miércoles, 22 de junio de 2016

Se murió el Marido


Romanos 7:1-6 (Biblia Expandida de fe)
1 Hermanos en Cristo, ustedes como conocedores de la ley ¿Acaso ignoran que el hombre está sujeto y es dominado por la ley únicamente mientras vive?
2 Por ejemplo, una mujer casada permanece ligada por la ley a su esposo por todo el tiempo que viva; pero al morir el esposo, queda libre de su vínculo legal con él.
3 Por ese motivo, será tenida por adúltera si estando vivo su marido se une y se va ha vivir con otro hombre. En cambio, si su esposo muere, quedará desligada de la ley, y ya no será considerada como adúltera si se casa con otro hombre. 
4 De la misma manera, mis hermanos, ustedes fueron muertos a la Ley por medio del cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer a otro, a aquel que resucitó a fin de que podamos dar frutos para Dios.
5 Porque mientras vivíamos según la naturaleza pecaminosa y carnal, las malas pasiones y concupiscencias eran  despertadas y estimuladas por la Ley, obrando en los miembros de nuestros cuerpos para hacernos producir frutos de muerte.

6 Pero ahora, que muertos a todo aquello que nos tenía esclavizados, hemos sido liberados de la Ley, de manera que podamos servir a Dios bajo el nuevo régimen del Espíritu y no bajo el régimen de la letra envejecida.

Pablo, nos da un ejemplo del matrimonio para mostrarnos si estamos bajo la ley o bajo la gracia.

En el verso 1 dice: "¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo a los que conocen la ley), que la ley tiene jurisdicción sobre una persona mientras vive?" (La Biblia de las Américas).

Empieza diciendo que la ley solo tiene jurisdicción sobre una persona mientras vive.

La palabra jurisdicción significa: "Autoridad o poder para juzgar y aplicar las leyes."

Entonces, la ley solo tiene autoridad sobre nosotros mientras estamos vivos, al morir ya no tiene poder sobre nosotros.

Luego nos va ha dar el ejemplo de la muerte del marido en relación a la ley.

Me gusta como traduce la Versión Arcas y Fernández el verso 2: "Así, la mujer casada permanece legalmente ligada a su marido mientras él vive. Muerto el marido, la esposa queda libre de esa ley."

Entonces, vemos que la ley deja totalmente libre de la ley a la mujer al morir el marido.

Luego reafirma esta idea diciendo que si estando en vida su marido, se une o casa con otro hombre será llamada adúltera, pero al morir este que da libre para casarse con otro.

La Biblia Palabra de Dios Para Todos lo coloca así: "Sin embargo, si la mujer se casa con otro hombre mientras su esposo vive, ella comete adulterio. En cambio si el esposo muere, ella puede casarse con otro hombre sin cometer adulterio." 

No se puede estar casado con dos personas a la vez, pero si el primer marido muere ya se está libre de él y se puede casar con otra persona.

Veamos ahora cual fue el marido que murió y cual es el actual en el verso 4, para los cual usaremos varias versiones:

(Nueva Biblia Latinoamericana Hoy)  Por tanto, hermanos míos, también a ustedes se les hizo morir a la Ley por medio del cuerpo de Cristo, para que sean unidos a otro, a Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 

(Biblia del Oso)  Así también vosotros, hermanos míos, sois muertos a la ley en el cuerpo del Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, para que fructifiquemos a Dios. 

(Dios Habla Hoy)  Así también vosotros, hermanos míos, al incorporaros a Cristo habéis muerto con él a la ley, para pertenecer así a otro esposo: ahora sois de Cristo, de aquel que resucitó. De este modo, nuestra vida será útil delante de Dios. 

(The Message) Por lo tanto, mis amigos, esto es algo así como lo que ha ocurrido con ustedes. Cuando Cristo murió Él tomó toda la forma de vida que era dominada por reglas la dejó en la tumba, dejándolo libre para "casarse" con una vida de resurrección y dar a luz la "descendencia" de la fe de Dios.

Vemos aquí quienes son los dos maridos, la Ley y Cristo. Vemos que no se puede vivir con ambos pues sería vivir en adulterio.

Pero también vemos que uno de los dos murió, la Ley murió por la obra de Cristo en la cruz, y podemos ahora unirnos a otro que es Cristo.

Ya no estamos sujetos a la Ley porque ella ya murió para nosotros y le pertenecemos a otro a Jesucristo.

En esa cruz nosotros morimos con Él y la ley también murió y ya no es parte de nuestras vidas.

En el siguiente verso vemos lo que la ley hacía en nosotros.

Veamos el verso 5 en la Biblia de las Américas: "Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas despertadas por la ley, actuaban en los miembros de nuestro cuerpo a fin de llevar fruto para muerte."

Cuando estábamos sin Cristo viviendo la antigua forma de vida, la ley despertaba las pasiones pecaminosas en nosotros, y nos llevaba a un camino de muerte.

Pero como dice el verso 6 en La Biblia Expandida de Fe: "Pero ahora, que muertos a todo aquello que nos tenía esclavizados, hemos sido liberados de la Ley, de manera que podamos servir a Dios bajo el nuevo régimen del Espíritu y no bajo el régimen de la letra envejecida."

La Biblia Arcas y Fernández lo pone así: "Ahora, en cambio, somos como muertos respecto a la Ley, que nos tenía bajo su yugo. Hemos quedado plenamente libres, y podemos servir a Dios no según la letra de la vieja Ley, sino conforme a la nueva vida del Espíritu."

Hemos muerto a la ley y la ley está muerta para nosotros. Ya no pertenecemos al antiguo marido llamado "La Ley"; ahora tenemos un nuevo marido, tenemos a Jesucristo.

No vivamos una vida de adulterio pretendiendo estar casados con la Ley y con Jesucristo, la Ley ya murió para nosotros y somos libres de ella, así que no vivamos más bajo la ley, vivamos en la nueva vida que nos trajo la obra de Cristo en la cruz; vivamos conforme a la nueva vida del Espíritu.




viernes, 3 de junio de 2016

El Espíritu Santo en el Creyente



En esta corta enseñanza veremos lo que el Espíritu Santo hizo en nosotros cuando nacimos de nuevo.

2 Corintios 1:22 (RV60)
22 El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

Efesios 4:30
30  Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Efesios 1:13-14 (RV60)
13  En él también vosotros,  habiendo oído la palabra de verdad,  el evangelio de vuestra salvación,  y habiendo creído en él,  fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14  que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida,  para alabanza de su gloria.

Al nacer de nuevo recibimos el sello de Dios que es el Espíritu Santo. Este sello son las arras, es decir, son un adelanto, anticipo y prueba que nos garantiza que recibiremos la herencia que nos ha prometido.

Bonanza es una conocida serie de televisión, que trata de una familia de rancheros, los Cartwright, Ellos tenían mucho ganado, al cual ellos colocaban un sello en el trasero con la marca de su rancho, para mostrar que eran de su pertenencia. Igualmente al nacer de nuevo recibimos el sello del Espíritu que demuestra que le pertenecemos a Dios.

Tener el Espíritu Santo es lo que nos hace hijos de Dios.

Juan 4:13-14 (RV60)
13  Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua,  volverá a tener sed;
14  mas el que bebiere del agua que yo le daré,  no tendrá sed jamás;  sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

Juan 4:14 (Castillian)
14  En cambio, nunca más tendrá sed aquel que beba del agua que yo ofrezco, porque el agua que yo le daré se convertirá en su interior en una fuente inagotable de vida eterna.

Juan 4:14 (DHH)
14  Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá atener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna.

La primera obra del Espíritu Santo en el creyente es el nuevo nacimiento, en la cual el Espíritu Santo viene a vivir en el interior del creyente.

Juan 14:15-17 (RV60)
15  Si me amáis,  guardad mis mandamientos.
16  Y yo rogaré al Padre,  y os dará otro Consolador,  para que esté con vosotros para siempre:
17  el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Jesús les dijo a sus discípulos que el Espíritu Santo moraba con ellos pero que muy pronto iba a estar dentro de ellos.

Ezequiel 36:26-27 (RV60)
26  Os daré corazón nuevo,  y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;  y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra,  y os daré un corazón de carne.
27  Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu,  y haré que andéis en mis estatutos,  y guardéis mis preceptos,  y los pongáis por obra.

Esta es la promesa que Dios había hecho a través del profeta Ezequiel, que el Espíritu Santo iba a vivir en los creyentes.

El hombre estaba muerto espiritualmente debido al pecado, su corazón estaba muerto y era como una piedra, pero Dios prometió un cambio, el corazón del hombre iba a ser renacido.

Esto fue lo que Jesús le explicó a Nicodemo en Juan 3:

Juan 3:1-8 (RV60)
1  Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo,  un principal entre los judíos.
2  Este vino a Jesús de noche,  y le dijo: Rabí,  sabemos que has venido de Dios como maestro;  porque nadie puede hacer estas señales que tú haces,  si no está Dios con él.
3  Respondió Jesús y le dijo: De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de nuevo,  no puede ver el reino de Dios.
4  Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?  ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre,  y nacer?
5  Respondió Jesús: De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de agua y del Espíritu,  no puede entrar en el reino de Dios.
6  Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
7  No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
8  El viento sopla de donde quiere,  y oyes su sonido;  mas ni sabes de dónde viene,  ni a dónde va;  así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Evidentemente Nicodemo no entendió lo que le estaba diciendo Jesús. Pensaba que Jesús estaba hablando de un nacimiento físico; pero Jesús le empieza a explicar que estaba hablando del renacimiento del espíritu humano.

Jesús le siguió explicando más del plan de salvación

Juan 3:9-15 (RV60)
9  Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
10  Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel,  y no sabes esto?
11  De cierto,  de cierto te digo,  que lo que sabemos hablamos,  y lo que hemos visto,  testificamos;  y no recibís nuestro testimonio.
12  Si os he dicho cosas terrenales,  y no creéis,  ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
13  Nadie subió al cielo,  sino el que descendió del cielo;  el Hijo del Hombre,  que está en el cielo.
14  Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto,  así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
15  para que todo aquel que en él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna.

Aquí encontramos el plan de salvación; primero le dice que Él es el enviado, el Hijo de Dios, que descendió del cielo para traer salvación a los hombres.

Luego le dice que tomaría la naturaleza pecaminosa y satánica del hombre a fin de poder ser nuestro substituto y morir por nosotros en la cruz.

Jesús toma la figura de la serpiente de bronce que Moisés hizo en el desierto para salvar al pueblo de Israel de la picadura de las serpientes.

Números 21:4-9 (NVI)
4  Los israelitas salieron del monte Hor por la ruta del Mar Rojo, bordeando el territorio de Edom.  En el camino se impacientaron
5  y comenzaron a hablar contra Dios y contra Moisés: ¿Para qué nos trajeron ustedes de Egipto a morir en este desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua! ¡Ya estamos hartos de esta pésima comida!
6  Por eso el Señor mandó contra ellos serpientes venenosas, para que los mordieran,  y muchos israelitas murieron.
7  El pueblo se acercó entonces a Moisés, y le dijo: Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti.  Ruégale al Señor que nos quite esas serpientes. Moisés intercedió por el pueblo,
8  y el Señor le dijo: Hazte una serpiente, y ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren, vivirán.
9  Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Los que eran mordidos,  miraban a la serpiente de bronce y vivían.

La serpiente de bronce colgada de un hasta tiene varias simbologías: la serpiente es un tipo de Satanás, el asta en que fue colgada significa la maldición y el bronce nos habla de la naturaleza humana.

Gálatas 3:13 (Castillian)
13 Pero Cristo nos ha liberado de la maldición de la ley mosaica, cargando sobre sí mismo, al morir en la cruz, la maldición que a nosotros nos correspondía, porque dicen las Escrituras: "Maldito el que muere colgado en un madero".

Gálatas 3:13 (JER)
13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: “Maldito todo el que está colgado de un madero.”

Jesús en la cruz tomó nuestra naturaleza de pecado, que era la naturaleza del diablo y se hizo maldición por nosotros para poder darnos vida.

2 Corintios 5:21(BL95)
21  Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y perfección de Dios.

2 Corintios 5:21(BLS)
21  Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo.

2 Corintios 5:21(Castillian)
21  Porque Dios tomó a Cristo, que de sí mismo no conocía el pecado, y le hizo cargar con el nuestro como si fuera suyo; de esta forma, a nosotros, libres ya de toda culpa, Dios nos declara justos.

2 Corintios 5:21(LXX)
21  Al que no conocía pecado, por nosotros pecado hizo, para que nosotros nos hiciésemos justicia de Dios en él.

2 Corintios 5:21(DHH)
21  Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo.

Jesús que nunca conoció ni cometió pecado, Dios hizo que por nosotros tome, cargue y se haga pecado, para de esa manera nos declare inocentes y justos, para poder participar de su justicia y perfección.

Eso ocurrió cuando Jesús fue levantado en la cruz como la serpiente de bronce en el asta; Él tomó nuestra naturaleza en si mismo y se hizo pecador para poder declararnos justos delante de Dios.

Volvamos a Ezequiel 36:

Ezequiel 36:26-27 (NBLH)
26  "Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.
27  "Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas.

En el nuevo nacimiento, al recibir nuestra justificación, Dios coloca su Espíritu en nosotros y recibimos un nuevo espíritu eso fue lo que sucedió con los apóstoles:

Juan 20:19-22 (Castillian)
19 Aquel mismo día primero de la semana, al caer la noche, se reunieron los discípulos. Tenían las puertas cerradas por temor a los dirigentes judíos, pero de pronto se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ¡Paz a vosotros!
20  Después les mostró las manos y el costado, y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Él siguió diciéndoles:
21  Del mismo modo que el Padre me envió, también yo os envío a vosotros.
22 En seguida sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.

En ese momento los discípulos nacieron de nuevo. Cuando Jesús sopló sobre ellos y les dijo “Recibid el Espíritu Santo”, ellos recibieron el Espíritu Santo.


En ese momento ellos nacieron de nuevo.