Clase 6
Lo que Jesucristo Hace Hoy
por Nosotros
Filipenses 2:8-11
8 Y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de
la tierra;
11 y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Debido a su muerte y resurrección Jesús
recibió toda la autoridad.
Hebreos 1:3
3 El cual, siendo el resplandor de su
gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con
la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados
por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Luego de sentarse a la diestra de Dios,
Jesús termino con su ministerio terrenal pero empezó su ministerio celestial a
nuestro favor.
Jesús, Nuestro Sumo Sacerdote
Hebreos 4:14-16
14 Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra
profesión (confesión).
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en
todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al
trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro.
Jesús es llamado “un gran sumo
sacerdote”.
El Sumo Sacerdote (Archiereus), era el grado mas alto de la religión judía. Era la
persona que Dios había designado para entrar al Lugar Santísimo y presentar la
sangre del cordero que se sacrificaba cada año para cubrir los pecados del
pueblo.
El Sumo Sacerdote, como su nombre lo
indica era el principal de los sacerdotes (palabra que significa: “uno que ofrece sacrificios y que está a
cargo de las cosas que pertenecen a ellos.”
Hebreos 8:1-7
1 Ahora bien, el punto principal de lo
que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la
diestra del trono de la Majestad en los cielos,
2 ministro del santuario, y de aquel
verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.
3 Porque todo sumo sacerdote está
constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que
también éste tenga algo que ofrecer.
4 Así que, si estuviese sobre la
tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las
ofrendas según la ley;
5 los cuales sirven a lo que es figura
y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a
erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo
que se te ha mostrado en el monte.
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es
el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores
promesas.
7 Porque si aquel primero hubiera sido
sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
En este pasaje vemos la diferencia
entre el sacerdocio levítico y el sacerdocio de Jesús.
Dios estableció el sacerdocio levítico
para poder presentar ofrendas y sacrificios conforme a la ley; incluyendo el
sacrificio por los pecados del pueblo.
Hebreos 9:11, 12, 24-26
11 Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto
tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
12 y no por sangre de machos cabríos ni
de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
HEBREOS 9:24-26
24
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del
verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante
Dios;
25
y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar
Santísimo cada año con sangre ajena.
26
De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el
principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó
una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el
pecado.
En el sacerdocio levítico se presentaba
la sangre de animales para cubrir los pecados del pueblo durante un año; pero
en el sacerdocio de Jesús, él mismo ofreció su sangre en sacrificio por
nuestros pecados para darnos eterna redención.
JUAN 20:11,15-17
11
Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba,
se inclinó para mirar dentro del sepulcro;
15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué
lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo:
Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
16
Jesús le dijo: ¡María!
Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).
17
Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve
a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a
vuestro Dios.
Cuando Jesús le dijo a María “no me toques”; El estaba dirigiéndose
al Lugar Santísimo celestial para entrar y presentar su sangre como la ofrenda
o sacrificio eterno por nuestros pecados.
HEBREOS 2:14-17
14
Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para
destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es,
al diablo,
15 y librar a todos las que por el
temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
16
Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la
descendencia de Abraham.
17
Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser
misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar
los pecados del pueblo.
Aquí la palabra expiar, es en realidad
hacer propiciación (Hilaskomai); que
significa: “Hacer a los dioses propicios,
aplacar la ira, algo que en su actitud natural no ha sido concebido como una
buena voluntad, sino algo que debía ser ganado.”
Notemos que no es Dios quien necesita
reconciliarse con el hombre, sino el hombre con Dios. Y esto lo hace solamente
el que se acerca a Él por medio de la fe en el sacrificio propiciatorio de
Cristo.
Las demandas de justicia de Dios debían
ser satisfechas. Fue necesario que Cristo, como Sumo Sacerdote, hiciera
propiciación (aplacar la ira de Dios mediante un sacrificio) por los pecados
del pueblo; El tuvo que llevar su sangre al Lugar Santísimo celestial y sellar
con ella el documento de nuestra redención.
A través del sacrificio propiciatorio
de Cristo, la persona que cree en el, es liberado de la ira que justamente se
merece por quebrar voluntad de Dios.
Este es un ministerio que no tiene que
repetir: El no entra al Lugar Santísimo año tras año como lo hacían los sumos
sacerdotes; El entró una vez, y para siempre para obtener eterna redención para
nosotros. Su sangre es la garantía de nuestra redención.
Esto es lo que El estaba encaminado a
hacer cuando María lo vio y El le dijo: "No
me toques". Cuando los discípulos lo vieron un poco más tarde, El ya
se había encargado de nuestra redención, ya que les dijo: "Ahora, pueden tocarme".
Luego, cuando Cristo ascendió al cielo
y se sentó a la diestra del Padre, El comenzó otro ministerio, un ministerio
sumo sacerdotal ininterrumpido como nuestro Abogado, Mediador, Intercesor y
Pastor.
HEBREOS 9:28
28
Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de
muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a
los que le esperan.
Faltaba que se tomara acción con
respecto a la naturaleza en el hombre que lo hacía pecar - aquella naturaleza
en el hombre que lo hacía mentir, robar y romper la ley. Jesús trató con esa naturaleza de pecado bajo
el Nuevo Pacto; El quitó esa naturaleza por medio del sacrificio de sí mismo.
Notemos que la escritura no dice "pecados"; pecados son hechos o
acciones que están mal. Dice "pecado", refiriéndose a la
naturaleza de pecado del hombre - la que lo indujo a hacer lo que hacía.
Cristo no solamente llevó nuestros
pecados (nuestros hechos y acciones de maldad),
El llevó nuestro pecado (la naturaleza de pecado del hombre).
No nos hubiera ningún bien que Cristo
llevase únicamente nuestros pecados - aún tendríamos la vieja naturaleza de
pecado, y no podríamos dejar de actuar mal, seríamos la misma clase de criatura
que siempre habíamos sido. Pero, Jesús hizo algo con esa naturaleza de pecado
que nos inducía a pecar al quitar el pecado por medio del sacrificio de sí
mismo; y lo hizo una vez para siempre.
Hebreos 8:6
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es
el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores
promesas.
Nosotros tenemos un mejor pacto bajo
esta dispensación del Espíritu Santo; Por medio del nuevo nacimiento, que
experimentamos, Cristo quitó nuestra vieja naturaleza de pecado y nos dio la
vida y naturaleza de Dios.
Hay un aspecto más en su sacerdocio.
Hebreos 3:1
1 Por tanto, hermanos santos,
participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote
de nuestra profesión.
Hebreos 13:1 (Biblia del Pueblo de
Dios)
1 Por lo tanto, hermanos, ustedes que
han sido santificados y participan de un mismo llamado celestial, piensen en
Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos.
Hebreos 3:1 (Biblia EUNSA)
1 Por tanto, hermanos santos que sois
partícipes de una vocación celestial, fijad vuestra atención en Jesús, Apóstol
y Sumo Sacerdote de la fe que confesamos.
Hebreos 3:1 (Reina Valera Actualizada)
1 Por tanto, hermanos santos,
participantes del llamamiento celestial, considerad a Jesús, el apóstol y sumo
sacerdote de nuestra confesión.
Aquí la palabra profesión es homología que significa confesión.
Es decir, Jesús es el sumo sacerdote de
nuestra confesión.
Cuando nosotros hacemos una confesión
de fe, Jesús se encarga de ir al Padre y se lo dice para que actúe a nuestro
favor.
Hebreos 4:14
14 Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra
profesión.
Hebreos 4:14 (Reina Valera Actualizada)
14 Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que ha traspasado los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos
nuestra confesión.
Debemos mantenernos firmes con lo que
estamos declarando porque Jesús está a nuestro favor encargándose de que ocurra.
Jesucristo, nuestro Abogado
1 Juan 1:9,10; 2:1,2
9 Si confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
10 Si decimos que no hemos pecado, le
hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
1 Hijitos míos, estas cosas os escribo
para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el
Padre, a Jesucristo el justo.
2 Y él es la propiciación por nuestro
pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
La palabra “abogado” es “parakletos” en griego, y significa literalmente “uno
que está llamado para estar al lado”; por ejemplo, para ayudar. Es
principalmente un adjetivo verbal que sugiere la capacidad y adaptabilidad para
dar ayuda. Era usada en las cortes de justicia para nombrar a los asistentes
legales, consejeros de la defensa y abogados; de ahí alguien que defiende la
causa de otro, como un intercesor o abogado.
Cuando el creyente es tentado y Satanás
gana ventaja sobre él, el creyente puede reclamar la promesa de 1 Juan 1:9: "Si confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad".
Este verso se le cita frecuentemente a
los pecadores para decirles que confiesen sus pecados; pero, Dios no ha dicho
que lo hagan; seria imposible para un pecador confesar cada cosa mala que ha
hecho, porque toda su vida ha hecho mal. Pero, este verso fue escrito a
cristianos.
Juan escribe: "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si
alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el
justo".
Este verso nunca tuvo la intención de
animar a las personas a pecar, sino mostrarnos la provisión de Dios para el
pecado. El Espíritu de Dios nos ayudará a vencer el pecado, en vez de animarnos
a practicarlo. Después de todo, Juan dijo: "Estas
cosas os escribo para que no pequéis".
Un día el Pastor John Osteen estaba
predicando en su iglesia y dijo: “Yo peco
todo lo que quiero.” La iglesia se quedo muda, pensando que pastor tan
pecador tenían, pero él les explico: “Yo
peco todo lo que quiero porque no quiero pecar.”
En primer lugar, si un hombre es nacido
de nuevo - si conoce a Dios - él no
quiere obrar mal. (Pero, a menudo, el diablo lo tienta a través de su carne y
lo vence porque no es fuerte espiritualmente).
Pablo dijo: "Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros
que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote
a ti mismo, no sea que tu también seas tentado" (Gálatas 6:1).
Si fuera tan solo una falta de lo que
Pablo estaba hablando, todos nosotros necesitaríamos restauración y no quedaría
ninguna persona espiritual para ser la que restaure; todos tenemos faltas. El
griego dice; "Si algún hombre de
entre ustedes fuere sorprendido siendo tropiezo, o en pecado, ustedes que son
espirituales restáurenle con espíritu de mansedumbre".
Si pecamos, perdemos la conciencia de
justicia y no podemos entrar a la presencia de Dios. Justicia significa tener
una relación correcta con Dios; Justicia significa la habilidad de estar en la
presencia de Dios sin complejo de inferioridad, sin conciencia de pecado.
Si usted ha pecado o fallado, no puede
estar en la presencia de Dios sin conciencia de pecado; pero hay uno que puede
entrar en favor suyo, Jesucristo el justo. El es la propiciación (el
substituto) por nuestros pecados; y no solamente por nuestros pecados, sino por
los de todo el mundo.
Como nuestro Abogado, Jesús nos
restituye la conciencia de justicia que habíamos perdido, pues El dijo: "Si confesamos nuestros pecados, él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados"; pero, El hace más que
tan solo perdonar nuestros pecados: El nos limpia de toda maldad; El nos limpia
de esa conciencia de pecado o complejo de inferioridad espiritual que nos
detenía de ir a Dios.
Hebreos 4:14-16
14 Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra
profesión.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en
todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al
trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro.
La misericordia y la gracia siempre
están disponibles para nosotros cuando rompemos la ley de Dios; todo lo que
necesitamos hacer es acudir a Cristo, nuestro Abogado.
Jesucristo, nuestro Intercesor
Hebreos 4:14-16 (Reina Valera
Actualizada)
14 Por tanto, teniendo un gran sumo
sacerdote que ha traspasado los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos
nuestra confesión.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo
igual que nosotros, pero sin pecado.
16 Acerquémonos, pues, con confianza al
trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el
oportuno socorro.
1 Timoteo 2:5
5 Porque hay un solo Dios, y un solo
mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
El ministerio de Jesús como Sumo
Sacerdote no terminó cuando el presentó
su sangre en el Lugar Santísimo celestial; sino que además tiene otras tareas
que cumplir como nuestro mediador entre Dios y el hombre.
Juan 14:6
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
El es el Sumo Sacerdote mediador entre
Dios y el hombre; ningún hombre puede llegar al Padre sino por medio de Cristo.
Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque
no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos.
Solo por medio de Jesús podemos entrar
a la presencia del Padre sin condenación.
La iglesia primitiva era llamada "El Camino". Miremos algunas
escrituras que se encuentran en los Hechos de los Apóstoles.
Hechos 9:2
2
Y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase
algunos hombres o mujeres de ESTE CAMINO, los trajese presos a Jerusalén.
Esta escritura se refiere a Saulo de
Tarso, quien tenía en su poder cartas de las autoridades dándole la potestad de
arrestar cualquier persona que encontrase que fuera miembro "del Camino".
Hechos 19: 9
9
Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo EL CAMINO delante
de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo
cada día en la escuela de uno llamado Tiranno.
Otra traducción dice: "Cuando algunos se endurecieron y
fueron desobedientes, hablando mal del Camino".
Hechos 19:23
23
Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca DEL CAMINO.
Hechos 24:14
14
Pero esto te confieso, que según EL CAMINO que ellos llaman herejía, así
sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los
profetas están escritas.
Hechos 24:22
22
Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de ESTE
CAMINO, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de
conocer de vuestro asunto.
Hechos 16:17
17
Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos
hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian EL CAMINO de
salvación.
Aún el diablo llamaba a la iglesia “el camino”.
Entonces, Cristo no solamente es el
Señor Sumo Sacerdote; El también es el Mediador - el único camino por el cual
el pecador puede llegar a Dios.
En el momento en que una persona acepta
a Cristo, ¡Jesús llega a ser su Intercesor sumo sacerdotal! La Biblia nos dice que El vive siempre para
interceder por los creyentes:
Hebreos 7:25
25 Por lo cual puede también salvar
perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, VIVIENDO SIEMPRE PARA
INTERCEDER POR ELLOS.
Isaias 53:12
12 . . . derramó su vida hasta la
muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos,
y orado por los transgresores.
Romanos 8:34
34
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que
también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, EL QUE TAMBIEN
INTERCEDE POR NOSOTROS.
Jesús nunca sale de vacaciones, ni deja
sus deberes; el siempre está intercediendo (enteuchano
) por nosotros ante el Padre..
Enteuchano es un término
técnico para acercarse a un rey, buscando su presencia y atención en favor de
otros.
Jesús está a la diestra de Dios, donde
vive siempre para interceder por nosotros buscando la atención de Dios en favor
nuestro.
Cuando venimos por medio de Cristo,
tenemos la garantía de obtener la atención de Dios. No podemos acercarnos a El
de ninguna otra forma, a menos que lo hagamos a través de su Hijo.
Sin embargo, muchas personas pretenden
que Dios escuche y conteste sus oraciones basados en otras cosas; esto no es
para decir que no creo en buenas obras - sí creo en ellas. Creo en vivir correctamente, pero Dios no va
a escuchar y a contestar sus oraciones
basado en sus buenas obras, aunque, sí lo recompensará por ellas.
Muchos creyentes piensan que Dios debe
sanarlos a causa de sus buenas obras, que El está bajo la obligación de hacer
algo por ellos; sin embargo, si pudiéramos venir a Dios a través de nuestras
buenas obras, no habría ninguna necesidad de que Jesús desempeñe Su ministerio
de Intercesor. El vive siempre para
interceder por nosotros, buscando a Dios a favor nuestro, y nosotros
necesitamos venir a Dios por medio de El.
Una mujer le dijo a un pastor: "Pastor, usted sabe que en esta iglesia
no hay un cristiano mejor que mi madre". Y el pastor asintió.
Ella continuó: "Todo el resto de la familia también son cristianos fieles; con
todo, no sé si alguno en mi familia ha sido sanado alguna vez, siempre
terminamos yendo al hospital o siendo operados, o simplemente muriendo.
"La
familia de mi esposo es una historia diferente; ellos asisten a la iglesia,
pero no parecen servir a Dios de todo corazón, sin embargo, no sé si alguno de
ellos ha dejado de ser sanado, ni
siquiera el más infiel de todos. ¿Puede usted decirme por qué?"
El pastor le dijo:"Yo no conozco la familia de tu esposo, pero de acuerdo con lo
que la Palabra de Dios enseña, ellos
deben ser son prontos para arrepentirse, perdonar y creer a Dios"
Ella exclamó: "¡Si!, está en lo correcto.
No creo jamás haber visto gente que se arrepienta mas rápidamente que
ellos; nunca guardan rencor contra nadie. Mi familia, es siempre todo lo
contrario: tardos para arrepentirse, tardos para perdonar, y les llevaría la
eternidad creer en algo."
Ella dio justo en el corazón del
problema y diagnosticó su propio caso. Cuando su familia vio que estaban
equivocados, fueron tardos para admitirlo.
Hebreos 7:25
25
Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
La palabra salvar (sozo) significa sencillamente liberar del mal temporal.
Esto explica como este familia era
sanada aun cuando estaban en comunión íntima con el Señor. (Por supuesto, Dios no sana a la gente porque
ellos sean unos malos cristianos; El los sana porque ellos vienen a El en la
forma correcta).
Jesús está orando por ellos, El vive
siempre para interceder, y puede sanar perpetuamente a los que por El se
acercan a Dios. Usted no puede llegar al
Padre de ninguna otra manera.
Jesús es el Camino: para ser salvo,
para ser restaurado, para sanidad, para recibir el bautismo en el Espíritu
Santo, para tener las necesidades materiales suplidas, y para recibir
respuestas a las oraciones.
Podemos venir al Padre en el nombre de
Jesús.
Jesucristo, nuestro Pastor
Salmo 23:1
1 Jehová es mi pastor; nada me
faltará.
Juan l0:14
14 Yo soy el buen pastor
El Salmo 22 contiene una profecía de la
muerte de Jesús; el Salmo 23 es una profecía de El como el Buen Pastor. En el Salmo 24 tenemos una profecía con
relación al hecho de que Jesús es el Rey de Reyes y Señor de Señores que ha de
venir.
Ahora mismo, estamos viviendo en el
Salmo 23, nos pertenece, es más que tan solo un hermoso pasaje de la escritura.
David estaba profetizando cuando dijo: "Jehová es mi Pastor; nada me
faltará".
COLOSENSES 1:18
18
y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio,
el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.
El es la Cabeza de todo principado y
potestad, El es mi Señor resucitado, sentado a la diestra de la Majestad en las
alturas.
Eso significa que usted como cristiano
es un vencedor absoluto; eso significa que pobreza, escasez, y necesidad son
cosa del pasado.
Filipenses 4:19
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que
os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús
Nuestro Padre celestial conoce nuestras
necesidades, Jesús lo demostró cuando estuvo en la tierra; El alimentó la
multitud, le dio a los discípulos una gran pesca de peces, convirtió el agua en
vino, sanó a los enfermos, y suplió cada necesidad del hombre.
Ese es mi Señor, mi Señor Pastor; puedo
decir: "¡El Señor es mi Pastor, nada
me falta; no me falta sanidad, no me falta salud, no me falta fortaleza, no me
falta poder, no me falta habilidad, no me falta dinero, no me falta nada! ¡El Señor es mi Pastor, nada me falta!"
Yo puedo decirlo ante la aparente
necesidad, puedo decirlo ante la aparente derrota, porque estoy andando por fe,
no por vista; la Biblia dijo que nosotros andamos por fe y no por vista (2
Corintios 5:7). Mi vista puede decirme
que no es así, pero si voy a agradar a Dios, voy a tener que aprender a andar
por fe y a pensar los pensamientos de Dios.
Isaías 55:9
9 Como son más altos los cielos que la
tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos
más que vuestros pensamientos.
Los pensamientos que Dios tiene de
nosotros son mayores que cualquier pensamiento que podamos tener. No debemos
pensar en el reino de lo natural sino como Dios.
Además debemos actuar como Dios, somos
sus hijos y debemos participar de la naturaleza de nuestro Padre.
Pero cuando pensamos naturalmente, sus
acciones serán en lo natural.
Tal como confiamos en Cristo como
nuestro Mediador, nuestro Intercesor, nuestro Abogado ante el Padre celestial,
también debemos confiar en El como nuestro Pastor, nuestro Sustentador, el
Proveedor para nuestras necesidades y el Dador de vida y vida en abundancia.
El ministerio sumo sacerdotal de Jesús
suple cada necesidad del creyente desde el momento en que él nace de nuevo
hasta cuando es introducido a la presencia de Dios al fin de su vida.
Cristo nos ha comisionado para ir y
decirle a otros de las provisiones que El ha hecho para ellos, para que entren
en esta vida abundante: para conocer a Cristo como Salvador, Mediador,
Intercesor, Abogado y Pastor; el mundo no puede saberlo si permanecemos
callados.
Cristo quiere que le digamos al pecador
que ya fue librado, que Cristo tomó la naturaleza pecadora del hombre; Cristo
quiere que le digamos que ya no le está reteniendo sus pecados.
En 2 Corintios 5:17-19 dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo
esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio
el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando
consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.”
La palabra "cuenta" es un término contable; otra traducción del verso
anterior dice: "El no está llevando
la cuenta o reteniendo contra los hombres sus pecados". Algunos
podrían decir: "Bueno, si Cristo no
está reteniendo contra los hombres sus pecados, ellos serán salvos
automáticamente".
No, la razón por la cual los hombres
deben ser salvos es que todos somos nacidos en pecado y debemos nacer de nuevo en
Cristo; Cristo no está interesado en retener contra el hombre sus pecados,
Cristo está interesado en atraer al hombre a Sí mismo.
El verso 19 en la Biblia Amplificada
dice: “Dios estaba (presente
personalmente) en Cristo, reconciliando y restaurando el mundo a favor consigo
mismo, no llevando la cuenta ni reteniendo [contra los hombres] sus pecados
[sino anulándolos]; y encargándonos el mensaje de reconciliación, de
restauración a favor de él.
El pecador no necesita pensar que Dios
está enojado con él o que Dios está contra él; El pecado que envía a un hombre
al infierno no es una acción o un hecho tal como mentir, robar o defraudar, ¡es
el rechazar al Señor Jesucristo!
Dios ya proveyó la salvación para todos
los hombres, solo recibamos a Jesús y disfrutemos de ella.
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