miércoles, 2 de diciembre de 2015

La Preexistencia de Jesús

La Preexistencia de Jesús


En este estudio examinaremos la preexistencia de Jesucristo.

Empecemos por el capítulo 1 del Evangelio de Juan: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. . . Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad... A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (versos 1-3, 14 y 18).


La Biblia Amplificada de Fe lo traduce de esta manera:

Juan 1:1-3, 14, 18
1 En el principio [antes que empiece el tiempo] ya existía la Palabra (Cristo), y la Palabra (Cristo) estaba con Dios, y la Palabra (Cristo) era Dios.
2 La Palabra (Cristo) existía y estaba en el principio con Dios.
3 Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra (Cristo) y sin ella nada de todo lo que existe fue hecho.
14 Y la Palabra (Cristo) se hizo carne (se encarnó y se hizo hombre) y habitó (vivió, residió) como hombre entre nosotros. Y nosotros hemos contemplado [y sido testigos de] su gloria (esplendor y majestad), gloria que recibe del Padre [y que le pertenece] como Hijo único (Unigénito), lleno [con la plenitud] de la gracia (el favor y la buena voluntad de Dios) y la verdad.
18 Nadie ha visto jamás a Dios; el que [nos] lo ha revelado es el Hijo único (Su Unigénito), que está en el seno (la presencia íntima) del Padre, y nos lo ha dado a conocer.

Aquí Juan nos está hablando acerca de Jesús. Jesús es el Verbo o Palabra (en el griego se usa la palabra logos).

Jesús existía desde antes de todas las cosas.
      
Veamos Juan 1:1 en otras versiones:

Biblia en Lenguaje Sencillo
Antes de que todo comenzara ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y era Dios.

Castillian
En el principio de todas las cosas era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios.

Biblia de Jerusalén
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.

Nueva Biblia de los Hispanos
En el principio ya existía el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

Palabra de Dios Para Todos
Antes del comienzo del mundo ya existía la Palabra, la Palabra estaba con Dios y era Dios.

Reina Valera 2000
En el principio [ya] era la Palabra, y [aquel que es] la Palabra era con el Dios, y la Palabra era Dios.

De estas versiones, y de la traducción literal del término griego logos podemos concluir que una mejor traducción es palabra.

Vemos que esta palabra existió desde el principio. Cuando estudiamos de la trinidad vemos que las tres personas de la Deidad estuvieron juntas desde el principio. El Hijo no empieza su existencia al entrar al mundo, solo toma la forma humana.

En Colosenses 1:15-17 dice: “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas,  las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;  sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.”

Este pasaje nos muestra la preexistencia de Jesús desde antes de la fundación del mundo tal como lo muestra Juan.

Jesús siendo Dios mismo entra al mundo con un propósito que es la redención del hombre.   

En Hebreos 10:5-7 dice: “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí.”

Jesús vino a este mundo para hacer la voluntad de Dios. ¿Cuál es esa voluntad?

En Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Jesús vino para traer la vida eterna a los hombres, la cual habían perdido en la caída.

Veamos lo que dice en Filipenses 2:

Filipenses 2:5-8
5  pues,  en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6  el cual,  siendo en forma de Dios,  no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7  sino que se despojó a sí mismo,  tomando forma de siervo,  hecho semejante a los hombres;
8  y estando en la condición de hombre,  se humilló a sí mismo,  haciéndose obediente hasta la muerte,  y muerte de cruz.

Los versos 6 y 7 en la Versión Amplificada de Fe dicen: “Quien siendo Dios mismo por naturaleza [al poseer la totalidad de los atributos que hacen que Dios sea Dios], y después de no estimar (ni considerar) el hecho de ser igual Dios (la expresión misma de la esencia divina) como un tesoro al cual agarrarse firmemente y retenerlo a cualquier costo; sino que se despojó (vació, se rebajo voluntariamente) a sí mismo tomando la forma de un esclavo de nacimiento (siervo), haciéndose semejante a los hombres y naciendo como un ser humano”.

Jesús que es Dios mismo tomó la decisión de despojarse o vaciarse a si mismo; la pregunta es de que se vació.

Es un hecho de que no se despojo de su divinidad, lo que hizo fue vaciarse de la gloria que tenía como Dios y tomar la forma de un esclavo de nacimiento; es decir nacer como un ser humano.

Durante toda su vida Jesús fue cien por ciento Dios y también cien por ciento hombre.

Esto es conocido en la teología como la unión hupostática de Jesús, que es la unión de dos naturalezas en la persona de Jesús, la naturaleza divina y la naturaleza humana.

Entonces, vemos que Jesús que preexistió desde antes de la creación del mundo por ser Dios, se despojó a si mismo y tomó la forma de un ser humano para entrar al mundo con un propósito, redimir al hombre del pecado por medio de su muerte por nosotros en la cruz.



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