10 Características de un Ministro de Ayudas
Hemos visto que el ministerio es un trabajo o servicio, y que el ministro es un trabajador o siervo; el ministro de ayudas es un trabajador o siervo que trabaja dentro de la iglesia local para apoyar y servir a su pastor o al ministro al que Dios llamó apoyar.
Veamos 3 cosas que Dios espera de la gente que trabaja:
1. Dios quiere que trates el servicio que haces como si fuera el más importante de tu vida.
Debemos hacer las cosas con todo nuestro corazón.
Debemos tratar nuestro trabajo como si fuera nuestro llamado final y como si fuera lo más importante que hacemos para el Señor.
2. Quiere que hagamos nuestro trabajo como esperaríamos que la hagan las personas que están bajo nuestro cargo.
En Mateo 7:12 dice: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
Esa debería ser nuestra actitud, hacer por la gente lo que esperamos que ellos hagan por nosotros.
3. Dios quiere que hagamos nuestro trabajo como si lo hiciéramos para Jesús.
En Colosenses 3:17 dice: "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.”
Debemos hacer las cosas con todo nuestro corazón como si lo hiciéramos para Jesús y no para los hombres.
Veamos ahora 2 lecciones en cuanto al llamado:
1. No somos llamados por nuestras propias obras sino por el propósito y llamado de Dios.
Si Dios esperase que fuésemos perfectos, nadie podría servirlo.
2. Hay tareas temporales en el ministerio que Dios quiere que trabajemos como si fuera nuestro llamado principal.
Puede que la gente no vea tu trabajo, pero si eres fiel serás recompensado.
Tu actitud y responsabilidad son 2 cosas muy importantes.
Habiendo visto estas cosas veamos las características especiales que nos hacen ministros de ayudas efectivos.
1. Lealtad
Lo que más buscan los pastores y ministros de la gente que trabaja con ellos es lealtad.
La lealtad es hacer aquello con lo que nos hemos comprometido aun en medio de circunstancias cambiantes.
El DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) define la lealtad como: “Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien.” Y también lo define como: “Legalidad, verdad, realidad.”
También se dice de la lealtad que es el amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales, como el perro y el caballo y que los hacen estar con ellos hasta el fin de sus vidas.
2 Samuel 12:27-28
27 Entonces envió Joab mensajeros a David, diciendo: Yo he puesto sitio a Rabá, y he tomado la ciudad de las aguas.
28 Reúne, pues, ahora al pueblo que queda, y acampa contra la ciudad y tómala, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada de mi nombre.
Veamos aquí la actitud de Joab, él no estaba buscando hacerse un nombre para si mismo sino para David, a quien servía.
Debemos ser leales a nuestros pastores pues eso creará un lazo de confianza con ellos .
2. Una Gran Actitud
Hay muchos ministros de ayudas que tienen una gran habilidad pero poca actitud, hay otros con habilidades promedio pero con una gran actitud.
Kimball Young define así la actitud: “Se puede definir una actitud como la tendencia o predisposición aprendida, más o menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bastante persistente y característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en contra), con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de objetos materiales, o a una persona o grupo de personas”.
Entonces, podemos decir que la actitud es nuestra respuesta emocional y mental a las circunstancias de la vida.
Los pastores por lo general buscan personas promedio pero que tengan una gran actitud.
Dios es capaz de cambiar nuestra actitud de mala a buena.
La mala actitud siempre busca justificarse culpando a otros, por eso es que no deberíamos echarle la culpa a nadie de nuestra mala actitud porque nadie puede cambiarla sin nuestro permiso.
Un sobreviviente de un campo de concentración dijo: "Todo se le puede quitar al hombre menos una cosa; la habilidad para escoger nuestra actitud ante cualquier circunstancia.”
3. Fidelidad
Fidelidad es similar a la lealtad. Una persona fiel o leal es aquella que se mantiene constante en sus afectos o en el cumplimento de sus obligaciones o en la fe que uno debe a otro. Fiel es aquél que no defrauda la confianza que se deposita en él.
El problema es que la mayoría de personas no son fieles; muchas veces no cumplen lo que dicen y eso trae frustración en otros.
Dios está buscando personas fieles y confiables.
Un ejemplo bíblico de fidelidad lo encontramos en la historia de José; a pesar de todas las cosas que le sucedieron se mantuvo fiel.
Sea en la casa de Potifar, como en la cárcel o al servicio del Faraón era una persona de confianza en cualquier lugar donde estuvo y eso lo hacía prosperar.
HECHOS 6:1 – 7
1 En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.
2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.
3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
5 Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía;
6 a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.
7 Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
Aquí la iglesia se encontraba en problemas, empezó una murmuración debido a que los apóstoles no se dieron cuenta de que las viudas griegas no eran tratadas tan bien como las hebreas.
Así que ellos tomaron la decisión de poner gente fiel para encargarles el trabajo de servir a las mesas y poder continuar con el ministerio de la Palabra.
En Mateo 24:45 vemos las palabras de Jesús acerca de la fidelidad: “¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?”
Los pastores y ministros están siempre buscando gente fiel en quien confiar y poder encargarles los asuntos del ministerio.
4. Se lleva bien con la gente
¿Sabes jugar bien con los demás?
Deberíamos ser capaces de jugar bien con otros, es decir, saber trabajar en equipo.
Hay tres niveles de personas con las que nos relacionamos y debemos saber como trabajar con ellas.
1. Como nos relacionamos con la gente que tiene autoridad sobre nosotros.
Debemos aprender a someternos a las personas que están en autoridad sobre nosotros.
En Hebreos 13:17 dice: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”
Para poder ayudar a que nuestros pastores tengan un trabajo gozoso y no uno penoso y triste, los creyentes deben ser obedientes y sumisos.
2. Como nos relacionamos con la gente que trabaja con nosotros
La palabra clave para esto es trabajar en equipo.
Hay personas que en lugar de hacer que el equipo gane tratan de mostrarse como que son la “estrella”; pero el reconocimiento debe de ser para todos y no solo para uno; como decían los 3 mosqueteros: “todos para uno y uno para todos.”
Veamos el ejemplo de Juan el Bautista; cuando la gente le preguntaba acerca del ministerio de Jesús y lo que hacía, él solo dijo: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30).
El equipo es el que debe triunfar y no nosotros; no hay límite para lo que podemos alcanzar si es que nadie quiere llevarse el crédito.
3. Como nos relacionamos con la gente que está bajo nosotros
Aquí la clave es la palabra diplomacia.
Debemos tomar las situaciones difíciles y llevarlas de la mejor manera posible.
No debemos de ser como aquellos que cambian cuando entran en autoridad y se les sube a la cabeza pues luego causarán problemas.