miércoles, 31 de diciembre de 2014

El Centro de la Biblia

Antes de empezar el 2015 no dejes de leer este artículo
Las fotos son asombrosas…
Pero espera que leas las palabras


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P: ¿Cual es el capítulo más corto de la Biblia? 

R: El Salmo 117


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P: ¿Cual es el capítulo más largo de la Biblia? 

R: El Salmo 119


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P: ¿Cual capítulo es el centro de la Biblia?

R: El Salmo 118


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Hecho: Hay 594 capítulos antes del Salmo 118

Hecho: Hay 594 capítulos después del Salmo 118

Suma esos números y obtendrás 1188.


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P: ¿Cual es el verso central de la Biblia?

R: El Salmo 118:8


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P: ¿Ese verso dice algo significativo acerca de la voluntad perfecta de Dios para tu vida? 


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La próxima vez que alguien te diga que le gustaría encontrar la voluntad de Dios perfecta para su vida y que quieren estar en el centro de su voluntad;
¡Solo envíalos al centro de su Palabra! 
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Salmo 118:8

“Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre.”

¿No es extraña la manera en que esta elaborado (o será que Dios estaba en el centro de ello)? 


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Me gustaría hacer una pequeña oración contigo para que hagas a Dios el centro de tu vida


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Padre Dios, te doy las gracias por tu amor tan grande que enviaste a tu hijo Jesús por mi
Hoy dia te entrego mi corazón para poder estar en el centro de tu voluntad.
Recibo hoy ha Jesús en mi vida como mi Señor y Salvador.
Amén”
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Te animo a que busques una iglesia cristiana donde te enseñen a tener una relación más profunda e intima con Dios.

Anima a otras personas para que entren a esta pagina y puedan hacer de Dios el centro de sus vidas.


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¡Un Feliz 2015 con Cristo en tu Corazón!

lunes, 29 de diciembre de 2014

Neutralizando la Gracia de Dios

Neutralizando la Gracia de Dios


Gálatas 2:14-21
14 Pero cuando vi que no andaban rectamente en cuanto a la verdad del Evangelio, dije a Cefas delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?
15 Nosotros, judíos por naturaleza, y no pecadores de entre los gentiles,
16 sabiendo que el hombre no es declarado justo por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, también nosotros creímos en Cristo Jesús, para que fuéramos declarados justos por la fe de Cristo, y no por las obras de la Ley; porque por las obras de la Ley ninguna carne será declarada justa.
17 Y si buscando ser declarados justos en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? ¡En ninguna manera!
18 Porque si edifico otra vez las mismas cosas que destruí, yo mismo me demuestro trasgresor.
19 Porque yo, por medio de la Ley, a la Ley he muerto, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado,
20 y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a Sí mismo por mí.
21 No rechazo la gracia de Dios, porque si por la Ley fuera la justicia, entonces en vano murió Cristo.

Empecemos viendo el verso 21, donde dice:"No rechazo la gracia de Dios.”

El diccionario Strong define la palabra rechazo de la siguiente manera:

Adsetéo; poner a un lado, separar, (por implicación) desestimar, neutralizar o violar, desechar, invalidar.

De ahí nos encontramos que una de las palabras que se usa es neutralizar; el neutralizar es anular el efecto de algo sobre otra cosa.

Por ejemplo, la tapa de una gaseosa impide que el contenido de esta se salga de la botella y caiga al suelo; hay un efecto de neutralización.

Vemos entonces que la gracia puede ser neutralizada de nuestras vidas.

Podemos llegar a anular el efecto de la gracia sobre nuestras vidas.

Veamos lo que dice Wuest acerca de esta palabra “rechazo”

Rechazo viene de atheteo que significa “el alejarse de algo que hemos tirado, presentado o establecido, actuar en dirección a algo como si estuviera anulado, frustrar la eficacia de cualquier cosa para anularla, o  para inutilizarla." Todos estos significados pueden aplicarse al acto de añadir las obras de la ley a la fe como el método de la justificación del pecador. Uno puede predicar que Cristo murió por nuestros pecados, pero si añade obras a la fe como el medio para aceptar la salvación que Cristo proveyó para los pecadores perdidos en la cruz, ha anulado la eficacia de la gracia, porque el significado fundamental de la gracia es que se da gratuitamente, sin dinero ni precio. No hay salvación para el pecador que depende en lo más mínimo de sus buenas obras como un medio para recibir la aceptación de Dios.

De esto es lo que trata Efesios 2:8-9: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es de vosotros, es el don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe.”

La gracia de Dios puede ser neutralizada en nuestras vidas cuando cambiamos el método de recibirla, si tratamos de recibirla por las obras queda anulada ya que se recibe por medio de la fe.

Esto es lo que Pablo le estaba diciendo a Pedro en los versos 15 y 16: “Nosotros, judíos por naturaleza, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es declarado justo por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, también nosotros creímos en Cristo Jesús, para que fuéramos declarados justos por la fe de Cristo, y no por las obras de la Ley; porque por las obras de la Ley ninguna carne será declarada justa.”

Entonces vemos que la persona no es declarada justa por el camino de las obras de la ley, es decir, todo intento que haga por tratar de ser declarado justo por Dios, sino que está haciendo lo contrario se está alejando de la gracia de Dios y anulando su poder sobre su vida.

Gálatas 2:20 es más que claro: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a Sí mismo por mí.”

No neutralicemos el efecto de la gracia de Dios en nuestras vidas tratando de justificarnos por medio de nuestras propias acciones; es por medio de la fe en la obra terminada de Cristo en la cruz que podemos recibir el efecto de la gracia de Dios en nuestras vidas.

viernes, 26 de diciembre de 2014

La Fe es la Respuesta a la Gracia de Dios

La Fe es la Respuesta a la Gracia de Dios


El libro de Romanos nos habla de la justificación, y bajo ese contexto general debemos leerlo. 

Los 2 primeros capítulos y la mitad del tercero muestran la incapacidad del hombre de alcanzar a Dios debido a que todos son pecadores. 

Luego, en uno de mis pasajes favoritos, Romanos 3:19-26, vemos que la justificación fue provista para TODO AQUEL QUE CREE, no para unos cuantos elegidos. Y como dice el verso 25, Dios lo puso como propiciación por medio de la fe en su sangre. 

Vemos entonces que hay una parte de Dios, enviar a Jesús a morir expiatoriamente por los hombres; y del hombre, el creer en la obra consumada de Jesucristo. 

En Romanos 4 vemos el caso de Abraham, Abraham le creyó a Dios y le fue contado por justicia. 

Luego dice: Es por fe para que sea por gracia. 

La fe es la respuesta del hombre a la gracia de Dios. 

Pasemos a Efesios 2;8-9 brevemente. 

Por gracia somos salvos (la parte de Dios) 

Por medio de la fe (la parte del hombre) 

Y esto no es de vosotros pues es don de Dios (la salvación por gracia NO la fe) 

No por obras (las obras en contraposición a la gracia) 

De ahí vemos que la parte de Dios que la parte de Dios es la gracia y la parte del hombre del hombre es la fe. 

Lo que viene de Dios NO es la fe SINO la gracia. Fíjense que dice ES (singular) no SON (plural) don de de Dios. 

La fe es la respuesta a la gracia de Dios

martes, 23 de diciembre de 2014

La Gracia y las Obras

La Gracia y las Obras


En las Epístolas a los Gálatas y de Santiago encontramos una aparente contradicción:

Gálatas 2:16
16  Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley,  sino por la fe de Jesucristo,  nosotros también hemos creído en Jesucristo,  para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley,  por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

Santiago 2:24
24  Vosotros veis,  pues,  que el hombre es justificado por las obras,  y no solamente por la fe.

¿Pablo y Santiago se están contradiciendo? Porque Lutero pensaba erróneamente que Santiago no debería estar en la Biblia; como dijimos nos encontramos ante una aparente contradicción.

Pablo está hablando de “las obras de la ley”; mientras que si vemos bien el contexto Santiago está hablando de las obras de la fe; dos cosas diferentes.

Santiago 2:14-26
14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz,  calentaos y saciaos,  pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo,  ¿de qué aprovecha?
17 Así también la fe,  si no tiene obras,  es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe,  y yo tengo obras.  Muéstrame tu fe sin tus obras,  y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19 Tú crees que Dios es uno;  bien haces.  También los demonios creen,  y tiemblan.
20 ¿Mas quieres saber,  hombre vano,  que la fe sin obras es muerta?
21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras,  y que la fe se perfeccionó por las obras?
23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios,  y le fue contado por justicia,  y fue llamado amigo de Dios.
24 Vosotros veis,  pues,  que el hombre es justificado por las obras,  y no solamente por la fe.
25 Asimismo también Rahab la ramera,  ¿no fue justificada por obras,  cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto,  así también la fe sin obras está muerta.

Santiago no solo está enseñando que la fe efectiva es la actúa; sino que también le habla a aquellas personas que solo consienten mentalmente pero en las que no hay evidencia de fruto en sus vidas.

Pablo le está hablando a otro tipo de gente completamente diferente. Eran personas que había sido seducidas por los judaizantes y se habían atado a las reglas y obras de la ley. Ahora querían usar las obras como el medio de su salvación en lugar de la fe en Jesucristo.

Las obras deben seguir a la salvación, no la salvación a las obras.

Santiago trata con las obras como resultado de la salvación; y Pablo trata con el peligro de intentar obtener la salvación como resultado de las obras.

Pablo nos lo pone más claramente en Efesios.

Efesios 2:8-10
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe;  y esto no de vosotros,  pues es don de Dios;
9 no por obras,  para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya,  creados en Cristo Jesús para buenas obras,  las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

La salvación es por gracia, por medio de la fe; pero Dios preparó de antemano obras para que anduviésemos en ellas.

En el Nuevo Testamento encontramos diferentes clases de obras.

Hebreos 6:1
1 Por tanto,  dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo,  vamos adelante a la perfección;  no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas,  de la fe en Dios.

Hay ciertas clases de obras de las que debemos arrepentirnos, como las obras muertas (las obras con las cuales tratábamos de justificarnos ante Dios) y las obra malas (pecados).

La gente trata de justificarse por medio de la ley en lugar de aceptar el regalo de salvación que Dios da por medio de Cristo.

Hebreos 10:24
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.

En Hebreos 6 vemos que hay un tipo de obras del que debemos arrepentirnos y otro tipo de obras que debemos estimularnos ha hacerlas.

No hablamos de obras que causan la salvación; hablamos de obras que se producen como resultado de la salvación.

Tito 2:11-12
11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
12 enseñándonos que,  renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos,  vivamos en este siglo sobria,  justa y piadosamente.

Una vez que hemos nacido de nuevo la gracia nos enseña a renunciar al pecado y a los deseos mundanos para vivir en este mundo de una manera sobria, justa y piadosa.

Tito 3:3-8
3 Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos,  rebeldes,  extraviados,  esclavos de concupiscencias y deleites diversos,  viviendo en malicia y envidia,  aborrecibles,  y aborreciéndonos unos a otros.
4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador,  y su amor para con los hombres,
5 nos salvó,  no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho,  sino por su misericordia,  por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
7 para que justificados por su gracia,  viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
8 Palabra fiel es esta,  y en estas cosas quiero que insistas con firmeza,  para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras.  Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.

Dios nos justificó por su gracia y nos sacó del mundo de pecado en cual vivíamos, ahora que somos nuevas criaturas debemos ocuparnos de hacer buenas obra.

Las obras buenas no son requisitos para nuestra salvación, la cual es por gracia; son el resultado de haber nacido de nuevo.