El Llamado Divino
Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.
- Romanos 11:29
En esta entrada trataremos con el llamado divino.
En este pasaje vemos que los dones y el llamado divino son irrevocables, veamos otras versiones para entender este versículo más a fondo:
(Biblia Amplificada) Porque los dones de Dios y Su llamado son irrevocables. [Nunca los quita una vez que han sido dados, y no cambia Su mente acerca de aquellos a los que les ha dado su gracia o de los que ha enviado Su llamado.]
(Dios Habla Hoy 1996) Pues lo que Dios da, no lo quita, ni retira tampoco su llamamiento.
(Biblia en Lenguaje Sencillo) Dios no da regalos para luego quitarlos, ni se olvida de las personas que ha elegido.
(Palabra de Dios para Todos) "y Dios no quita lo que regala, ni retira su invitación a los que él elige."
(Biblia en Lenguaje Actual) Porque Dios no se arrepiente de su llamado ni de sus dones.
(Message) Los dones y el llamado de Dios tienen garantía complete; nunca serán cancelados, nunca serán rescindidos.
En estos pasajes vemos la plena seguridad de que los dones de Dios y Su llamamiento nunca dejan de estar vigentes.
Cuando compramos un artefacto, el establecimiento nos da una garantía por un tiempo determinado pero los dones y el llamamiento de Dios no tienen una fecha límite, son para siempre.
Para entender más este versículo veamos los significados de las palabras dones y llamamiento.
La palabra dones en este pasaje es charisma que significa según Thayer: “El favor que uno recibe sin ningún mérito propio”.
Robertson escribiendo de esta palabra dice que significa: “Mostrar favor. Un don de gracia, un beneficio inmerecido.”
Podemos ver esta palabra charisma en relación a los creyentes y el ministerio en los siguientes versículos:
En Romanos 12:6, hablando de los dones de función dice: “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe.”
En los versos siguientes vemos como es que Pablo define estos dones de función que son el de profecía, el de servicio, el de enseñanza, el de exhortación, el de repartir, el de presidir y el de hacer misericordia.
Que no son propiamente dones ministeriales (domata), sino más bien el equipamiento sobrenatural qe Dios les da a los creyentes para cumplir su función dentro del cuerpo de Cristo.
En 1 Corintios 12:4 también se usa charisma: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. “
En este pasaje nos habla de las manifestaciones o dones del Espíritu Santo que va ha citar en los versos del 7 al 9.
1 Corintios 12:7-11
7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.
10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
En este pasaje vemos los charismas o dones (de gracia) del Espíritu Santo. Que son las nueve manifestaciones que el Espíritu Santo reparte sobre los creyentes para beneficio de la iglesia.
Una cosa para notar es que no son dones que la persona tenga sino dones que el Espíritu Santo reparte a creyentes para bendecir a otros.
En 1 Pedro vuelve a referirse esta palabra para los dones de función:
1 Pedro 4:10-11
10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Como vimos esta palabra es diferente a la que se usa en Efesios 4:8 que es domata.
Wuest escribe de este pasaje: “Del tema general de Dios dándole gracia a todos los santos para el servicio, Pablo se refiere a los dones que Él da a todos los hombres. La palabra aquí no es charisma, refiriéndose a los dones tales como los listados en 1 Corintios 12:4-11, sino doma, un término general para aquello que es dado. Estos dones son hombres dotados tal como se menciona en Efesios 4:11.”
Ahora veamos la palabra llamamiento.
Vine lo define de este modo: “klesis, llamamiento. En el NT se usa siempre de aquel llamamiento cuyo origen, naturaleza y destino son celestiales; estando implicada en ello la idea de invitación. Se usa especialmente de la invitación de Dios al hombre para que acepte los beneficios de la salvación.”
En 1 Pedro 2:9 podemos ver que existe un llamado general para todos los hombres: “
Dios tiene un llamamiento para todos los hombres pero también uno que específico para cada persona pero también uno que es específico en cuanto al ministerio.
Robertson dice que: “Klesis también puede referirse a un llamado al servicio cristiano o ministerio. Que ese llamado es más que una profesión cristiana es claro por las experiencias con las que Pablo las asocia. Si él es “llamado… apóstol” (Romanos 1:1), la particularidad de su llamado pertinente a su conversión, es dada cuando cuenta como le agradó a Dios separarlo desde el vientre de su madre y llamarlo por Su gracia para revelar a Su Hijo en el (Gálatas 1:15-16).”
Romanos 1:1
1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios.
El llamamiento ministerial viene con un propósito divino, vemos que en el caso de Pablo él fue un apóstol, apartado para el evangelio de Dios.
Gálatas 1:15-16
15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles….
Vemos que Pablo tuvo un llamamiento de Dios especial que fue predicar el evangelio a los gentiles.
Pablo mismo nos habla de este llamado en el libro de Hechos 26:9-20, pero veamos los versos desde el 16 al 18 cuando Jesús le habla a Pablo de su llamado.
Hechos 26:16-18
16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,
17 librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío,
18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Vemos entonces que Pablo tenía un llamado de Dios puesto por Jesucristo mismo; y dentro de este llamado había un propósito divino que era predicarle a los gentiles, es decir, a los pueblos no judíos.
A lo largo de la Biblia podemos como es que Dios fue llamando gente con propósitos especiales asignados para ellos.
Veamos el caso de Moisés:
Éxodo 3:1-10
1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.
2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.
4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,
8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.
10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
Moisés recibió un llamado de Dios para sacar al pueblo de Israel de Egipto y llevar a Israel a la tierra prometida.
El llamado no es solo una invitación sino un encargo de Dios para cumplir con un propósito específico de Dios.
Veamos el caso de Jeremías:
Jeremías 1:4-10
4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
6 Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.
8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
En el caso de Jeremías vemos dos cosas interesantes:
La primera es que la edad no es algo relevante en el llamado; aquí Jeremías fue llamado siendo un niño; Pablo fue llamado siendo un joven y Moisés a los ochenta años; Dios elige a la persona para llevar a cabo su plan sin importar la edad.
Lo segundo es que Dios equipa al hombre para cumplir su misión en la tierra, en la vida de Jeremías es que Dios puso sus palabras en su boca.
Veamos ahora el caso de Jonás:
Jonás 1:1-3
1 Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo:
2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.
3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Con Jonás podemos ver que el llamado puede ser rechazado. Y es que siendo el llamado una invitación de Dios para cumplir con un propósito divino puede ser aceptado o rechazado.
Kathryn Kullman le preguntó a Dios el por qué había elegido a una mujer para llevar a cabo su ministerio de sanidad y Dios le respondió que primero había hablado con tres hombres pero todos rechazaron su llamado.
De estos casos podemos ver varias cosas respecto al llamado en el ministerio;
1. El llamado es una invitación que Dios hace al hombre para cumplir con su plan y propósito divino.
2. El llamado es específico para cada persona.
3. El llamado tiene un propósito específico asignado.
4. El llamado no es solo una invitación sino un encargo de Dios para cumplir con el propósito específico de Dios.
5. No hay una edad o periodo en la vida para cumplir con el llamado de Dios.
6. Dios equipa al hombre para cumplir con su llamado.
7. Siendo el llamado una invitación puede ser rechazado.
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