domingo, 30 de junio de 2013

La Guerra Espiritual 11 - La Espada del Espíritu

La Espada del Espíritu

. . .y tomen la espada del espíritu, que es la palabra de Dios.
Efesios 6:17 (Versión Peshitta)

Hemos visto las primeras partes de la armadura: el cinturón, la coraza, el calzado, el escudo y el casco, que son la parte eminentemente defensiva de la armadura, pero ahora veremos la parte principalmente ofensiva de la armadura, la espada.

La palabra griega para “espada” es “machaira”; esta espada era un cuchillo filudo y largo, como un machete de unos 48 cm. de largo, que se usaba tanto para cortar carne de animales así como arma de guerra, sea larga o corta, la larga con curva para ataque de corte y la corta derecha para ataque de estocada final. 

Su poder era muy letal; los soldados la balanceaban de un lado a otro dando estocadas volteando la espada y luego sacando las entrañas de la gente. Aunque no era la espada más larga era la más peligrosa.

Esta palabra “machaira” la volvemos a encontrar en Hebreos 4:12: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón” (Nueva Biblia de los Hispanos).

El término “palabra” es “rhema”, como hemos visto antes la palabra rhema es una porción específica d ela Biblia, no toda la Biblia en su conjunto.

Mientras que el cinturón de la verdad nos hablaba del logos de la palabra, la espada del espíritu nos habla acerca del rhema

La palabra logos es un sustantivo, que por definición es aquella palabra que sirve para nombrar seres, objetos o entidades concretas o abstractas. Mientras que la palabra rhema es un verbo que por definición es una palabra que expresa acciones o estados en un tiempo determinado.

Mientras que el sustantivo denota algo concreto el verbo una acción.

Logos significa palabra, y aunque es un sustantivo se refiere a la expresión del pensamiento; no el simple nombre de un objeto.

Rhema significa aquello que es o ha sido dicho por una voz viviente, una cosa dicha, una palabra hablada. 

Vine nos dice que rhema es “aquello que es hablado, lo que es expresado de palabra o por escrito; en singular, una palabra.”

Podemos definir que logos es la Palabra escrita y rhema la palabra hablada.

En Romanos 10:8 encontramos la palabra rhema 2 veces: “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos” (Reina Valera 1960)

Este rhema de fe es la palabra que sale de nuestra boca después de haber pasado tiempo meditando la Palabra de Dios.

Recordemos que cuando nos pusimos el yelmo de la salvación empezamos a transformar nuestra mente colocando la Palabra de Dios en nuestro interior y cuando nos colocamos el calzado del evangelio vimos que la fe venía cuando depositamos la Palabra de Dios en nuestro interior. También vimos que al empuñar el escudo de la fe estábamos parándonos firmes en la Palabra de Dios. Ahora veamos como convertir esa Palabra en un arma ofensiva.

Lo que tenemos que hacer es convertir el logos de la palabra en rhema; y para esto debemos entender que el poder de Dios está encerrado en su Palabra.

Hebreos 1:1-3 (Reina Valera 1960)
1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 
2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; 
3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

Aquí palabra es rhema, que se define: “El significado de rhema a diferencia de logos esta ejemplificado en la orden de “tomar la espada del espíritu que es la Palabra de Dios,” que está en Efesios 6:17, la referencia aquí no es a toda la Biblia en conjunto (como en logos). sino a las porciones individuales de la Escritura que el Espíritu nos hace recordar en tiempo de necesidad, siendo el requisito previo el almacenar regularmente la Escritura en nuestra mente.”

Logos nos muestra lo que la Palabra es en esencia, rhema lo que la Palabra puede hacer por nosotros. El poder que hay en la Palabra se desata a través del rhema.

Por ese motivo es que es importante entender como se desata el rhema de Dios en nuestras vidas.

En Romanos 10:8-10 dice: “Más ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón.  Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Reina Valera 1960). 
Aquí vemos que el rhema de Dios debe estar en nuestra boca y en nuestro corazón. Además encontramos la clave para desatar el rhema a nuestro favor: creer en el corazón y confesarlo con la boca.
Aquí el apóstol Pablo nos da un ejemplo práctico de cómo funciona esto mostrándonos como es que una persona recibe la salvación; en primer lugar confiesa con la boca que Jesús es el Señor; y en segundo cree en el corazón que Dios lo levanto de los muertos.

Y dice: “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”

En 2 Corintios 4:13 podemos ver esta misma verdad: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: CREI, POR TANTO HABLÉ, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” (La Biblia de las Américas). 

El espíritu de fe habla las cosas de la Palabra de Dios que ha creído; por eso, una persona que tiene el espíritu de fe debe hablar las cosas que cree.

Jesús dijo estas poderosas palabras en Marcos 11:23: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” (Reina Valera 1960).

Con estas palabras nos muestra la importancia de decir con nuestra boca las cosas que creemos en nuestro corazón. En especial, notemos que este pasaje dice tres veces decir pero una sola vez creer. Es decir, debemos hablar tres meses de lo que creemos.

En Romanos 10:10 hemos visto que "con el corazón se cree...." ¿Qué se cree? Que lo que dice la Palabra de Dios es verdad.

Creer con el corazón es creer que la Palabra de Dios es verdad sin importar lo que digan las circunstancias.

En la Segunda parte de Romanos 10:10 dice: "... pero con la boca se confiesa para...." Es decir la fe para recibir algo se desata con las palabras. Como vimos en 2 Corintios 4:13: "Creí, por lo cual hablé;" Si has creído algo de la Palabra de Dios, lo siguiente que debes hacer es hablarlo.

En Marcos 5:27-29 podemos ver esta verdad.

Marcos 5:27-29 (Reina Valera 1960)
27 Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.  
28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.  
29 Y enseguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote

En este pasaje vemos que esta mujer estaba diciendo algo de manera continua. Ella decía "Si tocare tan solamente su manto, seré salva." Sus palabras la motivaron para actuar en fe y recibir su sanidad.

Eso es lo que hace la espada del espíritu, está declarando el rhema de Dios.

Debemos meditar la Palabra de Dios hasta que llegue el rhema para que cambie nuestra vida y podamos ministrar la verdad a otros. 

Mientras más meditamos en el logos, más listos estamos de recibir la rhema

Jesús nos mostró en el desierto la manera que debemos usar el logos convirtiéndolo en rhema:

Mateo 4:1-11 (Biblia al Día)
1 Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación.
2 Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 El tentador se le acercó y le propuso:—Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.
4 Jesús le respondió:—Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
5 Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo:
6 —Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: “Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.”
7 —También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” —le contestó Jesús.
8 De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.
9 —Todo esto te daré si te postras y me adoras.
10 —¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él.”
11 Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle.

Aquí vemos como Jesús utilizó 3 veces la espada del espíritu; le dijo al diablo “Escrito está”, y le soltó el rhema de Dios.

El diablo también conocía la Palabra de Dios, pero la citó fuera de su contexto, torciéndola y citándola a medias; pero Jesús conociendo lo que estaba escrito declaró el rhema de Dios y alcanzó la victoria.

Esa es la manera de usar la espada del espíritu, declarando lo que está escrito en la Biblia.

Ya te has puesto el cinturón de la verdad, la coraza de la justicia, la disposición de predicar el evangelio de la paz, el escudo de la fe y el yelmo (o casco) de la salvación, ya estas completamente protegido y defendido; pero eso no es suficiente, toma la espada del espíritu y proclama tu victoria.



viernes, 28 de junio de 2013

La Guerra Espiritual 10 - El Yelmo de la Salvación

El Yelmo de la Salvación

Y tomad el yelmo de la salvación...
- Efesios 6:17 (Reina Valera 1960)

El yelmo o casco era la parte mar hermosa y llamativa de la armadura del soldado romano; era muy artístico; estaba grabado y muchas veces tenía la forma de la cabeza de un animal. En la parte de encima tenían llamativas plumas de colores muy brillantes.

A cada lado tenía protectores de metal y dentro llevaban relleno para poder absorver los fuertes golpes producidos en medio de la batalla.

Era muy fuerte, de manera que ni siquiera un hacha podía perforarla en medio de la batalla.

Nuestra salvación es muy parecida a ese casco; es muy hermosa y llamativa pero también es muy fuerte para protegernos del ataque del enemigo a nuestras mentes.   

La palabra “salvación” viene del término griego “sotería”, y en su definición más simple denota rescate o seguridad (física o moral): salud, salvación, salvador, salvar, liberación, libertad, dar (Strong’s) 
.
Nelson dice lo siguiente acerca de la salvación: “La idea básica del término 'salvación' es rescatar y preservar de un peligro inminente; implica dar salud y seguridad. En su sentido más profundo, sin embargo, es un término cuyo significado está limitado cada vez más a la expresión del milagro divino de la emancipación espiritual del hombre del dominio y culpa del pecado y la muerte, y al goce de una vida eterna de comunión renovada con Dios. En las Sagradas Escrituras el tema se desarrolla desde el concepto puramente físico, hasta el plano moral y espiritual.”

Cuando hablamos de la coraza de la justicia, mostramos que por medio de la justificación habíamos sido liberados del pecado y recibido la vida eterna.

En Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (La Biblia de las Américas).

En el libro “La Doctrina de la Seguridad Eterna” de Robert McLaughlin encontramos el tiempo gramatical en el que se encuentra la frase “habéis sido salvados”.

El verbo para “habéis sido salvados” está en el tiempo perifrástico perfecto, que está compuesto de dos verbos griegos, el modo participio, voz pasiva, tiempo perfecto de la palabra sozo (salvado), y el modo indicativo, voz activa, tiempo presente de la palabra eimi (has sido). 

Este tiempo perifrástico viene del griego Ático (clásico) al griego Coiné (común). El perifrástico, una de las expresiones más poderosas y más fuertes de todas las expresiones en todos los lenguajes, indica que el escritor no puede poner todos los detalles en una forma verbal. Por eso, él usa dos formas del verbo para proveer una expresión más fuerte. 

Nada es más fuerte que la expresión de la seguridad eterna del creyente en este tiempo perifrástico perfecto. Aquí, el lenguaje griego es tan fuerte y poderoso que no deja ninguna fisura legal ni un agujero de ninguna clase. Somos salvados para siempre simplemente por medio de la fe. 

El primer verbo en el griego está en el modo participio, voz pasiva, tiempo perfecto del verbo sesosmenoi, de la raíz del verbo sozo, que significa salvación. El tiempo perfecto intensivo de la palabra sesosmenoi enfatiza el estado actual de una acción en el pasado. En el tiempo presente, la persona ahora es salvada. La acción en el pasado es fe en Cristo. 

Este verbo indica el cumplimento de una acción al momento de fe en Jesucristo con un énfasis en los resultados existentes.

Podemos ver que la obra de la salvación ya fue completada en nuestro espíritu; ya hemos sido salvados, ya hemos recibido la vida eterna.

Este es el aspecto primario de la salvación, a través de la muerte de Cristo en la cruz hemos recibido el perdón de pecados y la vida eterna.

Sin embargo en Santiago 1:21 encontramos otro pasaje que nos habla de la salvación como un hecho en el futuro: “Por lo cual,  desechando toda inmundicia y abundancia de malicia,  recibid con mansedumbre la palabra implantada,  la cual puede salvar vuestras almas” (Reina Valera 1960).

¿Por qué hay una diferencia?

Porque debemos entender que el hombre es un ser trino; según 1 Tesalonicenses 5:23 el hombre en su integridad consta de tres partes; espíritu, alma y cuerpo.

En 1 Tesalonicenses 5:23 dice: “Y el mismo Dios de paz los santifique por completo a todos ustedes, y mantenga irreprensible todo su espíritu, alma y cuerpo, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo” (Versión Peshitta).  

El hombre es un ser espiritual, que tiene un alma, y vive en un cuerpo físico. Además, es un ser espiritual, porque ha sido hecho a la semejanza de Dios; y Jesús dijo que Dios es espíritu.

Génesis 1:26 (La Biblia de las Américas)
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…

Juan 4:24 (Palabra de Dios para Todos)
Dios es Espíritu, y los que le adoran deben adorarlo espiritual y verdaderamente.
   
Cuando el cuerpo está muerto enterrado, el hombre sigue viviendo.  Pablo, dijo al hablar de la muerte física: "Es muy difícil escoger entre vivir o morir. Quisiera dejar esta vida y estar con Cristo, pues eso sería mucho mejor." (Filipenses 1:23 – Palabra de Dios para Todos); luego, continuando con la idea y para confirmar que estaba hablando de la muerte física, dijo: "Es muy difícil escoger entre vivir o morir. Quisiera dejar esta vida y estar con Cristo, pues eso sería mucho mejor" (Filipenses 1:24 – Nueva Versión Internacional); él estaba diciendo: "Cuando deje esta vida voy a estar con el Señor".
   
Hay un hombre exterior y un hombre interior. El hombre exterior no es el verdadero tú; el hombre exterior es tan solo la "casa" (cuerpo) donde vivimos. El HOMBRE INTERIOR es el VERDADERO YO.
Para entender la forma que Dios nos guía a través de nuestro espíritu debemos entender que es un espíritu. Veamos lo que dice 1 Pedro 3:4 en varias versiones para poder entenderlo mejor

Biblia al Día
Que vuestra belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo ÍNTIMO DEL CORAZÓN y consiste en UN ESPÍRITU suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios.

La Biblia de las Américas
Sino que sea EL YO INTERNO, con el adorno incorruptible de UN ESPÍRITU tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios.

Palabra de Dios para Todos
Su belleza debe venir del CORAZÓN, del INTERIOR DE SU SER, porque la belleza que no se echa a perder es la de un ESPÍRITU suave y tranquilo, valioso ante los ojos de Dios.

Reina Valera Actualizada
Sino que sea LA PERSONA INTERIOR DEL CORAZÓN, en lo incorruptible de UN ESPÍRITU tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios.

Este hombre interior, que es llamado por Pedro: la persona interna del corazón, el yo interno, el corazón que está en el interior de su ser o lo intimo del corazón es el espíritu humano, o el verdadero hombre.

2 Corintios 5:17 (Castilian)
Cuando alguien se convierte a Cristo, se transforma en una nueva criatura. Su existencia anterior queda atrás, y él comienza a vivir una nueva vida, a ser parte de una nueva creación.

2 Corintios 5:17 (Palabra de Dios para Todos)
Si alguien está unido a Cristo, se convierte en un ser nuevo que ha dejado lo viejo atrás ¡y está totalmente renovado!

Cuando nacemos de nuevo, no recibimos un cuerpo nuevo; sino tu verdadero yo se convierte en un nuevo hombre en Cristo.

Esto es lo que ocurrió cuando fuimos justificados, cuando el viejo hombre fue salvado y nació de nuevo, se convirtió en una nueva criatura en Cristo.

¿Cuál es la diferencia entre el espíritu y el alma del hombre? 
Muchas veces, los creyentes intercambian los términos, dando la impresión de que el espíritu y el alma son lo mismo; pero, no lo son. Pablo declara en Hebreos 4:12: "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el ALMA Y EL ESPIRITU" (Reina Valera 1960).
   
Pablo dijo en 1 Corintios 14:14: "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto" (Reina Valera 1960). La versión Palabra de Dios para Todos lo traduce así: “Pues si yo oro en lenguas, mi espíritu ora pero mi mente no entiende nada.” El entendimiento o la mente es parte del alma. El esta diciendo: “Cuando oro en lenguas es mí espíritu el que ora no mi alma.”

El espíritu es la parte central del hombre, lo que la Biblia llama el corazón, pero el alma es la parte intelectual del hombre, lo que la Biblia llama la mente.
En ese sentido nuestro espíritu ya fue salvado; la obra ya está completa, pero nuestra alma necesita ser salvada.

Como hemos visto el ataque principal del diablo es nuestra mente, él sabe que si logra penetrar nuestra mente podrá derrotarnos con suma facilidad.

Como vimos en Efesios 6:10-11: “Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en nuestro Señor y en la grandeza de su poder, y vístanse de toda la armadura de Dios, para que sean capaces de estar firmes ante las estratagemas del Adversario” (Biblia Peshitta).

La palabra “estratagemas” es el termino griego “methodeia” que según Vine significa: “methodeia (μεθοδεία) denota astucia, engaño (meta, después, odos, camino), artimaña, asechanza, y se traduce «artimañas» del error en Efesios 4:14 (RV: «artificios»), lit.: «con vistas la astucia (singular) del engaño»; en 6.11: «las asechanzas (plural) del diablo»".

Wuest dice de esta palabra lo siguiente: “La palabra proviene de la forma verbal methodeuō ", hacer un seguimiento o investigar por medio del método de hacer plan y realizarlo, seguir astutamente, un marco de dispositivos, engañar."

Vemos que el diablo tiene un plan trazado para llegar a nuestra mente y derrotarnos.

A mi me gusta mucho jugar ajedrez, para ganar un juego uno debe tener una estrategia adecuada, debe de conocer aperturas para desde el inicio tener ventaja; en realidad una persona que no sabe de aperturas perderá fácilmente. Luego de sacar ventaja en la apertura tu buscas el punto más débil de tu adversario y finalmente ganas el partido.

Tú tienes un plan y al seguirlo apropiadamente ganas.

Satanás también viene con sus planes y para eso usamos el casco de la salvación para la protección de nuestra mente.

Nosotros también debemos tener un plan o estrategia para vencerlo y aquí Pablo nos da la clave, el tener un claro entendimiento de la salvación que tenemos en Cristo; muchos creyentes no conocen esta salvación y viven vidas de derrota durante toda su vida.

Es por eso que nuestro plan debe ser seguir el plan de Dios, y su plan es la renovación de nuestra mente.

El día que nacimos de nuevo nuestro espíritu fue salvo pero no el resto de nuestro ser, ahora nos toca hacer algo con el alma y el cuerpo.

1 Pedro 1:9 (Reina Valera 1960)
9 Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

La palabra griega para fin en este verso es “telos”, que significa el resultado final de un estado o proceso, dando énfasis en el destino del asunto o de la cosa. 

Para salvación, es “soteria”, que nos habla de un rescate en este verso, de la experiencia presente del poder de Dios para librarnos del pecado; para el creyente esto es equivalente a la santificación. 

Este verso no nos habla de la salvación eterna, que ya hemos visto ya fue completada, sino del recate de nuestras almas del presente sistema en el que vivimos. 

Efesios 2:1-3 (Reina Valera 1960)
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Antes de conocer a Jesús nuestra forma de pensar era la manera que tiene el mundo, siguiendo la corriente de este mundo y su estilo de vida. Los patrones que teníamos nos inducían una y otra vez a caminar en pecado.

Efesios 4:17-24
17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 
18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 
19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 
20 Mas vosotros no habéis aprendido asía Cristo, 
21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 
24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Ahora que hemos nacido de nuevo, Dios nos manda a no caminar mas como el mundo lo hace, y la forma de hacer esto es cambiando nuestra forma de pensar, por medio de la renovación de nuestra mente.

Romanos 12:1-2 (Reina Valera 1960)
1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Nuestro espíritu fue renacido pero nuestra alma debe ser renovada.

La palabra griega para “transformaos” es “metamorphoo” de donde viene nuestra palabra metamorfosis, W. E. Vine la define así:

METAMORPHOO: cambiar en otra forma (meta, implicando un cambio, y morphe, forma), se usa en Voz Pasiva  para los creyentes, en Romanos 12:2, “transformaos,” la obligación de experimentar un cambio completo que, bajo el poder de Dios, encuentra su expresión en el carácter y la conducta; morphe hace hincapié en el cambio interior, schema (ver suschematizo, el verbo precedente en ese verso) hace hincapié en el cambio exterior, el tiempo presente continuo indica que es un proceso; en 2 Corintios 3:18 se describe a los creyentes siendo “transformados a su imagen” (la de Cristo con todas Sus excelencias morales), cambio que es efectuado por el Espíritu Santo.

La palabra para “renovación” es “anakainosis” que significa hacer nuevo (ana, de nuevo u otra vez, kainos, nuevo, no reciente pero diferente), renovar. W. E. Vine lo define así:

Es usada en Romanos 12:2, “la renovación (de vuestro entendimiento),” es el ajuste de la visión moral y espiritual, y del pensamiento hacia la mente de Dios, la cual es designada para tener un efecto transformador sobre la vida; este pasaje en Romanos hace hincapié en la voluntad de responder por parte del creyente.

Es al creyente a quien le corresponde renovar el entendimiento, no a Dios. 

La palabra “entendimiento” es “nous” que W. E. Vine la define así:

Nous: mente, generalmente hablando denota el centro de la conciencia reflexiva, incluyendo las facultades de percepción y entendimiento, y las de sentimientos, juicio y determinación.

Veamos Romanos 12:2 en otras versiones para tener una idea más amplia:

Nuevo Testamento de Arcas y Fernández
No os amoldéis a los criterios de este mundo. Dejaos transformar; renovad vuestro interior de tal manera, que sepáis apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que le es agradable, lo perfecto.

Biblia Latinoamericana
No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.

Biblia del Pueblo de Dios
No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Biblia Castilian
No os amoldéis a los usos y costumbres propios de este mundo; antes bien, procurad que vuestra mente renovada opere la transformación de vuestra personalidad, para que lleguéis a comprobar lo buena, grata y perfecta que es la voluntad de Dios.

Dios Habla Hoy
No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir,lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.

The Message
No te vuelvas tan ajustados a tu cultura que encajes en ella sin siquiera pensarlo. En vez de eso fija tu atención en Dios. Serás cambiado desde tu interior. Fácilmente reconocerás lo que Él quiere de ti, y rápidamente responderás. A diferencia de la cultura que te rodea, siempre arrastrándote a su nivel de inmadurez; Dios sacará lo mejor de ti; desarrollando en ti una bien formada madurez.

Estos es lo que hablamos acerca de renovar la mente; la cultura que vivimos y los moldes y patrones del mundo en que vivimos nos están alejando de lo mejor que Dios tiene para nosotros; nos impiden crecer, madurar y alcanzar la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas.

Por eso debemos cambiar nuestra baja manera de pensar; y transformarla, renovando nuestra mente, pensando como Dios piensa, por esos caminos más altos que están escritos en Su Palabra.

Dios quiere que hagamos una metamorfosis; así como un feo gusano se convierte en una bella mariposa; convirtamos nuestra mente pervertida por la forma de pensar del mundo en una mente madura que camina y conoce la perfecta voluntad de Dios.

Salmo 23:3 (Reina Valera 1960)
3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre

Salmo 23:3 (Biblia de las Américas)
3 El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre.

Salmo 23:3 (Nácar Colunga)
3 Recrea mi alma, me guía por las rectas sendas por amor de su nombre.

Salmo 23:3 (Palabra de Dios Para Todos)
3 Él renueva mi alma. Me lleva por buenos caminos para mostrarme lo bondadoso que es.

Salmo 23:3 (Reina Valera 1865)
3 Hará volver mi alma: guiarme ha por sendas de justicia por su nombre.

Salmo 23:3 (Reina Valera 2000)
3 Convertirá mi alma; me guiará por sendas de justicia por su nombre.

Aquí vemos varios significados de la palabra que Reina Valera tradujo como “confortar”; en realidad el significado es más profundo; la palabra hebrea usada, “shub”, significa voltear, devolver, restaurar; y ese es el sentido que le dan las otras versiones de la Biblia.

No nos habla de un sentimiento de comodidad, como parece mostrarnos la palabra confortar, sino que nos habla de un cambio más radical y profundo: recrear, restaurar, renovar, hacer volver, convertir.

Esta palabra me recuerda lo que hacía mi abuelita que era una mujer muy hábil y emprendedora.

Me acuerdo que los sillones de la sala de estar tenían la tela desgastada; así que ella fue, compró nueva tela, quitó completamente la antigua tela, quedando solo con el esqueleto del sillón, y finalmente colocó la nueva tela. Al final se veía un sillón nuevo, pero en realidad no estaba nuevo, estaba renovado o restaurado.

¿Cómo renovamos o restauramos nuestra mente? 

En Santiago 1:21 vemos como funciona este proceso:

Santiago 1:21 (Reina Valera 1960)
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.

En este pasaje vemos el proceso de la renovación de la mente, a traves de las palabras desechar e implantar. La palabra desechar es apotithemi, la cual W. E. Vine define así:

APOTITHEMI, sacarse de uno (apo, de, y tithemi, poner, colocar, establecer), sacarse, desechar, dejar de lado, denota en la voz media, sacarse de uno, echar fuera, alejar.

Vemos mucha similitud con la idea que nos da Romanos 12:2 cuando nos habla de una metamorfosis; para hacer un cambio es necesario desechar algo.

La otra palabra, implantar, también tiene que ver con esto, pues ya que hemos sacado algo debemos colocar algo. La palabra implantar es emphutos la cual define W. E. Vine de esta manera:

EMPHUTOS, implantado, o enraizado (de emphuo, implantar), es usada en Santiago 1:21,  “implantada,” la palabra de Dios una “palabra enraizada,” una palabra cuya propiedad es enraizarse como una semilla en el corazón. 

Para palabra se usa logos, una palabra que ya conocemos y significa, la Palabra de Dios como un todo. Es decir nos habla del estudio continuo de la Palabra, como una herramienta para que nuestra mente sea renovada.

Un alma salva, es una mente restaurada o renovada por la Palabra de Dios.
Si quieres renovar tu mente, debes colocar la Palabra de Dios en ella, para que ya no pienses como piensa el mundo, sino como Dios lo hace.

2 Pedro 2:1-2
1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 
2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.

Debemos depositar la Palabra de Dios en nuestras vidas para de esa manera renovar nuestras mentes y poder salvar nuestras almas.

Ese es el modo de ponernos el yelmo o casco de la salvación, salvando, es decir rescatando nuestra mente de la forma de pensar de este mundo que está siguiendo las corrientes y patrones que dicta el diablo.

Al renovar nuestra mente y tener la Palabra de Dios en ella, será más fácil resistir al diablo porque tendremos la base firme sobre la cual pararnos.


Armado Para La Guerra



miércoles, 26 de junio de 2013

La Guerra Espiritual 9 - El Escudo de la Fe

El Escudo de la Fe

Sobre todo, tomen el escudo de la fe con el que podrán apagar todos los dardos encendidos del maligno.
- Efesios 6:16 (Nueva Biblia de los Hispanos)

En el equipo del soldado romano el escudo tenía una relación estrecha con el cinturón; ya que el escudo descansaba en el cinturón cuando no estaba en batalla.

Del mismo modo la fe está sujeta a la Palabra de Dios ya que la fe descansa en la Palabra de Dios; Romanos 10:17 es bien claro cuando dice: “Ahora pues, la fe viene por escuchar atentamente, por escuchar atentamente la palabra de Dios” (Peshitta Español).

Donde el término “palabra” es “rhema”, sabemos que palabra rhema es un verbo, que denota una acción, y nos habla de la palabra que ha sido dicha; la palabra que ha sido revelada en el creyente por haber pasado tiempo escuchándola de manera atenta el logos de la Palabra de Dios.

Rhema es una porción del logos, que por pasar tiempo meditando en ella se convierte en nuestra verdad, se convierte en parte de nosotros, y es ahí donde está la fe.

Años atrás tuve un accidente y se me salió un hueso de la rodilla, caminaba con mucho dolor, mientras declaraba lo que la Palabra de Dios decía: “Soy sano por las llagas de Jesús, Jesús tomó mis enfermedades y llevó mis dolencias” (Isaías 53:4-5, Mateo 8:17, 1 Pedro 2:24).

Aparentemente nada pasó, así que al tercer día fui al hospital para que me enyesaran. Regresé a mi casa y seguí diciendo: “Soy sano por las llagas de Jesús, Jesús tomó mis enfermedades y llevó mis dolencias”, pasaron 2 días, y el viernes estaba sentado en una reunión escuchando la Palabra cuando de pronto escuché en mi interior: “Si dices que estás sano, ¿Qué haces con un yeso?” 

Fue una buena pregunta, pero la luz había llegado, el rhema de la sanidad divina había llegado a mi espíritu, sabía que ya estaba sano.

Al día siguiente, ni bien me levante me quité el yeso, al retirarlo estaba completamente sano.

La fe y la Palabra de Dios van de la mano, el escudo de la fe lo activamos con la Palabra de Dios, porque fe en Dios es fe en su Palabra.

El soldado romano tenía 2 clases de escudos.

El primer escudo era el ceremonial, era un escudo pequeño y bello, en el cual estaban grabadas las batallas anteriores en la que había estado el soldado.

El segundo escudo era el de batalla; era uno más grande, que tenía la forma de una puerta grande y servía para proteger todo el cuerpo.

La palabra "escudo" (thureon) que se utiliza en este verso designaba el escudo que usaba la infantería pesada, un oblongo largo de cuatro por dos y medio pies (1.80 x 1.20 mts.), y que a veces era curvo en su interior.

Este tipo de escudo es una ilustración de cómo la fe nos protege en esta batalla espiritual.

Desde el momento que nacimos de nuevo el Espíritu Santo colocó la fe en nosotros; en Romanos 12:3 dice: “Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno” (La Biblia de las Américas).

Dios ya distribuyó en nosotros la medida de la fe, ese es el inicio sobre el cual debemos empezar, y sobre el cual debemos sobreedificar en nuestras vidas.

Nosotros ya tenemos la fe, ahora nuestra responsabilidad es hacer algo con ella.

Los dardos (flechas en varias versiones) que se usaban en esa época eran de 3 tipos:

En primer lugar estaban los simples, que son como los que se utilizan el día de hoy.

En segundo lugar estaban las flechas que estaban embadurnados con brea; a los cuales se les prendía fuego y los disparaban; eran peligrosos pero visibles.

En tercer lugar estaban una clase de cañas huecas que llevaban un tipo de combustible en su interior; las cuales explotaban en llamas al momento de tocar su objetivo.

Este último tipo eran las más temidas; no se usaban en los combates normales; sino para sitiar ciudades; eran como el caballo de Troya, parecían flechas normales, pero dentro tenían una gran arma ofensiva, capaz de producir un gran incendio.

Es como hoy día los ataque troyanos que se hacen en las computadoras; te ofrecen un programa gratuito pero dentro tiene un virus informático que lo único que quiere es robarte tu información más confidencial.

Satanás nos ataca de esa manera, nos ofrece algo muchas veces legítimo, pero dentro llega con un veneno mortal, listo para destruirnos.

Cuando un ladrón quiere robar una casa resguardada por perros, muchas veces tira un trozo de carne por las rejas de la casa; el perro va come la carne y se muere; no sabe que dentro de la carne hay un potente veneno.

Esa es la manera como nos ataca el diablo, por medio de destructivas tentaciones y engaños.

En 1 Pedro 5:8-9 dice: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (Reina Valera 1960).

La Biblia coloca la figura de Satanás como el de un león rugiente. El león rugiente es el más viejo de la manada, que por su edad ya no tiene la velocidad ni fuerza de su juventud, y encima está desdentado; pero hay algo que si sabe hacer, sube rugir muy fuertemente, y al hacerlo quedan paralizados muchos animales, incluso algunos aquellos que son más rápidos que los leones.

El ataque del diablo es por medio del temor; nos paraliza y engaña con sus mentiras que lo único que hacen es pintarnos un mundo irreal, él no nos dice la verdad, sino que coloca el miedo en nosotros para hacernos creer que es más poderoso que nosotros; pero hay buenas noticias para nosotros, aquel que es superior que él, vive en nosotros.

En 1 Juan 4:4 podemos ver esa gran verdad: “En cuanto a vosotros, hijos míos, pertenecéis a Dios y habéis vencido a esos pretendidos profetas, pues el que está con vosotros es más fuerte que el que está con el mundo” (Versión de Arcas y Fernández).

¡Si! El más fuerte está en nosotros, veamos este verso en otras versiones esta poderosa verdad.

La Biblia en Lenguaje Sencillo lo dice más claro: “Hijos míos, ustedes son de Dios y ya han vencido a esos falsos profetas, pues él permanece unido a ustedes y es más poderoso que su Enemigo.”

Dios permanece unido a nosotros y es más poderoso que nuestro enemigo el diablo.

La Nueva Biblia de los Hispanos lo pone así: “Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquél que está en ustedes que el que está en el mundo.”

El que es Mayor está en nosotros y es mayor que el diablo que está en el mundo.

La Palabra de Dios para Todos lo coloca así: “Mis hijitos, ustedes son de Dios y por esto ya han derrotado a los enemigos de Cristo porque el que está en ustedes es más grande que el que está en el mundo.”

El más grande está en nosotros, no hay nadie que pueda vencerlo, ganarle o derrotarlo, 

Podemos ir confiados, como un niño pequeño que sale a caminar con su padre y sabe que no le pasará nada porque su padre lo acompaña y lo protege.

No hay lugar para el temor en nuestras vidas y menos cuando nos enfrentamos a un enemigo vencido.

En 2 Timoteo 1:7 dice: “Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad” (Biblia del Pueblo de Dios).

No tenemos un espíritu de temor, tenemos un espíritu completamente diferente, un espíritu de fortaleza, amor y sobriedad; o como dice la Reina Valera de 1960: “de poder, amor y dominio propio”.

Tenemos el Espíritu de Fe.

En 2 Corintios 4:13 dice: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí,  por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” (Reina Valera 1960).

El Espíritu de Fe es un espíritu que resiste el ataque del diablo, porque ha creído la Palabra de Dios, y por eso declara que tiene la victoria.

Es lo que Jesús dijo en Mateo  7:

Mateo 7:24-27 (Traducción Peshitta en Español)
24 Por tanto, todo el que escuche estas mis palabras y las ponga por obra, será semejante a un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca,
25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron a aquella casa, pero no se derrumbó, porque sus cimientos habían sido puestos sobre la roca.
26 Pero todo el que escuche estas mis palabras y no las ponga por obra, será semejante a un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena;
27 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron a aquella casa, y se derrumbó, y grande fue su destrucción.

La fe se basa en la Palabra de Dios, al escucharla y ponerla por obra es que podemos resistir el ataque del diablo contra nosotros.

Abraham tuvo que enfrentarse a una situación así y tuvo que ponerse el escudo de fe para recibir el hijo que Dios le había prometido.

Romanos 4:16-22 (Nueva Versión Internacional)
16 Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no es sólo para los que son de la ley sino para los que son también de la fe de Abraham, quien es el padre que tenemos en común
17 delante de Dios, tal como está escrito: "Te he hecho padre de muchas naciones." Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no son como si ya existieran.
18 Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: "Así de numerosa será tu descendencia."
19 Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara.
20 Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios,
21 plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.
22 Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia.

Abraham se encontró en una situación en la que todas las circunstancias le eran contrarias, era humanamente imposible que tuviera un hijo, tenía 99 años, su cuerpo estaba como muerto y su esposa Sara de 90 había sido toda la vida estéril.

Casi puedo escuchar al diablo mandándole dardos venenosos: “¿Con qué Dios te ha dicho que vas a tener un hijo con Sara? Ya ves, el año que viene cumples 100 y Dios no te ha dado un hijo, y Sara sigue tan estéril como siempre.”

Dardos oscuros y venenosos que trataban de robarle la bendición de Dios, pero él se paró firme en la fe, no dudo como si fuera un incrédulo sino que se reafirmó en su fe; tomo el escudo de la fe y resistió el dardo de fuego que el enemigo le lanzó; y finalmente su fe tuvo fruto, pues nació Isaac.

Hay momentos en la vida en que nos enfrentamos a situaciones parecidas, en las cuales parece que ya no hay ninguna esperanza ni posibilidad de salida.

A veces es la enfermedad, o las circunstancias económicas o algún tipo de problema que involucre a nuestra familia; y el diablo viene para decirnos que estamos vencidos y derrotados, que ya no hay ninguna esperanza para nosotros, que estamos perdidos; nos dice como la mujer de Lot: “¡Maldice a Dios y muérete!” (Job 2:9)-

Pero no tenemos por qué hacerle caso, tenemos el escudo de la fe para resistir todos esos dardos ardientes que vienen para hundirnos y derrotarnos.

Tenemos que hacer lo que dice Santiago 4:7: “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes” (Nueva Versión Internacional).

Aquí está la manera en que apagamos los dardos de fuego que el diablo envía contra nosotros.

La palabra “sométanse” es el término griego “jupotasso”, esta palabra es un término militar que significa el estar debajo de un superior; estar bajo las órdenes de una persona de mayor rango.

En el ejército cuando un general de una orden la persona que tiene el cargo inferior tiene que someterse; decir solamente “Si, mi General”.

Nosotros debemos someternos a las ordenes que Dios ya nos dio en Su Palabra; recordemos que la fe viene por el oír y el oír la Palabra de Dios; es decir, la fe nace de la Palabra de Dios.

Si la Biblia dice que somos sanos por las llagas de Jesús, entonces sin importar lo que digan nuestros sentidos físicos nos sometemos a la Palabra de Dios, y declaramos que somos sanos por las llagas de Jesús; tomamos la decisión de aceptar como un hecho aquello que ya fue dicho por Dios y está escrito en la Biblia.

Si ya hemos embrazado el escudo de la fe, nos hemos parado en sus promesas, hemos creído lo que esta escrito, tenemos un fundamento firme sobre el cual estamos parados y ahora hacemos lo que sigue, debemos resistir al diablo firmes en la fe. 

¿Cómo resistir firmes en la fe?

Recordemos 2 Corintios 4:13; como tenemos el Espíritu de fe, debemos hablar la Palabra de Dios que hemos creídos resistiendo así el ataque del diablo.

Párate firme en las promesas de Dios y resiste el ataque del diablo que se levanta en tu contra.