jueves, 15 de junio de 2023

La Gracia Para Servir


¿Sabías que Dios proveyó a todos los creyentes una Gracia Para Servir?

Aquí te explico.

La Biblia Expandida nos dice en Efesios 4:7: “Pero a cada uno de nosotros (individualmente) se nos ha concedido (repartido) la gracia (el favor de Dios que nos capacita para cumplir nuestro llamado) conforme (y en proporción) a la medida del don de Cristo (el Ungido)”.

Junto con el llamado todo creyente ha recibido una gracia específica para servir dentro del Cuerpo de Cristo y que lo capacita cumplir con aquello que Dios le ha encomendado hacer; sea como parte del ministerio quíntuple de Efesios 4:8 al 16) o para su funcionamiento dentro de la iglesia local, Como dice Romanos 12:3 al 8).
Definamos la gracia para servir:

La gracia para servir es la habilidad de Dios liberada y obrando hacia una persona capacitándolo para trabajar efectivamente en el área a la cual Dios lo ha llamado.

Es distribuida por Dios en varias medidas de acuerdo a Su elección y llamado. Uno no puede escoger tener todos ni cualquier aspecto de la gracia para servir. Uno no puede elegir ser apóstol, profeta o cualquier otro llamado; Dios es quien los coloca.

La gracia de Dios es un depósito divino que Dios coloca en una persona, y obra a través de su vida y ministerio. Uno puede ver a una persona y pensar que nunca podría hacer lo que esa persona hace; es una gracia especial que Dios puso en esa persona.

La gracia para servir es la fuente de donde salen todos los dones ministeriales y habilidades divinas que fluyen en el Cuerpo de Cristo.

Dios nos da la gracia (o gracias) para servirle en ciertas capacidades para las cuales Él nos equipa. Por eso, si descubrimos que no estamos equipados entonces es posible que no estemos llamados para hacer eso.

En Romanos 1 1 al 5 dice: Pablo,  siervo de Jesucristo,  llamado a ser apóstol,  apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo,  nuestro Señor Jesucristo,  que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder,  según el Espíritu de santidad,  por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el apostolado,  para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre.

En este pasaje vemos que Pablo siempre reconocía y colocaba en primer lugar su posición de servicio. Debemos tener siempre esto en mente para que no se nos suba a la cabeza; es bien fácil caer en el orgullo.

Nosotros no entramos en el ministerio por nosotros mismos; no es cuestión de nuestras propias habilidades sino de aquel que nos llamó y equipo para la obra.

Pablo (al igual que nosotros) tenía una gracia divina para pararse en el oficio para el cual había sido llamado.

Debemos encontrar nuestro llamado para operar en esa área.

En Romanos 12:3 al 8 vemos que Dios trata con cada creyente de acuerdo a la gracia que le ha dado.

El contexto del versículo 3 nos muestra que la “medida de fe” no es tanto una proporción de fe que Dios reparte en el nuevo nacimiento sino la que recibe el creyente para ir realizando su función según el don que ha recibido para bendecir al cuerpo de Cristo.

Lo que Pablo está tratando de decir es lo siguiente: “Miren, ustedes saben que yo no me enorgullezco por la medida del don de gracia que he recibido, sino que pienso de mi correctamente, porque se que no fui yo sino fue Dios quien me dio la proporción necesaria de fe para realizarlo. Así que ustedes no tengan más alto concepto de sí mismos del que debieran, porque no fueron ustedes sino Dios quien les dio la medida exacta de fe para realizar la función que están realizando dentro del Cuerpo de Cristo.”

Aquí Pablo colocó el balance, todos tenemos la gracia para servir, pero hay unciones mayoras que otras y Dios le dio a cada creyente una medida de fe para realizar el ministerio que nos ha encomendado.



Veamos cómo funcionan estos dones:

No toda la predicación es profecía, pero la profecía puede ocurrir durante la predicación; algunos ni siquiera se dan cuenta. La percepción de la gente de los dones espirituales a menudo no es nada más que su entendimiento del paquete.

Por ejemplo, cuando hablamos del don de misericordia; todos los creyentes deberían mostrarla, pero hay una gracia especial de misericordia.

El peligro ocurre cuando pensamos que por tener una inclinación hacia un área significa que no debemos servir, ni tener misericordia ni dar, ni cualquier otra función.

Recordemos que somos llamados para servir no para edificar un trono basado en nuestro depósito de gracia de un don especial.

Recordemos Primera de Corintios 3:10 donde dice: “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica”.

La gracia ministerial es una gracia para servir; esta gracia nos capacita para ministrar y servir a Dios con efectividad; solo debemos cedernos a esa gracia.

Es posible también que Dios te haya concedido la gracia para hacer algo y no quieras cederte a ella, a pesar que Dios haya puesto en ti el depósito para poder servirlo.

En Primera de Corintios 4:6 7 leemos: “Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros,  para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito,  no sea que por causa de uno,  os envanezcáis unos contra otros. Porque  ¿quién te distingue?  ¿o qué tienes que no hayas recibido?  Y si lo recibiste,  ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?”

Otro peligro es que a veces exaltamos las personalidades humanas en vez de agradecer por la gracia que hay en ellos.

Debemos entender que no hay motivo para gloriarnos ya que todo lo que hacemos es debido a la gracia que hemos recibido de Él. Cuando hacemos algo, en realidad es Dios haciéndolo a través nuestro para poder bendecir a otras personas.

En Primera de Corintios 15 10 Pablo nos dice: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy;  y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”.

Pablo nos está diciendo aquí que el lugar donde Dios quiere llevarnos como ministros es un lugar donde estemos tan sincronizados y armonizados con Él que no sepamos si somos nosotros o la gracia de Dios que está en nosotros.

En Colosenses 1 24 al 29 podemos ver que al hacer la obra de Dios. Es Dios quien está actuando poderosamente en nosotros a través de Su gracia.

En Marcos 16 20, en el Nuevo Testamento de Arcas y Fernández dice: “Los discípulos salieron en todas direcciones a anunciar el mensaje. Y el Señor mismo les ayudaba, y confirmaba el mensaje acompañándolo con señales milagrosas”.

Jesús trabaja con nosotros cuando predicamos Su Palabra y Dios la confirma siempre con señales y milagros.

Así que te animo hoy a que estés consiente de que Dios a puesto en ti la gracia para servir, y tomes tu lugar en la iglesia para ser una bendición para todos.

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@elciberpastor La Gracia Para Servir En esta enseñanza veremos como es Dios que Dios puso una gracia especial en nosotros para cumplir con nuestro ministerio y bendecir al mundo. #gracia #servir #servicio #ministerio #jesus #dios #bendicion #mundo #elciberpastor ♬ sonido original - El Ciberpastor

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