El Fruto del Espíritu
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
- Gálatas 5:22-23
Una de las características del creyente nacido de nuevo es que el Espíritu Santo ha depositado en su corazón lo que llamamos el fruto del espíritu.
Este fruto del espíritu es la cosecha normal del Espíritu Santo y la vida divina impartida en nosotros. Se trata de un hermoso árbol que Pablo describe aquí con nueve deliciosas frutas en ella.
Este fruto no es algo que ganamos o nos esforzamos por obtener; no tenemos que luchar para alcanzarlo, sencillamente está dentro de nosotros y debemos dejarlo salir.
En 2 Corintios 5:17 dice que el día que nacimos de nuevo, es decir cuando estuvimos en Cristo, nos convertimos nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron todo fue hecho nuevo.
Como dijo Jesús en Juan 5:24, al creer en él pasamos de muerte a vida.
Esa vieja naturaleza, repleta de las obras de la carne (Gálatas 5:19-21), fue transformada en la nueva criatura que somos, y como resultado el fruto del espíritu fue plantado en nosotros.
Efe 4:22-24
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Así que dejemos atrás a ese viejo hombre, que sencillamente ya murió y caminemos como el nuevo hombre que somos, dejando que ese fruto que forma parte de nosotros se muestre a los demás.
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