comprendían el significado de Su sacrificio sustitutorio. ¿Por qué? Porque
estaban espiritualmente muertos. La vida eterna todavía no había llegado a
ellos. En Juan 10:10 dice: "Yo he
venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".
Vida abundante
Esa nueva Vida les haría Nuevas Creaciones. Ahora entiendes
que los discípulos sólo tenían fe en Jesús. Ellos creían que Él era el Mesías,
el Hijo de Dios; pero no creían que debía morir por sus pecados y ser resucitado
para su justificación. Eso Iba a venir cuando ellos hubieran sido liberados de
su oscuridad, incredulidad y duda.
El Milagro del Pentecostés
Pentecostés siempre será el milagro más extraordinario que la
gracia jamás haya manifestado. Nadie podía estar en el aposento alto y decirle
a ese grupo de 120 que Cristo había muerto por sus pecados de acuerdo a las
Escrituras, y que había resucitado de nuevo para su justificación. Nadie podía
pararse entonces y decirles que Satanás había sido derrotado y vencido, que
Jesús había llevado Su sangre al Lugar Santísimo Celestial, y que el Padre la
había aceptado. Nadie les había explicado acerca de la Nueva Creación. Se
sentaron allí, en el aposento alto, esperando como les dijo el Maestro. Durante
ese tiempo habían intentado encontrar a alguien para tomar el lugar de Judas.
Habían echado suertes como lo hacen los hombres naturales, y habían escogido a
un hombre para ocupar el lugar de Judas. Dios nunca aceptó su elección. Pablo
iba a tomar el lugar de Judas, pero no lo sabían. Estaban en esa sala superior
como hombres naturales. Esperaban que Jesús restaurara el Reino de Israel y
rompiera el gobierno de Roma sobre ellos. El reino espiritual estaba
completamente fuera de la gama de su pensamiento. El Espíritu vino a esa
habitación superior donde se habían reunido esperando. De repente, la
habitación se llenó de un sonido del cielo como el ruido de un viento poderoso,
y llenó toda la casa en la que estaban sentados. Ellos estaban inmersos en el
Espíritu Santo. Jesús les dijo que debían estar inmersos. Entonces, una segunda
cosa sucedió. Las lenguas de fuego aparecieron en la cabeza de cada uno,
indicando que el evangelio iba a ser predicado con lenguas ungidas por el
Espíritu, que sería irresistible.
Los hombres no podían resistirlas. Eso es lo que provocó las
persecuciones. Cuando el hombre no puede responder, usa la fuerza bruta.
Hombres Llenos de Espíritu
Pero el Espíritu los recreó. El Espíritu viene y elige a los
hombres para la propagación del Evangelio. Entonces los llenó con el Espíritu
Santo. Notas que Él los recreó antes de llenarlos. Entonces hablaron en lenguas
como el Espíritu les daba la expresión. Nadie entendió los fenómenos de aquel
día, pero el Espíritu los había llenado. Ahora van con lenguas de fuego para
decirle al mundo lo que ha sucedido. Quince años o más pasan, y sin embargo no
hay revelación de lo que sucedió desde el momento en que Cristo fue hecho
pecado en la Cruz hasta que se sentó a la diestra del Padre en lo alto. Ellos
predicaron lo que Dios les dio. No se enseñó nada sobre la sustitución. Por lo
que sabemos como se registra en el Libro de los Hechos, no se enseñó nada sobre
el cuerpo de Cristo hasta que Dios lo dio al hombre, Pablo, por revelación.
Una de las cosas más bellas de la iglesia primitiva fue la
forma en que Juan y Pedro y los otros apóstoles recibieron la revelación de
Pablo. Recuerda que en 2 Pedro 3:15-16, Pedro dice: "Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación;
como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido
dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas
cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los
indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su
propia perdición". En Gálatas 1:18-19 Pablo dice: " Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y
permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a
Jacobo el hermano del Señor".
Días maravillosos cuando Pedro le contó a Pablo toda su
comunión y caminar con el Maestro, y Pablo le contó a Pedro las revelaciones
que había recibido de Jesús y de Su obra terminada. Ahora, que Pablo nos hable
en Gálatas 1: 6-12, " Estoy maravillado de que tan pronto
os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un
evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y
quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del
cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea
anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica
diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el
favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si
todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Mas os hago saber,
hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo
recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.". Nota que dice: "Aunque nosotros o un ángel del cielo
anunciemos alguna otra buena noticia que la que le hemos dado, sea anatema".
La Revelación de Jesucristo
Y en el versículo doce: "Pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por
revelación de Jesucristo." Pablo sabía que el mensaje que tenía no era
según hombre. En Efesios 3 leemos: "Por
esto yo, Pablo, preso de Cristo Jesús por vosotros, gentiles". Observa
que él era un prisionero de Jesús, aún estaba encerrado en una cárcel romana.
¿Hay alguna incongruencia en esto? No. Pablo está siendo encerrado, un huésped
de las autoridades romanas, para que tenga la oportunidad de escribir estas
maravillosas epístolas, dándonos esta revelación.
Efesios 3:2 dice: "Si
es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada
para con vosotros; que por revelación me fue declarado el misterio, como antes
lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi
conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se
dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos
apóstoles y profetas por el Espíritu". Pablo se atrevió a confesar que
él era lo que Dios le había hecho ser.
Romanos 16:25-27: "Y
al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo,
según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos
eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los
profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas
las gentes para que obedezcan a la fe, al único y sabio Dios, sea gloria
mediante Jesucristo para siempre. Amén”. Pablo creía en el Evangelio que
predicó. Déjenme darles las escrituras de la traducción de Conybeare: 1
Tesalonicenses 1:3 dice: "Recordando
en la presencia de nuestro Dios y Padre la operación de vuestra fe y el trabajo
de vuestro amor, y la constancia de vuestra esperanza en nuestro Señor
Jesucristo".
En la Presencia del Padre
Observa, "Recordando
la presencia de nuestro Dios y Padre". Pablo reconoció que estaba en
la presencia del Padre. En 1 Tesalonicenses 2:3 dice: "Porque mis exhortaciones no son provocadas
por la suposición o la lascivia, ni hablo como astucia, sino que como Dios ha
probado mi aptitud en el encargo de dar las buenas noticias, hablo, no
agradando a los hombres sino a Dios".
Se atrevió a decir que Dios había demostrado su aptitud para
esta revelación, que Dios mismo lo había preparado, a Pablo, para ser el
instrumento de la gracia de Dios para revelar lo que hizo en Cristo desde el
momento en que fue hecho pecado en la Cruz hasta que se sentó a la mano diestra
de Dios.
En 1 Tesalonicenses 2:13, vemos otra declaración
sorprendente: "Por lo cual también
doy eternamente gracias a Dios porque cuando recibiste de mí la Palabra hablada
de Dios, la recibiste de mí no como palabra de hombre, sino como la Palabra de
Dios que Él mismo obra eficazmente en vosotros que creéis".
Pablo sabía que la Palabra que les habló en su ministerio
público era la misma Palabra de Dios. Él la llamó "la Palabra hablada de Dios", y el pueblo de Tesalónica la
recibió. Trabajó eficazmente en ellos y produjo en ellos una fe y una vida que
glorificaba al Padre. ¿Por qué la Palabra hablada hoy no tiene el mismo efecto
sobre los corazones de los hombres que la Palabra hizo cuando Pablo la predicó?
En 1 Tesalonicenses 3:9 dice: "Por
lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el
gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios”.
Ahora puedes entender Hebreos 4:16, donde nos invita a entrar
con osadía en el Salón del Trono. Pablo vivía en la Salón del Trono. "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono
de la gracia". Él vivió en la presencia de Dios y de Cristo en ese Trono
de la Gracia.
El Trono de la Gracia
En 1 Tesalonicenses 3:12 dice: "Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para
con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros". Pablo
se atrevió a decir que él amaba como Jesús amaba. Y en el versículo trece
leemos: "Para que sean afirmados
vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre,
en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos". Si
pudiéramos recordar que estamos viviendo en la presencia real de Dios, nuestro
Padre y de Jesús todo el tiempo, veríamos las cosas de manera diferente.
Jesús dijo en Juan 15:5: "Yo soy la vid y vosotros sois las ramas."
Bueno, la rama es una parte de la vid y está en la presencia
de la vid todo el tiempo.
En 1 Tesalonicenses 4:8 dice: "Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que
también nos dio su Espíritu Santo." Pablo creía que sus palabras eran las
palabras de Dios.
Preguntas
1. ¿Por qué Pablo tuvo que esperar catorce años después de
ser llamado antes de ser comisionado como evangelista de Cristo?
2. Dar las diferentes visiones de los Evangelios del
Encarnado.
3. ¿Por qué los judíos intentaron matar a Jesús cuando llamó
a Dios Su Padre?
4. ¿Por qué pidieron los discípulos una señal para que vieran
y creyeran?
5. Explique por qué Pentecostés es el milagro más destacado
de la Gracia jamás manifestado.
6. ¿Cómo sabía Pablo que el mensaje que tenía no era del
hombre?
7. Explique el misterio que se dio a conocer a Pablo en esta
Revelación.
8. Explique 1 Tesalonicenses 1:3
9. Muestre cómo la Palabra funciona eficazmente en aquellos
que creen.
10. ¿Qué se muestra en 1 Tesalonicenses 4:8?
No hay comentarios:
Publicar un comentario