lunes, 12 de marzo de 2018

Cristianos Bipolares

Cristianos Bipolares


Gálatas 3:1-5
1 ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?
2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?
4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano.
5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?

Una de las cosas más interesante en este tiempo es encontrarme con los "cristianos bipolares"; por un lado creen que la salvación viene de Jesucristo pero por otro lado piensan que deben guardar la ley para mantenerse salvos.

Es decir su mente tiene dos polos, un polo es la fe en la obra de Cristo en la cruz y la otra se encuentra la ley de Moisés.

Pablo se encontró con este mismo problema en las iglesias de Galacia; él les había predicado claramente la obra de Cristo en la cruz pero ellos se habían ido tras la enseñanza de los judaizantes quienes enseñaban que para ser salvos había que circuncidarse y guardar toda la ley de Moisés.

En los grupos de facebook me encuentro con estas personas; creen que Cristo les salvó, pero piensan que no es suficiente, que es necesario guardar la ley para justificarse.

El día de hoy el énfasis no es tanto en la circuncisión sino en el decálogo o los diez mandamientos.

Pregunté en un grupo de facebook: ¿En qué lugar de la Biblia dice que los gentiles deben guardar los 10 mandamientos? Y ninguno pudo responder, escribieron muchas cosas o versículos fuera de contexto pero ninguno pudo responder. ¿Por qué? Porque en la Biblia no existe tal cosa como que los gentiles deben de guardar los 10 mandamientos.

¿Para quien fueron dados los 10 mandamientos?

Para responder esta pregunta debemos ir a Deuteronomio 5:

Deuteronomio 5:1-3
1 Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra.
2 Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.
3 No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos.

Moisés está en la última etapa de su vida, recordando lo que pasó hace 40 años cuando Israel salió de Egipto.

Les dice que Dios hizo un pacto con exclusivamente con ellos en Horeb. Un pacto que ni siquiera había hecho con sus padres (Abraham, Isaac y Jacob); sino como dice Moisés: "Con todos los que estamos vivos hoy."

Les está diciendo que este pacto era algo nuevo, algo que no existió antes, y les empieza a enunciar el pacto.

Entre los versos 4 y 21 vemos que ese pacto es lo que llamamos el decálogo o los diez mandamientos.

Veamos el verso 22: "Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí."

Estas leyes, que fueron escritas por el dedo de Dios en dos tablas de piedra fueron exclusivas para el pueblo de Israel.

Veamos lo que dice Pablo en Romanos:

Romanos 5:12-14
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.
14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

Entonces vemos que hasta Moisés no hubo ley; la ley empezó con él, así que la ley tuvo un inicio; aunque también tuvo un fin.

Romanos 10:1-4
1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Pablo está diciendo aquí que el pueblo de Israel aunque tenían celo de Dios no lo hacían correctamente, porque no tomaban en cuenta la justicia de Dios sino que procuraban establecer la suya propia mediante el cumplimiento de la ley, sin darse que el fin de la ley es Cristo.

Eso es lo que hacen muchos que se dicen cristianos hoy y que quieren justificarse ante Dios mediante el cumplimiento de la ley, están estableciendo su propia justicia por no entender que la ley llegó a su fin con Cristo.

Gálatas 3:19-26
19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.
20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.
21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.
22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.

Vemos que la ley tuvo un propósito, fue añadida a causa de las transgresiones; pero también tuvo una terminación, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa.

La ley no está en contra de las promesas de Dios, pero la ley no puede dar vida, la ley lo encerró todo bajo pecado para que recibamos la promesa por la fe en Jesucristo.

Antes que llegase la fe estábamos confinados bajo la ley, es decir la ley fue como un ayo que nos llevó a Cristo.

Pero ahora que llego la fe (en Cristo) ya no tenemos la necesidad de un ayo, es decir, ya no tenemos necesidad de la ley.

Pero estos creyentes bipolares no entienden esto; la sangre de Cristo no fue suficiente, para ellos la cruz no fue suficiente, necesitan de la ley como un valor agregado.

El problema es que al hacer esto se ponen ellos mismo bajo maldición pues nadie es capaz de cumplir con la ley.

Gálatas 3:10-12
10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.

Ellos mismo entran en la maldición de la ley porque esta exige que uno haga todo lo que está escrito en ella, sin fallar. y nadie puede. Sin darse cuenta de lo sencillo que es la solución.

Gálatas 3:13-14
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero.
14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

La solución es Cristo, Él ya nos redimió de la maldición de la ley, ya no tenemos que estar luchando para cumplir la ley para estar bien con Dios.

Esa maldición de la que nunca podíamos salir por nuestra imperfección en cumplir cabalmente toda la ley ha sido rota por la cruz de Cristo.

Deja ya esa bipolaridad y centra tu mente y todo tu ser en una sola persona Jesucristo.

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