martes, 22 de junio de 2021

El Ministerio del Apóstol - Clase 14 - Las Marcas de un Apóstol


Las Marcas de un Apóstol

Así como hay falsos apóstoles, también hay verdaderos, toda imitación viene de un original, por eso ahora hablaremos acerca del original.

La primera característica de un apóstol es que tiene una carga por todo el Cuerpo de Cristo.

Por supuesto que esto no significa que esté ministrando físicamente a todos los miembros del Cuerpo de Cristo; sino que está interesado en el bienestar de toda la iglesia.

En Efesios podemos ver que esta es una carga compartida con todos los demás dones del ministerio:

Efesios 4:11-16
11  Y él mismo constituyó a unos,  apóstoles;  a otros,  profetas;  a otros,  evangelistas;  a otros,  pastores y maestros, 
12  a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,  para la edificación del cuerpo de Cristo, 
13  hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,  a un varón perfecto,  a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 
14  para que ya no seamos niños fluctuantes,  llevados por doquiera de todo viento de doctrina,  por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 
15  sino que siguiendo la verdad en amor,  crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,  esto es,  Cristo, 
16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Un verdadero apóstol, como todos los otros dones del ministerio, está interesado en todo el Cuerpo de Cristo; su deseo profundo es que todos los creyentes sean edificados hasta que cada uno de nosotros llegue a la unidad de la fe.

Una segunda característica es que no está buscando ganancia financiera.

Pareciera que casi el único tema que se escucha de estos apóstoles actuales es prosperidad divina; y hacen cada vez más exigencias de dinero.

En la Biblia tenemos el ejemplo de un apóstol que se fue tras el dinero, y ese fue Judas. Era el tesorero de Jesús, y robaba de la bolsa, finalmente vendió a Jesús por 30 monedas de plata y terminó suicidándose.

El verdadero apóstol no es codicioso, no busca el dinero, busca a la gente. Pablo nos advirtió de esto:

1 Timoteo 6:9-10
9  Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo,  y en muchas codicias necias y dañosas,  que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 
10  porque raíz de todos los males es el amor al dinero,  el cual codiciando algunos,  se extraviaron de la fe,  y fueron traspasados de muchos dolores.

Así que el apóstol, como todo ministro del evangelio no es codicioso ni está detrás del dinero, está detrás de la gente.

Una tercera característica es que no busca la gloria de los hombres.

Como dijo Jesús: “¿Cómo podéis vosotros creer,  pues recibís gloria los unos de los otros,  y no buscáis la gloria que viene del Dios único?” (Juan 5:44).

Una de las marcas de un falso apóstol es que siempre está buscando la adulación de la gente en lugar de buscar el honor de Dios. Diótrefes es un ejemplo de esto:

III Juan 9-11
9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 
10 Por esta causa,  si yo fuere,  recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros;  y no contento con estas cosas,  no recibe a los hermanos,  y a los que quieren recibirlos se lo prohibe,  y los expulsa de la iglesia. 
11 Amado,  no imites lo malo,  sino lo bueno.  El que hace lo bueno es de Dios;  pero el que hace lo malo,  no ha visto a Dios.

Tal era el deseo de Diótrefes de ser el primero, que se negaba a reconocer a los verdaderos apóstoles, y echaba de la iglesia a los que los reconocían. No le importaba dividir la iglesia con tal de recibir el honor que solo le pertenece a Dios.

Pablo siendo un verdadero apóstol tenía una actitud diferente: “Ni buscamos gloria de los hombres;  ni de vosotros,  ni de otros,  aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo” (1 Tesalonicenses 2:6).

Esa es la actitud de humildad que tiene el verdadero apóstol.

Una cuarta característica es que tiene un ministerio sobrenatural.

La obra de un apóstol es sobrenatural y por eso está equipado con el poder y los dones del Espíritu Santo. No solo eso sino que le acompañan señales milagros y prodigios.

2 Corintios 12:12
12  Con todo,  las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia,  por señales,  prodigios y milagros.

Pablo al comparar su obra con la de los falsos apóstoles que intentaban usurpar autoridad en la iglesia de Corinto les dice que las señales del apóstol habían sido hechas entre ellos, las cuales son señales prodigios y milagros. 

Desde el mismo inicio de la iglesia podemos ver como estas señales, prodigios y milagros fueron hechas por los apóstoles; desde el tiempo glorioso en Pentecostés, luego con el milagro del cojo que estaba en la puerta del templo llamada la hermosa, y todo el relato que vemos a lo largo del libro de Hechos.

En Hechos 4:33 podemos leer: “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús,  y abundante gracia era sobre todos ellos.” Y en el versículo 5:12 dice: “Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo;  y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.”

El ministerio de los apóstoles está lleno de cosas sobrenaturales, para poder atraer a la gente y empezar un ministerio entre ellos, para alcanzar lo que es el propósito principal del ministerio apostólico que es el abrir nuevas iglesias.

Finalmente, una quinta característica es que es un mensajero enviado con una misión.

Cuando Jesús les dio la Gran Comisión a sus apóstoles, y junto con ellos a toda la iglesia, les dio una misión doble. Veamos en Mateo y Marcos:

Marcos 16:15-16
15  Y les dijo:  Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 
16  El que creyere y fuere bautizado,  será salvo;  mas el que no creyere,  será condenado.   

En primer lugar, la primera gran misión de todo apóstol es alcanzar al mundo. Su deseo máximo es llegar hasta el último lugar de la tierra predicando el Evangelio.

Mateo 28:19-20
19  Por tanto,  id,  y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre,  y del Hijo,  y del Espíritu Santo; 
20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;  y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.

Su segunda gran misión es que los convertidos sean discipulados, es decir, que sean firmemente establecidos en la Palabra de Dios.

De ahí viene su marca distintiva que es la creación de nuevas iglesias, las personas no solo son convertidas sino que también son edificadas y colocadas en estas nuevas iglesias que ellos inician.

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