La Preexistencia de Jesús
En este estudio examinaremos la preexistencia de Jesucristo.
Empecemos por el capítulo 1 del Evangelio de Juan: “En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era
en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada
de lo que ha sido hecho, fue hecho. . . Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó
entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno
de gracia y de verdad... A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que
está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (versos 1-3, 14 y 18).
La Biblia Amplificada de Fe lo traduce de esta manera:
Juan 1:1-3,
14, 18
1 En el
principio [antes que empiece el tiempo] ya existía la Palabra (Cristo), y la
Palabra (Cristo) estaba con Dios, y la Palabra (Cristo) era Dios.
2 La Palabra
(Cristo) existía y estaba en el principio con Dios.
3 Todas las
cosas fueron hechas por medio de la Palabra (Cristo) y sin ella nada de todo lo
que existe fue hecho.
14 Y la
Palabra (Cristo) se hizo carne (se encarnó y se hizo hombre) y habitó (vivió,
residió) como hombre entre nosotros. Y nosotros hemos contemplado [y sido
testigos de] su gloria (esplendor y majestad), gloria que recibe del Padre [y
que le pertenece] como Hijo único (Unigénito), lleno [con la plenitud] de la
gracia (el favor y la buena voluntad de Dios) y la verdad.
18 Nadie ha
visto jamás a Dios; el que [nos] lo ha revelado es el Hijo único (Su
Unigénito), que está en el seno (la presencia íntima) del Padre, y nos lo ha
dado a conocer.
Aquí Juan nos está hablando acerca de Jesús. Jesús es el Verbo
o Palabra (en el griego se usa la palabra logos).
Jesús existía desde antes de todas las cosas.
Veamos Juan 1:1 en otras versiones:
Biblia en
Lenguaje Sencillo
Antes de que
todo comenzara ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra
estaba con Dios, y era Dios.
Castillian
En el
principio de todas las cosas era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la
Palabra era Dios.
Biblia de
Jerusalén
En el
principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era
Dios.
Nueva Biblia
de los Hispanos
En el
principio ya existía el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios.
Palabra de
Dios Para Todos
Antes del
comienzo del mundo ya existía la Palabra, la Palabra estaba con Dios y era
Dios.
Reina Valera
2000
En el
principio [ya] era la Palabra, y [aquel que es] la Palabra era con el Dios, y
la Palabra era Dios.
De estas versiones, y de la traducción literal del término
griego logos podemos concluir que una
mejor traducción es palabra.
Vemos que esta palabra existió desde el principio. Cuando
estudiamos de la trinidad vemos que las tres personas de la Deidad estuvieron
juntas desde el principio. El Hijo no empieza su existencia al entrar al mundo,
solo toma la forma humana.
En Colosenses 1:15-17 dice: “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las
cosas, las que hay en los cielos y las
que hay en la tierra, visibles e
invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas
las cosas en él subsisten.”
Este pasaje nos muestra la preexistencia
de Jesús desde antes de la fundación del mundo tal como lo muestra Juan.
Jesús siendo Dios mismo entra al mundo con un propósito que es
la redención del hombre.
En Hebreos 10:5-7 dice: “Por lo cual, entrando en el mundo
dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y
expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh
Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí.”
Jesús vino a este mundo para hacer la voluntad de Dios. ¿Cuál
es esa voluntad?
En Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna.”
Jesús
vino para traer la vida eterna a los hombres, la cual habían perdido en la
caída.
Veamos lo que dice en Filipenses 2:
Filipenses
2:5-8
5 pues,
en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual,
siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Los versos 6 y 7 en la Versión Amplificada de Fe dicen: “Quien siendo Dios mismo por naturaleza [al
poseer la totalidad de los atributos que hacen que Dios sea Dios], y después de
no estimar (ni considerar) el hecho de ser igual Dios (la expresión misma de la
esencia divina) como un tesoro al cual agarrarse firmemente y retenerlo a
cualquier costo; sino que se despojó (vació, se rebajo voluntariamente) a sí
mismo tomando la forma de un esclavo de nacimiento (siervo), haciéndose
semejante a los hombres y naciendo como un ser humano”.
Jesús que es Dios mismo tomó la decisión de despojarse o
vaciarse a si mismo; la pregunta es de que se vació.
Es un hecho de que no se despojo de su divinidad, lo que hizo
fue vaciarse de la gloria que tenía como Dios y tomar la forma de un esclavo de
nacimiento; es decir nacer como un ser humano.
Durante toda su vida Jesús fue cien por ciento Dios y también
cien por ciento hombre.
Esto es conocido en la teología como la unión hupostática de
Jesús, que es la unión de dos naturalezas en la persona de Jesús, la naturaleza
divina y la naturaleza humana.
Entonces, vemos que Jesús que preexistió desde antes de la
creación del mundo por ser Dios, se despojó a si mismo y tomó la forma de un
ser humano para entrar al mundo con un propósito, redimir al hombre del pecado
por medio de su muerte por nosotros en la cruz.
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