jueves, 15 de agosto de 2019

¿Nos vamos a quedar aquí hasta que muramos?


En 2 Reyes 7 nos encontramos con la historia de los 4 leprosos, que estaban pasando hambre, en medio de la gran hambruna que había llegado a Samaria, que había sitiada por el ejército sirio.

2 Reyes 7:3-8
3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
4 Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.
6 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.
7 Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas.
8 Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron.

Miren lo que se decían estos leprosos: "¿Nos vamos a quedar aquí hasta que muramos?"

Todos pasamos por situaciones en la vida, enfermedades, necesidades, crisis en el hogar, soledad, pero hasta que no hagamos algo la situación va a continuar igual.

Ellos se dijeron: "¿Nos quedamos y morimos de hambre en la ciudad o vamos al campamento de los sirios a pedir comida y si nos matan morimos y si nos dan de comer morimos?"

Llegan momentos en la vida que estamos en la encrucijada, ¿que hacemos? ¿nos quedamos aquí en medio del problema o hacemos algo al respecto?

Estos 4 leprosos decidieron ir, no iban a quedarse para morir de hambre, iban a ser algo al respecto, no había marcha atrás.

Mientras marchaban algo sucedió, Dios amplificó el sonido de cada paso que daban, y los sirios escucharon un ejército que venía por ellos, se asustaron y huyeron despavoridos dejando atrás alimentos, ropa, oro y plata..

Ese día los leprosos no solo comieron sino también enriquecieron. Sus vidas habían sido salvadas.

Cuando la situación se vuelve insostenible, no es tiempo para quedarse quieto, no es tiempo para rendirse, tienes que hacer algo al respecto.

John Osteen contaba la historia del gato que cambió su situación desesperada.

El tenía un perro llamado Scooter, y cada vez que abría la puerta para sacarlo había un gato en la puerta, al verlo, Scooter lo miraba fijamente y empezaba a perseguirlo. El gato huía despavorido y se trepaba a un árbol.

Esto se repetía día a día, el gato estaba sufriendo una crisis nerviosa, cada que la puerta se abría, Scooter lo miraba fijamente, lo perseguía y el gato terminaba en el el árbol.

Pero un día, esa mañana cuando Scooter salió de la casa, algo distinto pasó, el gato se paró firme en su terreno, y cuando el perro corrió hacia él, el gato le saltó encima y lo arañó en la espalda.

John Osteen cuenta que ha partir de ese día, el gato nunca más huyó, y el perro pasaba a su costado.

Tu tienes que hacer algo con tu situación, no puedes quedarte más tiempo en la situación que te encuentras.

En Jeremías 5:21-22 nos encontramos con un pasaje sorprendente: "Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye: ¿A mí no me temeréis? dice Jehová. ¿No os amedrentaréis ante mí, que puse arena por término al mar, por ordenación eterna la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán."

Dios le puso un termino al gigantesco mar, la diminuta arena. Dios hizo un decreto por ordenación eterna el cuál no será quebrantado. Aunque se levanten tempestades, vengan tsunamis, bramen con furia los olas, no podrán vencer a la arena, tendrán que retroceder.

El mar le dice a la arena: "Escucha diminuta arena, yo vendré con mis olas te cubriré y te venceré." Y aparentemente lo hace. Pero la arena le dice: "No mar, yo te venceré, y te resistiré, y finalmente retrocederás, porque yo tengo el decreto de Dios, yo soy tu límite y prevaleceré."

No es tiempo de rendirte, es tiempo de ser como los leprosos, el gato y la arena, enfrentarte a la situación y pararte firme en tu terreno, sabiendo que Dios te ha dado la victoria.

En 1 Pedro 5:8-9 dice: "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo." Y en Santiago 4:7: "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros."

Así que haz algo con tu situación, toda enfermedad, necesidad, circunstancia, problema o situación que venga sobre tu vida, párate de firme contra ello. Resístelo como la arena, y el mar de problemas, la tormenta de dificultades tendrá que retroceder, y retroceder, y retroceder hasta huir despavorido de ti.

No te quedes donde estás hasta que mueras, párate firme y enfrenta el problema con la Palabra de Dios, la victoria ya es tuya.














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